BAD BLOOD
Advertencias: Mención de abuso infantil y muerte. Uso de palabrotas.
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Un silencio sepulcral cayó sobre el Gran Comedor, silencio que las serpientes sabían que era la calma antes de la tormenta. Por lo que mientras Harry Potter, sin despegar la vista del antebrazo de su mejor amiga, caía sentado en shock en su asiento; Draco se levantó lentamente, con varita en mano, seguido de sus amigos, padres y Venus.
Los demás Slytherin, aunque no lograban asimilar del todo que la marca tenebrosa estuviera en el brazo de una sangre sucia, al ver a su príncipe y princesa pararse, para defender a la leona, no dudaron en desenfundar sus varitas y ordenar a los más pequeños que se quedaran al margen. Después de todo, ellos siempre respetarían la jerarquía de su casa, y si el gran Lucius Malfoy estaba dispuesto a pelear por Hermione Granger, siendo uno de los más fieles seguidores del Señor Oscuro, quienes eran ellos abstenerse o juzgar.
Teddy, con el mismo color de cabello que su madrina, se colocó a un lado de ésta, con su varita lista; la vista clavada en los leones; sus sentidos de auror, junto a su magia, crispando y su mano libre frente a ella en caso de tener que hacerla a un lado rápidamente.
Victoire, al ver la actitud de su esposo, hizo una seña a Viktor y con ayuda de este, apartaron a las hermanas Delacour de la pequeña multitud que comenzaba a formase alrededor de Hermione.
Alex, de un salto, estaba al otro lado de la castaña, dejándola a su espalda y con toda su atención puesta en la mesa de profesores, al mismo tiempo que los Nott tenían su atención puesta en las águilas y tejones.
—Por favor, papá—Susurró Alice, tomando la mano de Neville, que tenía su varita bien agarrada.
—Ella no es el enemigo, Neville—le dijo en voz baja y con una sonrisa, Luna, tomando la otra mano de su amigo en un apretón reconfortante.
Neville estaba en conflicto, porque frente a él se encontraba su primera amiga; la primera persona que le había mostrado amabilidad en ese lugar; la que jamás se burló de él, de hecho, todo lo contrario, inclusive cuando la enfrentó en primer año, ella después lo había buscado para pedirle disculpas por petrificarlo y decirle cuan orgullosa estaba de él por ser tan valiente, por lo que dejase de pensar que estaba en la casa equivocada.
Sin embargo, ahora ella tenía esa marca, la misma que tenía la persona que le había quitado a sus padres y al parecer servía al mismo mago oscuro que ordenó una caza contra su familia y la de Harry. Así que miró a su hija, quién le sonrió alentadoramente.
—Está bien, confió en ti, Alice. Pero después, espero una explicación—La chica le dio un beso en la mejilla, antes de cerrar los ojos y que todo en ella cambiara.
Al abrirlos, ya no parecía la chica tímida que había estado en la tarima, sino una guerrera en todo su esplendor. Lorcan extendió su mano y ella la tomó con firmeza, uniéndose a la tarea de custodiar a los Ravenclaw.
Los demás de la tercera generación, lentamente ocuparon lugares estratégicos, en caso de que las cosas se descontrolaran.
—No puedo creerlo, Señorita Granger—Rompió el silencio Dumbledore, diciendo lo que todos pensaban—¿Cómo es posible?
—Usted sabía que yo era el otro espía de la Orden, director ¿por qué parece tan sorprendido? — Ella cuestionó con la cabeza ladeada, pero sin quitar su atención de sus amigos.
—Creí que la había seducido el poder que Tom promete dar, pero jamás creí que él...
—Dígalo—Se escuchó la voz mortal de Draco cuando Dumbledore dejó que sus prejuicios flotaran implícitos en el aire, pero sin expresarlos en palabras.
El rubio había ocupado el lugar de Teddy, enviando a este a custodiar la espalda de su madrina, con los ojos fijos en el anciano mago.
—La marcara—Terminó el director
—Eso no es lo que quería decir, director—Dijo con una sonrisa de lado, el heredero Malfoy—. Varios aquí lo sabemos, si no todos, ¿por qué no lo dice? No sabe cuánto espero que lo diga—Pero Dumbledore, al ver pura ira irradiando de esos ojos grises que le devolvían la mirada y como instintivamente la castaña acarició el brazo izquierdo del rubio, que sostenía su varita, en una intención de calmarlo, se quedó callado.
—No importa el motivo o lo que se esperaba. Tiene la marca, es una asquerosa mortífaga—Gritó Louis, levantándose y señalándola con el índice.
—No sólo eso—Comenzó Ron Weasley—. Es una maldita traidora
—Y una malagradecida—Terminó Molly por su hijo
—¿Eso último por qué, Señora Weasley?
—Te dimos una casa, una familia. Prácticamente te criamos cuando tus padres muggles parecían estar desesperados por deshacerse de ti en el momento en el que pusiste un pie en el mundo mágico
—Por favor—Soltó con sarcasmo e incredulidad Hermione
—¡Ves a lo que me refiero! — Molly casi gritó, señalándola y roja de la cólera—Estás en deuda con mi familia, ¡una deuda que jamás podrás pagar! Eres solamente una nacida de muggles, en el mundo mágico no eres nada. Eras nuestro acto de caridad, al menos eras inteligente y por algo que jamás entenderé, Harry te quería como una hermana; también serias una heroína de guerra, lo que compensaría el resto de tus falencias cuando te casaras con mi hijo.
—¿Y cuáles son las supuestas falencias de Hermione, Weasley? — La voz mortífera de Narcissa Malfoy hizo eco en el silencioso comedor. La pelirroja volteó a ver a la mujer que había odiado e invidiado por años.
Los Tonks-Black, al ver la intervención de la rubia, se pusieron alerta.
—Se cree mejor que los demás; jamás quiso aprender lo necesario para ser una buena esposa...
—Lo que jamás quise—la interrumpió Hermione—, fue aprender a ser una bruja ama de casa, como tú—Se iba a lanzar sobre Molly, sino fuera por los brazos de Draco, que rodearon su cintura—. Lo único que te importaba era enseñarme a cocinar para "mantener bien alimentado a tu amado Rony"—imitó la voz de la matriarca, haciendo comillas—, que come peor que un ejército muggle. Tejer y bordar para la tradición de navidad, porque claramente no tendríamos dinero para regalos decentes; cómo limpiar con hechizos, porque según tú, los medios muggles no funcionan y dado mi obsesión con los elfos, jamás tendríamos uno. Cuando la verdad era que jamás podríamos permitírnoslo, por lo que querías que memorizara los lugares "con los mejores precios" en el mundo mágico "para no malgastar lo que mi esposo, con gran esfuerzo, traería a casa". Sutil manera de decir que mi vida sería tan mediocre que debería conformarme con cosas de segunda o tercera mano.
—Todo eso, era lo que te haría una buena esposa—Dijo como si fuera lo más obvio—. Es lo que jamás entendiste y era mi responsabilidad hacerte ver la verdad, ya que no tenías a nadie. Jamás hubieras podido cumplir ninguno de esos fantásticos sueños tuyos, o ser una acomodada en la sociedad. No permitiría que te casaras con mi hijo, cuando siempre te creíste mejor que él, en vez de agradecernos por nuestro apoyo. Todos lo sabíamos, hasta tú, porque tenías las mismas aspiraciones que esa engreída—Dijo señalando a Fleur—, pero al menos ella tenía con qué sustentarse, ya fuera con el dinero de su familia o con su patética belleza.
—Ella no se cree mejor, es malditamente mejor que su amado hijo y jamás necesitará aprender esas cosas. De la misma forma que jamás necesitó de ustedes—Espetó esta vez Draco
—Además, Hermione es hermosa e inteligente a su manera. No necesita de nada de lo que dices—Intervino Fleur con su marcado acento, pero Molly sólo le dirigió una mueca y se concentró en Draco.
—¿Tú qué sabes? ¿Ahora me dirás que familias como la tuya la aceptarían? —Soltó con una risa sarcástica
—Exactamente—Habló nuevamente la matriarca Malfoy—¿Realmente crees que Hermione aprendió clase, ser estilizada y comportarse de acuerdo a la etiqueta, gracias a tú tutela? Por favor, Weasley, sólo hace falta mirarla por más de un segundo para saber la verdad.
Los ojos de Molly se abrieron cuando la compresión la golpeó y por primera vez, junto al resto de comedor, prestó atención a los brazos de Draco, que no abandonaban la cintura de la castaña, y en la sonrisa de superioridad que tenía plasmada en el rostro.
—Si existe una familia que verdaderamente acogió, protegió y apoyó a Hermione...Somos nosotros—la maldad goteando en cada palabra dicha por el rubio—. Los Malfoy
—Imposible—Dijeron varias personas a la vez, que nadie supo quién fue.
—No, no lo es —habló Lucius Malfoy, colocándose al lado de su esposa—. La Señorita Granger, al menos unas pocas semanas cada verano, desde su segundo año, ha pasado tiempo de calidad en la Malfoy Manor. Es cómo una hija para nosotros.
Nadie podía creer lo que escuchaba "¿Acaso Lucius Malfoy acababa de asumir que tenía de protegida y peor aún, consideraba familia, a una hija de muggles? Y no cualquier hija de muggles ¿si no a Hermione Granger?" Al parecer no era únicamente el futuro el que se había vuelto loco.
—No pueden creer eso—Espetó Ron—. Tú la odias—Señaló a Draco—. No paras de insultarla o llamarla "sangre sucia"
—Se nota que además de bruto, no eres capaz de retener otra cosa que no sea comida—Dijo con malicia—. La última vez que la llamé sangre sucia fue antes de que mis padres me permitieran relacionarme con ella, en nuestro segundo año. Después de eso, mis ataques y el de mis amigos siempre fueron contra ti y San Potter, comadreja ¿o no recuerdas cuando la defendí de ti en cuarto año?
Algunos no sabían a qué se refería, pero los que sí fueron testigos del acto, cuando Ron había abordado violentamente a la castaña en los pasillos del castillo acusándola de estar besuqueándose con Viktor Krum, que era "el enemigo", llamándola traidora y una cualquiera, asintieron en forma de apoyo. Muchos creían que, si no hubiera sido por la interferencia de las serpientes, más específicamente de Draco y Theo, Ron la hubiera golpeado o algo peor, bajo la excusa de "enseñarle una lección".
—Y que le quede claro de una vez, Señora Weasley... ¡jamás me interesó su hijo! Lo aceptaba por Harry ¡Porque, aunque lo dijera a todo el mundo, jamás fue mi mejor amigo!
—¡Calla! —Gritó Ron— No sabes lo insufrible que es tratar de ser tu amigo, siendo siempre tan mandona y sabelotodo
—Jamás intentaste siquiera ser su amigo, comadreja—Saltó Theodore Nott en defensa de su mejor amiga, acercándose un paso más a la castaña—. Solamente era buena para ti cuando hacia tu tarea, o te ayudaba con tus exámenes y salvaba tu maldito trasero—Miró a Harry, esperando que éste opinara, pero todavía parecía algo en shock— y Potter, no era mejor... diciendo que la quería como una hermana y permitiendo que la uses así—Eso sacó de la ensoñación a Harry
—¡No permitiré que calumnies a mi hijo! —Gritó Molly, sacando su varita y dando un paso para tomar el hombro de Theo, alertando a los Merak y sus aliados.
Pero antes de siquiera tocarlo, la voltearon y tenía una varita bajo su garganta.
—No tocaras a ninguno de mis hijos—Siseó Narcissa, apretando aún más su varita contra la garganta de Molly para hacer énfasis en su punto
—A veces olvido que tuviste que prácticamente adoptarlo cuando su madre murió, porque ni siquiera el bastardo de su padre lo quería—Todos los Merak vieron rojo
Era un secreto a voces que Theo había presenciado la muerte de su madre a los nueve años y que por eso podía ver los Thestrals, de la misma forma que se sabía de la mala relación con su padre. Sin embargo, lo que no era muy conocido, era que los Malfoy prácticamente lo habían adoptado, tras enterarse del abuso físico al que lo sometía Lord Nott, bajo la excusa de convertirlo en un heredero digno.
—Crucio
De un momento a otro, Molly Weasley estaba retorciéndose en el piso sorprendiendo a todos en el comedor, de forma que Narcissa dio un paso atrás, buscando quien había lanzado la maldición.
Detrás de la pelirroja, estaba la platinada que todo Hogwarts subestimaba, llamaba de lunática y era víctima del bullying más cruel dentro del castillo.
Sosteniendo la maldición imperdonable, la cual de pronto se intensificó, provocando gritos roncos de la matriarca Weasley, estaba Luna Lovegood, quien tenía los ojos azul eléctrico, con pepitas color bronce, congelando a todos en su lugar.
—Jamás—Su voz ya no era soñadora o cantarina como de costumbre, sino que era fría como un témpano de hielo—. Vuelvas—dio otro paso intensificando la maldición—. A hablar así de mi familia—soltó la maldición y se agachó para estar a la altura de una quejosa Molly—¿Entendiste?
—Pero ¡¿qué haces, Lunática?! ¡Pagarás por eso! —Gritó Ginny, sacando su varita, pero fue desarmada.
—No lo creo, comadreja—Dijo Theo poniéndose entre ella y Luna
—¡Todo esto es tu maldita culpa! — Volvió a gritar Ginny, señalando a Hermione.
De pronto todos los leones, los de ED y los miembros de la Orden salieron del shock y tenían sus varitas apuntando a la leona, al mismo tiempo que las serpientes y los Merak, tanto de ese tiempo, como del futuro, le devolvían el gesto.
—¡Basta! —Gritó Harry, saltando e interponiéndose, con las manos extendidas, entre Hermione y sus atacantes.
—¿Pero Harry? —Cuestionó Ron incrédulo, de la misma forma que todos los del futuro.
—Déjenla explicarse, merece la oportunidad y yo—miró a la castaña—merezco una explicación—Los ojos de la castaña se cristalizaron, llenos de esperanza y asintió enérgicamente.
—Por supuesto—Iba a moverse, pero Draco la detuvo y negó con la cabeza
—Estaré bien, Dragón
—No—Sentenció—. Deje que esto llegará demasiado lejos. Puedes explicarle, sin necesidad de exponerte—Hermione sabía, por su tono, que la batalla estaba perdida, así que asintió y miró a Harry, quien observaba la interacción tanto dolido, como extrañado.
—En segundo año me convertí en amiga de Draco, pero lo mantuvimos en secreto porque no estábamos seguros de que dirían los demás.
—Había enviado ese año, como de costumbre, una carta a mis padres quejándome de Hermione—Explicó Draco con voz queda—y esa madrugada, como respuesta, recibí un vociferador. Ambos me dejaron en claro que no era la manera de hablar de una chica y que me disculpara. Eso fue de los más extraño, pero creí que mis padres habían olvidado quién era ella.
—Eso no lo sabía—Dijo la castaña, mirándolo y conteniendo la risa al imaginar la escena.
—En ese tiempo jamás te hubiera pedido disculpas—Aclaró con un encogimiento de hombros—. Sabes que aún me cuesta hacerlo—Harry se aclaró la garganta y Draco lo fulminó con la mirada antes de continuar—. En fin, cuando mi padre vino a verme a mi primer partido, yo iba entrando al campo cuando me crucé con ella, comenzamos una discusión como de costumbre, pero cuando las cosas se intensificaron e iba a insultarla, mi padre me detuvo y me exigió que me disculpara, además de prometerle que jamás volvería a hacerlo.
—Eso fue de lo más desconcertante para mí, pero lo tomé como una victoria—Agregó Hermione
—Esa noche estaba tan desconcertado que opté por un bocadillo nocturno y me la encontré camino a la cocina. Al parecer ambos necesitábamos un descanso de nuestras vidas esa noche. Fue la primera de muchas.
—Jamás había conocido a alguien capaz de mantenerme un debate o que amara tanto los libros como Draco—Explicó Hermione y el mencionado ocluyó para no sonrojarse—. Después el resto fue fácil, como, por ejemplo, él fue quien los ayudó a resolver lo del Basilisco, no yo—Harry y Ron se miraron confundidos.
—Como dije—Agregó Lucius—, no sabía de qué se trataba, pero tan pronto como Draco nos contó que ella había sido petrificada, lo ayudamos a resolver el misterio.
—Pero no estaban lo suficientemente preocupados como para venir a verla, ¿no? — Habló por primera vez Minerva McGonagall
—¿Realmente cree, profesora, que hubiéramos sido bien recibidos si veníamos a exigir explicaciones por una nacida de muggles, que encima, a los ojos de todos, era hostigada por nuestro hijo? —Cuestionó con una ceja encarnada Lucius y Minerva hizo una mueca, antes de negar con la cabeza —¿Por qué cree que involucre al Ministro e insistí tanto en suspender a Dumbledore?
—¿Fuiste tú quien alertó al consejo y dejó esa página en su mano? —preguntó Harry a Draco, con los ojos bien abiertos al comprender. El rubio simplemente asintió.
—No estaba seguro de lo que haría mi padre, pero sabía que ayudaría. Así que me dediqué a investigar, cómo me dijo, sin separarme ni un sólo día de su lado—Señaló a Hermione con la cabeza—, mientras esperaba respuestas. Recuerdo que tuve que ayudar a Madame Pomfrey durante un mes, limpiando la enfermería, con tal de que no dijera nada acerca de que estuve allí—Dijo con una mueca, haciendo reír a la enfermera, lo que llamó la atención de todo comedor.
Poppy asintió confirmando el hecho.
—Todo eso pudo haberse evitado, si no hubieras dado ese diario a mi hija—Lanzó Arthur Weasley, causando que los Merak pusieran los ojos en blanco.
—O tú, dejando de hostigar a los sangre pura que fuimos indultados
—Todos sabemos Malfoy, qué es mentira que estabas bajo la maldición imperiosa y que en realidad sobornaste al Ministerio para que te dejará libre.
—Luego seguimos como amigos y fue por Draco que supe que Pettigrew era un mortifago, lo que significaba que Sirius no era quien había traicionado a tus padres—Interrumpió Hermione, mirando a su mejor amigo y luego a Sirius, ya que se dio cuenta de que la disputa entre Arthur y Lucius no se detendría—. Sabía que Crooks se escapaba por una buena razón, pero tardé en darme cuenta cual—Black asintió, recordando como ese gato del demonio se había convertido en su amigo y hasta le había facilitado las contraseñas de la torre—. Por eso intentaba que escucharas su versión de la historia—Dijo volviendo a mirar a Harry
—Admito que tenía mis dudas al principio, primo —Dijo Narcissa, mirando a Sirius—. Pero el sentido de justicia de esta jovencita—Miró con cariño a Hermione—, fue lo que me hizo ver que era imposible que buscaras lastimar al Señor Potter—Los ojos del merodeador se cristalizaron tras esas palabras.
—Pero si sabías ¿por qué no me dijiste acerca de Pettigrew? —Cuestionó Harry dolido—Sabes cuanto tiempo perdí con Sirius.
—No podía Harry ¿acaso me hubieras creído? Es más, me hubieras exigido saber de dónde saque la información y aunque intentara decírtelo, jamás creerías que los Malfoy eran buenas personas.
—¡Es que no lo son! —Gritó al límite—Son sus seguidores, Hermione
—No, no lo son. Lo único que hacen es lo posible por sobrevivir, al igual que todos, al igual que tú.
—¡Son motifagos por amor a Godric! —Volvió a gritar, pasándose la mano por su cabello, lleno de frustración
—Al igual que Regulus, al igual que Snape ¡Al igual que yo! —Gritó harta, haciendo volver a Harry al punto de la conversación.
—Exactamente, igual que tú—Hermione dio un paso involuntario hacía atrás y toda la tercera generación volvió a ver al Harry Potter del futuro, ese que dio la espalda a su hermana
—¡MALDICIÓN POTTER! —Gritó Draco cuando vio como Hermione ocluyó. Sabía que estaba evitando que las lágrimas cayeran, la conocía tan bien—¡Cuando entenderás que ella tomó la marca para protegerte! ¡QUE LO ÚNICO QUE HA HECHO TODOS ESTOS MALDITOS AÑOS FUE PARA PROTEGERTE!
—Si quería protegerme, Malfoy ¡hubiera peleado a mi lado y no venderme a ese maniático!
—¿Eso crees que hago? —Cuestionó dolida y se soltó del agarre del rubio para acercarse a su mejor amigo—Tuve tantas oportunidades, Potter—Éste abrió desmesuradamente los ojos frente al uso de su apellido, por parte de la castaña—. Él—Señaló a Draco—me ofreció huir, salvarnos, a mí y a mi familia. Ellos—señaló a Lucius y Narcissa—borraron la memoria de mis padres para que estuvieran a salvo y los enviaron lejos, porque yo se los pedí para poder quedarme contigo. ¿Acaso todos estos años preguntaste por ellos? —Harry se mostró apenado por unos momentos y ella se acercó aún más a él—¿Sabes por qué pude engañar a dos de los magos más poderosos de la historia, Harry Potter?
—N-No...—Tartamudeó, tragando saliva
—Porque están tan ensimismados en su poder y en que nadie se atrevería a jugar con ellos, porque nadie podría ser más inteligente o poderoso que ellos, que jamás creyeron posible que alguien sería capaz de engañarlos, menos alguien como yo, una simple sangre sucia —Sus ojos brillaban rojo y dorado, haciendo que por primera vez el azabache se cuestionara, si realmente conocía a su mejor amiga.
—Así logró que el Señor Oscuro la convirtiera en su heredera, su mano derecha y me la prometiera para "corregir su pequeño problema de sangre"—Comentó Draco, pero ninguno de los leones rompió el contacto visual—. Sin contar que pudo estar bajo las narices de Dumbledore, sin que supiera como se filtraba información de la Orden—Todos estaban pasmados, sin saber qué decir
—Ella le ofreció la profecía—Comentó Narcissa, mirando a su primo— y le dijo que te usarán de cebo—Harry miró por un segundo a su padrino y luego con odio a Hermione—. Necesitaba que él confiara en ella, pero tan pronto como le informó que te asesinaría después de conseguirla...
—Le dije que no, que Sirius sería de suma importancia en el futuro. Por eso cuando Bellatrix me vio a su lado, en la batalla del misterio, retrocedió atacando a Remus—Rompió el contacto visual para mirar a Sirius un momento—. Jamás tuve intenciones de usarte en el futuro ni nada parecido, pero era la única forma de que confié en mí y mantenerte con vida—Sirius asintió y aunque no le gustaba la idea de ser usado, era consciente de las cosas que uno hace en una guerra para sobrevivir, así que decidió preguntar:
—¿Por qué querías que obtuviera la profecía?
—Jamás quise que la obtuviera. Él la quería porque no conocía la totalidad de su contenido y creía que Dumbledore se la había contado a Harry —Miró al director—, cosa que jamás hizo. Mi plan era que Harry la rompiera tan pronto como la consiguiera, de esa manera ya no sería un peligro y la única forma que él podría enterarse de la parte faltante...
—Sería a través de ti—Finalizó Sirius por ella, incrédulo por su astucia y Hermione asintió— Pero ¿qué dice? ¿Qué es lo que no quieres que Harry sepa y a su vez Voldemort considera tan importante? —Cuestionó al director— y no vengas aquí Dumbledore con que no lo sabes
—De verdad no lo sé, hijo—Hermione soltó una carcajada
—Claro que lo sabe, Trelawney se lo dijo completa y todo lo que has hecho, como dejaron en claro los del futuro, fue para que esa profecía se cumpliera, pero te equivocaste, porque la adivinación es una ciencia muy inexacta — Miró a Sirius—. La profecía dicta que el Señor Tenebroso señalaría como su igual a uno de los niños nacidos al caer en séptimo mes, hijo de quienes lo enfrentaron tres veces, pero éste contaría un poder que él desconoce... por lo que uno de los dos debe morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podría vivir, mientras el otro siguiera con vida.
—Y como todo en la adivinación, esto estaba sujeto a la interpretación—Señaló Draco
—Ese poder oculto que Dumbledore interpretó como el sacrificio de Lily, quedó descartado cuando el Señor Oscuro usó la sangre de Harry para recuperar su cuerpo—Hermione ya estaba más calmada y había vuelto al lado del Draco, quien no dudó en atraerla de la cintura, en un gesto tanto posesivo como protector—. Tú verdadero poder, Harry—Ella le sonrió con tristeza—es la misma razón por la que Dumbledore organizó todo para que te mantuvieras a salvo y sea Voldemort quien te mate en el momento adecuado
—¿Qué? Eso es imposible Hermione
—Exactamente—Lo secundó Ron, ahora al lado del elegido, como su fiel amigo—. Estas queriendo manipularnos, como todos esos bastardos simpatizantes de mortifagos—Espetó, refiriéndose a la tercera generación—, porque Dumbledore jamás permitiría que Harry muriera—. Todos miraron al director, quien tenía una mirada llena de pena y condescendencia.
—Dígaselo. Le estoy dando una cortesía que no me dieron
—Señorita Granger, usted no sabe toda la verdad—Los Merak rieron, pero fue Andy quién habló.
—Después de todo esto ¿todavía cree que mi madre es tan ilusa? — Se burló la platinada—Señor Potter—Harry miró a la encapuchada—, usted es un horrocrux. Es por eso que habla pársel, ve a través de los ojos de Voldemort y él puede "poseerlo"—dijo haciendo comillas con los dedos—, pero, sobre todo, ese es el verdadero significado de esa cicatriz—le señaló la frente—. Él iba a usar su muerte para crear otro horrocrux, pero cuando la maldición asesina le rebotó esa noche, una parte de su alma se adhirió a lo único vivo en la habitación, usted.
Los ojos del azabache se abrieron y se llenaron de lágrimas. Volteó a mirar al director con la esperanza de que su más grande ídolo le dijera que todo era una mentira, una manipulación por parte de los de la tercera generación.
Sin embargo, Dumbledore solamente sonrió con nostalgia y apartó la mirada, haciendo que Harry sintiera lo mismo que había sentido la vez que vio el recuerdo de Snape donde éste era humillado por su padre, decepción.
Sirius buscó la mirada de su ahijado y notó desolación en sus ojos verdes, esos que una vez le pertenecieron a su mejor amiga. Eso lo impulsó a levantarse y lanzar un Crucio a su líder.
—¿Cómo pudiste? — Estaba roto y aunque él era quien lanzaba la maldición, podía sentir sus venas quemar, de la ira, la desilusión y el dolor—Todos nosotros confiamos en ti y ¿qué ganamos?... ¿¡Morir?!
—¡Canuto! —Lo llamó Remus, pero Sirius no escuchaba a nadie, no existía otra cosa en el mundo más que Dumbledore y sus ganas de hacerlo pagar
—¡¿No te bastó con causar la muerte de Lily y James?! O ¡¿Dejarme pudrirme en Azkaban?! ¡Sabías que era inocente! Pero no, ¡tuviste que dejarlo con esos malditos bastardos, para que lo maltrataran por años! —Todos sabían que se refería a los Dursley— ¡Y encima ahora me enteró que lo preparaste para morir! Y...y ¡Ni siquiera lo dejaste vivir unos días de paz! —Intensificó de tal forma la maldición, que varios apartaron la mirada y se taparon los oídos frente a los gritos del director.
Varios profesores intentaron atacar a Sirius para desconcentrarlo, junto a los Weasley, pero no por nada era un ex auror y un Black. No era muy difícil para él desviar los hechizos que le lanzaban, de forma no verbal y sin varita, mientras mantenía la maldición imperdonable, por lo que Remus tuvo que detenerlo, usando su fuerza de hombre lobo, tirándolo al piso.
—¡Canuto para!
—¡Suéltame Lunático! —Gritó mientras forcejeaba.
—Entonces cálmate, Canuto. ¿Qué piensas hacer? ¿Matarlo? — Habló Remus Lupin, como la voz de la razón que era.
Esta situación era un déjà vu para los merodeadores, después de todo no era la primera vez que Remus tenía que evitar que Sirius hiciera una estupidez.
—Se lo merece, Lunático
—Lo sé, lo sé, Canuto—Dijo reflejando el dolor de ambos en su voz—, pero lastimosamente no puedes...ya está muriendo, es cuestión de tiempo. No rompas tu alma así.
Severus, con ayuda de Poppy, socorrieron a Albus mientras los merodeadores se abrazaron, dejando que el dolor, por una vez, se filtrara fuera de sus cuerpos.
—¿Así que todo esto no servirá nada? —Soltó Harry, mientras se dejaba caer nuevamente en su asiento
—No servirá de nada si le das la espalda a la única persona que ha luchado con uñas y dientes para mantenerte con vida, al costo de la suya o, mejor dicho, de su felicidad—Respondió un encapuchado a su padre.
—¿Cómo dices?
—Hermione Granger no sólo logró mantenerte todos estos años con vida, sino que logró encontrar una forma de que sobrevivieras por segunda vez a una maldición asesina—Todos miraron a Hermione
—¿Funcionará? —Varios encapuchados asintieron y Teddy sonrió, acariciando el brazo de la castaña, frente a la falta de confianza en su capacidad.
—Es por eso que ellos—dijo Scor, señalando a las gemelas Weasley y a Louis—, quieren que la Señorita Granger muera después de los juicios. Porque si lo hace antes, es posible que se pierda la segunda guerra.
—Clara enseñanza de Dumbledore. Usar a las personas mientras le son útiles, para que luego mueran en el momento adecuado y así "los de la Luz" ser los héroes del día —Comentó la hija de Hermione.
—No permitiré eso—Saltó Harry—. No después de todo lo que ha hecho por mí—Miró a su amiga—. No cuando me elegiste por sobre tus padres, tu libertad y no te importó si morías en el intento.
Hermione se soltó de Draco y corrió a abrazar a Harry con fuerza, dejando que por primera vez todas sus emociones fluyeran sin restricciones.
—¡Todo puede ser una maldita mentira, Harry! ¿Cómo sabes que sobreviviste? —Los del futuro querían golpearse la cara.
—Señor Weasley ¿acaso no recuerda que hace unas presentaciones insulto a mi padrino por abandonarme con mi madrina o que dije que me enseñó todo lo necesario para ser auror? —Teddy suspiró, invocando toda su paciencia
Pero no todo era felicidad, sobre todo para el príncipe de las serpientes, quien, al ver la escena, se le estrujo el corazón.
Porque era cierto, Hermione había elegido a Harry Potter por sobre él; eligió la posibilidad de morir al lado de Potter, en vez de huir para sobrevivir con él. Ahora sus inseguridades se hicieron más fuertes, más sí tenía en cuenta que ahora estaban emparentados por sangre. Porque por más que a Draco no le importará, dado su crianza, sabía que Hermione tenía otros principios y si además consideraban el hecho de que toda su vida era una gran mentira...las posibilidades no estaban a su favor. Sin contar, que, hasta el momento, sabía que en el futuro Potter le daría la espalda a su castaña, abandonándola, por lo que tenía esperanzas de que la hubiera lanzado directamente a sus brazos, << "Pero ahora ¿Qué le impediría quedarse, como siempre eligió, al lado del niño que vivió?">>
Draco cerró los ojos y sintió una mano en cada hombro, no necesito abrir los ojos para saber qué se trataba de Theo y Blaise, de la misma forma que sabía que fue Pansy la que tomó su varita y entrelazó sus dedos.
—Debemos irnos—Dijo Theo y como uno salieron del comedor, bajo la atenta mirada del matrimonio Malfoy, quién había confirmado sus sospechas, y la tercera generación.
—Padre—llamó Scorpius algo confundido y fue Pansy quien lo detuvo cuando quiso avanzar
—Debes dejarlo ir—Le susurró en voz firme, pero con cariño—. Él necesita calmarse o podría hacer algo de lo que después puede arrepentirse.
—Pero no lo entiendo
—Él aún no lo ve. Piensa que ella jamás lo elegirá—Scorpius miró a su madre, quien estaba agarrada con fuerza del brazo de Potter, mientras este discutía fervientemente con Ron Weasley
—¿Y si alteramos tan irrevocablemente el futuro? —La preocupación tiñendo su tono
—Ella es tu madre ¿no es así? —preguntó Pansy y Scor asintió.
—No te preocupes, los haremos entrar en razón —dijo, dándole un apretón reconfortante en la mano del rubio—. Nunca vimos a alguien que amara con tanta intensidad como ellos—Scor no pudo evitar sonreír.
—Lo sé. Todos soñamos con tener un amor como el de ellos, pero hay cosas que no contemplamos cuando viajamos...que pueden...
—Déjamelo a mi—Lo interrumpió Pansy—. No necesito saberlo aún, pero si de algo estoy segura, es de que no existe fuerza en este mundo que pueda mantenerlos separados.
—Espero tengas razón—Suspiró el rubio—. Gracias, madrina—Pansy abrió muchos los ojos, los cuales estaban cristalizados, antes de aclararse la garganta y asentir, para retirarse
Lo que Scorpius no notó, por tener su atención puesta en la retirada de su madrina y en la actitud de su padre, fue el bombarda que había lanzado Ron Weasley, hacia su madre, causando que la mesa de las águilas volará en pedazos y muchos fueran lanzados por los aires, incluido el mismo.
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Espero estar compensando la ausencia. Aviso para aquellos que leen "El Sacrificio de Amar" que no me odien, pero voy a tratar de terminar una historia, para luego concentrarme en otra.
También, muchos preguntaron, mi usuario en AO3 también es DarknessRosier, pero yo les avisaré, al inicio, que capítulos no estarán completos aquí, para que vayan alla. De momento son los mismos en ambas plataformas.
Sin más, mis propios comentarios JAJAA
NARCISSA BLACK TE REZO!! Dios esa mujer es todo lo que está bien.
Los que leen SA, espero hayan captado la referencia del diálogo Wolfstar, no me pude resistir JAJA. Aunque si me vi tentada a que Sirius le de con todo lo que tenía a Dumbledore JAJA
¡¡¡MI DRAGÓN!!! ¡Esta tontito y ciego, pero lo amo tanto... Dios! ¿Algún fan de HOTD? ¿Que haya sentido ese "Dígalo" en el alma?
Teddy, mi osito, te amo wee JAJA y ¿Estamos todos de acuerdo con matar a Molly?
Bueno, en fin, espero haber dado más respuestas de cómo se fue formando el Dramione; la marca y cómo Hermione terminó tan unida a los Malfoy.
Por otra parte, se dan cuenta que el Harry del futuro, nada que ver con este ¿No?
GRACIAS A TODOS POR LEER Y SUS COMENTARIOS SON VIDA PARA MI, así que no duden en dejarme saber sus teorías y decirme donde chillaron que yo andaba loca de la emoción gritando mientras escribía JAJA
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