024.

ZAYN.

—¿Desde cuando festejamos la navidad?

Volteandome rapidamente, apreté el libro que habia ido a buscar contra mi pecho y acomode mis gafas con nerviosismo, observando como los dedos de mi hermano flotaban sobre los adornos caseros que colgaban del pequeño árbol que Liam habia colocado sobre mi escritorio. Su expresión era serena mientras observaba de mi al árbol pero hacia tiempo me habia acostumbrado a no confiar en esa suave expresión.

—S-seguimos sin festejarla —aclaré con voz suave—. Liam puso...

—¿Liam? —me interrumpio, mirandome con curiosidad—. ¿Y quien es exactamente este chico, Zayn?

—¿A que...? —aclaré mi garganta ante lo raras que salieron las palabras—. ¿A que te refieres?

—Siempre has sido un solitario, Zayn, desde que eras un niño de jardin te gusta estar solo —me recordó—. Y ahora, de la nada, aparece este chico, se queda a cenar y se pasa horas a solas contigo en tu habitación, ¿que se supone que debo pensar de él, hermanito?

La forma en que dijo la última palabra envio escalofrios por mi cuerpo. La mente de mi hermano era algo con lo que no queria meterme, él habia adoptado ideas de sus amigos que me causaban escalofrios por lo que intentaba no ver demasiado en sus acciones o intentar comprenderlas. No tenia ni idea de como reaccionaria si supiera que Liam era mi novio, él podria explotar como podia simplemente reirse de mi, darse la vuelta y marcharse. Habia hecho todo lo posible para que no fuera evidente mi relación con el simio en desarrollo pero por la mirada de mi hermano, no habia sido muy bueno en ello.

Busque en mi mente por una buena respuesta, algo coherente para explicar las cosas de las que me acusaba pero como cada vez que me ponia nervioso, no logré llegar a nada con suficiente rapidez. Para mi suerte, Liam apareció en la puerta mirando dudoso entre nosotros.

—Hey, Zy, acabo de convencer a tu madre para que nos permita dar una vuelta en mi auto —dijo de forma casual—. Debemos irnos antes de que se arrepienta.

—¿No es demasiado tarde para un paseo en auto? —Keegan lo miró con desconfianza.

Liam se encogio de hombros con naturalidad—. Su madre me lo permitio, no veo porque debe importarte eso.

—Es mi hermano. —apunto.

—Y Trisha es su madre y ella le permitió salir conmigo —le dedico una mirada de superioridad antes de mirarme—. Ponte un abrigo, Zayn.

Asintiendo rapidamente, me acerque a mi closet y tomé una chaqueta, arrojando un poco de comida dentro de la jaula de Orion antes de apresurarme hacia la puerta, donde Liam seguia mirando a mi hermano como si quisiera arrancarle la cabeza. Era extraño porque por lo general él estaba sonriendo, dandome una mirada tranquila que calmaba mis nervios pero ahora parecia listo para atacar a alguien. Más especificamente a mi hermano.

—¿Nos vamos? —pregunté, deteniendome frente a él.

Bajando la mirada, sonrió suavemente—. Claro. —observó a mi hermano brevemente antes de hacerme un gesto para que saliera primero, siguiendome de cerca cuando lo hice.

—¿Realmente le pediste a mi madre permiso para dar una vuelta? —pregunté, acomodandome en el asiento del pasajero y abrochandome el cinturon de seguridad.

—Si —sacó el auto hacia la calle antes de mirarme—. Pero en realidad, estoy planeando que pasemos por mi casa y llames a tu madre para decirle que se te hizo tarde y que te quedarás conmigo.

—¿Por qué?

Girando el volante, salió del barrio donde vivia y redireccionó el auto. Lo observé en silencio mientras esperaba una respuesta, parecieron pasar varios minutos antes de que admitiera:— No confio en tu hermano.

Pensé en ello por un momento, intentando digerir sus palabras—. Tendré que volver a mi casa en algun momento, Liam —solté unos segundos despues.

—No si puedo evitarlo —me dio un guiño—. Siempre puedo encontrar alguna excusa para estar cerca de ti, lo he estado haciendo por un tiempo y ha estado funcionando.

—Eres como una plaga. —susurré, intentando no sonreir.

—Me adoras. —se jactó.

Antes de que pudiese abrir nuevamente la boca, giró el auto hacia un camino empedrado y directo a una gran casa moderna que se alzaba tres pisos hacia arriba. Habia abundante vegetación alrededor, además de que el gran predio que la rodeaba no parecia tener ningun otro habitante. Habia grandes ventanas decorando la fachada, dandole un aspecto más abierto y supuse, luminoso.

—Vamos —incitó, apagando el motor y saliendo del auto, lo segui rapidamente. En cuanto estuve cerca, tomó mi mano y me arrastro hacia la puerta—. Mi madre tiene el turno de la noche hoy, por lo que estaremos solos.

Miré la puerta con desconfianza mientras la abria—. Estoy comenzando a pensar que el entrar con un tipo con un nivel de testosterona como el tuyo a una casa vacia, la cual no conozco, no es la mejor idea que he tenido.

—Oh vamos —rodó los ojos—. No voy a hacerte nada, te lo prometo, ¿acaso no me tienes confianza?

Si, le tenia confianza y ese era mi más grande problema. No era un problema confiar en él, Liam se habia esforzado mucho para demostrarme que era una persona digna de ella pero estaba aterrorizado de confiar en alguien otra vez.

Sacudiendo mi cabeza, aparte esos pensamientos y me aferré a su mano cuando cerró la puerta detrás nuestro y me guió por las escaleras hasta el tercer piso.

—Bienvenido a la cueva de tu cavernicola. —bromeo.

El lugar era enorme, como una casa dentro de otra casa. El segundo piso iba hasta la mitad de la habitación con una escalera pegada a la pared a mi izquierda para poder acceder a él. Desde donde estaba, podia visualizar una cama bastante grande acomodada en el centro y algunos otros muebles. Bajo ese piso una pequeña cocina habia sido creada, la misma tenia todo lo necesario, incluyendo una mesa y sillas. Más cerca de la puerta, frente a un gran ventanal que daba una increible vista a la gran extensión de tierra fuera, habia un juego de sofas formando una medialuna con una pequeña mesa en el centro.

—¿Que te parece? —Liam preguntó detrás de mi.

Parpadee hacia él sobre mi hombro—. Me parece que para ser un cavernicola, vives bastante bien.

Eso lo hizo reir—. Vamos, cariño, hagamos palomitas y veamos una pelicula —propuso, haciendo un gesto a la enorme televisión frente a los sofás, la cual no habia visto—. Luego puedes llamar a tu madre para avisarle que te quedarás aquí.

—No dije que me quedaria.

—Lo harás —me sonrió sobre el hombro antes de dirigirse a la cocina.

Giré sobre mi mismo, quitandome la chaqueta mientras volvia a revisar el lugar—. Hay algo que no entiendo —dije, llamando su atención—. Si tu familia tiene tanto dinero como para que tengas un lugar como este, ¿por qué vas a una escuela publica?

Se encogio de hombros—. Lo intenté, hice la primaria en un colegio privado pero despues de eso me di cuenta de que no era lo mío. Conocí a Louis gracias al futbol y me convenció de ir a la secundaria con él, me gusto y me quede allí —dijo con facilidad—. Y para tu información, la mayoria de estas cosas las compre con el sueldo de mis empleos de verano, aunque admito que el lugar me lo obsequio mi madre y la cocina ya venia con él.

—¿Trabajo de verano? —apunté al televisor—. Trabajo dandole clases a niños de primaria y lo único que podria comprar, seria el mando a distancia.

Rió—. Modelaje —revelo con un tono avergonzado—. No te puedes hacer una idea de la cantidad de dinero que te pueden dar solo por quitarte la camiseta para una sesión.

—De alguna manera, no creo que eso sea mi trabajo soñado.

—Cariño, con lo hermoso que eres no hace falta que te quites nada —aseguró. Sentí como la verguenza calentaba mi rostro, él solo sonrió antes de hacer un gesto hacia el televisor—. Ponte comodo y elige lo que veremos, las palomitas estaran listas en un momento.

Asentí rapidamente, tomando el mando y sentandome en el sofá antes de comenzar a cambiar los canales. Sabiendo, ya que habiamos visto peliculas antes, que a Liam le gustaban con muchos efectos especiales, deje una con los superheroes de Marvel.

—Te dije que te pusieras comodo, no que te sentaras rigido como una piedra —bromeo Liam cuando volvió con un recipiente lleno de palomitas. Dejandolo sobre la mesa, se deshizo de mis zapatos y me obligo a subir los pies hacia el sofá, poniendo una manta encima—. ¿Comodo?

—Mhm-mmm —asentí, acomodandome contra el lado de su cuerpo para poder ver la pelicula.

Un par de horas despues, llame a mi madre con la excusa que Liam me dijo, ella ni siquiera discutio conmigo por ello. Siempre habia supuesto que mamá sabia que le temia a Keegan, eso solo afianzó ese pensamiento un poco más.

Estaba calido, comodo y adormecido cuando escuché a Liam susurrar—. Realmente me gusta tenerte aquí, cariño.

Sonreí, adormilado mientras la inconsciencia me arrastraba—. Me gusta estar aquí. —respondi pero no tenia ni idea de si algo habia salido de mis labios. Antes de dormirme completamente, sentí los labios de Liam dejando un beso en mi cabello.

Hacia demasiado tiempo que no me sentia tan bien. 

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