Era Jeongyeon...

Ella se encontraba viendo la escena con evidente enojo en sus ojos. Estaba furiosa mientras que Nayeon sólo quería llorar.

─Dije que la sueltes. ─Dijo firmemente Jeongyeon acercándose a ellas. Cogió el brazo de la menor apegándola a ella.

Nayeon se sintió protegida. Con Jeongyeon siempre se sentía protegida.

─¿Qué diablos te sucede Jeongyeon? ─Habló Mina. Al igual que Jeongyeon estaba molesta.

─Sólo busco lo que es mío. ─Jeongyeon se acercó a Mina mirándola con ojos oscuros. Rabia emanaba de ella.

─Relájate, amiga. ─Mina sonrió y acomodó su cabello. ─Siempre puedo buscar a otra persona.

La rubia se alejó de ellas no sin antes darle pequeñas palmaditas a Jeongyeon en la espalda. Iba hacerlo con Nayeon, pero Yoo no la dejó.

─Tú pequeña es una lindura. Simplemente preciosa. ─Mina les dio una última mirada a ambas y salió de la habitación.

Jeongyeon gruñó tomando el rostro de Nayeon en sus manos. La menor tenía los ojos llorosos y sus mejillas rojas y sus labios... Sus labios estaban hinchados.

Mataría a Mina.

─¿Te hizo algo? Dímelo y la mato. ─Preguntó Jeongyeon abrazando a Nayeon. Acariciaba su espalda para consolarla.

Su pequeña estaba asustada y cómo no. Era obvio que Mina quería follar con ella.

Dios, Nayeon es virgen.

─¿Segura que estás bien? ─Volvió a preguntar.

Nayeon se separó de ella con sus ojos rojos al igual que su nariz. Si no estuviera asustada probablemente le hubiera dicho que se veía tierna.

─Lléveme a casa, unnie, por favor. ─Dijo con un hilo de voz.

Jeongyeon asintió sin preguntar nada más y salieron de la fiesta.

Nayeon se sentía asustada, frustrada y avergonzada. ¡Mina quería follar con ella! Nayeon no podía oponerse, con Myoui era sí o sí. Todos caían rendidos ante sus encantos, pero al parecer Nayeon era inmune.

Se sentía sucia.

Besó alguien que no era Jeongyeon.

Iba a tener relaciones con alguien que no era Jeongyeon.

Sus lágrimas salieron y Jeongyeon al notarlo tomó su mano apretando esta. ¿Por qué se sentía así? Tan tonta, estúpida, idiota.

Quería golpearse a ella misma por tener ideas tan ridículas. Chaeyoung tenía razón, cambiar no era la solución y menos si se trataba de tocar a otra mujer que no fuera Yoo Jeongyeon.

La mayor estacionó el auto afuera de la casa de Nayeon. Eran las 11:27 p.m. y se suponía que llegaría como a la 1 o 2 a.m.

Nayeon se despidió de Jeongyeon, pero antes de que pudiera bajarse del auto, Jeongyeon dijo;

─Bebé. ─La llamó. Nayeon la miró con ojos cansados, la mayor no pudo evitar sentirse mal. ─Lo siento.

Im la miró por varios segundos antes de responder.

─No es su culpa, unnie. Es mía. ─Dijo Nayeon sonriendo débil. ─Yo quería ir a esa fiesta y bueno...

─Tampoco fue tu culpa. ─Jeongyeon le sonrió y se acercó a ella besando su frente. ─Te veo mañana.

La menor asintió y bajo del auto.

Sólo quería tumbarse en su cama y dormir. Dormir mucho y olvidarse de todo.

─¡Nan! ¿Cómo te fue? ─Preguntó Chae con una sonrisa que inmediatamente se borró al ver el rostro de Nayeon. ─¿Qué pasó?

─¿Qué haces aquí? ─Ignoró las preguntas de su amiga, tumbándose en su cama.

─Iba a ir a casa, pero dijiste que tus padres no vendrían hasta el domingo así que preferí quedarme aquí a esperarte. Ahora dime ¿Qué te pasó?

Nayeon miró a Chaeyoung y se arrojó a sus brazos.

─Soy una idiota, Chaeyoung. ─Lloró Nayeon. Son, que la miraba preocupada, acarició su cabello para calmarla. ─No debí haber hecho toda esta estupidez.

Chaeyoung se abstuvo de decir "Te lo dije" así que sólo se dedicó a consolar a su amiga por dos horas hasta que se quedó dormida.

─Te lo dije, tonta. ─Musitó Chae viendo a su mejor amiga dormir. Preguntándose ¿Qué habrá pasado en esa dichosa fiesta?

Nayeon tenía que contarle todo. Absolutamente todo.

[...]

Ambas chicas desayunaban en silencio, era sábado y habían dormido hasta muy tarde. Chaeyoung no dejaba de mirar a su amiga ansiosa por que le dijera qué había ocurrido anoche, pero no iba a preguntarle, esperaría a que ella le dijera. No quería ver a su amiga llorar de nuevo.

Nayeon se levantó a llevar su plato a la cocina, la mirada de Chaeyoung la siguió. Nayeon soltó un suspiro y se giró hacia su mejor amiga.

─Me siento acosada. ─Dijo Nayeon sentándose al lado de su mejor amiga. ─Me has mirado todo el día sin decirme nada, me asustas.

─Sólo quiero que me hables cuando estés lista, no quiero que te sientas obligada a decirme sólo porque soy tu amiga, Nan.

Im la miró alzando una ceja. Chaeyoung no la engañaba, la conocía tan bien que sabía que estaba muriendo por saber que ocurrió en la fiesta.

─Está bien, te lo diré.

Chaeyoung sonrió ampliamente y se acercó a Nayeon.

La castaña le contó todo lo que había ocurrido en la fiesta, desde que llegó hasta que se fue, Chaeyoung escuchaba todo atentamente y acariciaba el hombro de Nayeon de vez en cuando.

─Wow. ─Soltó Chaeyoung recostándose en el sofá. ─Y yo que creí que te habías confesado a Jeongyeon y esta te había rechazado.

Nayeon la fulminó con la mirada. Si Jeongyeon la hubiera rechazado en este momento estaría llorando con un enorme tazón de frituras viendo películas tristes, deprimiéndose en su habitación hasta que Jeongyeon se gradúe de la universidad.

─Te envidio un poco, Nan. ─Nayeon hizo una mueca sin entender, a lo que Chaeyoung prosiguió. ─Casi tuviste sexo con Mina, si yo hubiese estado en tu lugar, me olvido de todo y dejo que me folle.

─Eres increíble.

─Lo sé. ─Chaeyoung sonrió incorporándose un poco. ─¿Qué harás ahora?

─No lo sé. ─Nayeon apoyó su cabeza en el hombro de Chaeyoung, pensando que haría para conquistar a Jeongyeon.

─Cuando pienses en algo puedes contar conmigo, Nan. ─Chaeyoung la abrazó y Nayeon correspondió enseguida.

Cambiar su apariencia y personalidad no había funcionado.

¿Qué tenía que hacer ahora?