🍹Capítulo 10: Final

Los rayos del sol comenzaban a inundar la habitación del departamento, el amanecer se presentaba con sus tonos dorados y rosados, además de un ambiente levemente frío debido a la lluvia nocturna.

Ambos chicos aún estaban unidos en un abrazo, un poco distinto al inicial, pero se daba rápidamente a entender que no se habían movido mucho de lugar por la madrugada.
Taehyung fue quien despertó primero, teniendo que levantar un poco la cabeza para ver a su acompañante de frente.

Cuando reaccionó, abrió lentamente los ojos y parpadeo un par de veces para acostumbrar su vista a la luz de la ventana. Se estiró con cuidado de no golpear por accidente a Jungkook, y en cuanto lo vió, no pudo evitar sonreír.
Jeon se veía tan angelical, con sus cabellos rubios siendo iluminados por el amanecer, sus ojos cerrados y boca entreabierta; respiraba lento y tranquilo, descansando como hacía semanas que no lo hacía.

Kim no quería perturbar tal escena, y lo hubiera dejado dormir por horas y horas, de no ser porque el teléfono de Jungkook comenzó a sonar.
En la pantalla se veía el nombre "Jeon Home", por lo que era lógico que sus padres lo estaban buscando; Taehyung quizá hubiera podido responder por él, pero no le parecía correcto tomar un teléfono que no era suyo sin siquiera preguntar.

—Amor...—habló suavemente el peli negro, moviendo ligeramente a Jungkook del brazo—Amor, despierta...

El rubio solo se removió entre quejidos de sueño, y tardó unos minutos en poder reaccionar correctamente.
Para cuándo despertó, el teléfono marcaba tres llamadas perdidas, que por respeto —y porqué negarlo, algo de miedo— no respondió Taehyung.

—Son tus padres, te buscan...—explicó el peli negro cuando finalmente su chico le prestó atención.

—Cierto...—Jungkook se incorporó mejor recargando su espalda en la cabecera de la cama, y después de bostezar, contestó la cuarta llamada que estaba en curso—Hola, ¿mamá?

« ¿Dónde te metiste toda la noche?, Yugyeom nos llamó muy molesto. », dijo su madre.

« ¿Qué dijo ese idiota? » fue su respuesta.

« Dijo que lo golpeaste sin razón, y de hecho, nos buscó para decirnos que terminaste tu relación con él. ¿¡Cuál es tu problema Jeon Jungkook!? »

Taehyung pudo escuchar esa conversación a través del celular, y trató de guardar silencio ante ello; ¿en serio Yugyeom se atrevió a mentir así?, porque bueno, aunque Kim no estaba completamente consciente en esos momentos cuando ocurrió la discusión de Jeon y su ex novio, tenía entendido que así no fue como sucedieron las cosas.

« Ja, que lindo que le creen más a él que a mí. Pero no te preocupes mamá, llegaré en un rato a verlos, y les explicaré que fue lo que realmente pasó. » y con eso dicho, Jungkook colgó.

—¿Puedes creerlo?—soltó el rubio con un sutil chasquido de lengua—Mentirles a mis padres para hacerme quedar mal, increíble.

—Supongo que tendrás que ir a decirles la verdad en persona.—Taehyung suspiró.

—Tendremos, amor, vas a acompañarme ¿verdad?—Jeon lo miró con una pizca de confusión y una mirada esperanzada, queriendo adivinar la respuesta del contrario solo viéndolo a los ojos.

Y, aunque el mayor estuviera muriendo por dentro gracias a los nervios y ansiedad que la situación le provocaba —y provocaría—, él jamás se atrevería a dejar solo a Jungkook en un momento así de tenso.
Porque si algo se había prometido a sí mismo aquella noche, fue jamás volver a estar lejos de su chico, ni siquiera en las peores circunstancias.

—Claro amor, sabes que no te dejaría afrontarlo sin apoyo.—le dió una sonrisa de confort acompañada de un beso sobre su mejilla, y con ello, el rubio respiró tranquilo.

Ahora, después de una noche de pasión, reconciliación y amor, tenían que hacerle frente a su, todavía desordenada, realidad.

9:30 de la mañana.
Ambos chicos estaban saliendo del departamento de Jungkook con rumbo a la casa de los Jeon.

Usaban atuendos similares, gracias a que el rubio le prestó ropa limpia a Kim para cambiarse, terminando así usando ropa oscura con tintes muy casuales.

Antes de irse, por supuesto, desayunaron juntos y se dieron una ducha —también juntos—, para finalmente acordar el como le explicarían a los Jeon la verdad de esa noche.
No sería tan sencillo como podría parecer, puesto que eran solo una ex pareja hasta hacía 24 horas, y se supone que no se volverían a ver; eso sumando el hecho de que Yug ya había abierto la boca y dicho cosas completamente revueltas de la discusión, por lo que también debían resolver eso.

¿Y qué si los Jeon no los volvían a aceptar como novios?, ¿y qué?
Era decisión de dos personas estar juntos, y si ambos ya lo habían dejado claro entre sí, no importaba lo que alguien más dijera.
Jungkook ya no volvería a dejar su vida amorosa en manos de sus padres jamás.

—¿Listo?—preguntó el rubio estando ya dentro del Subaru.

—Siempre.—y con un par de sonrisas cerradas, y un suspiro unisono, arrancaron.

Tardaron alrededor de 30 minutos en llegar a su destino, ya que por fortuna —o desgracia viendo el contexto de su situación— no había tráfico a esa hora, y cortaron tiempo gracias a ello.
En cuanto llegaron y Jungkook estacionó el auto frente a la gran casa de sus padres, los dos sintieron como una punzada se instaló en su pecho; era la ansiedad presentándose a escena, y tan solo esperaban poder controlarse cuando tuvieran que entrar a la residencia.

Taehyung había estado en esa enorme casa blanca llena de ventanas por doquier un sin fin de veces, pero hasta hacía apenas un día, pensaba que jamás volvería a poner un pie allí.
Jungkook había estado la mayor parte de su vida allí, y sin embargo, su mente se quedó en blanco cuando se puso frente a la puerta, sin siquiera saber cómo tocar el timbre sin temblar de nervios.

Después de un par de minutos, que se sintieron eternos para ellos, se miraron a los ojos, y con un breve asentimiento de cabeza, el menor se animó a presionar el timbre y esperar a que sus padres hicieran acto de presencia.

—Dios... Que miedo tengo... Incluso más que la vez que los conocí de primeras.—comentó Kim con una evidente sonrisa nerviosa y un tono de voz bajo.

—Lo sé... Yo también... Y eso que los conozco de siempre.—Jungkook suspiró después de soltar una mínima risita.

Trataban de hacer un poco más amena la situación, pero hasta ese momento, no estaba funcionando.
Menos lo hizo cuando, luego de unos instantes, la puerta se abrió de par en par, dejando ver a los Jeon con un semblante serio; el señor Jeon se mantenía de brazos cruzados, mientras que la mujer castaña a su lado se mantenía con una postura rígida.

Esa imagen no fue la más reconfortante que pudieron recibir.

—Hola mamá, papá...—habló el rubio con la voz más firme que logró emitir.

—¿Qué hace aquí Taehyung?—cuestionó el señor Jeon, arqueando una ceja y mirando de arriba a abajo a su hijo y a su acompañante.

—Es que él es parte de la explicación que vengo a darles, y decidió venir conmigo para apoyarme.—Jungkook era excelente para fingir no estar muerto de nervios frente a sus padres—Por favor, no lo veas así papá, lo conoces a la perfección.

—Pasen, ya están aquí de cualquier modo.—dijo la señora Jeon después de largar un suspiro pesado, y ambos se hicieron a un lado para dejar pasar a los chicos.

—Con su permiso...—habló Taehyung en voz baja y haciendo una reverencia breve. Ante todo, él era educado con sus ex suegros.

Ninguno respondió, solamente cerraron la puerta cuando los dos estuvieron en el recibidor, y caminaron en silencio hasta la gran sala de estar; los Jeon se sentaron en un sofá largo color negro, mientras que Taehyung y Jungkook tomaron asiento frente a ellos en un sillón mediano del mismo tono.

El ambiente se sentía pesado, había tanta tensión que incluso podrían cortarla con un cuchillo.
No hablaban, no se miraban a los ojos, y a penas se escuchaba su respirar; lo cierto era que nadie sabía cómo iniciar la conversación que tenían pendiente, y el saludo del principio tampoco fue un buen tentempié.

Al final, después de unos minutos, Jungkook fue quien dió el primer paso para conversar, y es que si era sincero, se sentía con la responsabilidad de él comenzar a hablar, así que se tragó sus emociones que lo estaban mareando, y empezó.

—Y bien... ¿Me pueden decir, primero, qué les contó Yugyeom?—el rubio levantó la vista hacia sus padres, y éstos se miraron entre sí antes de responder.

—Él nos llamó, y lo primero que dijo fue que tú habías terminado la relación, así sin más.—explicó su madre—Por supuesto, le preguntamos si había pasado algo más o algo que lo justificara, y dijo que no.

—E incluso mencionó que le diste con la rodilla en su parte baja sin motivo.—completó su padre.

Ambos le hablaban seriamente, con clara molestia por lo que, ellos creían, que había hecho la noche anterior.
Claro que no podía estar más alejado de la realidad.

—Ya... ¿Y le creyeron, aún conociéndome bien y sabiendo que yo no actúo sin motivos?—el menor suspiró cuando sus padres asintieron lentamente.

—Si me permiten, también puedo ayudar en la versión de Jungkook, créanme que es muy distinta a la que ustedes saben.—Taehyung se armó de valor para pronunciar palabra, ganándose un quejido de resignación.

—Los escuchamos.—añadió el señor Jeon, aún de brazos cruzados y mostrando una evidente inconformidad con la situación.

Ahí fue cuando los jóvenes comenzaron a explicar toda la historia, sin omitir detalles por parte de ninguno.

Taehyung contó como ese mismo día había conseguido regresar a su antiguo trabajo en el Siddhartha, y que debido a la depresión que estaba atravesando por la ruptura con Jeon, no pudo controlar su impulso de beber; aclaró que había empezado con problemas de alcoholismo gracias a la fuerte tristeza que le provocó el haber perdido el noviazgo que tenía con Jungkook, y que a falta de más soluciones aparentes, comenzó a beber demasiado.

Kim lo hacía para tratar de olvidar a su ex novio, para perderse en las bebidas y en los efectos que éstas tenían en su sistema. Tratando de borrar con alcohol cada recuerdo que tenía de Jeon.
Sin embargo, no contaba con que esas memorias estaban grabadas como tatuajes indelebles en su corazón y en su mente.

Les contó lo mal que se puso aquella noche en el bar, y que aún así, salió a presentarse —por supuesto, no pudo arrepentirse del todo después— y que no estuvo cien porciento consciente de los hechos a su alrededor hasta que salió —o lo sacaron a la fuerza— del bar y la lluvia fría lo hizo reaccionar correctamente.
Pero, aclaró que sí recordaba el momento en que vió a Jungkook en el público, y que tenía muy presente cuando cayó al suelo por su estado alcohólico y Jeon lo ayudó a ponerse de pie.

" Sé que Yugyeom y Jungkook se quedaron discutiendo adentro cuando a mí me sacó la seguridad del lugar, y me enteré poco después que fue por mi culpa ", con eso culminó la parte de Taehyung, por el momento.

Entonces, Jungkook continuó.

Les explicó finalmente a sus padres que él jamás había querido estar con Yugyeom, ya que él no le gustaba y era un tipo de persona que no iba para nada con sus preferencias.
Muchas veces había tratado de buscar el modo de terminar la relación por la paz, pero simplemente jamás había encontrado una oportunidad buena para hacerlo, al menos no sin acabar peleando con ellos, por lo que se resignó.

Sin embargo, esa resignación, y su inmenso orgullo, acabaron la noche anterior, justo en el momento en que vió como Taehyung subía al escenario del Siddhartha para cantar una vez más después de meses. 
Explicó como su corazón se aceleró a niveles preocupantes cuando lo tuvo de nuevo tan cerca, y que sintió que su alma abandonaba su cuerpo cuando el peli negro caminó hasta su mesa; en aquel instante, nada más existió para el rubio, solamente su ex novio frente a él, y las ganas que tenía bloqueadas de volver a ser su pareja.

Por supuesto que lo ayudó cuando su equilibrio falló, y ahí fue cuando la historia con Yugyeom realmente empezó.

" Él se molestó porque yo le ayudé a Taehyung, además de no haberle seguido la corriente con querer burlarse de su caída y su estado ", inició.

" Sí, lo admito, le dije un par de insultos y eso lo hizo explotar, ¿saben contra quién se fue?, exacto, contra mí ".

Jungkook no escatimó en los detalles de la siguiente discusión.

Les contó como Yugyeom lo jaló de la muñeca con fuerza, y que cuando trató de soltarse, lo agarró aún peor por los brazos para obligarlo a irse con él.
Y de hecho, hasta ese momento de su explicación se le ocurrió revisar si no había algún moretón que se hubiera formado en sus brazos, y descubrió que efectivamente, tenía marcas.

" El imbécil me lastimó, miren, ahí se ven los moretones, y créanme que se pondrán peor ", les enseñó las marcas rojizas que habían aparecido en su piel, e incluso Taehyung se sorprendió, ya que por la noche no las había visto.

" ¿Querían que me quedara así sin defenderme?, perdonen pero no. Tuve que darle dónde más le dolería para que me dejara en paz, porque de no haberlo hecho, Yugyeom probablemente me habría llevado a su departamento por la fuerza " y con eso, creyó que era suficiente justificación.

Los Jeon, conforme escuchaban la explicación, fueron relajando sus posturas, viendo que en realidad ésta versión tenía mucho más sentido que la simple llamada de Yug.

—¿Y entonces, lo terminaste?—preguntó la castaña.

—No formalmente, solo me fui del bar sin él, pero con lo que les dijo a ustedes, supongo que fue su modo de botarme.—Jungkook se encogió de hombros. Claro que no les diría que se fue a pasar la noche con Taehyung, o al menos, no con todos los detalles.

—Vaya... No sabíamos que él tenía esos arranques... ¿Alguna otra vez te lastimó, hijo?—esta vez, la voz de su padre sonaba menos rígida. Más bien, se preocupó por haberle elegido una pareja tan mala a su hijo.

—Lo intentó en alguna ocasión, pero no había pasado a mayores hasta ayer.—confesó—Ni siquiera quise llamarlo, y no pienso hacerlo ahora, él ya no es mi novio y no lo será de nuevo.

No fue una sugerencia, Jungkook sonaba completamente seguro de lo que decía, y ahora que había pasado un poco de tiempo, sus emociones también se habían disipado levemente, dándole la oportunidad de hablar con más seriedad que al inicio.

—Supongo que no podemos objetar más... Tampoco permitiremos que alguien te lastime así.—comentó su madre, y fue entonces cuando regresó su atención al peli negro, quien se mantenía nervioso en espera de explicar exactamente porqué estaba ahí—Ahora, lo que no entiendo es, ¿había necesidad de venir los dos?

—De hecho sí, era necesario.—el rubio respiró profundo, y se dispuso a explicar lo siguiente en la lista—Después de lo que pasó en el bar, bueno... Nosotros...

—Nosotros nos quedamos hablando mucho tiempo, y ciertamente, arreglamos muchos asuntos pendientes que habían quedado en el aire cuando rompimos.—añadió Taehyung, interrumpiendo a Jeon.

Básicamente, para evitar contar la parte de su reconciliación en el auto, pues no creía que fuera obligatorio aclarar aquello.

—¿Y?—dijeron al unisono los mayores.

—Y... Ambos concordamos en nuestros sentimientos y en que, realmente, quisiéramos volver a intentarlo...—Kim trató de mantener la mirada en ellos, pero le estaba siendo complicado.

—Aún no lo hacemos oficial como tal, queríamos venir a explicarles todo primero debido a la presencia de Yugyeom y... Decirles que lo más probable es que volvamos a ser pareja...—el rubio sintió como sus manos temblaban de nuevo, los nervios estaban regresando a su sistema.

Los Jeon no respondieron por unos instantes que parecieron sin final, tan solo viéndolos como si los analizaran de pies a cabeza, para luego verse entre sí buscando una contestación mutua.
Esos segundos fueron tan eternos y críticos para sus nervios, que incluso los chicos pensaron en cortar la conversación y dejarla para otro momento.

Hasta que finalmente, el silencio se rompió.

—Hijo, en vista de que nosotros no supimos escoger una pareja ideal para ti... Está bien, elige a quien gustes.—habló primeramente su madre, sintiéndose un poco culpable en el fondo por la discusión de la noche anterior.

—Si es éste muchacho, no podemos meternos, una segunda vez no sería correcto. Pero no queremos más problemas, ni entre ustedes, ni con Yug.—añadió el señor Jeon, mostrando una postura más tranquila que antes.

—Todo estará bien papá, no te preocupes por ello.—con eso, Jungkook suspiró aliviado, relajando también su semblante y sonriéndoles a sus padres—Gracias por comprender.

—Gracias señor, y señora.—Taehyung mostró una leve reverencia sin levantarse, la cual fue correspondida del mismo modo por los mayores.

Lo más difícil estaba hecho.

11 de la mañana.
Después de arreglar las cosas con los padres de Jungkook, fue momento de irse, y cada uno tuvo que tomar su propio camino.
Jeon tenía que ir a trabajar, mientras que Taehyung debía ir a su casa y empezar a buscar un nuevo empleo.

Claro que, en realidad, el peli negro tenía otros planes, los cuales, eran un secreto para el rubio.

—Terminaré de trabajar a las siete, ¿puedo verte cuando salga, amor?—Jungkook se encontraba abrazando a Taehyung por el cuello, mientras Kim lo rodeaba por la cintura, sin conservar demasiada distancia entre ambos.

—Por supuesto Kookie, ¿te parece si estoy a las ocho en tu casa?—el rubio asintió emocionado, sonriéndole como un tierno conejito.

—Entonces... ¿Seguro que no quieres que te lleve a algún lado?, no me gusta dejarte solo mientras yo me voy en el auto.—formó un puchero.

El mayor hubiera aceptado el aventón encantado, pero justo en esos momentos, necesitaba que Jeon no estuviera enterado de exactamente a dónde iría.

—No amor, estaré bien, además no quiero que llegues tarde a trabajar.—le sonrió dulcemente y dejó un corto beso en los labios contrarios.

Finalmente, Jungkook subió al auto y arrancó rumbo a su empleo, dejando a Taehyung fuera de la casa Jeon.

Éste último llamó un taxi, y con sus últimos billetes logró pagarlo.
¿A dónde iba y por qué?, a casa de sus padres, para poder contarles que pensaba declararse de nuevo a Jungkook esa misma noche, y de ese modo, formalizar una vez más su noviazgo.

Si regresaría con él, quería hacerlo bien.

Casi una hora después, Tae llegaba a su destino, sabiendo de antemano que la noticia pondría muy felices a sus padres y quizá conseguiría que le prestaran algo de dinero para la idea que tenía.
Por supuesto tendría que pagarlo pronto.

Al llegar, fue recibido con saludos sorprendidos de los Kim, pues no esperaban verlo por ahí tan temprano ni mucho menos sin avisar.
El asunto con ellos no fue tan tardado ni complicado como había sido con los Jeon, ya que solo bastó con un resumen de la historia —aún más resumido que antes— y finalizar con un "realmente quiero volver con él, ¿me ayudan a planear algo?".

Sus padres también se habían quedado con la ilusión y la esperanza de ver a su hijo y al muchacho más dulce que habían conocido, juntos de nuevo; quizá ellos eran los fanáticos número uno de aquel noviazgo juvenil, y el que haya llegado finalmente el momento de resolverlo y retomarlo los hizo saltar de felicidad.
Sabían lo mucho que Taehyung amaba a Jungkook, y cuán feliz era estando con él, por lo que no dudaron ni por un segundo en ayudarle.

—¡Por supuesto!, tenemos una idea que será increíble.—comentó su madre mientras aplaudía con emoción.

—Solo que... Estoy bastante corto de dinero justo ahora...—el peli negro pasó su mano por su cuello evidenciando su vergüenza. No le gustaba tener que pedir préstamos, pero por unos días, lo necesitaría.

—No pienses en ello, hijo, nosotros te ayudamos con todo.—su padre le revolvió el cabello con una sonrisa, tratándolo por un momento como su niño pequeño.

—Son los mejores...—Kim suspiró aliviado mientras les sonreía.

Los mayores le ayudaron a planear un detalle romántico, no demasiado ostentoso pero sí muy bello, para que Taehyung se declarara esa misma noche; lo único que necesitaron fue saber que bebida prefería Jeon, y su tipo de flores favoritas.

Lo acompañaron a comprar las cosas que le llevaría a Jungkook, a elegir todo, e incluso a conseguir una mesita pequeña, un mantel blanco y un par de copas especiales para la ocasión con grabados en plateado, e incluso le dijeron a Taehyung que podía tomar prestado el auto familiar para ir al departamento del rubio; no demoraron tanto tiempo en tener todo lo necesario en sus manos, y lo último que faltaba era que Kim ideara como decírselo.

Un simple "¿Quieres ser mi novio?" no entraba en sus opciones, los tres pensaron en buscar una frase mejor, algo especial o al menos distinto a lo súper común.
Y pronto, lo tuvieron claro.

7:59 de la noche.
Un automóvil modelo Corolla 2020 color azul se estacionaba frente al edificio de departamentos donde residía Jungkook.

« Baja mi amor, llegué », decía el mensaje que envió Taehyung al rubio en cuanto apagó el auto.
Cuando recibió un « En un minuto bajo, amor », se dispuso a salir del vehículo y preparar lo que le presentaría como sorpresa.

Agradeció que el edificio tuviera un pequeño espacio de césped / jardín a un lado de la entrada, pues ahí colocó la pequeña mesita con el mantel sobre ella, sí, para una declaración a la luz de la luna; a velocidad sónica acomodó ambas copas, una botella de vino Cabernet Sauvignon y prendió una pequeña vela aromática de vainilla en el centro.
Ni él mismo supo cómo fue que tuvo aquella sorpresa a tiempo, contando que el rubio no tardaba tanto en bajar las escaleras del edificio.

Finalmente, tomó un ramo del flores en sus manos, el cual tenía las preferidas de Jeon: rosas blancas, lilis y un par de girasoles para aportar color al arreglo.
Fue difícil encontrar una florería donde pudieran juntar los tres tipos en un mismo ramo, pero por fortuna, lo había logrado.

Cuando Jungkook bajó y salió del edificio, quedó en shock al ver tal escena.

Taehyung con un traje negro elegante, usando su perfume favorito, sosteniendo un precioso ramo de flores en sus manos y con una mesa romántica justo a lado, sintiendo en el aire un dulce toque de vainilla, y todo siendo iluminado por la luz de una luna llena perfecta.
El chico que amaba le había preparado la sorpresa más hermosa que podría haber imaginado, y él se veía tan etéreo como siempre era a sus ojos.

Jungkook ni siquiera sabía si sonreír, llorar, correr a abrazarlo o simplemente quedarse allí de pie, analizando si aquello era un sueño o no.
Pero fuera como fuera, llevó sus manos a su rostro, cubriendo la mitad de éste, dándose cuenta de lo rápido que latía su corazón y de lo sonrojado que seguramente estaba a esas alturas.
No pudo pronunciar palabra, o al menos no una coherente aún.

—Dios... Yo... Tú... Amor...—tartamudeó el rubio.

—Hola amor.—el peli negro sonrió con las emociones a flor de piel, sintiendo como sus mejillas se calentaban gradualmente.

Taehyung se acercó un poco a él para tomarlo de la mano, aprovechando para acariciar suavemente la mejilla tibia del menor. Lo tomó como un caballero a su damisela, dejó un beso en el dorso de su pálida mano, y lo guió para caminar hasta la mesa que los esperaba.
No tomaron asiento en ese momento, en su lugar, se quedaron de pie, frente a frente, Kim no soltó el agarre que formó y Jeon lo miraba ansioso por saber de qué se trataba todo aquello.

—Kookie... Quiero formalizar contigo de nuevo, pero no quería hacerlo pasar como algo común y sin chiste, deseaba hacerlo bien, así que...—explicó el peli negro con el rostro completamente sonrojado.

Le extendió las flores a Jungkook, quien las tomó aún sin poder controlar el remolino de emociones que lo impactó; soltó la mano de Tae para poder sostenerlas, y se acercó levemente a las flores para sentir su aroma.
Una combinación perfecta de fragancias que lo hizo sonreír.

—No debiste...—dijo el rubio en un tono bajo y apenado, pero no fue por rechazar el obsequio, sino por la increíble felicidad que le daba el detalle.

Jungkook adoraba que le regalaran flores, más si eran por parte de Taehyung.

—Escogí tus favoritas... Ah, y también traje el vino que tanto te gusta.—señaló la botella con una sonrisa nerviosa—Y... Si me permites, quiero decirte algo...

Jeon asintió lentamente, lleno de emoción, y mostrándole una expresión que denotaba ternura y amor.
Kim, entonces, se declaró.

" Jungkook... He podido comprobar que, no importan las circunstancias ni el tiempo que pase, no dejaré de amarte ni un poco. No puedo hacer que mi corazón y mi alma se olviden de ti, y ahora entendí que realmente no quiero que lo hagan.
Jamás quiero tener que olvidarte, no quiero perderte de nuevo, nunca.

No importa qué obstáculo aparezca, ni cuántas discusiones debamos tener, en tanto pueda despertar cada mañana, no solo eligiéndote a diario, sino viéndote a mi lado.

Por eso, porque te amo, quiero preguntarte... ¿Me dejarías ser tu novio para siempre?... ¿O al menos por unos cien años más? "

Jungkook no tuvo ni siquiera que pensarlo demasiado, ni necesitó usar palabras para responderle a tal hermosa declaración.

El rubio se lanzó a sus brazos después de dejar las flores sobre la mesa, envolviendo el cuello de Taehyung con sus manos y eliminando cualquier distancia posible entre ambos; lo besó como jamás lo había besado antes, lento y profundo, dulce y cuidadoso.
Un beso que le gritó un "te amo con toda mi alma" a Kim.

Y bajo la luz de la luna, con el aire con aroma a vainilla y rosas, los dos corazones más enamorados del universo volvieron a latir en sintonía.

Esta vez, no se dejarían ir, al menos en unos cien años.
O con algo de suerte, ni en una eternidad.


No sé de dónde me saqué tremendo fic romántico, pero amé.
Con esto llegamos al final de Sobrio, y les agradezco por haberle dado una oportunidad. También agradecimiento especial a tDiwrnod_ por ayudarme con las ideas del final, casi me quedo calva jajajaja.

Recuerden ir a Spotify a escuchar la playlist del fic, y les dejo una galería aquí abajo para cerrar con broche de oro.

Nos vemos en otro libro, los amo❤️🍹

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