I. AZALEA: Pasión frágil y efímera
DISCLAIMER: Este One-shot pertenece al reto #FebruaryFlower creado por Princess_Saremi. / Demon Slayer pertenece a Koyoharu Gotōge, publicado por la revista Shonen Jump y animado por el estudio Ufotable.
TEMÁTICA: Azalea / Alergia
PAREJA: Giyuu x Shinobu.
NOTA DE AUTOR: A parte de la temática de este reto dada por la autora, quise utilizar "Lenguaje de las flores" para encaminar mi trabajo. En internet hay muchísimos significados para la misma flor por lo que utilicé el más formal que encontré que pertenece al libro: "Le Langage des Fleurs" de Vanessa Diffenbaugh.
I. AZALEA: Pasión frágil y efímera
Las personas que conocían a Giyuu Tomioka pensaban que era un sujeto muy hábil en combate, ingenioso y valiente, pero con un horrible carácter: altanero, engreído y muchas otras cosas desagradables más. Por ello, nadie creería la escena que tenía frente a ella.
El mismo hombre exasperarte, sentado en una camilla con los puños de la camisa remangados hasta el codo y los brazos y muñecas plagados de pequeños granitos rojos: el sarpullido más horrible que había visto.
Tomioka la miraba fijamente, y aunque sus labios eran una perfecta línea que dejaba en claro su indiferencia con cualquier ser vivo, su mirada somnolienta y triste le recordaba a un niño regañado.
Extrañamente, le pareció tierna y quizás hubiera podido disfrutarla unos segundos más si no fuese porque, derrotado, su compañero y ahora paciente intentó frotar una de sus muñecas laceradas con la palma de su mano opuesta para calmar la comezón.
Un fuerte y veloz manotazo le obligó retroceder.
— Si te rascas empeorarás la irritación —refunfuñó Shinobu, una sonrisa maliciosa iluminó su rostro tras la travesura. —¿Qué comiste o estuviste haciendo para que te diera esta alergia tan severa?
El pilar se encogió de hombros tratando de recordar sus actividades más recientes.
—Lo típico. En la mañana me quede en casa practicando... —respondió luego de varios minutos. — Al medio día fui al pueblo a almorzar soba y luego tomé una siesta. Desperté por la picazón que sentía.
La muchacha lo meditó unos momentos; por las veces que lo había acosado para fastidiarlo, conocía la insípida rutina de su insípido compañero en sus insípidos días libres y por la breve descripción que le daba, nada parecía fuera de lugar, excepto por...
—Soba — exclamó triunfante, tales fideos no solía ser parte de la usual de dieta de Giyuu. —La alergia a la soba es más usual de lo que crees Tomioka-san y aunque la hayas comido en otras ocasiones, el cuerpo cambia cuando vamos envejeciendo, como lo haces tú, y desarrolla nuevas alergias a diferentes cosas.
La indignación del pilar del agua en aquel momento se dividía entre el atrevimiento de su compañera al llamarlo "viejo", siendo que Tengen o Himejima, eran mayores que él, más a ellos Shinobu no los molestaba. Y la otra parte se reprendía a sí mismo por su tonta decisión aquel día de cambiar su almuerzo usual, daikon con rábanos, y probar algo diferente que ni si quiera se le antojaba demasiado, un capricho muy tonto que aparentemente le costaría caro.
Aprovechando las divagaciones de Tomioka, quien no parecía tener intenciones de discutir las causas de su malestar, Kochou aprovechó para buscar entre sus remedios un frasco lleno de unas flores rosadas secas: Azaleas.
Cuando niña, ella también sufrió una alergia, no tan grave como la de Giyuu pero fue muy incómoda, se la producía la miel de abejas. Fue su hermana quien la curó y por eso sabía muy bien cómo actuar.
Aoi le trajo un cuenco con agua tibia y una taza llena de agua muy caliente, en la cual dejó reposando algunas de las flores.
—Extiende los brazos — le ordenó sentándose en una silla que colocó frente a él y utilizó el agua para lavar la zona afectada con un jabón de pH neutro. Cuidosamente, prosiguió secándole con una toalla blanca. De algún modo, la picazón se hizo menos intensa.
Al joven la escena se le antojó familiar. Alguna vez vio a Tsutako, su preciosa hermana Tsutako, curar los brazos de su prometido luego de que este hubiera problemas con algunas matas de hiedra venenosa. Ella estaba enternecida por la idiotez de su pareja y su expresión boba le causó repelús en ese entonces.
La expresión de Kochou curando sus heridas ahora también le causó repelús en el estómago. Pero era una sensación diferente, resultaba cálida y enternecedora. Ella solía ser atenta y hasta cariñosa con cualquiera de los pacientes que trataba, pero ahora, sus acciones le parecían... sinceras.
El sentirse observada atentamente por Giyuu era incomodo, ¿creía acaso que aprovecharía la situación para jugarle uno de sus chascarrillos? Bueno, tal vez si lo había considerado al principio, empero, creyó que el pobre ya había tenido suficiente por hoy y si la cuestionaba así, tendría que retractarse.
Cuando estuvo segura de que la lesión había sido correctamente lavada y desinfectada, tomó compresas remojadas en la infusión de azaleas y las pasó por los antebrazos de Tomioka, él se tensó por el cambio de temperatura, pero al acostumbrarse, se relajó y comenzó a experimentar un alivió significativo.
Al finalizar, la muchacha vendó la zona afectada y se puso de pie dando fin al tratamiento.
Se sorprendió. Por primera vez, era más alta que su compañero quien permanecía sentado en la camilla, absorto en sus cosas aún, seguramente, lamentándose por haber comido ese plato de soba.
Y nuevamente pensó que era el cuadro más extraño, pero, encantador, que había visto en mucho tiempo. Alguien que la superaba y por mucho en fuerza física, dependía de ella para salir de un apuro. Alguien que había matado sin piedad alguna a muchísimos demonios había caído víctima por un malestar tan simplón.
Exactamente ahora no era más que un niño lastimado intentando no colapsar, atrapado en el cuerpo de un hombre adulto... ¿Acaso en todo momento era eso?
Shinobu entonces descubrió algo que había visto muchas veces en otras mujeres; Amane, Kanae, Mitsuri, Aoi, incluso en las esposas de Tengen: instinto maternal. No le enorgullecía, pero tampoco le desagrada experimentarlo.
Por eso, silenciosa, rodeó el cuello de Giyuu, lo atrajo hacia su pecho y se inclinó adelante, besando su frente.
Una fragancia suave y femenina inundó sus sentidos.
Aunque consternado, el pilar relacionó la situación con el mismo sentimiento que se tiene cuando "por fin llegas a casa" y sus impulsos le hicieron dudar si corresponder el gesto abrazándola de la cintura, por que desearía no separarse de ella y su inusual afecto por un rato más.
Pero fue Shinobu quien se alejó de él antes de que pudiese responderle.
—Agradece que fue en tus brazos y no en tu feo rostro, Tomioka-san. La próxima vez, evita comer soba o volveremos a tener los mismos problemas.
Luego le entregó algunas pastillas blancas, "Antihistamínico", le dijo; que lo tomara cada ocho horas hasta que la alergia desaparezca, que le produciría mucho sueño, que no utilice el medicamento para suicidarse porque se enojaría mucho con él...
Sin otros pendientes, le dejó solo en la habitación y se marchó, ligera y flotante como solía ser.
Como si aquella pasión frágil y efímera que gozó por algunos minutos jamás hubiera existido.
Al rato, Giyuu también abandonó el recinto prometiéndose que nunca volvería a comer soba en la calle... bueno tal vez solo un par de veces más.
FIN
¡Hola!, Bien este es el primer capítulo de este desafío, que corresponde al día 17 del reto, siendo que empecé el 18 a eso de las 10 de la noche. Espero que les haya gustado y cumpla con expectativas. Lamento si fue un poco OCC, esas cosas no me agradan tampoco, pero a veces uno cae en ellas sin notarlas.
Sobre la alergia a la soba, si existe, leí un artículo que menciona que es un alimento japonés que frecuentemente causa estos problemas. Y sobre la curación, pues también es el protocolo que se suele utilizar en estos casos, pero no con flores de AZALEA, sino con manzanilla o lavanda, pero necesitaba encontrar una relación con la temática y no tenia las luces en ese momento.
Nuevamente, espero que lo hayan disfrutado.
BYE BYE
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