Capítulo 17
Aca estamos con nuevo capítulo, el cual tenia planeado subir el domingo pasado, pero la vida de adulto apesta y tuve que trabajar, no me dio mucho tiempo para escribir.
Es probable que hayan notado que la historia anda algo lenta y esas cosas en los ultimos capitulos y la verdad queria que fuera asi para darle un tiempo a Steve de paz y tranquilidad. xD
Apartir del proximo capítulo, pienso ya a ponerle más acción y batallas. Tambien proximamente estos abandonaran el nido de Tony. El destino aun no lo tengo claro. Puede ser cualquier lugar.
Sin más que agregar. Disfruten.
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Pasaron los meses. Steve después de lo ocurrido con los intrusos la última vez, ya no dejaba su arma de lado y cargaba municiones en sus bolsos todo el tiempo. Al principio a Tony le daba algo de risa, pero con el pasar de los días le empezaba a molestar y poner ansioso. Ver a Steve armado hasta para ir al baño era demasiado. Le había pedido en un par de ocasiones que dejara las armas de lado, que estaban en casa y que estaban a salvo adentro y el alfa le respondía que debían estar preparados en caso de cualquier cosa, no podía permitirse estar con la guardia baja y así discutían, terminado de dos maneras. Durmiendo en habitaciones separadas o disculpándose y durmiendo entre los brazos del otro mientras se besaban. Por lo general siempre terminaban en la segunda opción, ya que a ninguno le gustaba dormir solo.
Lo único que había logrado Tony, es que Steve no pusiera el arma en la mesa mientras comía. Era raro para él tener que regañar al alfa, ya que por lo general a él es a quien siempre regañaban por algún motivo. Lo otro que había conseguido, es que Steve ya no dormía con un arma bajo la almohada. Lo había hecho durante algunas noches después del incidente, pero el castaño lo había logrado convencer que no la tuviera ahí, porque le daba miedo que por algún error le disparara a él. Rogers alegó que aquello era imposible, pero Tony le dio razones por 30 minutos sin detenerse ni para respirar lo que logró convencer al alfa. Dejó el arma dentro de la mesita de noche y eso fue suficiente para el menor.
Respecto a cómo iban los avances de los trabajos de Tony, no iban tan rápido como hubiera querido el menor. Primero tuvo que escribir todas sus ideas en una libreta la cual ya se encontraba muy maltratada por el uso. Lo segundo fue priorizar, debía elegir qué proyecto iniciar primero. De los cuales resaltan dos: La I.A. y el sistema de comunicación.
- Hacer un sistema de comunicación entre nosotros sería sencillo si tuviera mi I.A. sería mucho más rápido y sencillo, podría hacer que me ayude y realizar todos mis proyectos al mismo tiempo. – le comenta al mayor durante el desayuno mientras mira su comida con desánimo. –
- Mmm... Yo te sugiero que hagas primero el sistema de comunicación. – Tony levantó la vista de su comida y la dirigió al rubio. – Tú mismo has dicho que es más sencillo y rápido. Poder comunicarnos a largas distancias sería más fácil y piénsalo de esta manera, si necesitaras alguna herramienta o lo que sea, yo podría ir a la ferretería y buscarlo, mientras tu sigues aquí trabajando. –
- Tiene sentido. – dijo mientras seguía jugando con su comida. – Puede que te haga caso. –
Al terminar de comer, Tony fue a su laboratorio y siguió trabajando en su libreta. Steve varias veces se pregunto que tanto anotaba, pues siempre que lo hacía el menor parecía perdido en sus pensamientos. Lavo los trastos y limpio la cocina, para luego ir al laboratorio con Tony y ejercitarse un rato. Todo el tiempo que pasó Stark escribiendo en su libreta, se lo pasó Rogers ejercitándose. Ya pasado el mediodía, Steve fue a la cocina a preparar el almuerzo, noto que algunas cosas como vegetales y frutas se les empezaban a agotar por lo que tendría que ir por más. Fue a buscar al castaño para que comiera, antes cada vez que le llamaba en voz alta nunca aparecía, por lo que ahora prefería ir directamente a por él. Cuando el menor veía al rubio, ya sabía que era la hora de la comida y prefería dejar todo e ir por su propia voluntad a tener que ser cargado a la mala por Rogers, lo cual ya había ocurrido en un par de ocasiones.
- Tony, saldré un par de horas más rato. –
- Eh? ¿Hace falta algo? – tenía entendido que en la mansión tenían suficiente para vivir por suficiente tiempo sin tener que salir. –
- Nos faltan un poco más de verduras y algo de fruta, ya hemos ocupado la más de la mitad de las cosechas de tu madre y si queremos vivir un poco más de tiempo aquí necesitamos más comida. –
- Pero qué hay de las conservas y esas cosas? – no le agradaba la idea de que Steve se saliera de la mansión. –
- No podemos solo comer eso, no es bueno para la salud. – dijo antes de seguir comiendo. – Mientras no este, te debes quedar dentro de la mansión en tu laboratorio. Si hay problemas deberás encerrarte en el laboratorio hasta que yo llegue, de igual manera ten tu arma cerca y bengalas de emergencia, en caso que tengas que salir y yo pueda saber dónde encontrarte. –
- De acuerdo. – no quiso discutir nada más, no le agradaba la idea de quedarse solo en la mansión, pero tampoco podía evitar que Steve saliera a buscar comida. Le hubiera gustado acompañarlo, pero la verdad es que quería seguir trabajando en un sistema de comunicación. – Solo cuídate. –
Steve se fue al terminar de almorzar y Tony fue quien tuvo que limpiar, el mayor no quería viajar de noche por lo que aprovecharía lo máximo la luz de día.
Tony se despidió de Steve en la puerta mientras este se alejaba en su moto, odiaba verlo irse. Limpió rápido la cocina y se puso manos a la obra. Ya no divagaría más en sus proyectos, mantener la comunicación era lo más importante.
Preparó su computadora y empezó a trabajar. El trabajo era sencillo, pues sólo debía mejorar algo que ya existía. Utilizó un audífono que ocupaban los agentes secretos, pero que no tuviera tanto cable y que fuera de gran alcance.
Las horas fueron pasando llegando al atardecer, Steve aun no volvía y Tony seguía en el laboratorio, tenía listo unos algoritmos para mejorar los audífonos los cuales conectó a una radio, serian un audífono para cada uno y estaría conectado a la radio para darle mayor estabilidad a la conexión. Además de poder usarla y no tener que usar el audífono dentro de casa, pero poder usarlo cuando necesitara ir a algún otro lado en la mansión o salir de ésta en caso de emergencia y las bengalas dejarlas de lado, porqué podía no solo servir para avisar de su posición a Steve sino también a personas indeseadas.
Entrada la noche Steve volvió a la mansión, Tony era un manojo de nervios, si bien estuvo concentrado por horas en su trabajo ya al ver que anochecía y el alfa no volvía lo puso muy nervioso. Cuando lo vio entrar por la puerta principal saltó encima de él sin importarle que estaba cargando bolsas con comida o notar que Steve se movía algo extraño.
Al sentir el peso encima de golpe del otro tirándolo al suelo, no pudo sentir dos cosas: una, felicidad al ser recibido de esa manera por su omega y dos, dolor. Mucho dolor. Por lo que no pudo evitar emitir un quejido de dolor el cual alertó al menor.
- Qué sucede?, ¿qué te duele?, ¿qué te paso?, estás herido?, ¿te atacó un sobreviviente o un zombi?, ¿te persiguieron en algún lugar?, ¿peleaste con alguien más? – hablaba el menor casi sin respirar. –
Con todas esas preguntas, Steve no pudo evitar sentirse un poco mareado a lo que sonrió y puso un dedo sobre los labios del menor para detener su verborrea.
- Me caí de un árbol. – fue su respuesta. –
- Idiota, no me vuelvas a asustar de esa manera. – lo golpeó el hombro con suavidad y se volvió a abrazar al torso del alfa. – Te extrañe. – dijo bajito. –
- Yo también. – respondió devolviendo el abrazo. –
Estuvieron así unos minutos, abrazos y acariciándose un poco la espalda contraria cuando Tony le dice que lo acompañe a ver el progresó de su trabajo el cual estaba casi terminado.
- Vamos por hielo a la cocina y de ahí te muestro como quedaron los audífonos. – dijo mientras tiraba suavemente de la mano de Steve para llevarlo a la cocina. –
- ¿Audífonos? – pensó que le entregaría una radio de gran alcance, pero al parecer al pequeño Stark se le ocurrió otra cosa. –
- Ya verás, toma. – le entregó una bolsa de hielo que el mayor agradeció y la colocó en uno de los costados que le dolía. –
- Gracias. –
- Ahora, al laboratorio. – dijo y volvió a tomar la mano de Steve dirigiendo el camino. – Y aquí está. – le enseño un audífono pequeño el cual no tenía ningún tipo de cable o algo similar. –
- Es algo pequeño y ¿cómo funciona? – pregunto luego de que el castaño se lo entregara. –
- Antes que nada, colócatelo y ve a cualquier habitación, la más lejana posible. – dijo entusiasmado y emocionado. – ¡Rápido, rápido! – le animo para que se diera prisa. –
- Voy, voy. – no estaba muy seguro, pero obedeció. Se dirigió a su habitación y ya estando ahí se tiró a la cama. – Bien y ahora qué. – le dijo a la nada, no sabia como hacer funcionar el aparato. Aunque era bastante cómodo, no parecía que se fuera a caer y casi no se veía. –
- Hey soldado, no dije que pudieras acostarte. – se escuchó la voz de Tony por medio del auricular. Se escuchó muy clara, casi como si hubiera estado en la habitación con él, pero no, estaba solo y Tony seguía en el laboratorio. – Para poder hacerte escuchar debes presionar el botón que hay en el centro del auricular. -
- ¿Me puedes escuchar? – dijo una vez que presiono el botón el cual no había notado antes. –
- Fuerte y claro Rogers. – respondió Tony del otro lado. –
- Eres increíble. – se levantó de un salto de la cama, resintiendo el dolor. Lo ignoró y corrió hasta el laboratorio. – En serio eres increíble. – le dijo una vez que lo tuvo al frente y lo besó profundamente a la vez que lo besaba profundamente. –
- Verdad que sí. – dijo una vez que el beso terminó. –
- Hasta donde llega el alcance? – pregunto emocionado. –
- Si no me equivoco y yo nunca me equivoco. – dijo con una sonrisa arrogante. – Funcionará en toda la mansión y sus alrededores. –
- ¿Qué tanto? –
- Unos tres kilómetros. –
- No es mucho, pero es suficiente. – se quitó el audífono y se lo entregó a Tony. –
- Lo sé y ya tengo una gran idea de como mejorar el alcance. – le respondió emocionado y confiado mientras recibía el auricular y se quitaba el propio. – Me falta solo hacer una mejora más y empezaré a trabajar en el alcance. –
- Eso me parece bien, pero qué me dices si mejor cenamos y luego nos vamos a la cama. Ya mañana podrás seguir trabajando. –
- Pero Steve, no puedo dejar esto así, debo avanzar y terminar. –
- Ni creas, ya te permití desvelarte una vez y durante el día no podías funcionar. Así que no. –
Estuvieron así unos minutos, siendo Steve el ganador de la discusión asegurando que si trataba de quedarse despierto toda la noche lo cargaría a la fuerza hasta la habitación y no lo dejaría levantarse pegándose como una ventosa. Steve fue a preparar la cena y Tony ordenaba su laboratorio por órdenes del mayor, reclamando que no podía seguir trabajando en aquel desorden y que si quería trabajar en su laboratorio lo haría limpiando y ordenando.
Cenaron, limpiaron y se fueron a la cama. Y al otro día continuar con sus rutinas. No les molestaba del todo hacer lo mismo día a día. Tony avanzaba en sus trabajos, como el actual de mejorar el alcance de la comunicación por lo menos unos 15 kilómetros y Steve intercalaba sus días limpiando, ejercitando, entrenando, practicando su puntería en los patios de la mansión o dibujando. Les encantaba pasar parte del día dándose cariño mutuamente, aunque nunca llegar a lo sexual. El mayor quería tomarse su tiempo con Tony, disfrutar de su romance y esperar que el menor cumpliera los 18 años. Pues en las guías que Howard les había escrito en su primera página le había escrito aquello, más que una petición parecía una exigencia. Temía que el alma del mayor apareciera para atormentarlo por tocar al menor antes de tiempo. En cambio, Tony, no se había pensado mucho en avanzar más su relación de momento. Uno de los motivos era que le daba miedo. Era joven e inexperto, Steve claramente tenía experiencia, lo demostraba cada vez que se besaban. Él mayor siempre dirigía los besos y Tony le seguía. Pero Steve al no demostrar ansias por querer llegar hasta ese punto le daba tranquilidad y seguridad.
Ya para el atardecer, Tony tenía listo el sistema de comunicación que utilizarían de ahora en adelante. Steve estaba en el laboratorio dibujando cuando Tony le llamó para anunciarle que estaba listo y solo faltaba un detalle.
- Debo conectarlo al sistema de red de comunicación de la ciudad. – le dijo mostrando su laptop. – Debo ingresar estos códigos, tomar otros, hackear una que otra cosa para ingresar a su servidor y poder conectarme. – Steve se le quedó mirando entendiendo la mitad de lo que hablaba el menor y solo optó por asentir. –
- Y como conectaras todo eso? No estoy seguro que la Internet aun funcione y ese tipo de cosas. –
- Bien, este es el asunto. – tomó una gran bocanada de aire. – Debo ir al centro de comunicaciones de la ciudad. – hablo firme. –
- No. – respondió al instante el rubio. – No irás a ese lugar. –
- Obvio no voy solo, iré contigo. – le dijo para calmarlo, que imagino que el mayor pensaba que iría solo, lo cual era absurdo. Tony temía salir solo incluso al patio de su casa. –
- La respuesta no cambiará, deberás buscar otra forma de hacer las conexiones o desistir. – hablo de manera firme, con ese tono militar que a Tony le empezaba a molestar. –
Durante el tiempo que llevaban juntos, Tony había descubierto una faceta de Steve, la cual llamó para sí mismo "la faceta de militar malhumorado y gruñón", esta consistía en Steve hablando con ese tono militar para cortar cualquier objeción por parte del castaño, se paraba firme y podía notar sus hombros tensos, también durante esa faceta pareciera que los ojos contrarios se volvían fríos, no de una manera que lo intimidara o asustara, sino más bien una que denotaba molestia y que nada lo haría cambiar de opinión, no importaba lo que dijera o hiciera Tony, durante esa faceta Steve siempre se negaba a escucharlo.
Lo que más le frustraba en ese momento, es que de verdad necesitaba hacer aquella conexión, además si lograba controlar mejor las comunicaciones, podría tratar de contactar a alguno de sus viejos amigos a los cuales extrañaba mucho y deseaba con todo su corazón que aun vivieran, estuvieran sanos y salvos, tal como él. No, no dejaría que Steve le negara esto, al menos que le diera un buen motivo para desistir.
- Dame una excelente razón para no ir o me iré yo solo, pero me conectare a la red central de la ciudad. – lo miro fijo con fuego en sus ojos castaños y su enorme convicción marca Stark
- Es una zona de máxima seguridad, cerrada y sitiada. Existe la posibilidad que vivan hostiles en aquel lugar. La central está rodeada por dos rejas y en el medio hay cientos de zombis bloqueando los pasos. Pasando la segunda reja se ve despejado, pero no sé qué habrá más allá. Es un sector peligroso porque se desconoce lo que pueda haber dentro. – Tony pensó que le faltaba pararse firme. – Ahora tu dame una excelente razón para ir a ese agujero. –
- Porque... - bajo la mirada y la guardia, no se esperaba que el lugar fuera tan peligroso y costará tanto ingresar. Toda su convicción y seguridad se fue por el caño. – Porque me gustaría poder contactar con mis amigos. – hablo suave y derrotado. – Mientras trabajaba, recordé la primera noche que nos conocimos y yo reparé tu radio portátil. Me habías dicho que existía un locutor que hablaba y ponía música y eso te ayudaba a mantener la cordura. Bien, pensé que es probable que mis amigos hagan lo mismo. Claro, si es que aún viven. Ellos también estaban acá en Nueva York cuando todo pasó. Por lo que por mucho tiempo eh pensado que quizás aún viven aquí y si pudiera conectarme a la red central de la ciudad, podría dar con ellos. – se sentó derrotado en su silla de trabajo y continuo. – Claramente no diría nuestra ubicación exacta, sería una señal abierta donde dejaría mi mensaje, pero estaría en clave, una que sé que ellos serían capaces de descifrar. – al finalizar se recostó en su escritorio y solo miro los audífonos, no esperaba respuesta ni nada por parte de Rogers. –
- Eres increíble a veces y no solo de la manera que me gusta. – suspiro el mayor resignado abrazando al castaño por los hombros para que se pudiera esconder en su pecho. – Acepto tus razones. –
- En serio. – al escuchar la respuesta del otro, levantó su mirada ilusionada viendo fijo a Steve. – Iremos al final? – estaba feliz, pero siempre existía un pero que arruinaba todo. –
- Pero. – ahí estaba, pensó Tony con un puchero. – Debes demostrarme que puedes ir a aquel lugar. –
- ¿Cómo? – preguntó con una ceja alzada. –
- Ya te dije que aquel lugar es terreno desconocido. No se sabe con certeza que hay ahí o quiénes. Si hay gente viviendo dentro, de seguro nos atacaran para robarnos o por invadir su territorio. Si hay un alfa con cachorros, todo se complica el triple. –
- Eh? Porque se complicaría más las cosas. – los alfas son volátiles y agresivos, pero no entendía qué tanto podía cambiar aquello con niños de por medio. –
- Un alfa se vuelve más agresivo y protector cuando tiene pareja, en especial si es omega. Esto se incrementa cuando se tienen hijos, porque deben protegerlos también. El hecho de vivir en un ambiente tan hostil, hará que el alfa se vuelva aún más agresivo y territorial, para poder cuidar de su familia. – explico. –
- Que extraño, no recuerdo que mi padre fuera así. – dijo pensativo el menor y Steve rio un poco por la ingenuidad del menor. –
- Eso es porque no vivíamos en un ambiente hostil, pero puede que Howard no haya demostrado frente a ti lo territorial que podía llegar a ser. Lo más seguro es que jamás te hayas dado cuenta. – vio en el rostro una expresión de entendimiento, como si en ese momento muchas cosas se hubieran aclarado. –
- Y qué pasa en los casos que no hay alfa solo un omega cuidando cachorros. – le surgió la duda y de paso digerir las muchas experiencias de su infancia. –
- Es raro, pero también se vuelven peligrosos y agresivos. Los omegas también tienen colmillos después de todo, pequeños, pero los tienen y si no tienen un compañero que los proteja, entonces ellos deberán cuidar de sus hijos y marcar el territorio. Estos omegas no se ven muy afectados por los alfas, al menos que bajen la guardia, pero es poco probable que salga victorioso en una batalla contra un alfa, ya que la biología no los favoreció de aquella manera. – dijo mientras acariciaba la mejilla del contrario con una nariz. –
- Entonces, volviendo al tema principal. – retomo Tony. – Que debo hacer para que podamos ir? –
- Mostrarme tus habilidades físicas en campo abierto. Tanto físicas como de coordinación. Al ingresar debemos ser rápidos y ágiles. No podemos ser detectados ni al entrar ni al salir. No podemos volar la reja por qué daríamos a entender que alguien trata de entrar y dejaríamos sin las barreras de protección a quienes puedan estar viviendo ahí. –
- Entiendo. – Tony pensó que en el último tiempo no había entrenado nada de nada. Cada vez que Steve le decía que entrenaran, este le decía que estaba ocupado en otras cosas y ahora se arrepiente mucho de sus decisiones. - ¿Espera, dijiste campo abierto? – no le gustaba como se oía aquello. –
- Haremos la primera parte en el patio de la mansión y según como me demuestres tus habilidades es sí pasaremos a la calle. Si superas todas las pruebas que te pondré. Entonces iremos a la central, si te rindes a mitad de camino, se cancela todo. – se separó un poco del menor para mirarlo fijo a la cara demostrar que no estaba jugando. – ¿Entendido? –
Tony no estaba del todo seguro, pero era importante para él. Quería saber de Rhodey y Pepper, o al menos poder comunicarles que aún vivía y se encontraba bien. Al cabo de unos segundos de meditarlo, miró a Steve y respondió con firmeza. – No te defraudare alfa. – además, también debía hacerlo por Steve. Ya no soportaba la idea de que el se fuera por horas y no saber nada de él. Así que estaba decidido. Daría todo de sí para aprobar las pruebas de Steve y demostrar que no era solo un nerd débil.
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Les haré un pequeño spoiler. No contactara a ninguno de sus amigos. Por ahora.
Eso seria todo por ahora.
Espero que les haya gustado.
Cualquier, duda, acotación, error de redacción, etc. Díganme en los comentarios.Gracias por leer.
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