021.

LIAM.

—¿Por qué estos árboles sufren de calvicie?

Miré sobre mi hombro, sonriendo al ver la expresión de genuina confusión en el rostro de Zayn mientras jalaba una de las plasticas ramas de un árbol cercano. El lugar estaba lleno de pinos artificiales de todos los colores y tamaños, lo que parecia desconcertar a Zayn de una manera muy divertida.

—No tienen calvicie, es solo que el dueño de la fabrica que los creo es un gran tacaño.

Parpadeo hacia mi detrás de sus grandes lentes—. ¿Por qué ahorraria dinero al hacer estas cosas? Además de ser feos, son antiesteticos.

—Hablo el chico que usa lentes de pasta —murmuré.

—¿Que?

—Nada —sacudí la cabeza—. Si no te gustan estos, siempre podemos cortar uno de verdad.

Me detuve cuando deje de sentir su presencia pegada a mi espalda. Volteandome, fruncí el ceño al verlo de pie en el medio del pasillo, mirandome como si hubiese confesado el asesinato de una camada de gatitos. Tenia la impresión de que estaba a punto de ser aleccionado.

—¿Serias capaz de lastimar a un ser vivo que lo único que ha hecho durante toda toda su existencia es proveerte de algo tan preciado como es el oxigeno?

—Uh... —dude, inseguro de si habia una respuesta correcta para eso—. ¿No?

—Estas mintiendo. —avanzó hacia mi y tuve el extraño impulso de darme la vuelta y correr en dirección opuesta. Su delgado dedo apuñalo mi pecho—. ¿Como has podido lastimar a una parte tan importante de nuestro planeta? ¿Acaso no tienes ningun respeto por los seres que permiten que sigas respirando? La tala de arboles esta eliminando nuestra fuente de oxigeno y tu solo colaboras a ello al cortar árboles para algo tan mundano como tenerlo en tu sala por unos días.

Sabia admitir cuando alguien tenia razón, por lo que dije lo único que se me ocurrió—. Lo siento.

—Es bueno que te sientas mal por ello, la proxima vez que se te ocurra lastimar a un árbol, recuerda esa sensación y evita hacerlo.

Asentí como si fuese un niño pequeño—. Lo haré —aseguré—. Y si te hace sentir mejor, cada vez que corte un árbol, plante un reemplazo.

—No ayuda pero eso me dice que no eres un idiota que gusta de destruir la naturaleza.

Una pequeña sonrisa en mi dirección y siguió caminando, pasando a mi lado.

Me quede un momento de pie allí, observando el vacío por unos segundos e intentando comprender lo sucedido. Habia veces en que Zayn no tenia ningún tipo de sentido para mi.

Volteandome, lo busque entre las gondolas, encontrandolo sentado en no de los pasillos contiguos, acariciando las ramas de un desplumado pequeño árbol artificial de un extraño tono morado. Ni siquiera sabia que existian de ese color.

—¿Podemos comprar este?

Miré del árbol a él y luego a la tienda a nuestro alrededor—. ¿No quieres ver algún otro? Hay muchos más lindos que ese.

—Lo sé, ya los vi —apuntó a la pequeña cosa desplumada—. Pero si nosotros no compramos este, nadie lo hará.

—Dime que no quieres comprar este árbol solo para que no lo arrojen a la basura.

Me frunció el ceño—. Me dijiste que podia elegir el que quisiese, quiero este.

—Dije eso pero...

Lo observé sacar el viejo y gastado arbol de su estante y ponerlo frente a mi rostro—. Miralo, esta solo y seguramente siente que nadie lo va a querer porque es diferente a los demás árboles, menos llamativo o bonito, ¿acaso no merece la oportunidad de formar parte de nuestra celebración solo porque no tiene tanto esplendor como los demás?

Miré de él al árbol y nuevamente a él, comprendiendo lo que sucedia con lentitud. Toque suavemente las ramas del árbol—. ¿Sabes? No sé ve tan mal ahora que lo estoy viendo mejor.

—¿Ya los ves como lo veo yo?

Asentí suavemente, mirandolo directamente—. Es muy lindo, Zayn.

Y esas simples palabras lograron que me sonriera. Ese simple gesto hacia que me sintiera como un ganador, ya que últimamente era algo que Zayn solo me dedicaba a mi.

Media hora despues, teniamos todo lo necesario para decorar el pequeño árbol y Zayn tenia un pequeño saltito al caminar, lo que me decia que le habian gustado las compras navideñas. Eso era bueno, estaba yendo por un buen camino.

La acumulación de personas en el centro de la zona de comidas llamó mi atención, recordandome las carteleras que habia visto anteriormente. Con una sonrisa, guié a Zayn hacia el centro del lugar con la myor sutileza que pude.

—Oh no, ni siquiera lo pienses —intentó alejarse pero rodee su cintura y lo detuve de huir.

—Vamos, Zayn, si vamos a hacer esto necesitas la experiencia completa.

Me fulminó con la mirada—. No hay modo de que me convenzas de sentarme en las piernas de un tipo disfrazado como el personaje de una tarjeta de felicitación.

—Aquí hay niños que aun creen en Santa, baja la voz, cariño —pedí en un susurro, jalandolo más cerca—. Solo será una fotografia, nada del otro mundo, lo prometo.

—No voy a sentarme en su regazo. —me miró con determinación.

Pensé en ello por un momento—. Y si yo me pusiera una barba y un gorro, ¿te sentarias en mi regazo?

—Tu tono es lascivo —me miró con atención—. Fue una propuesta indecorosa, ¿verdad?

—Mhm-mmh —asentí.

Su rostro se sonrojo furiosamente mientras observaba alrededor, su mirada nunca encontrandose con la mía—. ¿Podemos irnos?

—Nop —lo jale a la fila de personas esperando por llegar al Santa sentado en su roja silla acolchonada.

—No quiero ir allí. —se retorció en mis brazos, intentando escapar.

Balanceando las bolsas de compras y su peso, les dedique una sonrisa a las madres que nos miraban extrañadas—. Mi hermanito aun le teme a Santa, ignorenlo.

Y los intentos de escapar se detuvieron cuando el moreno me miró con el ceño fruncido—. ¿Acabas de decirles a esas señoras que soy tu hermanito?

—Si, lo hice.

—¿Por qué rayos hiciste algo como eso? —me miró mal.

Sonreí—. Porque te estas comportando como un pequeño malcriado y me niego a reconocerte como mi novio hasta que actues como una persona madura.

Eso logró que su boca se abriera en shock—. ¿Yo soy el inmaduro? Tu eres el que quiere sentarse en el regazo de un tipo desconocido con una barba falsa. Eres ridiculo.

—Estas haciendo un berrinche, ni siquiera los niños pequeños lo hacen. Miralos, ellos te estan viendo como si fueses algun tipo de loco.

—Eso es porque somos los más altos en la maldita fila —chilló de nuevo, su rostro rojo por la ira.

—No te lo creas, tu no aparentas más de doce.

—Pudrete, Liam. —escupió.

—Que maduro que resultaste ser, pequeño nerd. —reí, apretando sus mejillas antes de darle un empujoncito para que avanzara en la fila.

Como supuse, Zayn siguió discutiendo su madurez lo suficiente para que llegaramos al frente de la fila sin que se diera cuenta. Empujandolo sutilmente hacia Santa, quien me dio un guiño antes de atrapar a Zayn de la cintura y obligarlo a sentarse en su regazo.

Reí ante la expresión de sorpresa de Zayn mientras me acercaba para poder salir en la foto—. Hola, Lou.

—¿Como estan, tortolos? —murmuró debajo del disfraz. Habia sabido que era Louis desde el principio ya que el chico habia hecho el trabajo de Santa Claus para el centro comercial por varios años, era la única manera de que dejara que Zayn se sentara sobre alguien.

—Estaremos bien cuando logré escaparme de aquí, ustedes dos estan locos. —se quejo Zayn, intentando escapar.

—Deja de moverte y sonrie para la fotografia —pedí con la voz más suave que encontré, ganandome una mala mirada por lo que agregue un:— ¿Por favor? —lo cual hizo todo el trabajo.

Louis se reia tontamente cuando Zayn murmuró algo sobre ser un duo de imbeciles mastica piedras. Rebuscando en su bolsa, el castaño nos dio un dulce a cada uno y nos despidio con un saludo clasico de comercial.

—Vas a pagar por eso —Zayn murmuró a mi lado mientras aceptaba las copias de la fotografia.

Le sonreí—. Todo lo que quieras, mi pequeño nerd. —prometí. 

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