Capítulo 3.
A la mañana siguiente, Steve despertó primero pues era alguien madrugador, costumbre adquirida en el ejército. Además, el tener que estar siempre alerta de los zombis lo mantenía más despierto que dormido. Pero aquella noche fue diferente, pues durmió profundamente, al punto que no supo en qué momento la almohada había desaparecido para dar lugar a que él y Tony estuvieran completamente abrazados. Se alarmo al instante, pero después de la impresión inicial no le quiso dar más vueltas al asunto, pues se sentía tan cálido y reconfórmate. Tan correcto. Entonces pensó que la vida seria maravillosa si pudiera despertar así todos los días. Pero aquello era una idea demasiado irreal, pues una vez que contactaran con los hermanos Stark, nunca más volvería a ver a Tony.
Ese pensamiento lo desanimo, por lo que decidió aprovechar el momento al máximo. Abrazo un poco más cerca el cuerpo más pequeño al suyo y comenzó a acariciar suavemente la espalda, sus hombros y luego su rostro. Delineo con gentileza el rostro del castaño, sintió la suavidad de sus mejillas, acaricio su nariz, sus ojos, sus cejas, luego paso el dorso de sus dedos por las mejillas, quería seguir sintiendo la suavidad de estas. Paso sus pulgares por las bolsas bajo los ojos de Tony, habían disminuido bastante. Finalmente acaricio con sus pulgares los labios contrarios con suavidad. Tuvo unas inmensas ganas de besar aquellos rosados y sedosos labios. Pero se contuvo, ya suficiente atrevimiento era el que haya acariciado al omega sin su consentimiento. Besarlo mientras dormía sería casi abusar de él y su confianza.
Steve había sido educado para que siempre respetara a los omegas. Que respetaría sus decisiones y sus opiniones, que jamás los trataría en menos solo por ser omegas. Pero lo más importante era jamás aprovecharse de ellos cuando se encontraban vulnerables, específicamente durante sus celos, pues durante estos los omegas no era razonables a diferencia de los alfa que si eran más capaces de controlarse.
En el ejercito uno de los primeros entrenamientos a los reclutas alfas era el autocontrol frente a un omega en celo. No se daban varias oportunidades con respecto a esa prueba, si fallabas tres veces te ibas. No querían alfas descontrolados e incapaces de controlar sus instintos. También existía un entrenamiento parecido para los omegas, pero con ellos solían ser un poco más flexibles, debido a que la naturaleza omega era mucho difícil de entrenar para que fuera capaz de soportar el olor y voz de mando de un alfa, no eran capaces de controlar sus instintos del todo, pero si en un casi 80% y con eso eran capaces de realizar misiones exitosas.
Steve después de recordar aquellos días en el ejercito pensó que ya era de levantarse. Pero primero que nada quería tomarse un último atrevimiento con Tony antes de volver a su postura fría e indiferente, las cuales no le estaban resultando muy bien últimamente, acerco su rostro al cabello castaño e inhalo fuerte el aroma que desprendía. Le fascino el dulce aroma del castaño, pero antes de separase noto una ligera diferencia en el aroma de canela y chocolates, tenía mezclados unos ligeros toque de menta con vainilla los cuales eran su aroma. Le extraño que su aroma se hubiera mezclado un poco con el de Tony, aunque de manera sutil, quizás se debió a que durmieron juntos. No le dio más importancia y se trató de levantar, pero no pudo porque algo o, mejor dicho alguien se lo impidió, Tony estaba aferrado a su cintura. No se había percatado de aquello al despertar y cuando trato de levantarse nuevamente, Tony inconscientemente se aferró con más fuerza mientras hacia un puchero. Steve se enterneció por aquel gesto, pero ya debían comenzar el día por lo que decidió despertarlo, quería dejarlo dormir un poco más, pues sabía que Tony estaba cansado, pero si no lo despertaba no lo soltaría y Steve tenía algo importante que hacer aquel día.
Puso su mano sobre el hombro de Tony lo acaricio con gentileza para luego sacudirlo ligeramente para empezar a despertarlo.
- Tony ya es hora de levantarse. – le dijo en voz baja, al fin su voz salía más suave. –
- Cinco minutos más. – se quejó y escondió su rostro en el pecho del alfa a la vez que se le apega más. –
Steve sonrió ligero y trato nuevamente. – Ya te di tus cinco minutos, además si no me sueltas no podré hacer el desayuno, que acaso no tienes hambre. – tubo unas inmensas ganas de acariciar su cabello, pero no se atrevió. –
Al escuchar la palabra "desayuno" y "soltar" fue cuando empezó a recordar donde y con quien estaba, por lo que abrió sus ojos y al mirar hacia arriba vio el rostro de Steve el cual tenía una media sonrisa divertida, luego bajo la mirada y vio que él estaba aferrado al alfa. Se sonrojo enormemente y se separó rápido del rubio.
- Yo... Lo siento. – estaba avergonzado y sonrojado, no sabía en qué momento habían sacado la almohada para terminar de aquella forma. –
- No te preocupes. – bostezo mientras se levantaba y se dirigió al baño. –
Tony no sabía qué hacer en ese momento, podía ir al baño del otro cuarto, pero recordó los ruidos de la noche anterior así que prefirió esperar que saliera Steve y pasar después de él o podría ir a la cocina y empezar a preparar el desayuno, aunque en realidad no tenía idea de cómo usar las cosas en la cocina y menos cocinar algo, apenas sabia usar una cafetera, fue cuando recordó que había una en la cocina, aprovecharía que el alfa estaba en el baño para ayudar un poco con el desayuno.
La noche anterior el alfa le había preparado la cena y un café, no estaban al nivel de lo que acostumbraba, pero debido a las circunstancias no se pondría exigente, sin olvidar que paso varios días sin comer absolutamente nada.
Se había decidido a preparar el café, se levantó de un salto de la cama y se dirigió a la puerta, pero cuando llego al marco de esta se quedó estático mirando la puerta del otro cuarto, recordó con claridad los rugidos de la noche anterior y después recordó lo ocurrido días atrás, el momento cuando escucho como Jarvis gritaba al ser atrapado y devorado vivo, se empezó a imaginar cómo pudo haber sido ese horrible momento y luego pensó que pudo hacer sido algo parecido de lo que le había ocurrido a él. De no haber sido por Steve, muy probablemente habría sido devorado vivo también. Con todas esas ideas alterando su mente, terminaron gatillando que empezara a temblar y respirar con dificultad, las lágrimas caían por sus mejillas sin que se diera cuenta, lo único que tenía en su mente era el cómo habían sido los momentos finales de su querido Jarvis y como casi fue el suyo.
Steve salió del baño y lo primero que sintió fue el aroma a miedo que inundaba la habitación, se alertó de inmediato y vio a Tony parado en la puerta mirando al frente mientras temblaba y se notaba que le estaba costando respirar.
Tomo su arma con rapidez y fue junto al omega, uso su cuerpo para cubrirlo y miro a todos lados, pero no vio nada. Seguían a salvo. Entonces porqué Tony estaba asustado. Se coloco su arma en la espalda y miro fijo al rostro del omega. Fue entonces cuando lo comprendió, Tony estaba en shock, seguramente por algún recuerdo terrible y traumático. Estaba paralizado. Probablemente un signo de estrés postraumático. Recordó lo que le había contado el día anterior, Tony no estaba preparado de ninguna manera para lo que vivió en el último tiempo, era natural que entrara en un estado así en cualquier momento, aunque no se lo esperaba tan pronto.
Lejos de pensar que eso podría ser una molestia o un problema, pensó que era su deber proteger al castaño, tenía que cuidar a Tony a toda costa y ayudarlo con este trauma que lo acompañaría por mucho tiempo. El mismo tubo pesadillas a raíz de lo ocurrido con su madre y hermana. Lo primero sería lograr que se calmara y después descubrir que causo el episodio de shock que estaba sufriendo, para saber cómo prevenirlos en el futuro y con el tiempo ayudarlo a superar el trauma.
Se paro frente Tony y lo primero que hizo fue hablarle con palabras de cariño y que lograran calmarlo, no funciono, pero era algo que se esperaba así que lo abrazo con fuerza a la vez que liberaba feromonas para tratar de estabilizarlo mientras acariciaba su espalda con cariño y tarareaba una canción que su madre le solía cantar cuando tenía miedo o se encontraba enfermo.
Después de unos minutos Tony reacciono, respondió el abrazo de Steve y se puso a llorar desconsoladamente. No sabía que le había pasado ni en qué momento el alfa llego al lado suyo y cuando lo abrazo, lo único que sabía es que tenía mucho miedo. Ya más calmado Steve lo llevo a sentarse en la cama. Tony se dejó guiar, en ese momento no era capaz de discutir o negarse a algo, era como un títere, totalmente manejable y manipulable, al punto de que, si el alfa hubiera querido aprovecharse de él, no podría hacer absolutamente nada para oponerse. Obviamente Steve jamás haría algo así y de eso estaba muy seguro. En fin, para cuando Tony volvió en sus cinco sentidos, se encontró acostado encima del alfa apoyando su rostro en su pecho y este recostado en la cama con una mano en su espalda acariciando lentamente dando círculos relajantes y en su otra mano tenía un libro en el que se veía muy concentrado.
Trato de levantarse, pero su cuerpo se encontraba lánguido y sin fuerza alguna, fue en ese momento que Steve se percató que estaba despierto dejo el libro boca abajo en la cama y se dispuso a revisar a Tony. Tomo de sobre la mesita de noche un pequeño reloj del cual apretó un botón y miro con el ceño fruncido lo dejo sobre la misma mesita y tomo una pequeña linterna con la cual alumbro cada uno de los ojos de Tony.
- ¿Qué haces? Es algo incómodo. – Tony apenas tenía energía para hablar y su tono de voz era más de cansancio que de reproche. – ¿Qué paso? – pregunto una vez que el alfa apagara la linterna y la dejara de lado. No entendía porque se sentía tan cansado, como si no hubiera descansado nada durante la noche lo cual era absurdo porque cuando se levantó aquella mañana se encontraba lleno de energía, en cambio ahora pareciera que se la hubieran drenado de golpe. –
- ¿Qué es lo último que recuerdas? – pregunto serio el alfa. –
- Quería ir a la cocina y echar a andar la cafetera, lo último que recuerdo es ir hacia la puerta y después nada, no logro recordar que paso. – tenía el ceño fruncido, pues en realidad no lograba recordar que le había pasado. – Creo que de repente apareciste frente de mí y creo que me dijiste algo no estoy seguro. – se sintió mareado por un segundo al tratar de recordar, solo atino a llevar una mano a su cabeza en un vano intento para que esta dejara de dar vueltas. –
- Bien, déjalo hasta ahí. Por ahora no es necesario que recuerdes algo más. – acaricio un poco más su espalda para que se sintiera seguro y a salvo. –
Tony solo dio un suspiro y se dejó mimar por el alfa. - Para que el reloj y la linterna. – no entendía nada de lo que había pasado. – Tengo curiosidad y no te dejare en paz hasta que me digas. – levanto el rostro para mirar al rubio y darle una sonrisa traviesa. –
- Supongo que no tengo opción y creo que lo mejor es que estés al tanto de tu propia situación. – respondió con su típico tono de voz y el ceño fruncido, Tony se sintió intimidado tanto por la postura del alfa como por lo que le diría. –
- Ya no estoy tan seguro de querer saber. – escondió su rostro en el pecho del alfa e inconscientemente empezó a frotar su rostro en el cuerpo del otro, era un gesto instintivo en el que buscaba quedar impregnado con el aroma del alfa para poder sentir seguridad.
Steve no estaba seguro de que significaba lo que estaba haciendo Tony, pero lo dejo hacer. Una vez que Tony se detuvo miro al rostro del alfa en señal de que ya podía hablar. Steve sabía que lo que le contaría a Tony lo alteraría y asustaría, por lo que apego al castaño a su cuerpo y se tomó la libertad de acariciar su cabello, cosa que no había hecho mientras el otro estaba ausente por respeto. Logro que Tony se relajara y empezó a hablar.
- Dado que no recuerdas lo ocurrido, te contare lo que yo vi desde que salí del baño, de acuerdo. – No espero respuesta aun así Tony asintió. – Antes de comenzar necesito que estés calmado y que recuerdes que yo estoy aquí y no dejare que nada te pase hasta que encontremos a tus hermanos. –
- Habla de una vez, me estas poniendo más nervioso con tanto que lo alargas. – lo dijo entre nervioso, ansioso y divertido, era una forma que Tony usaba para poder relajar el ambiente. –
- Al salir del baño lo primero que sentí fue tu olor a miedo inundando toda la habitación y te vi parado en la puerta. Pensé que esas cosas nos habían encontrado por lo que tomé mi arma, fui contigo y no vi absolutamente nada. Te mire y me fije en tu rostro, estabas pálido, sudando, con tu respiración irregular y la mirada fija en la puerta del frente. En resumen, estabas en shock, puede que estés experimentando los indicios de estrés postraumático. – tomo un respiro para seguir hablando. – Lo que sí es seguro es que te quedaste totalmente paralizado. Antes de que digas algo para contradecirme, es lo que sucedido contigo y deberás asumirlo. – ante aquellas palabras Tony atino a esconder nuevamente su rostro y abrazar más fuerte a Steve.
- Debo suponer que es malo, cierto. – trato de sonar divertido, pero no le resulto. – Luego que paso. –
- Te traje a la cama y te senté para tratar de hacerte volver. –
- Creo que recuerdo algo de eso, pero no como llegue hasta la cama. – levanto el rostro, pero no miro a Steve, sino más bien algún punto lejano. – Después de eso no recuerdo nada más. –
- Tuviste una crisis de pánico. Empezaste a murmurar en italiano o francés, el punto es que no entendí nada de lo que hablabas y después comenzaste a hiperventilar. Tenía mi mochila cerca por lo que saque la linterna y el cronometro. Es necesario tomar el tiempo que durara el evento para tener registro y saber si hay mejora o no. Me asuste bastante cuando estabas hiperventilando, nunca había visto a alguien tratar de tomar aire y mover así las costillas como lo hiciste en ese momento. Es por eso que te sientes agotado, es una de las secuelas posteriores a una crisis de pánico como la que tuviste. -
- Grandioso. – dijo con sarcasmo pues era verdad, se sentía agotado y sus costillas dolían como si le hubieran dado la peor paliza de su vida. –
- Una vez que logre que respiraras bien, vino un momento de ausencia, no estoy seguro y por eso la linterna. Alumbre tus pupilas y estas no reaccionaron como corresponde a la luz. –
Para ese momento del relato, Tony se sentía mareado y confundido, nunca le había pasado algo similar. Cuando quedo paralizado en su casa y en la calle siempre estuvo consciente, no sabía cómo procesar lo dicho por Steve, era un genio, pero esto era mucho más complejo que cálculos avanzados. Se estaba comenzando a asustar, pero sintió una cálida mano en su cabeza que lo acariciaba con cariño, eso logro relajarlo de nuevo.
Steve suspiro, no quería seguir hablando, pero debía contar todo, era lo correcto y no ayudaría en nada ocultarlo. – El evento completo duro unos 40 minutos, suponiendo que estuviste parado unos 10 minutos sumado lo que tarde en traerte a la cama e iniciar la toma del tiempo. – Steve termino de esa manera el relato. –
Tony quedo impactado al saber cuánto tiempo paso en ese estado, sintió un inmenso miedo otra vez, pues si algo similar le llegaba a suceder en algún momento en que estuvieran que huir estaría perdido, recordó en ese instante que eso ya había pasado y que por ese motivo Jarvis estaba muerto.
- Tony, mírame. – Steve tomo del mentón al castaño para que lo mirara a la cara, pues este no quería levantar el rostro a causa de sus tormentosos pensamientos. – Recuerda lo que dije, te voy a cuidar y proteger. No dejare que nada te pase. – con su pulgar acaricio las mejillas de Tony. –
- Lo prometes. – sus ojos brillaban a causa de las lágrimas que se asomaban. –
- Lo prometo por mi vida. – tubo el impulso de sellar la promesa con un beso sobre los finos labios contrarios, pero desistió. No era el momento. Lo que hizo fue besar la coronilla de Tony. Con ese gesto quedo sellado su promesa. –
Después de ese momento, Tony se sintió con energías renovadas por lo que se quitó de encima del rubio para dirigirse al baño, quería lavarse la cara para poder quitarse todo rastro del llanto y poder asearse un poco, además necesitaba hacer del baño. Steve fue detrás de él, aunque no entro al baño. La puerta se cerró detrás de Tony, así que Steve decidió ir a la cocina a preparar la cafetera, aun no desayunaban, él estaba hambriento y supuso que Tony también.
Ya con eso listo se devolvió a la habitación, no quería dejar mucho tiempo solo al castaño, toco la puerta esperando que Tony estuviera bien y a los segundos este salió aseado, con mejor semblante y una amplia sonrisa en su rostro.
Tony no lo entendía, pero se sentía mucho mejor que hacer unos momentos. Cuando se lavaba se percató que tenía impregnando suavemente el olor del alfa sobre él y en vez de molestarle o irritarse, se sintió sumamente feliz.
Ambos se dirigieron a la cocina, Steve empezó a preparar el desayuno mientras Tony preparaba la mesa, fue una rutina demasiado doméstica y extraña debido a todo lo acontecido y vivido por parte de ambos. Nunca habían pensado en tener un momento similar durante esos tres años, pues para Tony todo era estudiar mientras iban de un lado para otro por medio país y por otro lado estaba Steve, a quien se le hacía más extraño, pues su día a día durante los últimos tres años ha sido solo sobrevivir, todo lo que había hecho hasta el día anterior era tratar de sobrevivir, en ningún momento se planteó la idea de "vivir".
Durante todo el tiempo que duro el desayuno estuvieron en una burbuja, en la que solo eran ellos dos. No había dolor, tristeza, muerte, ni zombis. Solo ellos en ese cuarto de hotel. Compartieron sonrisas y vivencias, aunque nada demasiado intimo o familiar. En un par de ocasiones Steve soltó ligeras risas a causa de las ocurrencias o historias de Tony, las cuales le salían algo raras a opinión de Tony y con eso fastidio a Steve durante el resto del desayuno.
- Bueno, ya es tarde. Es hora de seguir. – Steve se sentía relajado como hace mucho no lo estaba. Por primera vez en tres años iría feliz a casa. – Lava y ordena las cosas de la cocina, yo iré a preparar mi mochila. – cuando se levantó de la mesa no se fijó en la expresión de terror de Tony. –
Tony no estaba seguro de que le paso o porque lo hizo, solo reacciono a seguir lo que su instinto le dictaba y eso era mantenerse al lado del alfa. Su alfa. Por lo que en el momento en el que Steve se levanto y dio la vuelta, Tony salto de su asiento y se abrazó al rubio, impidiendo que este se alejara.
- Tony que sucede. – pregunto alertado, no sabía del porqué de aquella acción. Solo atino a corresponder al abrazo. En ese momento pensó que se había acostumbrado demasiado rápido al contacto físico o talvez solo era por Tony, no estaba seguro. De lo que si estaba seguro es que Tony estaba asustado. –
- No preguntes porque estoy actuando de esta manera. – dijo de repente con voz desafiante. – Ni siguiera yo entiendo que rayos me pasa, lo único que entiendo es que no quiero estar solo. –
- Tranquilo lo resolveremos. – necesitaba hacer las dos cosas a la vez, ordenar la cocina y su mochila, si lo hacía solo tardaría más, pero tampoco podía dejar a Tony, a pesar de ser unos pocos metros, el otro realmente se ponía mal cuando no estaban juntos, entonces tuvo una idea. – Vamos al cuarto por mis cosas, las dejamos en la mesa y mientras tu ordenas la cocina, yo ordeno mi mochila ¿Qué te parece? – esperaba que esa solución fuera suficiente para Tony. –
- Si, eso me parece buena. – se despegó un poco del alfa y fueron a la habitación.
Ayudo a Steve con sus cosas y las dejaron en la mesa. Mientras Steve ordenaba su mochila, él ordenaba la cocina, se sentía más tranquilo y seguro sabiendo que estaba en la misma habitación que Steve. Estaba concentrado guardando las ultimas cosas en la cocina cuando escucho de repente un sonido metálico el cual lo sobre salto, se volteó y vio que Steve estaba desarmando su arma, le dio curiosidad por lo que se acercó para ver más de cerca, para entonces ya había terminado con la cocina, no quedo perfecta, pero era decente.
- ¿Qué haces? – su curiosidad era parte de su personalidad y naturaleza, se sentó en una silla frente Steve y apoyaba sus codos en la mesa y su rostro sobre sus manos. -
- Le hago mantenimiento, nunca se sabe cuándo algo se puede trabar o dejar de funcionar a causa de que esta sucio. – tomo un paño que tenía sobre la mesa y fregó pieza por pieza del arma. –
- Te sale muy mecánica la limpieza. – soltó de repente con una risa divertida. –
- Bueno, son cosas que aprendes en el ejército y de tanto repetirlo se vuelve mecánico. – su voz salió seria al estar concentrado, por lo que le preocupo que Tony se haya tomado mal sus palabras, pero al mirarlo se fijó que no se había ni inmutado, pues estaba concentrado en los movimientos del alfa sobre el arma. –
Estuvo alrededor de 20 limpiando su arma y revisando la cantidad de municiones que le quedaban, debía ser cuidadoso si quería llegar a Norfolk armado. Cuando su arma quedo lista reviso en su mochila y saco una pistola, reviso que estuviera cargada y ajusto en su pierna, guardo en uno de sus bolsillos las municiones de esta. Esto solo en caso de que se acabaran las balas de la M-16.
Tony estaba absorto mirando como Steve limpiaba y ordenaba sus cosas, le sorprendió que sacara una pistola de su mochila y la colara en su pierna después de comprobar que estuviera cargada.
- ¿Sabes usar un arma? – le pregunto a Tony mientras terminaba de ordenar sus cosas. –
- No, papá y mis hermanos no me dejaban acercarme mucho y menos tomarlas. –
- Bueno, cuando lleguemos a la base te enseñare. – dijo mientras terminaba de cerrar su mochila y ponerse de pie.
- ¡¿Enserio?! – soltó Tony a la vez que se ponía de pie de un salto y se le iluminaron los ojos, el saber manejar armas era muy útil, así podría ser capaz de defenderse y defender a quienes le rodean. – Eso sería genial! - estaba muy emocionado por la promesa de aprender a usar armas, quería llegar pronto a la base, así cuando se encontrara con sus hermanos les demostraría lo aprendido y que también podía ser hábil con las armas al igual que ellos.
Steve encontró adorable la emoción de Tony, no era para menos después de todo era un niño, el cual había sido muy mimando. Rio para sus adentros al ver el rostro emocionado de Tony.
- Debemos marcharnos, recuerda que te dije que tenía cosas que hacer, por lo mañana iremos a la base. –
- Que, pero yo ya quiero aprender. – respondió mientras hacia un puchero y seguía al alfa por el pasillo camino a las habitaciones. –
Entraron al cuarto por donde entraron el primer día para ver si podían salir por el callejón, Tony sintió miedo por ir al cuarto, Steve se preocupó que el omega fuera a colapsar nuevamente, pero al entran y ver que todo estaba bien y vacío se calmó, adema el estar con Steve le hacía sentir sumamente seguro.
Steve mira por la ventana con cautela y ve que aún hay muchos zombis por ahí, maldice por lo bajo y se le ocurre que Tony puede crear algo que haga mucho ruido para atraer a los zombis a ese punto y tener despejada el frente para poder salir. Le explica su plan a Tony y este dice que sería sencillo, pero necesitaba materiales y herramientas.
Buscan materiales por el departamento y usaron las herramientas de Steve, Tony creo algo sencillo, según él, con una radio casera que encontraron entre los armarios y los parlantes del televisor, una vez listo y que Tony alardeara de su genio la bajan con cuidado por la ventana, para que no se fuera a golpear y estropear o que hiciera ruido antes de tiempo, cuando se aseguraron que quedara en la escalera del segundo piso Tony apretó un botón del control remoto y la radio empezó a hacer un ruido casi ensordecedor, pero en realidad era música de AC/DC la favorita del genio y vieron a la horda correr hasta al señuelo. Se miraron entre ellos y rieron por lo bajo un poco antes de salir corriendo a la puerta principal de aquel cuarto.
Steve abre la puerta con cuidado, mirando siempre en todas direcciones, cuando se aseguro que el lugar fuera estaba despejado empezaron a avanzar, bajaron por la escalera principal hasta el lobby, pero ven zombis por toda la recepción, suben nuevamente con cautela, a Steve se le ocurre que podrían tratar de salir por la azotea del edificio para así evitar el callejón y la calle principal, las cuales estaban saturadas de zombis.
Steve no quería perder el día por estar pelando con zombis. Él quiere volver a casa pronto, pues era el cumpleaños de su hermana.
Aun así, avanzaron lento y con cuidado por los pasillos y escaleras, Steve siempre con la guardia alta y Tony aferrado a su chaqueta escondido detrás del alfa.
Al primer disparo, daría inicio a una persecución peligrosa, por lo cual no estaba dispuesto a iniciar pues no iba solo, debía proteger al omega, su omega. Llegaron a la azotea sin inconvenientes ni contratiempos, al parecer en los pisos superiores no encontraron zombis, lo cual era excelente, aun se escuchaba la música que Tony programo en la radio con eso podían estar seguros de encontrar parte de las calles algo despejadas.
Vio que podían saltar de un edificio a otro pues la distancia no era mucha, pero aun así Tony siente miedo, no se creía capaz de saltar, por lo que Steve se ve obligado a buscar otra salida, mientras recorría el techo se encuentra con otra escalera de emergencia, la cual daba a otra calle totalmente despejada y daba directo a donde se encontraba escondida Harley. Steve sonrió orgulloso por su hallazgo y llamo a Tony que estaba algo alejado agachado mirando hacia abajo por donde se suponía que tenían que saltar, se había sentido mal por no haber saltado, pero Steve le aseguró que no era problema, no todos podían hacer las mismas cosas que otros.
- Tony, armaste un cebo perfecto usando tu genialidad y yo solo les vuelo la cabeza, no te sientas mal por cosas como estas. – le calmo mientras le acariciaba el cabello para calmarlo. – Ahora vamos antes que destruyan el cebo y se pongan locos al verse timados. – se levantó y extendió su mano para ayudar a Tony a levantarse. –
- Tienes razón. – respondió Tony ya de pie recuperando su orgullo. – Andando. – dijo animado. –
Bajaron rápido por las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible, al llegar abajo Steve se percata que por esa calle había escondido su moto.
- Por esa dirección esta Hayley, si nos damos prisa nos verán. – dijo Steve entusiasmado. –
Tony lo miro curioso, no tenia idea de quien era Harley por lo que solo se dejo guiar por el alfa. Llegan a donde estaba escondida la moto sin problema y sin ser vistos, Steve se sube y ve que Tony se queda parado mirándolo.
- Oh, lo olvidaba, Tony te presento a Harley. – dijo mientras palmeaba el tablero de su moto. – Harley el es Tony. – dijo mirando a su moto mientras presentaba a Tony.
- Es una moto. – dijo Tony con una ceja alzada mirándolo con extrañeza, quizás el alfa si estaba algo loco, después de todo llevaba tres años solo. -
- Si, vamos Tony, sube. – volvió a palmear el asiento.
- Nunca me eh subido a una moto, Howard solía decir que no eran seguras y menos sin un casco. – menciono Tony
- Bueno, lamento decírtelo, pero no traigo casco. – dijo algo burlón. – No te preocupes es divertido y seguro, anda sube. – palmeo la parte trasera. –
Tony lo dudo un poco y luego pensó, que importaba después de todo el hace tiempo que se la daba de rebelde, solo le falta la moto o el descapotable. Se subió a la moto y se sujeto de la cintura de Steve.
- Sujétate firme. – le dijo Steve a lo que Tony asintió, se sentía emocionado. –
Steve encendió la moto y al arranco, avanzaron unos metros y aparecieron un par de zombis atraídos por el rugir de la moto, pero los dejan atrás rápido y los pierden de vista a los segundos.
Siguiente destino: Brooklyn.
El viaje en moto fue de unos 30 minutos hasta la casa del alfa, aunque lo en realidad otra un edifico de apartamentos donde residían mayoritariamente militares con sus familias. Steve estaciono frente al edificio y ambos subieron hasta el piso donde residía la familia Rogers, cuando Tony entro se sintió sumamente cómodo y acogido, pues podía sentir el ambiente familiar del hogar.
Steve le tomo suavemente la mano y lo condujo al frente de un altar que había hecho el mismo con retratos familiares y fotos individuales de cada miembro fallecido.
El castaño distinguió la foto de los padres de Steve cuando se habían casados, fotos de su madre embarazada, en otro su padre con un bebe en brazos, una foto de una niña pequeña en lo que supuso su primer día de escuela. El altar estaba decorado con flores las cuales ya estaban marchitas, pero aun así no perdían su belleza del todo y aun liberaban un poco de su perfume, también había adornos y juguetes representando los gustos de cada uno de los miembros, pudo ver una foto de un hombre joven en su uniforme de gala militar y por un segundo pensó que se trataba de Steve pero vio ciertas diferencias en sus rasgos por lo que callo en cuenta que se trataba del padre se esté además a un lado de la foto estaban las medallas que representaban los logros y honores ganados.
Todo el trabajo puesto al montar el altar demostraba el amor que sentía Steve por su familia, eso enterneció a Tony, pensó que el también quería hacer algo parecido por su familia, pero le pediría ayuda a Steve, pues él no tenía tan buen gusto ni sería tan meticuloso como el alfa.
- Ya eh vuelto. – dijo Steve después de un rato en silencio. – Disculpen la tardanza, pero es que estuve ayudando a un nuevo amigo. – se hizo a un lado como presentado a Tony a quien por cierto aun tenia de la mano. – Tony te los presento, él es mi padre Joseph, mi madre Sarah y mi hermanita Stephanie. – presento a cada miembro señalando las fotos, después se giró señalándole. – Les presento a Tony, lo conocí ayer. – lo presento mientras sonreía a las fotos. -
- Mucho gusto. – algo le decía que tenia que responder. – Steve me salvo ayer, disculpen que se allá retrasado. – dijo cortésmente, miro a Steve y vio que este sonreía, pero de una manera que no había visto hasta entonces, era una mezcla de enorme tristeza y felicidad. –
- Antes de que digas algo Steph, si te traje un regalo, como lo olvidaría princesa. – dijo mirando a la foto de su hermanita. – Feliz cumpleaños número 15, ya eres oficialmente toda una señorita, no lo crees papá. – dijo volteando a ver la foto de su padre como esperando una respuesta, la cual nunca llego. –
Tony sintió como Steve apretaba un poco mas fuerte su agarre, estaba tratando de mostrase fuerte, fingiendo una sonrisa radiante cuando se sentía destrozado por dentro, comprendió que Steve también sufrió mucho y ahí frente el estaba la prueba, pues toda su familia había muerto y estaba completamente solo, por tres años. Algo le decía que debía contener al alfa y así lo hizo, se abrazó suavemente a Steve y libero un poco de su aroma para transmitirle calma como él lo había hecho antes y resulto pues el agarre aflojo un poco y respondió al abrazo.
- Sera mejor que le de su regalo antes que me empiece a reclamar. – soltó de repente Steve, se separó de Tony y saco de su mochila un osito de peluche el cual decía "felices 15" y lo colocaba en el altar al lado de la foto de su hermanita. –
- Es lindo. – dijo Tony mirando el osito en el altar mientras volvía a tomar la mano del alfa. – Creo que siento un poco de envidia. – soltó con un puchero. – Mis hermanos no me regalaron nada por mis 15 años, tiene un hermano muy considerado Steph. – Tony le hablo a la foto de la niña. –
- Se van a llevar bien. - dijo Steve con una sonrisa la cual se torno triste. – O se hubieran llevado bien. – suspiro. – Gracias Tony. – sus ojos azules brillaban a causa de las lágrimas. - Siempre que vengo a casa hago lo mismo, espero una respuesta que se que nunca llegara, lo hiciste mas fácil, te lo agradezco. –
Tony no supo que responder, solo asintió y se sonrojo un poco con la sonrisa y la mirada que le dedico el alfa.
- Puedo pedirte un favor. – Tony asintió. – puedes ayudarme a limpiar el altar, ya es hora de cambiar las flores y debo quitar el polvo. –
- Claro será un placer. – le dio una sonrisa sincera. –
Quitaron las flores muertas, limpiaron el polvo, Tony lavo los floreros y les puso agua limpia. Cerca del medio día se detuvieron para almorzar. Después de comer continuaron con el altar, limpiaron cuadro por cuadro y adorno por adorno.
Tony tenía en sus manos la foto del padre se Steve y le fue inevitable levantarla para mirar la fotografía y luego a Steve, cuando el alfa se percato le pregunto con una sonrisa.
- ¿Qué haces? Así no se limpian los cuadros. – le dijo divertido. –
- Es que son idénticos. – le respondió Tony. – Estoy analizando los detalles que los diferencian, pero a simple vista son idénticos. –
- Siempre me lo han dicho. – recordó Steve con una sonrisa. – Cuando entre al ejercito y mi madre me vio por primera vez con mi uniforme de gala quedo impactada, dijo que por un momento vio a mi padre cuando se casaron. – rio un poco al recordar aquel día. – Un superior dijo que era como ver a través del tiempo. – sonreía mientras terminaba de limpiar el cuadro de la boda de sus padres. –
Steve no recordaba que el tener que hacer aquella limpieza hubiera sido tan agradable antes, la compañía de Tony le era tan reconfortante que hasta la tarea más dolorosa se volvía amena.
Ya casi al atardecer habían terminado a lo que Steve le dijo que solo faltaban las flores, se dirigieron a la salida, pero no salieron a la calle sino a la parte posterior del edificio y Tony vio una especie de construcción, era un invernadero.
Steve se detuvo en la puerta de este y golpeo tres veces la puerta antes de anunciar que iba a pasar, Tony pensó que era otra de sus convenciones al aire, pero grande fue su sorpresa cuando al entrar vio a una agradable pareja de ancianos.
- Steve, cariño has vuelto, me alegro mucho muchacho y quien te acompaña. – les dijo la anciana. –
- Hola señora Carter, él es Tony. – le volvió a presentar. –
- Mucho gusto. – dijo nuevamente Tony. –
- Vaya muchacho, ya piensas sentar cabeza, me alegro. – dijo el anciano, pero casi de inmediato ambos chicos negaron lo dicho por el hombre. –
- Solo somos amigos, señor. – aclaro Steve. – Nos conocimos ayer. –
- Entones porque esta tan impregnado tu aroma en él. – le pregunto la anciana. –
- Ocurrieron varias cosas. – respondió Steve rascándose la nuca antes de dar un sobresalto al darse cuenta de lo que había dicho por lo expresión de la mujer. – No le eh faltado el respeto a Tony en ningún momento, el solo tenia miedo y dormimos juntos, pero solo eso. –
- Más te vale. – le dijo el anciano. – Bien con eso resuelto, ¿En qué podemos ayudarte hoy muchacho? – pregunto con una gran sonrisa. –
- Lo de siempre, por favor. – respondió Steve apenado. –
La mujer le entrego casi de inmediato un gran ramo de flores. Al parecer lo tenían listo desde antes que llegaran al invernadero. Pero Steve antes de recibirlo le entrego al hombre unas latas de comida junto a un sobre de semillas.
- Gracias. – respondió al recibir las flores. – Hasta luego. –
Se despidieron y salieron del lugar, a Tony le pareció como haber ido a una florería o algo parecido, lo cual se le había hecho raro.
- Steve te puedo preguntar algo. –
- Adelante. –
- Fue impresión mía o eso de recién fue una compra-venta. – Steve soltó una ligera risa, había olvidado que Tony estuvo encerrado los últimos tres años. –
- Efectivamente, esa fue una compra, pero ya nadie quiero dinero, pues no sirve de nada, esto es más como un trueque. – le explico. –
- Entiendo, como ya les has comprado antes ya sabias lo que te iban a pedir por las flores, ¿cierto? –
- Algo así, ellos tienen un invernadero donde cultivan su propia comida además de tener animales, el trueque lo hacen mas que nada para mantener un poco de civilización y conseguir cosas que obviamente no pueden conseguir. –
- ¿Qué les diste? – Tony estaba muy curioso por esas nuevas practicas de intercambio de las personas. -
- Sopa enlatada. –
Llegaron al departamento de la familia de Steve y acomodaron las flores en los floreros, se veía realmente hermoso el altar limpio y con flores vivas.
Cenaron entre risas y Steve le explico a Tony un poco más de cómo habían iniciado el sistema de trueques. El omega quedo tan fascinado el cómo la gente estaba tratando de sobrevivir y mantener cierto grado de civilización, cuando llego la hora de dormir, nuevamente volvieron a dormir juntos en el cuarto del alfa aunque esta vez sin almohada de por medio, Steve le siguió explicando algunas cosas y repetía otras por petición de Tony, pero llego un momento en el que Steve le pido que ya se durmiera, que era tarde y se encontraba cansado, pero el castaño quería que le siguieran explicando y contando cosas, por lo que Steve accedió a un poco más. Cuando Tony se sintió satisfecho se acurruco en el pecho de Steve y le agradecía la explicación, quedo profundamente dormido casi al instante y el alfa le siguió a los pocos segundos.
Tenia que descansarbien, pues al otro día iban a viajar a la base en Norfolk y el viaje era largo,debería levantarse temprano para preparar las cosas para el viaje, porque ahorano lo haría solo y eso le encantaba, esperaba que su compañero lo pudieraacompañar por un tiempo más, idealmente el resto de su vida y con ese bello pensamientose quedó profundamente dormido.
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Eso seria todo por ahora, espero que les haya gustado.
Cualquier duda, acotación, error de redacción, etc. Díganmelo en los cometarios.
Otra cosa, quiero agradecer por la paciencia, se me viene pesada la universidad, por lo que me temo que quizás me cueste un poco actualizar.
También quiero agradecer por los comentarios, dude en borrar los avisos solo para no perder sus bellos comentarios, lo bueno es quedaron registrados en mi correo <3
Realmente inspiran a querer seguir avanzando.
Afortunadamente , uno de los motivos por el cual me atrase con esta actualización es porque adelante tanto la historia en un golpe de inspiración, que tengo material como para tres capítulos, solo debo arreglar algunos detalles por lo que les puedo asegurar que antes del próximo viernes ya habrá actualización.
Gracias por leer.
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