12 - Brat
Minho
Marque el número de Jisung para hablar sobre nuestra salida al parque de diversiones tenía que decirle que ahora no seria una salida de dos sino de tres.
Estaba seguro que a Jisung no le iba a importar, a el le agregaba Dahyun.
— Hola hyung. — Dijo un Jisung alegre desde la otra línea.
— Hola mi Hannie. — Dijo con una sonrisa en mis labios. — Te quiera hablar sobre el parque de diversiones...
— ¡Si! Estoy muy emocionado. — Aunque no lo estuviera mirando podía imaginarse sus ojitos brillando de la emoción. — ¿Que pasa con eso?
— Dahyun vendrá con nosotros.
Jisung se quedó en silencio por unos segundos, si no estuviera escuchando su respiración pensaría que había colgado.
— ¡Claro hyung! No hay problema... — Soltó después de unos largos segundos de silencio. — ¿Puedo llevar a alguien también?
Fruncí el ceño antes de contestar.
— Puedes llevar a Félix, si quieres.
— Está bien hyung, hasta mañana.
Dicho esto, colgó.
Suspiré y arrojé el teléfono a la cama.
Cambié mi ropa por una más cómoda y me dispuse a dormir, había tenido un día agotador, Dahyun y yo nos habíamos divertido mucho pero aun así no me sentía del todo bien. Sentía que faltaba algo.
Y ese algo era escuchar la dulce voz de
Hannie.
Amaba su voz, al igual que amaba todo de él.
Esta salida hubiera sido genial si no fuera por la persona que trajo Jisung.
Jeongin.
¿Por qué trajo a ese chico con aires de superioridad?
¿No se suponía que traería a Félix?
Estaba furioso. No solo porque haya estado pegado como un chicle a Jisung sino eran sus comentarios los que más me molestaban.
— ¿Por qué nos mira tanto hyung? — Preguntó Jeongin que le estaba dando algodón de azúcar a Hannie en su boca.
¡Solo yo podía alimentarlo así! Claro aparte de Félix ¡Pero Félix es Félix y no cuenta!
— Sé que nos vemos perfectos juntos... — Siguió Jeongin. No pude evitar apretar mi mandíbula ante sus palabras. — Pero lleva mirándonos por más de una hora y me está comenzando a asustar.
Forcé una sonrisa antes de responder:
— Solo me fio si estás tratando bien a mi
Hannie. — Dije acercándome a él. — Porque si le haces algo, juro que yo... — Jisung me interrumpió, miré su rostro y su ceño se encontraba fruncido.
— ¡Hyung! — Reprochó Jisung con el rostro serio.
— Él comenzó. — Me defendí mirando a
Jeongin, este tenía los brazos cruzados y una expresión de burla en su rostro.
Y así pasaron las horas restantes. Todos parecían felices, todos excepto yo, que la mayor parte del tiempo miraba a Sung para asegurarme de que estuviera bien.
¿Por qué?
Simplemente porque no confío en ese chico que se hace llamar Jeongin.
Jisung se veía muy sonriente con ese chico, se daban de comer en la boca y ni hablar de cuando Sung lo abrazó cuando subieron a la montaña rusa.
¡Jisung siempre me abrazaba a mí! Yo era su protector, no él.
Dahyun me hablaba y me tomaba del brazo, pero no le prestaba atención. Lo único que me importaba en ese momento es que ese tonto no se acercara a Jisung más de lo debido.
— ¿Me estas escuchando Lee Minho? —
Preguntó Dahyun con algo de molestia en su voz.
— Yo... Eh ¿Qué decías bebé?
Abrí mis ojos y me golpeé mentalmente.
Ese apodo era único y exclusivo para mi
Hannie. Dahyun me miró alzando una ceja.
— Nunca me llamas así. — Dijo con sus brazos cruzados. Su semblante se volvió serio antes de suspirar. — Has mirado a Jisung y a Jeongin por tres horas.
Abrí mis ojos sorprendido ¿Solo tres?
— Lo siento Dahyun es que... — Ella alzó su mano para intervenir.
— Lo sé, lo sé, Hannie es como tu hermanito al que tienes que cuidar. — Sonreí débil.
¿Tantas veces se lo había dicho para que ella me citara?
— Solo lo cuido, Dahyun.
— ¿De verdad? Minho, por favor, Jeongin parece un buen chico, lindo y divertido. Se nota que tienen mucha química. — Reí con sarcasmo a lo que ella frunció el ceño.
— ¿Química? Por dios, química tenemos Hannie y yo. — La mirada de Dahyun se volvió intensa.
Mierda al parecer mis palabras no sonaron como yo esperaba.
— ¿A qué te refieres Lee Minho?
En este momento me sentía intimidado, la dulce chica sonriente se había ido.
— Me refiero a que tenemos química de hermanos... De mejores amigos. — Ella me miro no muy convencida antes de asentir.
— Su amistad es muy... Extraña. — Ladee mi cabeza sin entender, por lo que ella prosiguió. — Ustedes son tan unidos, se tratan de una forma especial, tú sin duda matarías si alguien lastimara a Jisung y él pues como que moriría por ti.
¿Matar? Creo que es una palabra fuerte.
Si alguien lastimara a Jisung lo dañaría, lo dañaría mucho.
— Dahyun ya te dije que somos amigo-hermanos eternos.
— ¿Solo eso? — Asentí. — ¿Y Jisung piensa lo mismo?
Miré a Jisung que estaba hablando muy cariñosamente con Jeongin.
— Sí, estoy seguro.
Subimos a la última atracción, La rueda de la fortuna. Dahyun se veía muy feliz por esta atracción, ella esperaba que nos diéramos un beso en la cima.
— ¿Listo para los besos Sunggie?
¿Besos? ¿Cómo que besos?
— Que atrevido Innie. — Dijo Jisung sonrojado.
— ¿Pasa algo hyung? — Me preguntó Jeongin con su mirada arrogante.
— Sí, me pasa mucho, mocoso arrogante. — Dije mientras me acercaba a él dándole un pequeño empujón en el pecho.
— ¿Cómo me llamaste? Tú vieio amargado. — Dijo devuelta dándome un empujón.
— ¡No soy viejo! Te llevo solo tres años. — Volví a empujarlo un poco más fuerte.
— Vi. E. Jo. — Me empujó que casi caigo al suelo.
Ahora si estoy furioso.
Me acerqué a él quedando muy cerca de su rostro y tomé su camisa.
— Va a golpearme, solo porque está celoso. — Lo último lo dijo con burla y lo suficientemente bajo como para que solo los dos escucháramos, lo solté y golpeé
su rostro.
No iba a dejar que un mocoso me hablaba así.
Él dio pequeños pasos para atrás incorporándose del golpe.
— Eres un idiota.
Se abalanzó sobre mí rompiendo mi labio. Ambos caímos al piso, arrastrándonos en él, ganando la atención de todos, Jisung y Dahyun gritaban que nos detuviéramos, pero ambos estábamos concentrados en rompernos las caras mutuamente.
Giramos y quedé encima de él, di varios golpees en su rostro, él dio una patada para volver a girar quedando él encima de mí, devolviéndome varios golpes.
Fue en ese momento cuando siento que dos hombres más altos y más fuertes que nosotros nos separan. Su rostro se veía mal, al igual que el mío, supuse.
— Acéptalo Minho. — Escupió Jeongin.
— Más te vale que te alejes de nosotros. — Solté intentando que el gran hombre me soltara.
— ¿Porque debería hacer lo que tú dices?
— Dijo al igual que yo intentando zafarse del agarre del hombre.
Al parecer estos tipos pensaban que si nos soltaban volveríamos a los golpes y estaban en lo correcto.
— Lee Minho, Yang Jeongin. — Dijo seriamente Jisung.
Hannie les pidió a los hombres que nos soltaran que ya no provocaríamos más problemas. Lentamente nos soltaron y Jisung se acercó a nosotros.
— No puedo creer que hayan hecho eso
¡Que verguenza! ¿No es cierto Dahyun?
Dahyun me miraba con una expresión que no puede reconocer.
— Vámonos, Lee Minho. — Dijo ella acercándose a mí. — Te ves mal, te llevaré a casa para curarte esas heridas.
Asentí y miré a Jisung que se encontraba con Jeongin.
Un gruñido escapó de mis labios, uno que Dahyun no paso por alto.
— Hannie. — Lo llamé. El al girarme me miró con un semblante serio. — Ven, te llevaremos a casa.
— No. — Dijo dejándome sin aliento.
¿No?
— ¿Qué? — Pregunté a ver si era yo quien había escuchado mal.
— Dije que no, vine con Jeongin y me iré con él. — Dijo firme haciéndome enojar.
— No jodas Jisung, tu vienes con nosotros.
— Ya te dije que no. — Se acercó a Jeongin pasando su brazo por su cintura ayudándolo a caminar. — Iré con Jeongin a su casa y al igual que Dahyun, curaré sus heridas.
¿Acaso Jisung prefería a Jeongin antes que a mí?
— ¿Estás seguro? — Pregunte para ver si cambiaba de opinión.
— Muy seguro. — Se acercó a mí y musitó: — Te veo luego Minho.
Cerré mis ojos con frustración. El no me llamaba Minho a menos que estuviera molesto.
¿Estuvo mal mi comportamiento?
— Ya vamos.
Jeongin se acercó para ayudarme, me dolía el rostro y las costillas, ese niño peleaba muy bien.
Pero ni crea que esto se quedara así.
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