3. El Viaje (I)

Quite el seguro del conducto de ventilación y entre en el, cerré de nuevo. Empuje la mochila hacia adentro, me asegure de que estuviera vacía la tienda y deje caer la mochila sobre la ropa, sin que se escuchara al caer.

Active mi radio y lo deje cerca de la entrada del conducto. Retrocedí, baje las piernas espere a que ellas tocaran los estantes y me sostuve de la lampara, entonces me deje caer.

Me quede ahí arrodillada esperando que mi respiración se normalizará, saque una botella de agua de la mochila y la bebí por completo.

Estaba asustada, pero a la vez segura, y decidida. Dos meses atrás ni siquiera habría podido tomar un arma. Pero ahora era capaz de cosas que en mi vida hubiera creído hacer. Sentía como todo a mi alrededor se relajaba, inclusive el ambiente, era realmente asombroso. Había escapado de ellos, y si no me equivoco pocos habrían logrado lo que yo logre esta noche. Me enfrente a zombis, soldados y solo termine con un pequeño rasguño en mi pierda.

— Solo un rasguño Geles. —me digo a mi misma de forma positiva.

Suspire. Tome la mochila y la cubrí por completo con la ropa, sin dejar que se notara. Saqué mi radio y comencé mi trayecto al cuarto de seguridad, desde ahí podría observar todas las cámaras de seguridad. No me arriesgaría a irme caminando como si nada sucediera por el comercial. Así que solo subí al conducto de ventilación y con mi linterna en mano, avance hasta el cuarto de vigilancia.

Me deslice por la izquierda y luego a la derecha entonces el conducto se dividía en tres. Elegí el de la izquierda a pesar de que no era zurda, llegue al final del conducto, pero no había nada más que un ventilador al final de el.  ¿Donde estaba? Me empecé a asomar para ver a través de este, el olor a carne podrida, me dejo mareada por varios segundos. Y en cada vuelta de sus varillas se veían las calles, estaba viendo hacia afuera. Pero algo andaba mal, no había ni un solo zombie.

Todo por algún motivó pasaba en cámara lenta frente a mis ojos. Me quedé absorta a mis pensamientos, razonamiento. Una de las chicas estaba ahí, cuidando los equipos de los demás y como si de un peluche se tratara algo la golpeó dejándola inconsciente.

Deje de respirar y observe hacía donde había caído la chica, ¿Que mierda era eso?

El miedo es solo una parte de lo que eres, pero sin él no eres nada.

Si, así era. Pero el miedo al que mi padre se refería en ese momento no era nada mas y nada menos que el temerle a la oscuridad de mi habitación.

Pero esto, ni siquiera se le comparaba. 

Su cuerpo era gigantesco, parecía no tener piel, lo que dejaba ver sus músculos, que estaban entre verde, amarillo, morado y rojo. Como si de una broma se tratase observo hacia mi, era imposible que me viera, pero sus en blanquecidos ojos mostraban todo lo contrario, dio un paso, otro y luego otro. Pegue la radio a mi boca y hable. — Hay algo aquí, algo grande y claramente sobrehumano, repito. Necesitamos ayuda.

— Equipo de rescate 156 ¿Cual es tu ubicación?

Me quede callada varios segundos y levante la mirada de nuevo, esa cosa estaba parada, observando el conducto y regresaba su vista a la chica. No podía dejarla morir, debia ayudarla. — Frente al centro comercial, una de ustedes ha sido atacada, por favor. Yo no... No puedo ayudarla.

— Huye de ahí, rápido. Escuadrón listo tenemos uno grande, a atacado a Michi.  — las voces siguieron sonando a través de la línea que parecía quedarse sin señal, entonces sus pasos por medio de la rádio fueron reemplazados por un fuerte gruñido.

Me quede ahí y me di cuenta de lo realmente sucedía, esa cosa tenia una marca en el pecho. Una marca echa por el ejército, ya la había visto antes, es la misma marca que preparo a todos los doctores y estudiantes de medicina.

Sin dudarlo mas, empecé a retroceder. Volvi a esa división de tres saque mi mapa y marqué en él hacia dónde llevaba el camino anterior. Seguí a mi derecha, observe hacia abajo por si el cuarto de seguridad se encontraba mucho antes de lo previsto y asi fué. Lo vi,  desatornille el seguro, lo abrí y me deje caer dentro de este.

Este era mi hogar desde que todo comenzó. La colchoneta con unas cuantas sabanas encima y en las estanterías algo de comida, un saco de boxeo y ropa perfectamente doblada. Y todas las pantallas frente a mis ojos.

Me vi en el pequeño espejo, tome el botiquín, saque el desinfectante de manos y limpie mis heridas, la de esta mañana y la de hace apenas minutos.

Desde que los zombis aparecieron, los dias parecían ser mas largos. El sol se ocultaba mas tarde de lo normal y en el aire estaba nada mas y nada menos que ese virus mortal, que se había adueñado de miles y millones de soldados. O esa era mi perspectiva.

Como un balde de agua fría sobre mí espalda busqué las cámaras que daban hacia afuera, pero nada. Ni un solo movimiento. Busque entre las grabaciónes recientes y retrocedí, una granada lo había echo explotar. Pero dos de ellos estaban heridos, la niña de peluche y el bufón.

Marco y Michi.

Me vendo las manos y golpeé el saco. Dejando a un lado las cámaras, lo golpeé una y otra vez, mientras las imágenes aparecían con cada uno de los golpes que aumentan su fuerza.

— ¿Has visto las noticias, las redes sociales?

— No te preocupes  Geles, solo son noticias exageradas.

— ¿Has visto el video de nueva york?

— No te preocupes, el gobierno centroamericano no dejara que se infecte el continente, segun se ya lo tienen controlado y por cualquier emergencia nos estan preparando.

— Eso significa que estamos a salvo.

Asi es, te mostrare algo.

Un asqueroso y estúpido zombie estaba en su pantalla, mostrándome cuán cerca de ellos había estado. Todo iba a estar bien, todos íbamos a estar bien — Todos... —Suspiro y dejo que las lágrimas caigan mientras me abrazo del saco.

Pasan varios minutos en los cuales simplemente lloro. Y me doy cuenta que debo salir de aquí e ir en su busca...

Me cambió de ropa y permanezco aquí por lo que queda de la noche. Tres largos días pasan para que salga de este cuarto.
Mi short y camisa corta hace que se noten mis ahora músculos marcados, llego al gimnasio y comienzo mi luchar con las máquinas. Paso aproximadamente 6 horas aquí, luego 2 horas en el puesto de armas y por último la despensa.

El resto del tiempo lo invierto buscando provisiones, armas, balas y todo tipo de cosas que puedan ayudarme a sobrevivir.

Está era mi vida, luego de que todos se infectaran. Y ni aunque los rescatistas vinieran por mi, iría con ellos. Mi única meta ahora era cumplir mi promesa.

Volver con mi familia.

DOS MESES DESPUÉS

Corro tan rápido como puedo a través del comercial, uno de los perros zombie trata de morderme y con cada paso se acerca más y más a mí. Sacó el arma que llevo en la cintura y me dejo caer de espaldas contra el suelo. El perro brinca y todo pasa en cámara lenta, las balas atraviesan su estomago y cae sobre mi.

— Perro estúpido. — lo lanzo a un lado y veo tres perros más. Saco mi otra armar, me pongo de pie y estos se vienen contra mi, los tres disparos son certeros y letales. Quedo arrodillada respirando profundo para estabilizar mi corazón. Vuelvo a pararme y camino por el centro comercial con ambas armas cargadas y alguno que otro cuchillo.

Comienzo a mover los autos hasta las paredes del centro comercial que bloquean la entrada de los zombis. Hago un tipo de barrera extra y colocó autos con combustible encima para cualquier emergencia; y estos sirvan como detonadores.

Entro a otra de las tiendas de ropa y la cierro, mientras con sus estantes cubro la entrada. Veo algunos  leggins de cintura alta y me los mido. Me pongo un top que se cruza en el abdomen y recojo mi cabello en una cola alta.

Mi aspecto es otro luego de estos meses, las ojeras se han ido, al igual que todo rastro de gordura.
Ahora los zombis han dejado de rondar por aquí y pasaron a mejor vida. Ahora no solo cambio mi aspecto, la compasión y toda debilidad a desaparecido.

Mañana sera un nuevo día y con el salir del sol, abandonaré este este lugar. Al igual que quedara seguro, como una zona de reposo, mi zona de reposo.

Estoy lista para sobrevivir y se que lo lograré, solo debo llegar a una zona de rescate para luego ir a una zona segura y el juego habrá terminado.

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SOBREVIVIENTE

Al fin veremos a Geles en acción, acompáñala en su intento por sobrevivir.

Nos seguimos leyendo, no olvides tu voto y comentario.

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