✿Jealousy✿

Los celos son un sentimiento que hace que los dioses sean más extraños de lo que deberían.








Thor/Lu Bu

-¿Hay algo que pueda hacer?-

Chen miró a Lu Bu con ferviente admiración, tanto que irritó aún más a Thor.

El dios nunca había experimentado tal sentimiento;  cuando lo vio deambular por Lu Bu sintió una rabia que no le pertenecía. Siempre había parecido distante, frío como el hielo, pero este humano estaba desafiando su paciencia.

-No. Ahora tengo que pelear con mi amigo, pero quédate. Podría preguntarte algo más tarde.-

"Así que tendrá que quedarse." Thor se volvió hacia Lu Bu, sin entender su decisión. ¿Por qué quería que algún soldado presenciara su enfrentamiento?

¿Y por qué quería tanto contradecir la palabra "amigo"?

Por un pequeño y miserable momento, sintió que la mirada de Chen caía sobre su poderosa figura. Lo vio murmurar algo y de repente palidecer.

-Pasa algo?- le preguntó, acercándose tanto a él como a Lu Bu.

-No, nada… ¡no importa!- exclamó en respuesta, haciendo una rápida reverencia: -Así que me voy, Lu Bu-sama!- y desapareció a toda prisa.

-¿Quién era ese humano? ¿Un amigo?- preguntó en cuanto vio a Chen alejarse.  Lu Bu soltó una carcajada.

-Es alguien que conozco desde hace mucho tiempo. Es un admirador de mis obras, por así decirlo.-

-Un gran fan acérrimo, en resumen.-

Thor también se rió, esta vez con un corazón más ligero.  No tenía ninguna razón por la que debería sentir envidia del humano: Lu Bu siempre tendría cierto interés en él, peleando con él por la eternidad.

-¿Qué dices para retomar la lucha?-

-Con gran placer.-

Y no permitiría que nadie rompiera el equilibrio que había creado.







                            Adàn/Eva

-Esa chica era tan hermosa...- murmuró Eva, sus iris azules velados por la tristeza.

Ella fue la primera mujer humana en ser creada, y ese era un récord que no se podía deshacer, pero eso no significaba que también fuera la más hermosa. Al menos eso es lo que pensaba.

Tal vez debería haberse puesto un vestido bonito, ponerse algo en la cara: lo que usaban las mujeres modernas se llamaba maquillaje, ¿no?

Se miró en el espejo con determinación.  No dudaba que Adán solo tuviera ojos para ella, pero cuando las otras chicas lo admiraron, sintió que se le oprimía el pecho.

-¡Amor, he preparado el almuerzo!- lo escuchó exclamar desde la sala, y se sorprendió.

-¡Lo siento, te prometí que cocinaría a tu lado!- exclamó Eva sintiéndose culpable y saliendo del dormitorio, una larga trenza que hacía muy evidente su belleza.

Adán, que colocó los platos sobre la mesa, abrió ligeramente los labios.

-Eres hermosa.-

Eva se sonrojó.

-Pensé en cambiar mi peinado, solo para variar.-

-También puedes cambiar tu apariencia, pero para mí siempre serías la más hermosa.-

Ah, qué vergüenza! ¿Qué saltó a mi mente?" Eva pensó, sintiendo su cara arder: "Es tan dulce, no merezco todos estos cumplidos."

Inocentemente, creía haber cometido un pecado.

¡Imitar a otras chicas no era respetuoso! Tampoco era respetuoso con Adán, que había decidido mantenerla cerca.

Eva se prometió a sí misma que nunca más querría imitar a nadie más que seguir siendo ella misma.







Poseidón/Sasaki

-¡Ya viene!- susurraron algunos dioses, asustados.

Nadie sabía por qué, pero últimamente Poseidón estaba más nervioso que de costumbre. Y hacerlo enojar hubiera significado el fin de todos.

-¡Evidentemente, alguien se despertó con la luna equivocada!- exclamó Zeus detrás de él, alcanzándolo. La mirada que Poseidón le dirigió, sin embargo, no pareció intimidarlo.

-Vete. Tengo cosas mucho más importantes que hacer.-

-¿Es la verdad? ¿Y de qué se trata?-

Cuando Poseidón aceleró el paso, Zeus se dio cuenta de que tal vez su hermano no estaba muy dispuesto a charlar con él.

-¿Es tu nuevo amigo?- preguntó en un momento: -¿Cómo se llamaba? Ah si… Kojiro Sasaki, ¿no?-

-¿No tienes nada mejor que hacer?-

"Entonces lo adiviné."  Llegaron a un balcón, que les mostraba un majestuoso paisaje; los jardines eran hermosos, dignos de ver. Y si alguien hubiera prestado más atención, habría notado dos figuras sentadas en dos bancos, conversando alegremente.

-Ese idiota puede andar con quien quiera. Me importa un carajo.-

Zeus miró a Poseidón.

-No dije nada, mi querido hermano.- miró hacia los jardines, esta vez notando a Sasaki hablando con su valquiria, Hrist.  No sabía por qué ambos estaban en el Olimpo, Poseidón probablemente tenía algo que ver con eso, pero ciertamente sabía que la ira de Poseidón se debía a un sentimiento llamado celos.

-Aah, las penas del amor, ¿eh? Entiendo.- Zeus se pasó una mano por la barbilla: -Deberías hacer algo, si de verdad te importa.-

No recibió respuesta.

-¿Se ha ido?- murmuró, para luego reírse divertido unos momentos después cuando lo vio reaparecer en los jardines, dirigiéndose hacia el humano y su valquiria.

-¡¿Qué crees que estás haciendo, escoria?!-

El padre de los dioses sabía que por una vez, Poseidón con "escoria" no se refería a su rival.

Iba a ser un día muy ocupado y divertido, y Zeus estaba seguro de eso.









Hércules/Jack

-No estoy celoso.-

-Ah si? Si no estás celoso, ¿por qué estamos espiando a Jack detrás de un árbol?-

Hlökk solo resopló cuando vio a Jack charlando alegremente con una mujer que no hacía nada más que beber. ¿De verdad le gustaban las mujeres así?

-No sabía que estaba saliendo con alguien.- Hércules no apartó los ojos de la escena, sus labios se apretaron levemente cuando vio que la mujer ponía un brazo sobre el hombro de Jack, como si fuera la norma.

-¡Oye, esta se está haciendo un poco insistente!- exclamó Hlökk, indignada de que esa mujer pudiera desbaratar su plan de juntar a los dos idiotas y darles un final feliz.

-Y está borracha.- observó el semidiós frunciendo el ceño: -¿Y si ella le hizo algo?-

Hlökk parpadeó un par de veces: -¡Vamos, Jack es un asesino! Nunca se dejaría engañar… ¡creo!-

-Nunca sabes. Yo voy.-

-Espera...!-

Jack sonrió cuando vio a Hércules caminando hacia él, se había dado cuenta de que él y la señorita Hlökk lo estaban espiando, pero no tenía forma de hacer nada, Anne estaba demasiado borracha y dejarla sola habría sido inapropiado.

-¿Te molesta esta mujer?-

La pregunta lo dejó estupefacto.

-¿Cómo, Sir?-

-Jack… ¿quién es el…?- Anne soltó una carcajada histérica mientras intentaba acercar a Jack a ella.

-Perdone señora, pero molestar a la gente de esta manera no es lo mejor.-

"¿El es celoso?" Jack se preguntó, viendo que la mirada de su amado dios se volvía seria.

Podría haberle explicado quién era Anne y haber hecho las cosas bien, pero verlo en un ataque de celos era un escenario bastante tentador.










Raiden/Thrud

-¿Y con eso qué quieres decir?-

Thrud nunca se había enfrentado a algo parecido a los celos, pero esos gansos lo molestaban mucho.

Ella y Raiden habían comenzado una relación y no tenían respeto. Sabía que su vida amorosa -y no sólo eso- había sido muy activa, pero eso debía considerarse un capítulo cerrado y tenían que entenderlo.

-Nos gustaría ver a Raiden una vez más.  ¿Podemos?-

-¡No, no puedes!- tronó, mientras las chicas temblaban un poco. No quería dar miedo ni nada por el estilo, pero si continuaban de pie junto a su amado sin permiso, no podía quedarse quieta y no hacer nada.

-¡No hay necesidad de calentarse!-

-¿Qué está pasando aquí?- Raiden caminó hacia ellos con paso enérgico, sus ojos brillando cuando aterrizaron en la poderosa y hermosa figura de Thrud.

Se acercó a ella para abrazarla con una gran sonrisa. Inevitablemente, las mejillas de su amada habían adquirido otro tono.

-Solo nos gustaría...-

-¿Son tus amigas?- preguntó la valquiria, interrumpiendo a una ninfa que había intentado acercarse a él.

-Las conocí una vez, me parece.-

-Bueno.- Thrud se volvió hacia ellos: -Si ese es el caso, no veo por qué tienen que quedarse aquí.-

Siempre había tratado de ser cortés, pero Thrud sabía que los celos de una mujer, si se ocultaban, podían ser aún más peligrosos.







Buddha/Zero

-Adelante, no te tengo miedo.-

-Eh...? ¡Buddha-chan, por favor no seas tonto!-

Algo estaba a punto de suceder, pero no podía permitir que ese algo se convirtiera en una pelea. Zero estaba aterrorizado, pero ver a Buddha frunciendo el ceño a algunos dioses lo confundió aún más.

¿Qué había pasado en esos pocos segundos cuando ella le quitó la atención?

-¡No te enojes, tú! ¡Ser uno de los ganadores del Ragnarok no te da derecho a ser arrogante!-

-Con gente como ustedes siempre hay que ir duro.- Buddha los fulminó con la mirada: -Trátenlo de esa manera otra vez, y no responderé por mis acciones.-

-¿Qué estás diciendo? ¡¿Estás hablando de ese mocoso?!-

Zero no podía saber que Buddha estaba enojado: esos dioses menores se habían molestado en mirarlo más de lo debido.

Cualesquiera que fueran sus intenciones, no le interesaba, pero si querían seguir devorando a su inocente dios con los ojos, no terminaría bien para ellos.

-¿Mocoso?- Buda rompió con sus dientes una piruleta que estaba mirando hasta ese momento.

-Trata de repetirlo si tienes el coraje.-

-¡No, no! ¡Quédate quieto, te lo ruego!- Las palabras de Zero fallaron: -¡No hace falta que vayas tan lejos, tratemos de encontrar una solución!-

Pero si había una solución, no fue captada por el dios budista, que se preparó para atacar.







Hades/Qin

-Soy un rey, ¿no debería elegirme como su compañero?-

Eso se estaba convirtiendo en una verdadera cuestión de estado para Hades. No sabía por qué, pero ¿sentía un cansancio constante en el estómago cuando veía a Qin en compañía de una chica cuyo nombre desconocía.

"¿Y por qué debería saberlo?" pensó Ares, sin saber cómo se encontraba en esa situación.

-¡Y lo lindo es que él también se enojó cuando se lo señalé! ¡Estaba todo rojo de ira!-

-Lo suyo fue una falta de respeto.- pero Ares ya no entendía nada.

-Él lo había dicho.- Hades con extraña calma, derramó un poco de ambrosía en el vaso que sostenía: -Y me reconoció como su Rey. Me volvera loco.-

-¿Pasó algo más?-

Ares se había dado cuenta de que la molestia que sentía su tío era por otra cosa, pero cuando hizo la pregunta trató de ocultar la curiosidad que tanto deseaba satisfacer.

-Él no-...-

El sonido de un muro rompiéndose sobresaltó al dios de la guerra.

-Que demonios-?!-

-¡Dejarme solo así fue muy grosero!- Qin, el que había unificado China, se acercò a Hades con una expresión de total decepción.

-Pensé que no necesitabas mi compañía.- dijo el otro con cierto sarcasmo: -¿No estabas demasiado empeñado en bailar con esa ninfa del bosque?-

-Tú fuiste quien dijo que debería haber aceptado en caso de que alguien me invitara a bailar. ¿No se suponía que íbamos a estar en incógnito?

"¿Qué están diciendo?!"

A estas alturas era inevitable que Ares estuviera involucrado en esa situación, así como era inevitable saber que Qin y Hades, evidentemente, habían dado a luz una relación que tarde o temprano saldría a la superficie y causaría revuelo.  Quizás.








Odín/Nostradamus

-No puedo creerlo.-

Nostradamus se rió por enésima vez.

-¡No puedo creerlo!-

-¿Podrías dejar de repetir exactamente la misma oración? ¡Eres molesto, humano!- el cuervo blanco, Munnin, aleteaba como un loco mientras el profeta, divertido, no dejaba de reír.

-¿Cómo puedo parar, pájaro? El viejo está haciendo una escena de celos solo para mí.-

-No es una escena de celos.- escuchó responder al pájaro, aunque con un tono incierto.

Ver a Odín meterse con su pretendiente había sido lo más divertido del mundo.  Pero todavía se preguntaba si ese pobre tonto todavía estaba vivo.

-Entonces, ¿cómo lo definirías?-

-Uno de tus juegos habituales.-

Odín se unió a él, su rostro impasible.  Nostradamus sabía, sin embargo, que aún estaba enojado, era evidente.

-¡Vamos, era una broma inocente!-

-No necesito a otro Loki.- respondió Odín con frialdad, aunque todavía le… dolía el pecho? ¿Era tal cosa realmente posible?

-Oye, no me compares con él.- Nostradamus hinchó las mejillas infantilmente: -Soy único y no tiene precio.-

-Perdiste un tiempo precioso haciéndome creer que alguien te estaba molestando. Podrías haber hecho otra cosa en lugar de hacer bromas tontas.-

-Pero no sucedió exactamente de esa manera. Solo expresé mi punto, y luego esperaba todo menos esa reacción tuya!-

Odín entrecerró la mirada. No es que le importara, pero había estado cerca de matar a ese otro dios.

-Si terminaste con esta tontería, me voy.-

Encariñarse con un humano...

-¿Adónde vas? ¿Te llaman los deberes?  ¡Espera! -

...que idiotez.







Apolo/Simo

Los dioses griegos eran famosos por sus celos; todos sabían que si un dios griego se enamoraba de alguien, probablemente no saldría bien. Y si el dios en cuestión tenía un rival en amor... la situación era más grave de lo esperado.

-¿Puedo saber qué haces?- desde que se habían ido a vivir juntos, Simo había visto a Apolo muy agitado. Pero el hecho de que a media mañana estuviera cerrando todas las cortinas a toda prisa era bastante inusual, y también un poco ridículo.

-Te estoy salvando la vida.-

-Lo único que estás haciendo es oscurecer toda la casa.-

-Si eso es lo que te preocupa, enciende la luz.-

Apolo, el dios del sol, que no quería la luz del sol. Fue el clímax.

-Entendería tu extraño comportamiento si me explicaras todo en detalle.- tal vez al francotirador se le estaba escapando algo. ¿Pero que?

Apolo miró hacia abajo por un momento y luego, completamente serio en el rostro, lo miró a los ojos. Simo empezaba a no tener un buen presentimiento.

-Se enteraron.-

-¿Eh?-

-Se enteraron de que estamos en una relación. ¿Entiendes?-

-¿Ellos quiénes? -

-¡Todo el Olimpo!- Apolo se pasó una mano por el pelo, entre sorprendido y molesto: -Son unos entrometidos de primera categoría. Si vienen aquí, incluso descubriendo que vivimos juntos, es el fin. No te quitarían los ojos de encima, y ​​no quiero que eso suceda.  Esos feos lobos hambrientos...- caminó de un lado a otro por la habitación: -Solo yo puedo comerte con mis ojos.-

Las mejillas de Simo adquirieron un color sonrosado, pero no pudo decir nada que escuchó que alguien tocaba la puerta con insistencia.

Y el gritito exasperado de Apolo fue una confirmación inevitable de quién podría ser.









Shiva/Nikola

-Bailar es una verdadera panacea. ¡Estoy feliz de que Nikola también se esté acostumbrando a este ambiente festivo, papá!-

Shiva miró a Ganesha con un ojo abierto, dos brazos detrás de su cuello mientras trataba de relajarse. Pero no pudo.

Está bien, fue su idea hacer bailar a su novio, ¡pero tenía que bailar con él! Sus esposas tomaron su lugar, luego lo llevaron a algún lugar y se alejaron.  Entonces, de la nada.

Y Shiva estaba allí, en medio de una multitud de gente sonriente que desafinaba su repentino mal humor.

¿Y si alguien hubiera tratado de coquetear con él mientras tanto? ¿Y si Parvati y los demás lo perdían de vista?  Y si-

-Deberías dejar de preocuparte por ese humano. Es inteligente y está bien.-

-¡Rudra! ¿Qué estás haciendo aquí?-

Tal vez se le hubiera concedido un mínimo de alegría a esa velada.

Su mejor amigo le sonrió, pero al mismo tiempo miró hacia un punto claramente definido detrás de él.

-Te preocupas demasiado.-

-No me deja otra opción.-

-¿De verdad te ha puesto el amor tanta aprensión?- Rudra le puso una mano en el hombro: -Como ves, se está divirtiendo.-

Cuando Shiva siguió la mirada de su amigo, se sorprendió al ver a Nikola a unos metros de distancia, decidido a conversar tranquilamente con Durga. Su rostro estaba tan relajado y completamente diferente a la agitación de unas horas antes, que el corazón de Shiva había comenzado a perder latidos.

-¿Vaya? ¿Qué?- Ganesha se giró hacia ellos, asombrado: -¡¿Papá está celoso?!-

Los ojos de muchos de los presentes, incluido Nikola, se volvieron hacia él, y el rostro de Shiva había cambiado de un color púrpura arándano a un tono rojo como un tomate maduro.

Si, esa iba a ser una fiesta muy larga.








Ares/Leonidas

-¿Entonces fuiste a entrenar?-

-Sí.-

-Con Raiden y Lu Bu.-

-¿Si, porque?-

-Con ellos dos.- había pasado casi una hora y no había ningún cambio real.

Cuando Ares apuntaba, había poco que hacer: nada podía apartarlo de sus pensamientos, de sus creencias. Si él creía que esa cosa era de hecho "esa cosa", no debería haber ninguna objeción. Era terco como un niño, y todos lo sabían.

Aunque...

-¿Por qué estas preguntas?- Leonidas lo miró confundido. El comportamiento de Ares era inusual, y últimamente el dios siempre se había molestado en preguntarle qué había hecho en su ausencia.

-¿Te gustaría entrenar conmigo?- esa muy bien podría haber sido una linda y buena excusa, pero Leonidas sinceramente quería pelear contra el dios Ares, su mayor ídolo.

", entrenar contigo sería bueno." Pero Ares no comentó nada más. Se limitó a deambular por la habitación con mil dudas, y los ojos de Leonidas brillando confundidos.

-Si esa fuera la razón, podrías haberme dicho de inmediato.- dijo finalmente el rey espartano, queriendo cambiar de tema. Ares era francamente extraño.

-Todo está bien.  Sí, todo está bien.” Ares ahora estaba inmerso en un mundo propio.

No deberías haber escuchado las palabras de Hermes, ¿verdad? Pero entonces, ¿por qué no podía evitar pensar en ello con insistencia?

Lo suyo no podía ser amor, no. Un dios que se enamora de un humano es extraño.

"Pero Apolo se enamoró en más de una ocasión. Y nuestro padre…"

Se abofeteó a sí mismo. No, no estaba enamorado.

Y no estaba celoso en absoluto. Leonidas podía salir con quien quisiera.

El causante de su dolor, mientras tanto, seguía preguntándose qué pasaba y qué había pasado.

¿Podría el dios de la guerra golpearse la cabeza?

Ares es realmente raro, pero Leónidas se estaba acostumbrando.










Loki/Rasputín

-¡Como si fuera mi culpa!-

Había muchas cosas que Rasputín no podía soportar. Bien podría haber hecho una lista en la lista para explicar a los demás qué estaba pasando en esa semana infernal y qué lo ponía tan nervioso, pero para resumir hubiera dicho, sin pensarlo dos veces, "todo."

Dondequiera que fuera, la mala suerte parecía perseguirlo y el vino y las mujeres eran posibilidades que no podía permitirse.

-¡Alguien está nervioso!-

Y la oportuna llegada de Loki no había sido precisamente una casualidad.

-Y quién sabe por qué.- se limitó a refunfuñar el otro, sin dignarse una mirada y seguir caminando.

-¿Qué es esto, uno de tus acertijos habituales? Eres un hombre muy extraño, tú.- Loki voló a su alrededor, con una sonrisa divertida en los labios: -Puedes confiar en mí. Vamos, habla.-

Rasputín no le respondió.

-Ignorar a alguien que te habla es una falta de respeto, ¿lo sabías, Rasputín?-

Fue ignorado una vez más.

-¿Rasputín-chaaan?-

-¡No me llames así!- Loki volvió a reír mientras Rasputín se detenía bruscamente. Una vez más, habia ganado.

-Solo me detendré si me dices qué te preocupa.-

-¿Por qué debería? Tu-... ah, olvídalo.-

Loki también quería dejarlo pasar, pero toda la situación lo divertía. Sobre todo porque él era el desencadenante de su mal humor.

¿Rasputín lo había puesto celoso al estar en compañía de una bella dama? Él, como un dios bueno y respetable, le había devuelto el favor. 

Podría decirse que estaban a mano, pero Loki todavía estaba demasiado molesto para decirle a Rasputín que en realidad no estaba saliendo con nadie.

Después de todo, los celos de un dios eran un peligro que ciertamente no podía subestimarse.










Susanoo/Okita

Pasaron las horas y nunca volvió.

Era extraño, definitivamente, pero Susanoo no podía preocuparse; Okita era un guerrero, uno de los trece humanos que habían logrado salvar a la humanidad, algo desagradable no podía haberle pasado.

Sin mencionar que le había prometido que regresaría lo antes posible, pero que sus hermanos podrían retenerlo más tiempo del debido y retrasarlo unos minutos.

Pero los minutos se habían convertido en horas y Susanoo no podía estar del todo tranquilo. La ansiedad lo vencía y la tentación de ir a buscarlo era inmensa, pero tenía que resistir.

Susanoo confiaba en él, y nunca dudaría de su fidelidad.

-Tengo que ir a revisar.- pero la preocupación era más fuerte y, en el momento exacto en que estaba a punto de abrir la puerta de la casa, se encontró frente a Okita, con un brazo tendido hacia el pomo de la puerta, y desconcertado.

-¿A dónde ibas?-

Okita no pudo agregar nada más que se sintió capturado por un cálido abrazo.

-Tenía que asegurarme de que estabas bien.-

-Si, estoy bién. Siento haber llegado tarde, pero Rasputín y Simo estuvieron a punto de destrozarlo todo por culpa de una pelea y tuvimos que intervenir.-

-Deberían ser más responsables.- Estas palabras de un dios eran algo contradictorias, pero si Okita pensaba eso, no dijo nada.

Lo que el joven líder de Shinsegumi ignoró fue que su compañero estaba dispuesto a crear más caos que el que crearon Rasputín y Simo cuando peleaban, si los celos se apoderaban de él.

Cuando Okita estaba con él, todo estaba bien.









Beelzebub/Kintoki

-¿Qué tienes en mente?-

-Ninguna cosa. ¿Debería estar planeando algo?-

Sin levantar la vista del libro que estaba leyendo, escuchó los pasos de Kintoki acercándose cada vez más.

El cazador de demonios se había molestado en visitarlo en su laboratorio durante algún tiempo, sin amenazarlo de muerte ni hacer nada que pudiera entorpecer sus creaciones.

Era extraño, pero Beelzebub había comenzado a acostumbrarse.

-Si no tuviera nada en mente, no sería como tú.- Kintoki levantó una ceja: -¿Has perdido tu inspiración habitual?-

-No me falta inspiración para nada. Pero verás, por ahora no quiero hacer nada más que leer esto.- Beelzebub finalmente levantó la mirada, sus ojos bastante brillantes: -¿Quieres que agregue más?-

-Sí.- Kintoki se acercó: -Intenta hacer algo en detrimento de la humanidad y te mato.-

No era una amenaza real, ambos lo sabían. Beelzebub ya había dejado de molestar a la humanidad con sus investigaciones científicas, aunque todavía tenía cierto interés brutal en utilizar a los pobres inocentes como conejillos de indias.

Antes de irse, unos minutos después, Kintoki se detuvo en una placa de metal.  Era extraño y peculiar, y parecía haber algo dentro que se quejaba, ¿qué diablos era eso? Y como era posible?

-Parece que hay alguien en esa cosa.-

-¿En serio?- Beelzebub volvió a dejar su libro de "varias torturas y experimentos" en la silla de la que acababa de levantarse para acercarse.

-Es uno de mis muchos experimentos. Es una pequeña noticia.-

La charla se detuvo temporalmente en ese momento.

Beelzebub era un demonio, por otro lado. Y los celos eran una bestia muy mala.

Se había encargado de librarse del problema del origen, del idiota que incluso había intentado acercarse a su cazador.

Y la posesividad seguía siendo muy difícil de manejar.














Me encanta escribir sobre estas parejas.  Realmente lo disfruto mucho!  Sin embargo, espero actualizar más. 

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