IV. DIENTE DE LEÓN: Fidelidad y alegría
DISCLAIMER: Este One-shot pertenece al reto #FebruaryFlower creado por Princess_Saremi. / Demon Slayer pertenece a Koyoharu Gotōge, publicado por la revista Shonen Jump y animado por el estudio Ufotable.
TEMÁTICA: Diente de León / Cena Fallida.
PAREJA: Kyojurou x Mitsuri
NOTA DE AUTOR: A parte de la temática de este reto dada por la autora, quise utilizar "Lenguaje de las flores" para encaminar mi trabajo. En internet hay muchísimos significados para la misma flor por lo que utilicé el más formal que encontré que pertenece al libro: "El lenguaje de las flores" de Kate Greenaway.
IV. DIENTE DE LEÓN: Fidelidad y alegría
Rengoku siempre fue un gran maestro; paciente, amable y exigente. Solía asegurarle que era capaz de lograr muchísimas más cosas de las que ella creía, y tenía razón. Ni en sus sueños más remotos Mitsuri imaginó que llegaría tan lejos como cazadora, pero, allí se encontraba, convertida en una de las nueve cabezas de la organización.
En su momento, festejó este nuevo logro en su vida junto a Iguro y Kyojurou, pero conforme pasaban los meses, se dio cuenta de que las cosas no eran tan preciosas como las había imaginado al inicio. Desde su ascenso como pilar, eran escasas las veces que le había tocado acompañar al pilar del fuego en alguna misión y peor aún, casi nunca podían coincidir en su tiempo libre.
Y lo extrañaba, extrañaba las épocas en las cuales él le dedicaba casi todo su día para entrenarla y al finalizar la jornada, compartir alguna comida sabrosa. Extrañaba su calidez, sus comentarios llenos de seguridad y confianza, sus acciones enérgicas y como solía acariciar su cabeza, alagando su caballera de inusual matiz rosada.
Era el primer hombre que había conocido que afirmaba con sinceridad que le gustaba sus tonalidades fuera de lo común, que le recordaban a la belleza efímera y divina del florecimiento de las flores de cerezo.
Fue entonces que comenzó a amar su cabello que el pasado le trajo tanto rechazo y dolor, su cuerpo bendecido con una fuerza sobre humana que le permitía salvar vidas, su apetito voraz que compartía con él y tal vez... en algún momento, también comenzó a amar a su antiguo tutor y ahora compañero.
Por eso se sintió dichosa cuando la casualidad quiso reunirlos, mientras vagaba por el pueblo aquella noche.
—Rengoku-san... — susurró la muchacha. —Si no estas ocupado ahora, ¿te gustaría ir a cenar conmigo?
El mencionado la observó perplejo por unos segundos.
—¿No debería ser yo quien te preguntase eso, Kanroji?
—Las chicas también podemos invitar a comer... — "a la persona que nos gusta", quiso completar.
El pilar de la llama volvió a guardar silencio por un momento y luego una amplia sonrisa se dibujó en su rostro. Sentía que la sonrisa de aquel hombre podía quemarla abrasadoramente desde dentro.
—Me encanta tu confianza, mujer valiente — sentenció satisfecho. —Pero es probable que te deje en quiebra luego de esto, así que compartiremos la cuenta, ¿te parece bien?
La joven asintió contenta y se encaminaron a un local cercano donde preparaban unas parrillas exquisitas.
El entrar al restaurant, distinguió entre la concurrencia; muy escondidos en un rincón; a Kochou y Tomioka, quienes terminaban de cenar. Se le hizo extraño, pues solían llevarse muy mal e intentó acercarse a saludarlos, pero Shinobu rápidamente se escabulló afuera, arrastrando a su acompañante con ella. Se preguntó que se traía ese par entre manos. Luego lo averiguaría.
Rengoku no pareció percatarse de la travesura de sus colegas y se dirigió a la mesa que la encargada del negocio les consiguió.
Cada cosa de la que hablaba el cazador mientras esperaba su orden, a Mitsuri le parecía lo más interesante del mundo. Su carisma engatusante al charlar podía hacer que la explicación de cómo cortar un nabo en dos trozos fuese una de las cosas más importantes del mundo. Pero solo estaba divagando en la conversación.
—¿Y cómo está tu hermanito? — preguntó cuando aparentemente Rengoku se quedó sin repertorio.
—Senjurou se encuentra muy bien. Cada día está más grande, pero sigue teniendo una personalidad amable y dulce. Gracias por preguntar, le diré que le mandas saludos — Mitsuri quiso preguntar también por Shinjurou. Su acompañante lo notó pues su semblante palideció y de algún modo inexplicable, la luz que irradiaba su aura se apagó. —Papá por otro lado... hace varios días que no lo veo, pero no debes preocuparte por él, Kanroji. Es un hombre fuerte, seguramente se encuentra bien.
—Estoy segura que sí.
¿Por qué incluso una persona tan brillante como él, tenía que cargar un dolor tan profundo? Si pudieran ser más abierta y sincera, desearía compartir su pena. Más en lugar de ello, solo se ahogaron en el silencio unos minutos pues ningún de ellos era capaz de soportar el vacío
Pronto superaron la incomodidad del momento y retomaron sus conversaciones triviales y divertidas. El pilar del amor pensó que, si existía algo como la felicidad, debía ser muy similar a lo que sentía en ese instante, en compañía de Kyojurou, sería maravilloso si pudiera ser así el resto de su vida.
Sorpresivamente, él calló.
—Kanroji, discúlpame. Tenía una reunión con el Patrón en veinte minutos y la olvidé por completo, debo irme de inmediato.
—Entiendo... —murmuró la muchacha desilusionada, pero comprendía. La primera lección que le enseñó Rengoku fue que el deber estaba antes que cualquier otra cosa y por ello infiere lo importante que es ese compromiso para el cual va retrasado. —¿Es sobre tu nueva misión?
—Así es — afirmó. —Es algo relacionado con un viaje en tren, hoy me darán los detalles y partiré mañana temprano.
—Te deseo mucha suerte — canturrea la cazadora alegremente.
—Cuando vuelva, completaremos nuestra comida, ¿Sí? — la chica asiente y queda pasmada por la caricia de su maestro quien, como en los viejos tiempos, da suaves golpecitos en su cabeza, mimándola. —Nos vemos pronto, Kanroji.
Antes de que Mitsuri pudiera reaccionar, Kyojurou ya se había marchado.
—Te esperaré — completó por fin probando la ensalada que se supone iban compartir con las parrillas en su cena fallida. —Te esperaré fielmente hasta que vuelvas.
El sabor de las verduras es ligeramente amargo, son hojas tiernas de diente de león. Conocía aquella planta. Sus flores amarillas en primavera le recordaban a los cabellos rebeldes y rubios de Rengoku y, cuando su floración estaba completa y se tornaban blancas como un algodón, disfrutaba de soplarlos y contemplar como sus semillas se dispersaban y flotaban hacia el cielo.
El día que vuelva a encontrarlo, se promete, lo invitará a ir al campo a soplar dientes de león y pedirá el deseo de permanecer a su lado siempre.
FIN
¡Hola!
Por fin, un ship diferente. Se que el KyoMitsu no es muy popular y que prefieren shipearla con Obanai pero, a mi me gustó mucho esta pareja, se me hacen tan "el uno para el otro" además Kyojurou merece que alguien lo ame mucho, es un personaje excelente y pues también soy parte de sus viudas lloronas :,(
Espero que este capítulo les haya gustado. Lo subiré temprano por que llevo varios días de amanecida y estoy haciendo la morición, necesito dormir un poco ☹.
BYE BYE
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