Fire

—Bueno...—Comenzó Dumbledore después de ver como todos ocupaban sus lugares en el comedor—Creo que deberíamos escuchar lo que queda de la presentación del joven Greengrass —Resaltó el apellido, como si de una traición hacía los de la luz se tratará—, antes de comer.

—Gracias por su amable recordatorio, acerca de mi familia, director —Comentó el pelirrojo, mientras subía a la tarima, haciendo que varios sonrieran creyendo que estaba avergonzando —. Pero se equivoca— unos cuantos fruncieron el ceño—, "joven Greengrass" sería mi hijo, aunque—dijo dándose golpecitos en la barbilla con el índice, simulando pensar—en todo caso sería "Heredero Greengrass"—Asintió con la cabeza después de unos momentos—. Sí, ese sería su título correcto, ya que yo soy Lord Greengrass.

Finalizó mirando con la cabeza ladeada al director, como si estuviera comentando sobre el clima. Sin embargo, todos pudieron notar como el orgullo, que varios sintieron, sobre todo dos hermanas; su padre junto a su gemelo y la tercera generación, por no permitirle a Dumbledore humillarlo, se filtraba en su voz. Al mismo tiempo que su postura reflejaba la altanería y soberbia de un Lord sangre pura.

—Así que, para terminar—Continuó, mientras dirigía la mirada al frente—. Estudié en Ilvermorny, siendo seleccionado en Thunderbird... Somos inteligentes y aventureros, pero también bastante temperamentales—Varios rieron, después de todo era la casa perfecta para el pelirrojo—. Jugué al Quidditch como golpeador—Los fanáticos aplaudieron—; mi patronus es un cuervo, al igual que mi forma animaga y como dije, estoy felizmente casado con una bruja—Buscó con la mirada a Sirius— que es su sobrina nieta, Señor Black.

—¿Cómo es...—Pero de pronto la conversación del lago llegó a su mente, así que miró hacía a la mesa de los encapuchados, donde uno asintió—Es nieta de Regulus—Dijo como un pensamiento en voz alta

—Así es, Regulus Black falleció sin saber que su prometida estaba embarazada.

—Daphne—Dijo Snape en un hilo de voz y con un poco de esperanza.

—Sí, para los que no sepan, Daphne Rosier era la hermana menor de Evan y Venus Rosier. Ambas hermanas tenían contratos de compromiso con los hermanos Black, desde muy pequeñas—Todos miraron a Sirius, quién asintió y tomó la palabra frente a las miradas curiosas.

—Daphne era la prometida de Regulus y como una hermana pequeña para mí. Mientras que Venus, que era la mayor, estaba comprometida conmigo, pero mi contrato fue anulado cuando escapé de casa a los dieciséis años y fui repudiado.

—Regulus nunca se llegó a casar—Continuó el pelirrojo, mirando a Harry–, es por eso que los mellizos no salen en el tapiz familiar de los Black. Regulus Jr. conservó el apellido de su madre y asistió a Durmstrang durante sus primeros años.

—¿Qué ocurrió con su gemela? —La voz de Severus amenazó con temblar, pero únicamente los que lo conocían verdaderamente se dieron cuenta. Como fue el caso de George II, quién le sonrió con tristeza antes de responderle:

—Murió en el parto, junto a su madre —Por segunda vez, todos pudieron ver cómo el alma de Severus Snape se rompía un poco más.

Toda esperanza de que su mejor amiga se hubiera salvado, se esfumó tras esas palabras.

—Ellos compartían un vínculo de alma, es decir que eran almas gemelas— Todos miraron a Sirius—. Es algo muy extraño, hasta en el mundo mágico, pero si se llega a completar el vínculo, no sólo comparten magia, emociones etc. Sino que se convierten en un alma dividida en dos cuerpos; por lo que Daphne no podría haber sobrevivido sin Regulus. De hecho, me parece extraño que haya logrado tener a los gemelos, generalmente perecen al mismo tiempo, sin importar donde se encuentren.

—No lo sabía— Se lamentó Cissy

—Cómo bien sabes, Cissy...eso no es algo que se comparta abiertamente en nuestros círculos—Intentó consolarla su esposo, tomando su mano.

—La magia de los mellizos fue lo que la mantuvo con vida, hasta que llegaron a término—volvió a hablar George— y Venus se encargó de cuidar de Regulus como si fuera su hijo. Ambos intentaron buscar a Sirius, para ayudarlo, cuando él salió de Azkaban, pero la Orden no creía en su deserción después de la muerte de su hermano a manos de Moody y por quien era el prometido de Daphne y padre del chico. Así que Venus, para evitar un juicio por portar la marca, además de que ambos serían blancos de los mortífagos por su traición y por quienes eran, decidió que se esconderían en América, ya que su coartada en Bulgaria había sido comprometida.

—La única decisión coherente que vi que tomamos en el futuro, desde que comenzaron estas presentaciones—comentó demasiado alto Molly

—Recuerda Molly que estás hablando de mi sobrino, de mi familia.

—Vamos Sirius, ese bastardo de Rosier mató a mis hermanos durante la primera guerra, no puedes esperar que los aceptemos. Encima, está claro que esa perra mantuvo sus prejuicios y pretensiones, sólo míralo —dijo señalando a su nieto—. Yo no lo reconozco como un Weasley y estoy segura de que se debe a esa esposa suya.

—No hace falta madre—Habló Fred—. Ya lo dejaste bien en claro y aunque sobreviva, si fuera por mí, mi hijo usaría el apellido de su madre—Todos estaban atónitos y Molly comenzó a modular como un pez fuera del agua.

—Ni lo intentes madre—dijo el otro gemelo—, pelearemos del lado de Harry—ambos miraron al azabache y luego al hombre de la tarima.

—Porque en esta guerra es lo correcto, pero nada más—dijeron al unísono y con énfasis en cada palabra, haciendo que Astoria mirara con los ojos cristalizados a su novio; dejando atónitos a la mayoría; aumentando la ira del director y llenado de orgullo a toda la tercera generación, junto a una castaña, que se propuso a hablar con ellos pronto.

—No se preocupen —Dijo Luna con una sonrisa—. Hay cosas que no saben, pero hay más opciones de las que creen, si realmente quieren cambiar las cosas—Luego miró al pelirrojo— ¿Cuándo ella se entera de la verdad? — El chico frunció el ceño y la sonrisa de Luna fue reemplazada por confusión.

—¿Tía Venus? —La rubia negó y se volvió para mirar a su hija.

—¿Él conoce su verdadera herencia? —Pandora supo que su madre se refería a su esposo, pero no entendía la pregunta. Luna se dio cuenta de ello y eso aumentó aún más su desconcierto— Vaya, creí que esa era la verdad que no querías que revelará—Finalizó dirigiéndose a George

—No quería que dijeras que tía Venus estaba viva o donde estaba en este momento. No es seguro para ella, ni para mi suegro—intentó bromear para aligerar el ambiente, pero no funcionó.

—¿Entonces por qué lo revelaste?

—Hablamos y es una de las cosas que nadie recordará

—¿Sabes por qué no es seguro? —Eso hizo que la tensión disparara entre la tercera generación.

—Lleva la marca y es una traidora para ambos bandos—respondió no muy seguro y Luna miró hacía la mesa de la tercera generación.

—¿Alguno sabe o conoce otra respuesta? —El silencio y los chicos mirándose uno a otro, desconcertados, fue lo único que consiguió.

—¿Qué está ocurriendo, madre? —Pandora intentó llamar su atención, pero Luna tenía los ojos puestos en su padre.

—Nunca le dijimos la verdad — La chica soltó bastante conmocionada

—No puedo imaginar por qué no, mi Luna—Xenophilius estaba igual de atónito.

—¿Alguien podría explicar o los lunáticos al fin perdieron la cabeza? — Si las miradas matarán, Crabbe hubiera estado seis metros bajo tierra, pero antes que alguien hiciera algo, Luna tomó la palabra.

—Director Dumbledore— Todos se congelaron en su lugar—¿Le gustaría explicar?

—No sé qué es lo que espera que explique, Señorita Lovegood. Está claro que usted, junto a su padre, son los que tienen conocimiento de algo que nosotros no aquí.

—¿Por qué no les explicas sobre tu obsesión con los Rosier, Dumbledore? — Puede que Xenophilius fuera un hombre de paz, pero se estaba cansando de los ataques pasivo-agresivos del líder de la luz.

—No sé de lo que hablas, amigo mío

—Lo sabes y al parecer a pesar de tus esfuerzos por borrarlos de la existencia, encontraron la forma de sobrevivirte —Tras eso miró a la mesa de encapuchados—. El asesinato de Evan Rosier no fue una consecuencia más de la guerra, Moody lo cazó.

—¡Por qué era un asesino despiadado que mató a mis hermanos a sangre fría! —gritó Molly

—Arthur—llamó el Señor Lovegood, ignorado el arrebato de la mujer—, a pesar de tu esposa, siempre te consideré un hombre que hace lo correcto y es honesto; si voy al Ministerio, más específicamente al Departamento de Registros de Magos y Brujas o a la Oficina de Nacimientos y Fallecimientos Mágicos ¿encontraré información sobre las hermanas Rosier? ¿O Evan aparecerá como único y último miembro de la supuesta familia extinta?

—Será Evan—El comedor dirigió su atención a la Señora Malfoy—. Lo sé, porque tras su muerte el Ministerio le dio el asiento de su familia y algunos otros derechos a mi padre, dado que mi madre era considerada la última de la familia con vida. Sin embargo, los duendes nunca la dejaron acceder a las bóvedas, alegando que la magia de sangre reconocía a otra persona como heredero—Xenophilius asintió—. Eso solamente podría explicarse con la intervención de alguien con el poder suficiente para hacer desaparecer registros completos dentro del Ministerio, pero nada puede alterar la magia de sangre que usa Gringotts.

—Está claro que, dada la gravedad de su situación, la Señorita Rosier habrá hecho arreglos —Intentó razonar Dumbledore.

—Evan murió antes de que ellas huyeran y luego de eso no tuvieron tiempo—Refutó George II—. Recién cuando estuvieron a salvo en Europa del Este, con ayuda de los duendes, lograron obtener una parte de la herencia Rosier, pero no toda, porque si no el Ministerio sería alertado.

—Sigo sin entender—dijo Sirius mirando de uno a otro, pero terminó posando su vista en Narcissa—Si sabias eso ¿por qué nunca las buscaste? Eran tus primas

—Las creí muertas. Ninguna volvió a aparecer en las reuniones o a escribirme

—También, poco después, Bella fue promovida y el Señor Oscuro se jactó de haber matado a una traidora de sus filas. Asumimos lo peor—Secundó Lucius

—Venus no huyó por miedo a los juicios, ni fingieron la muerte de Daphne por miedo a Voldemort... lo hicieron porque descubrieron la verdad sobre la muerte de su hermano—Explicó Luna

—Señorita Lovegood, pero sí mi esposa, su padre y tía Venus nos contaron otra historia en el futuro.

—Es lo que no entiendo, George...no entiendo por qué no revelar la verdad.

—¿Cuál verdad, madre? —Preguntó Pandora algo exasperada

—Los Rosier no fueron simples mortifagos, ni murieron por serlo. Dumbledore buscó extinguirlos por quién era su abuelo paterno... y la melliza de quién hablan, no está muerta. Está aquí...en Hogwarts.

Un silencio asfixiante invadió el comedor. La mayoría estaba atónito, incluidos los viajeros, que sentían que ahora sí las cosas se les escapaban de las manos. Sin embargo, los más preocupantes eran los primos Black, quienes, tras dejar atrás la sorpresa, adquirieron una mirada que hacía honor a su sangre...locura y oscuridad.

—Creo, Señorita Lovegood...que acaba de hacer una acusación muy seria para la cual no tiene fundamentos—Rompió el silencio Dumbledore—. Espero que se disculpe...

—Ella no hará tal cosa—espetó el líder de los encapuchados, poniéndose de pie, antes de mirar a la rubia—. Tía Luna, espero que puedas aguardar y no revelar más, al menos no aquí. Me gustaría que hablarás con nosotros en privado

—Creo, Joven...

—No me interesa lo que crea, director

—Es mi nombre el que ha sido calumniado

—Estoy seguro de que aquí no se ha dicho ninguna mentira. Puede que los de este tiempo crean en sus falsas intenciones, pero nosotros lo conocemos mejor. Lo único que está buscando ahora, es desviar la atención, hasta acomodar sus hilos.

—Creo que voy a terminar mi presentación para que todos podamos aclarar estas revelaciones—sondeó George y tras ver la batalla de auras mágicas que se desarrollaba entre el director y su líder, agregó—¡Así que fue en la escuela donde conocí a Denébola! —Dijo en un intento de romper la tensión y varios hicieron cara de disgusto por su falta de sutileza, haciéndolo reír —Sí, su padre siguió con la tradición Black del nombre de estrellas, dado que ella era su primera hija y princesa, la nombró como la estrella opuesta a Regulus en la constelación de Leo. Además, hubiera sido el nombre de su melliza si hubiera sobrevivido...aunque ahora sabemos que si...esto es demasiado confuso...

—Greengrass...—advirtió su líder, mientras tomaba asiento, sin despegar su mirada de Dumbledore.

—Lo siento, lo siento... continuo. Con ella tuvimos a nuestros terribles mellizos, Dante y Daira, los nuevos dolores de cabeza de Hogwarts —dijo mirando a su socio y luego al frente—. Sé que muchas cosas no son como esperaban y que puede ser difícil, pero todo tiene un porqué... Ahora supongo que iremos a aclarar lo sucedido...

—No— Declaró el Scorpius—. El director dice que las palabras dichas por la tía Luna son calumnias, así que hagamos que todos sepan de lo que son capaces de hacer el bando de la luz cuando las cosas no salen como ellos quieren—Más de uno contuvo la respiración.

—Bien, entonces para que vean, sobre todo usted Señora Weasley, haré que suba aquí, una persona que sí porta el apellido de su familia—Miró hacia los encapuchados—. Ven primita, creo que es hora de que recordemos a alguien especial.

Tras un largo suspiro y un apretón reconfortante en su mano por parte de su esposo, una encapuchada subió a la tarima, donde la esperaba su primo, quien depositó un tierno beso en su cabello, antes de guiñarle un ojo e ir a sentarse con sus padres.

—Bien... Esto no será para nada fácil, pero ustedes lo pidieron. Así que, buenas tardes Hogwarts...

Su presentación se vio interrumpida por las enormes puertas del comedor abriéndose de golpe, dejando ver a dos encapuchados, junto a un joven corpulento, con su bastón mágico tallado en su mano derecha y un abrigo de piel cubriendo su túnica.

Varios gritos ahogados y jadeos se escucharon, mientras el joven buscaba con la mirada a la única persona que le importaba en la sala, su única verdadera amiga en este colegio que tanto odiaba.

—Mia—Ronald miró a Hermione con odio y celos, esperando intimidarla, pero esta se levantó y corrió hacia los brazos del recién llegado, como si nada más importara en el mundo en ese momento.

—Viktor—Dijo estampándose en un abrazo. El chico le correspondió, tomándola de la cintura y levantándola un poco del suelo.

Todos estaban fijos en su lugar. Nadie podía creer que la estrella mundial de Quidditch, que en ese momento debería estar en una gira de promoción con la selección de Bulgaria, estuviera en medio del comedor, con una amplia sonrisa en el rostro y <<"Amenazando con matar de asfixia a Hermione con sus brazos de mono de la selva">>...o bueno, eso último era más un pensamiento de un celoso Draco Malfoy, al ver como él que él consideraba "su más fuerte competencia" abrazaba a su "mejor amiga" íntimamente, pero todos sabían que los verdaderos amigos no se miraban así, ni tenían ese tipo de celos ¿no?

—¿Qué haces aquí? —Hermione lo cuestionó casi sin aire, al separarse, pero sonriéndole ampliamente.

—Ellos me encontraron, tenían una carta que decía que nos presentáramos aquí lo antes posible—Explicó Viktor, señalando a sus acompañantes, con su marcado acento—. Una vez que los tres tocamos la carta, el traslador se activó y al aparecernos en la puerta, esas capas los cubrieron.

—No podemos quitárnoslas—Habló una de los nuevos visitantes y todos supieron que era una mujer.

—No creí que los invitarías—El líder le recriminó a su melliza.

—También merecían ser alertados. Lo que no esperé, es que los necesitaríamos para aclarar más secretos—Siseó y se acercó a los recién llegados—. Sean bienvenidos. Las capas son para su protección, nadie que no deba, sabrá quienes son...—el acompañante de la mujer río por lo bajo.

—Acaso no sabes que podemos vernos como se nos dé la gana—La voz gruesa de barítono resonó en el comedor—. Esto es una pérdida de tiempo...—Arrastró las palabras e iba a irse, cuando Luna interrumpió.

—Está viva—Los dos encapuchados la miraron y fruncieron el ceño al reconocerla—. Ella está viva y está más cerca de lo que crees. Si quieres verla, vas a quedarte.

—Si es cierto, harás que la maten, como a nosotros—Espetó—. Él la cazara, como lo ha hecho con ambos desde que supo de mi existencia—Luna negó con la cabeza.

—Créeme, no le tocará ni un cabello, demasiada gente la protege. Es más—señaló a la tercera generación—, fue tanto su secreto, que ni ellos saben su identidad.

—¿Quiénes son? —Preguntó la mujer

—La Tercera Generación, vinimos a contar ciertas cosas para evitar algunas muertes innecesarias de esta guerra y evitar una tercera—La mujer cerró los ojos con fuerza y tomó la mano de su acompañante.

—Lo siento, debemos irnos. Ya estuvimos en una guerra y decidimos mantenernos lejos de esta...hice una promesa...

—Hiciste la promesa por ambos—Se puso de pie Xenophilius—. Ella luchará en esta guerra y no le irá bien. Te arrepentirás si algo le ocurre y no estuviste allí para ayudarla.

—Hice lo mejor que pude al dejarla a tu cuidado y al de Pandora, lo que claramente tampoco resultó. No puedo...ni siquiera merezco mirarla a la cara...

—Venus...—Murmuró Sirius a un lado, para que sólo ella pudiera escucharlo, y la encapuchada se giró. Su garganta amenazó con cerrarse y su corazón con estrujarse, por lo que ocluyó—Se que no tengo derecho a pedirte que confíes en mí...

—No, no lo tienes

—Pero te lo ruego. Sólo quédate a escuchar, nadie recordará lo que no debe y muchas vidas podrían salvarse, incluida la tuya

—Cosas malas les ocurren a las personas que se meten con el tiempo, Siri...lo he visto

—Lo sabemos—Habló Scor—. Pero ya cambiamos las cosas con sólo estar aquí. Que usted escuche o no, no cambia el hecho de que alteraremos el pasado. El daño ya está hecho, queda en usted decidir si está del lado beneficiado o perjudicado de esta generación—La mujer negó con la cabeza, antes de suspirar.

Era una Slytherin, jamás desperdiciaría una oportunidad como esta, menos si podía salvar a las personas que amaba.

—Nos quedamos, pero podremos irnos cuando queramos.

—Trato—Todos quedaron pasmados ante la rápida respuesta del líder—, pero debes darnos una verdadera oportunidad—Ella asintió

—Tienes demasiada fe en ti mismo—Se burló el chico que la acompañaba—, hasta me arriesgaría a decir que tienes sangre Black corriendo por tus venas—algunos se ahogaron y otros rieron.

—¿Alguien me dirá por qué estoy aquí? —Interrumpió Viktor

—Yo podría hacerlo—Todos miraron hacía la tarima—. Soy Victoire Gabrielle Weasley—Dijo la joven con resignación mientras se sacaba la capa, dejando ver a una hermosa rubia; de ojos celestes; rasgos respingados y delineados; un cuerpo esbelto, cubierto por un delicado vestido verde, de mangas ¾, que se ajustaba en las zonas correctas, pero dejaba los hombros descubiertos, al igual que su pierna derecha gracias al corte que tenía desde el piso hasta su cadera, haciendo que todos en el comedor se sintieran atraídos como un imán al metal.

Sin embargo, lo que más llamó la atención, fue la cicatriz rosa, como si fuera recién hecha, que se extendía desde el lóbulo de su oreja izquierda y se perdía debajo del vestido al llegar a su pecho, que dejó ver, al tomar todo su cabello y acomodarlo sobre su hombro derecho. Aunque en realidad, no fue lo que alarmó a los que la interrumpieron.

—Eres rubia—Comenzó George

—No puedes ser una Weasley— Termino Fred

—¡Esto si es el fin del mundo! —Gritaron los dos al unísono.

Esto fue tomado con gracia por parte de la tercera generación, haciendo reír hasta a su nerviosa sobrina de la tarima, pero el resto del comedor estaba conmocionado. Algunos por su belleza; una pareja porque ya sabían que se trataba de su hija, pero la mayoría lo estaba porque, a pesar de que siempre se remarcaba que hubo una tercera guerra, era la primera vez que veían el daño causado de una forma tan cruda. Sobre todo, al notar como esa deslumbrante joven no tenía ningún problema al exhibir sus cicatrices con orgullo, haciendo trizas a las miradas de pena que le lanzaban, porque algo tuvo la osadía de arruinar su perfecta belleza.

Simultáneamente y todavía entre risas, varios encapuchados analizaron las reacciones en el comedor, ya que sabían que esta presentación marcaría, tal vez, un antes y después bastante importante en su plan.

—Ese vestido fue una arriesgada decisión—Comentó una peliblanca—. Sobre todo, sin una capa con los emblemas que demuestren quienes la protegen.

—Esperemos sea para bien—Dijo su hermano, señalando con la cabeza a un encapuchado que se retorcía, intentando liberar sus manos de las esposas mágicas—. Igualmente, no estoy seguro de que todos reconozcan los emblemas de nuestras casas.

—No, sé que no, pero al menos saben que pertenece a una lo suficientemente importante como para tener un escudo de armas. Ahora pueden tomarla como una simple comadreja—Pero cualquier replicación, fue silenciada cuando Victoire continúo hablando.

—Eso queridos tíos, es porque también soy una Delacour —Dijo con una mueca, mal disimulada.

—Eres nuestra hija—Comentó Fleur con su acento francés, señalando a Bill.

—Lastimosamente—Contestó de mala gana, haciendo que la familia de pelirrojos frunciera el ceño—, pero antes de que pregunten, de verdad espero que me dejen presentarme, porque créanme, las noticias que daré, no le gustarán a nadie. —Miró a todo el comedor y cuando notó que nadie la interrumpiría continuó.

>>Bueno, ya saben quiénes son mis padres, soy la mayor de tres hermanos, por lo que tengo veintinueve años; cumplo treinta el 2 de mayo, por eso mi nombre, dado que ese día vencieron a Voldemort, conmemorándose, los años siguientes, el aniversario de la Batalla de Hogwarts. Por ello mis padres decidieron que era apropiado llamarme la variante francesa de "Victoria", dado las raíces de mi madre—Pero la curiosidad de cierta mujer, no pudo contenerse.

—Cariño— Victoire cerró los ojos al escuchar a su abuela paterna— ¿Por qué puedes decirnos cuántos hermanos tienes y quienes son tus ambos padres? Pensé que el irrespetuoso de tu primo lo dijo, porque era hijo único.

—Tranquila Señora Weasley, es mejor así, nadie podría con dos como yo—Se jactó el pelirrojo, desde la mesa de las serpientes, donde estaba sentado al lado de su madre.

Los dos encapuchados recién llegados, lo apoyaron con risas entre dientes, desde sus asientos a un lado de los Malfoy.

—Georgii—regañó a su primo y éste se encogió de hombros, antes de que ella mirara a su abuela—. Abuela—dijo plasmando una sonrisa falsa en su rostro—, dije que tengo noticias importantes, quienes son mis padres, no forma parte de ellas. Además, creo que era algo obvio. George dijo que era su prima y que formaba parte del clan Weasley. Así que, si a eso agregas que soy rubia y parte Veela, que dado a como me miraron al sacarme la capa, los más inteligentes ya pudieron deducir, no hay muchas opciones de progenitores. El tema de mis hermanos...ya lo entenderán.

—¿Por qué pareces tan enojada con nosotros? Según entendí, tú si portas el apellido "Weasley" y tienes relación con todos nosotros. —preguntó su padre.

—Si tan sólo hubieras leído tan bien a tus hijos en mi pasado...

—Vic...—Dijo con la voz algo tomada Teddy, mientras su cabello pasaba a un azul pálido.

—Tranquilo Teddy, estoy bien—miró a su padre nuevamente—. Llevó su apellido porque crecí con ustedes; hasta intenté ser la hija perfecta, una digna Weasley, manteniendo sus ideales y quedando en Gryffindor cuando fui a Hogwarts. Pero llegó la tercera guerra mágica, dejando ver realmente de qué estaba hecho "el epítome de las familias de luz"—Soltó con odio.

—¡No comiences a mentir maldita traidora! —Gritó un encapuchado desde su mesa, intentando zafarse del agarre de sus otras primas.

—¿Traidora? — Soltó con sarcasmo la rubia— y yo que quería hacer esto en paz. Pero al parecer no se podrá. —dijo con cansancio presionándose el puente de la nariz.

—¡No dejaré que te pares allí y mientas para manipularlos! —Todo el comedor estaba en silencio, alternando la vista entre el encapuchado, quien se había parado, y la rubia —Fuiste tú, la se creyó toda esa patética historia de redención, terminado del lado de los asesinos y monstruos — Al ver como señalaba con la cabeza a Teddy y Alex, que se encontraban a ambos lados de Hermione por precaución, al mencionar la última palabra, más de una persona tomó su varita.

Viktor, al notar la tensión, se levantó y se colocó detrás de la castaña.

—Viktor—el joven negó con la cabeza.

—No sé cómo será el futuro, Mia, pero no permitiré que alguien te lastime o a tu familia. No otra vez—La chica le sonrió a su amigo y también preparó su varita, cuando la carcajada desquiciada de Victoire resonó en el comedor, deteniendo a todos en seco.

—Por favor Louis, hablas de asesinos y monstruos, cuando tú fuiste él que llevó a su propia hermana a una emboscada, donde esperabas usar como una moneda de canje a una de tus tías y....—Bramó, pero se vio interrumpida.

—No me vengas con eso—Se burló, dando unos pasos hacia el frente— Todos sabíamos que ella era solamente un reemplazo, ni siquiera tenía sangre Weasley; nunca nadie la quiso en la familia, era una molestia, además de una inútil.

—¿Y por eso merecía morir? —preguntó con falsa incredulidad.

—No, pero alguien debía hacerlo y al menos en la emboscada murió como una heroína, que es más de lo que merecía una resignación de segunda como ella —Dijo encogiéndose de hombros. Sin embargo, cuando terminó de hablar, fue estrellado contra las puertas del comedor a sus espaldas.

Todos esperaban ver a la rubia con la varita en alto, pero pronto otra encapuchada se levantó y caminó hacia él, mientras temblaba, aunque muchos no estaban seguros si era por la ira o por el dolor.

—¡Recuerda tu lugar, porque es de mi madre de quien hablas! Puede que ella no compartiera sangre contigo, pero yo sí, así que, si no es por ella, hazlo por mí. ¡Maldita sea! ¿Es demasiado pedir un poco de respeto

—¡Qué respeto quieres que le tenga si ella sabía lo que era y no hacía otra cosa que adular a todos esperando que la aceptaran! Puedo entender porque tu hermano no podía verlo ¡pero tú estás aquí! lo estuviste viendo desde que llegamos. Siempre se pudo notar que ella fue un simple premio de consolación —Dijo señalando la mesa de los leones, pero dado su posición en el suelo, nadie estaba seguro a quien señalaba.

—Para hacerte llamar un verdadero Gryffindor, hermano, no eres para nada honorable— Espetó Victoire, mientras el resto del comedor estaba atónito mirando a la interacción.

No fue hasta que se levantaron dos encapuchadas más, una ayudando al chico en el suelo y la otra haciendo que su prima bajara su varita, que todos salieron de la ensoñación.

—No me importa—logró decir la encapuchada que lo había atacado, bajando la cabeza—. Es mi madre, mi historia y la de mi hermano, soy la única que tiene derecho a contarla. Te perdoné por tu participación en su muerte, pero eso no significa que no la vengaré ahora de ser necesario.

—No tuviste el valor en aquel momento, menos lo tendrás ahora. Esa es su sangre corriendo por tus venas, eres débil, como lo fue Hugo y por eso eres una vergüenza par...—El chico iba a continuar, aunque todos ya tenían una idea bastante clara de cómo terminaría su discurso, cuando ya no se pudo escuchar su voz; lo habían silenciado.

Fue arrastrado de nuevo a su asiento, seguido por sus primas, y varios de la tercera generación sonrieron de lado. Después de todo, si continuaban así, no iba a ser tan difícil romper lo poco que quedaba de la familia Weasley. ¿Lo mejor? A este paso, nadie se daría cuenta de que eran ellos quienes movían los hilos. Después de todo, el contexto siempre es lo más importante.

Sin embargo, todas las personas de ese tiempo eran un manojo de nervios y preguntas. Nadie entendía exactamente qué estaba pasando, y se preguntaban: "¿Los Weasley no eran los buenos?".

—Bueno—llamó la atención la rubia—, teniendo en cuenta la interrupción de mi hermano, aclararé las cosas de una vez. Para mi familia y para casi todo Reino Unido, que haya terminado la guerra no significaba el final de los prejuicios. Los juicios eran implacables, no importaba si tenías la marca o porque la tenías, estar relacionado directamente con un mortífago, era mínimo diez años en Azkaban.

>> ¿El acoso que ahora sufren los nacidos de muggles aquí en Hogwarts? Fue destinado y mil veces peor, a toda la casa de Slytherin. No importaba si tu familia era neutral o si eras mestizo; eras una serpiente y eras escoria.

—No entiendo qué tiene de malo que obtengan un poco de su propia medicina—dijo despreocupado Percy, ganándose varias miradas de odio.

—Créeme, tío, pensaba lo mismo. Es más, nuestra familia, junto a los Potter, éramos considerados como dioses dentro del mundo mágico y aún más en la escuela. Teníamos como Ministro a Kingsley Shacklebolt, quien favoreció por años a todas las familias que pertenecieron a la Orden del Fénix. Los sangre pura que no iban a Azkaban tenían dos opciones: irse del país o soportar constantes redadas en sus casas, donde los aurores se quedaban con cosas de valor que confiscaban bajo el pretexto de "objetos oscuros"; sus bóvedas eran saqueadas bajo la misma excusa y después debían pagar desorbitantes cantidades de dinero por "reparaciones y compensaciones de guerra" —dijo en tono de burla, haciendo comillas con los dedos.

—Señorita Weasley—ella volteó a ver al director—, debe entender que en una guerra hay pérdidas. No conozco a otro hombre más honorable que Shacklebolt, Harry tal vez, pero estoy seguro de que no tomaría un galeón de más, menos si no es suyo.

—Pues usted lo dijo director, la guerra genera pérdidas, pero eso también incluye a la moral. Porque sí, el Ministerio decía que era para reconstrucciones, viudas de guerra, orfanatos; pero no fue hasta que estuve en mi último año en Hogwarts y fui a ver uno, que me di cuenta de cómo eran las cosas en realidad; porque créame profesor, esos niños hubieran preferido mil veces tener una infancia con los tíos de Harry Potter, que estar allí.

Esas palabras, para todos los que conocían la historia del "Elegido" con sus tíos maternos, se les clavaron en el pecho, haciendo que un escalofrío helado les recorriera la columna vertebral y los que desconocían la situación, al ver sus reacciones, por primera vez miraron con compasión al Niño que Vivió.

Por su parte, Sirius Black, comenzaba a comprender cada vez más las palabras que les fueron dichas en el lago y miró con ira contenida a Dumbledore.

—Pero al menos tuvieron...—Comenzó, pero la rubia negó con la cabeza.

—No fue mejor que el trato que tú tuviste, tío Sirius. Para su suerte, muchas familias contaban con los medios para huir, pero ser prófugos porque estaban relacionados con mortífagos o tenían hijos en Slytherin no es tener realmente una vida —y ese fue el momento en el que Victoire se dio cuenta de que tenía la carta perfecta para terminar de salvar una de las tantas vidas por las cuales viajaron al pasado—. Es como te pasó a ti cuando llegaste a Hogwarts —Sirius abrió mucho los ojos—, todos esperaban que fueras un mago oscuro por quienes eran tus padres; al igual que nadie se preocupó por probar tu inocencia hace años, dado que eras un Black. Porque era más probable que vendieras a un traidor de sangre y a una nacida de muggles, uniéndote a Voldemort, que creer que eran tu verdadera familia, por quienes hubieras muerto antes de traicionarlos.

Todos en el comedor contuvieron la respiración, con los ojos posados en Sirius, sobre todo la tercera generación.

Sirius buscó a sus primas con la mirada y, tras un asentimiento alentador por parte de las féminas, volvió su mirada hacia los encapuchados, asintiendo, esperando que el mensaje fuera recibido por la persona correcta. Cosa que se confirmó cuando notó que alguien se levantaba y correspondía el asentimiento en su dirección.

—No puede todo el mundo creer eso —volvió a hablar por primera vez Bill—. Dinos por qué estás tan enojada, pero no mientas en algo tan grande, porque de verdad puedes causar un daño irreversible

—¿A nosotros nos hablaras de daños irreversibles, padre? —Cuestionó con ironía— Te recuerdo que ahora soy mayor que tú y he vivido en el mundo que teóricamente están forjando en este momento para nosotros; así que déjame asegurarte, que si siguen como están, provocarán una tercera guerra mágica.

—No, si ahora nos encargamos de todos ellos correctamente —habló su madre—. Como dijiste, algunos huyeron, esta vez no les daremos la oportunidad; así no tendrán forma de volver a levantarse.

—¡Pero acaso se escuchan! —interrumpió Teddy—. Dicen que no tienen prejuicios, ¡pero no son más que unos hipócritas! Esos fueron los pensamientos que hundieron a su familia y cobraron vidas inocentes. No tienen idea de lo mucho que ciertas personas están sacrificando en este momento para ayudarlos a ganar, y van a ser los primeros a los que condenarán.

—Tú no puedes hablar —lo señaló Ron—. Te criaste con ellos, no tuviste a tus padres, es obvio que los defenderás.

Eso generó un jadeo colectivo y, por primera vez, Tonks tenía una mirada asesina, digna de una Black.

—Además, ¿qué tienes que opinar? Esto es algo de la familia Weasley y de la Orden; quedó más que claro que jamás perteneciste a ninguna de las dos.

Teddy cambió su cabello a un negro noche y se volteó para enfrentar al pelirrojo, pero la rubia se le adelantó.

—Puede opinar, tío Ron, porque es mi esposo; el padre de mis hijas y el hombre al que amo —dijo Victoire, bajando de la tarima y caminando peligrosamente hacia su familia—. Porque sí, en realidad mi apellido hace años es Lupin y lo llevo con orgullo. Así que te advierto, vuelve a lastimarlo de esa manera... tú o cualquiera de ustedes —dijo mirando al resto de su familia— y lo lamentarán. Porque me cobraré ahora todos los males que causarán en el futuro.

—¿Victoire? —La llamó su tía materna— ¿Por qué no nos dices qué hicieron, para que pases de buscar que estuvieran orgullosos, a querer asesinarlos?

—Madrina —cerró sus ojos por un momento, y cuando se cristalizaron, pasó su mano por su cicatriz que le quemaba y asintió—. Tienes razón —suspiró— y por si alguien no se dio cuenta, Gabrielle Delacour es mi madrina y Charlie Weasley es mi padrino —comentó mientras volvía a su lugar, al mismo tiempo que los mencionados agradecían a la pareja—. Aunque muchos no lo crean, hubo una persona que realmente esperaba que alguna vez nos casáramos con Teddy, pero como todo lo bueno que toca mi familia paterna, ella ya no está entre nosotros.

—Todavía no puedo creer que dejé que te casaras con él —dijo su padre.

—Lo sabemos —comentaron la pareja al unísono, para después sonreír.

—En el mundial de Quidditch de 2014 lo dejaste en claro. Éramos invitados del mismo Ministro —eso hizo recordar a varios, con ironía, lo que sucedió en el mundial de hacía unos años—. Teddy había ido con la familia de su madrina, pero dado que nadie conocía con quién se había casado, ellos decidieron quedarse en un palco privado. Así que únicamente él vino a sentarse con nosotros e hiciste lo imposible para interponerte. Le dijiste que, si quería que aceptaras nuestra relación, tenía que decirte con quién estaba viviendo y todo acerca de su madrina.

>>Él claramente se rehusó e igual encontramos la manera de pasar el partido juntos, pero Rita Skeeter, en un intento desesperado de salvar lo que quedaba de su despreciable carrera, sacó un artículo acerca de cuánto me parecía a la tía Ginny de joven, buscando relaciones con huérfanos de guerra —cierta pelirroja sonrió frente a la implicancia de esas palabras—. Sin embargo, cuando te busqué por ayuda, bueno, no solamente a ti, sino a la familia; dijeron que me lo merecía y esperaban que aprendiera la lección, dejando a Teddy o convenciéndolo para que se comprometiera con la familia delatando a Hermione.

—No lo puedo creer —se burló Ginny—. Ese es el gen de tu madre, definitivamente. Condenar a la familia por simplemente no aprobar a tu novio, es extremo. Además —dijo mirando a Teddy— ¿qué tanto tenía Hermione que esconder en Francia? Ni que se hubiera casado con Malfoy.

En ese momento algunos de la tercera generación casi se ahogaron con sus risas, bebidas y/o comida, que, dado que se había extendido la presentación, Dumbledore había hecho aparecer el almuerzo sin muchos miramientos. Teddy, que hervía de ira, tuvo que apoyar sus brazos y frente en la mesa para ocultar su risa, aunque su cabello lo delató cambiando a un rubio platino, característico de la mencionada familia.

Por su parte, las serpientes sonrieron con suficiencia al confirmar sus sospechas y Draco tenía los ojos muy abiertos, llenos de esperanza, mientras observaba a una castaña atónita.

—No—Dijo aclarándose la garganta Teddy, volviendo a la normalidad. Haciendo que varios entrecerraran los ojos en su dirección, no creyendo sus palabras—. Pero si tenía una estrecha relación con mis abuelos. Además, no era el punto. Por algo ella tomó la decisión de no tener contacto con ustedes tras la guerra, y yo respetaba eso.

—Sinceramente sigo creyendo que es una tontería, es Hermione de quién hablamos—Eso había sido lo que colmó la paciencia del Príncipe de Slytherin, que iba a levantarse, pero se vio detenido por su madre, quién tomó su muñeca y negó con la cabeza. Pero no por nada era una serpiente.

—Vamos Weasellette ¿Por qué no nos dices el verdadero motivo por el que quieres saber sobre la vida de Granger? ¿Acaso quieres asegurarte de que no te robó a Potty? —Soltó con su característico tono y con el veneno filtrándose en su voz, callando a todo el comedor.

—No sé si te lo perdiste Hurón, pero está claro que yo me casé con él.

—No lo sé —dijo encogiéndose de hombros—, si estuvieras tan segura, creo que no estarías persiguiéndolo tan desesperadamente por todo el castillo, como hace un rato, para que hablara con tus padres y se comprometiera. Pero no te preocupes, con mi padre podemos hacer un acto de solidaridad en caso de que necesites asesoría para un contrato.

—¡No somos tan pretenciosos como para necesitar un maldito contrato! —Grito Ginny, levantándose de su asiento y siendo jalada por Harry.

—Claro—dijo el rubio con una sonrisa victoriosa—. Por qué hostigar a tu futuro prometido y apelar a su lado honorable haciendo que te comprometa en un aula vacía, para obtener lo que quieres, es mejor ¿no?

—¡Maldito bastardo! —Gritó la pelirroja, lanzando un hechizo en dirección al rubio, el cual fue rápidamente desviado por Hermione, pasmando a todos.

—¿Her-Hermione? — Balbuceó Harry— ¿Qué...

—¿Qué estoy haciendo? Es simple Harry, estoy defendiendo a las personas que, por lo visto, me ayudaron cuando ustedes me dieron la espalda y le dieron a mi ahijado un hogar, que es más de que lo hiciste o considerando todo, harás.

—Pero no...

—Sí, Malfoy tiene una forma horrible de decir las cosas, pero eso no cambió con los años, no como tú y, aun así, es el único que me está defendiendo—Sus ojos brillaron con ira y su cabello parecía eléctrico, cuando Viktor se le acercó e intentó que calmara, pero ella lo ignoró—. Creo que no me puedes decir que los Weasley son la familia que pensamos.

—Eres una malagradecida—Espetó Molly

—¿Por qué? ¿Por qué descubrí que valgo más de lo que ustedes quieren hacerme creer? —Espetó girándose enérgicamente hacía Molly. Estaba cansada de todo este juego pasivo-agresivo, después de todo se estaba dando cuenta de que todo empeoraría, que todo lo que estaba haciendo en este tiempo no estaba valiendo de nada. —¿Quieren saber por qué...

—¡Mamá! —Fue Teddy quién la detuvo, levantándose y poniendo su mano sobre los labios de la castaña —No—susurró—, confía en nosotros, no es tiempo todavía—imploró con sus ojos avellana fijos en los de ella.

—No te preocupes, Hermione—llamó Victoire, tras ver el suspiro de frustración soltado por su "suegra"—. Porque si ellos quieren criticar—miró a su tía—les diré exactamente porque los odio y no es como dices, "por parecerme a mi madre", sino porque fue mi madre quien dejó morir a su hermana—Volvió la mirada hacia su madrina—. Si madrina, tu propia hermana, dado que no querías levantar tu varita contra mí y te declaraste neutral, te asesinó—Todos quedaron entumecidos en su lugar.

>>El día que organizaste para visitarnos, a mí y a mi hermana; ellos, con ayuda de mi hermano, las emboscaron —los que estaban de pie, cayeron en seco en sus asientos—. Tú quisiste detenerla para evitar que se llevaran a Dominique, pero ella te lanzó un sectumsempra y te dejo allí, desangrándote. Después de todo a la que querían era a Dom, mi hermana menor, a quien no solamente repudiaron por ser una Slytherin, a pesar de que ella intentó por años acercarse a la familia, hasta convirtiéndose en rompemaldiciones para trabajar con mi padre, sino que también, cuando se rehúso a unirse a la causa de la Orden, porque nos habíamos dado cuenta que esa vez no era el lado correcto, él la asesinó—Dijo señalando a Bill—. Así que, ¡Sí! ¡peleé para el "otro bando", familia! ¡Soy orgullosamente una maldita traidora! Porque jamás podría ayudar, apoyar y proteger a los asesinos de mi hermana y madrina. ¡A los asesinos de doble moral, a los que decían ser "de luz" y no eran más que unos hipócritas!

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Buenas!! A pedido de muchos, aquí la primera defensa de Draco a Hermione. Aunque no me crean, me costó adaptar a lo escrito, porque es todo tan delicado entre ellos, ya que esconden en gran secreto de Herms y literal ellos todavía son mejores amigos, digamos Hermione no sabe que le gusta a Draco y viceversa JAJAJA, pero les prometo que nos vamos acercando.

De hecho siento que con este capítulo tire UNA (hay muchas más) de las peores bombas sobre la tercera guerra, así que por eso también como que las interacciones de los de la segunda generación va quedando muy en segundo plano, pero tranquilos que intentaré darles más, solamente que considere que por ahí lo iban a tomar como relleno y ya que no me gustan eso en las historias, pues no lo hice pero se los daré.

Traje nuevos personajes!!! diganme si fui a la unica que le parece explosiva la presencia de Viktor? Por que sera que odia Hogwarts? 

Los leo, pero que les vaya gustando las modificaciones de esta versión editada.

Alguna conexión con mis otros fics?

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