Liberas al can y escuchas un ligero aullido de confusión. Mientras tratas de controlar el llanto, escuchas como tu perro se aleja. Sus patitas correteando te lo han dicho, sonando como diminutas tachuelas chocando contra el piso. Te sientes bien, ya que por lo menos él tendrá una esperanza.

Suspiras y te dejas vencer por el cansancio. Pronto, todo habría terminado. No te arrepientes de nada, hiciste todo lo que pudiste.

[FIN]

¡Has conseguido el Final B! Nunca fue tu amigo, pero tampoco te odiaba. Era un perro fiel, al final. Corrió, quizá para buscar ayuda, pero sus lazos no eran lo suficientemente fuertes. Para cuando la ayuda llegó, ya estabas muerto.

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