Prólogo
Mis ojos luchaban por querer abrirse pero algo me lo impedía. Entre tanta oscuridad solo lograba distinguir una voz masculina y otra femenina que al parecer discutían; al principió considere la idea de que fuesen mis padres, pero después de unos momentos deseche esa idea al no reconocer las voces.
En serio luchaba para que mis párpados se abrieran pero estos se resistían.
—¡Maldito loco! — Fue lo último que escuché de aquella conversación seguido del sonido de un portazo, fue en ese momento que mis párpados se fueron abriendo poco a poco. Cuando por fin los abrí tuve que acostumbrarme a la oscuridad, una única luz alumbraba aquella mal oliente habitación en la cual me encontraba, desgraciadamente esa luz parecía sacada de una película de terror debido a que solo alumbraba a lo mucho 7 centímetros a su alrededor.
—¿Hola? — Me sorprendí cuando escuché mi voz, se escuchaba demasiado ronca, como si acabase de despertar de un sueño demasiado largo, intente incorporarme del suelo pero si soy sincera no podía, no tenía fuerza alguna para hacerlo, quise gritar de desesperación pero me contuve.
—Pensé que ya estabas muerta—. Pegue un pequeño brinco al escuchar aquella voz que al parecer de la voz femenina, moví de forma desesperada mi cabeza en busca de la persona que había hablando y di con ella, se encontraba al otro extremo de la habitación, aunque no podía verla bien solo notaba como su larga cabellera cubría su rostro.
—¿Dónde estamos? — Fue lo primero que pude preguntar, ni siquiera me importo el hecho de que ella pensara que estaba muerta, supongo que llevaba mucho tiempo inconsciente.
—Si lo supiera, te lo diría — Bien, es momento de entrar en pánico. Casi me suelto a llorar, intentaba recordar como había llegado ahí pero solo recordaba haber salido del centro comercial y luego nada, todo se volvía oscuro.
—¿Quién eres tú? —Creo que mi voz tembló demasiado a la hora de hacer aquella pregunta, pero no pueden juzgarme ya que me encontraba en un lugar que no conocía con una persona que tampoco conocía, era normal que estuviese muerta de miedo, es más, lo que lograba extrañarme era que no me hubiese desmayado.
—Creo que eso es lo que menos debe importarte — Esta mujer enserio no ayuda en nada, su sarcasmo lograba sacarme de mis casillas.
—¡Te lo pregunto porque no es normal despertar en un lugar que no conoces, con una chica que nunca has visto y que por si fuera poco no es muy amigable! — Le grité, la habitación quedo en silencio unos cuantos minutos, pero de un momento a otro comenzaron a escucharse pasos. La chica se puso de pie demasiado rápido y se acercó de forma amenazadora hacía mí, mi boca se abrió tanto al notar quien era la chica. Ella había protagonizado los periódicos durante un año, tenía a Natalie Evans la chica que desapareció frente a mí.
—¡Eres una estúpida! — Me gritó, y seguido de ese gritó lo que vino después fue demasiado rápido, unas manos la empujaron haciendo que ella me soltará, Evans cayo al suelo, la chica estaba inconsciente, cuando quite mi mirada de ella sentí un dolor en mi brazo izquierdo, mis ojos comenzaron a cerrarse de nuevo, lo último que ví fue como un hombre levantaba a Natalie del suelo y la cargaba como si de un saco de papás se tratase, después de eso solo vi oscuridad, de nuevo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top