Sofá

NOTA IMPORTANTE: SPOILERS DE WAYWARD SON. Escribí esto cuando aún no había leído el libro pero quise editar una palabra y pues supongo que eso es un spoiler xd
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Simon Snow está en el sofá. Sentado al borde, con la mirada determinada en la pantalla y sus manos usando con destreza el control del Wii. Está primero en la partida de Mario Kart, y no hay mejor recompensa que la mueca de fastidio que se va formando en la cara de su novio. Puede que quizá lo haya empujado al precipicio de la Senda Arcoíris a propósito. Quizá.

Penny sale de la cocina en ese momento, con el bowl de papitas fritas recién rellenado. Con cuidado de no taparles la vista a los chicos, se sienta en la alfombra frente a la televisión.

—Luego me toca jugar —dice la chica, llevándose una papita a la boca.

—Claro, Bunce —responde Baz, sin despegar los ojos de la pantalla—. Cuando Snow pierda la partida, te va a pasar el control.

—Habla el que está en último lugar -lo fastidia Simon.

Penny rueda los ojos. En realidad, le alegra que sus dos mejores amigos la estén pasando bien. La semana de exámenes los había tenido estresados a todos, y al fin podían relajarse un poco. Y sí, relajarse significaba pasar toda la tarde en el sofá jugando videojuegos. Aunque uno de sus mandos se había quedado sin batería, y sinceramente a nadie le apetecía salir a comprar pilas.

No pasa mucho rato hasta que Simon se levanta de golpe y salta de felicidad, celebrando que ha obtenido el primer puesto en la copa. Baz finge que no le importa haber quedado fuera del podio. La verdad, ninguno de los dos es buen perdedor, pero es obvia la sonrisa que se forma en el rostro de Baz al ver a su novio tan alegre por un simple juego.

No todo el año ha sido sonrisas, en especial para Simon.

Habían sido largas semanas en las que el chico de rizos no podía levantarse del sillón. Su día entero se basaba en comer y dormir. Ni siquiera iba a clases, y parecía que nada le importaba. La única razón por la cual salía de casa era para ir a la tienda de al lado, cuando se acababan las frituras o los refrescos.

Baz recordaba llorar de la impotencia por no poder hacer nada por Simon. Pensaba que su novio lo odiaba, que detestaba el solo verlo. Había sido un tiempo difícil. Incluso casi habían roto, pensando que era lo mejor para ambos. Pero con ayuda, las cosas habían comenzado a mejorar. Simon llevaba ya un tiempo yendo a un psicólogo, y le había servido de mucho.

Aún había días difíciles, claro. Pero ahora Baz podía decir que su novio se veía feliz de manera genuina cuando sonreía. No había sido fácil para Simon ponerse al día con los estudios otra vez, pero Baz y Penny habían estado ahí para él todo el tiempo. En todos los aspectos.

—Parece que me tienes que pasar el control, Baz —dijo Penny con diversión, dejando a un lado el bowl de papitas.

—Ja —dijo Simon, sacándole la lengua al chico. Seguía celebrando en solitario por haber ganado la partida.

Baz le hizo caso y dejó el mando, pero se acercó a Simon con un puchero casi irreconocible. Mal perdedor, pero al menos sabía esconderlo un poco.

Simon dejó de sacarle pica al ver que Baz extendía sus manos hacía él.

—Espera —retrocede un paso—. ¿Qué estás haciendo?

Baz tenía una sonrisa malvada en el rostro. Cinco segundos después, le estaba haciendo cosquillas a morir a su novio.

Penny rueda los ojos otra vez. Estos idiotas.

Y como son tal para cual, Simon se lanzó sobre Baz también, convirtiendo el ataque en una competencia de cosquillas entre los dos.

Un rato después, terminaron ambos tirados en el sofá, tratando de dejar de reírse, con las camisas desordenadas y las mejillas rojas por el esfuerzo. Penny los mira sin impresionarse. Ya está acostumbrada a sus tonterías.

—Te odio —murmura Simon en broma, aun riendo un poco.

—Yo también te amo, Snow —responde Baz, volteando la cabeza para mirarlo de frente.

Simon le sonríe, antes de inclinarse para dejar un beso en sus labios. Con el videojuego olvidado, los dos chicos se quedan abrazados en el mueble, disfrutando de la compañía del otro.

Penny se levanta para dejarlos a solas sin que ellos se den cuenta. Probablemente llamará a Shepard, porque se niega a ser la tercera rueda en estos momentos. Antes de entrar a su cuarto, se voltea para echarle a sus mejores amigos una última mirada.

Simon se está riendo bajito de algo que le está contando Baz, mirándolo con tanto amor que parece imposible.

Sí, ver a esos dos felices es lo mejor que existe en el mundo.

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Esta es la cosa: después de leer las dos primeras páginas de Wayward Son, escribir un mini fic super cursi en un par de horas es mi forma de lidiar con el dolor.

Update una semana después de acabar el libro: Shippeo fuerte a Penny con Shepard, déjenme en paz ;u;

Nótese que no sabía que título ponerle a esto xd

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