Me encantas, Simon Snow

Si hay algo que Baz recuerda a la perfección de su primera vez, es la sonrisa tonta que no pudo quitarse de la cara al despertar al lado de Simon en la cama.

Tampoco podría olvidar lo que fue poder observar a su novio dormir, preguntándose si lo que había pasado la noche anterior no había sido tan sólo un sueño. Sin embargo, sus ropas esparcidas en el suelo decían otra cosa, y sus músculos adoloridos confirmaban los recuerdos que como una avalancha llegaban a su mente.

Podía recordar la torpeza de sus dedos al intentar desabrochar la camisa de Simon, y la risa en la que ambos habían caído al darse cuenta de lo nerviosos que estaban.

Podía recordar los besos que había dado, y los besos llenos de cariño que había recibido en cada parte de su cuerpo. Y aún tenía presente la sensación de las manos de Simon, sujetándolo de las caderas, acariciando su mejilla. Susurrando en su oído que lo amaba mucho. Diciéndole que lo mirara a los ojos.

Y Baz le había obedecido, enfocándose en esos dos lagos azules mientras se dejaba llevar por la sensación de tener a Simon dentro de él. Mientras trataba de ahogar los gemidos rebeldes que salían de su garganta, pero que a Simon parecían encantarle.

Se había aferrado a la espalda del chico de rizos, su respiración más agitada con cada segundo que pasaba. Y Baz se había sentido más querido que nunca cuando, después de caer rendidos en las sábanas, Simon se había dedicado a jugar con su cabello negro. En respuesta, él había usado su dedo índice para trazar constelaciones con los lunares que tenía Simon en el pecho.

Ambos se habían quedado dormidos así, escuchando tan sólo la respiración del otro.

Y Baz se había despertado en el mismo lugar, con las sábanas cubriéndolos hasta la cintura y con la luz del día entrando por la ventana. No podría imaginar algo más bello que observar a Simon abrir los ojos con pereza, recostado allí, junto a él. Estando en la misma cama.

Y algo que Baz jamás olvidaría de aquella primera vez, es la voz somnolienta de Simon, sacándole de sus recuerdos, preguntándole con cariño en qué estaba pensando.

—En que me encantas, Simon Snow —le había respondido Baz, antes de inclinarse para besar a su novio en la boca con delicadeza.

Y con sus labios unidos, ambos chicos sonrieron, seguros de que habían pasado la mejor noche de sus vidas.

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Ehhh, hola :D

Espero que esto cuente como smut, y que les haya gustado :'v (si mi madre descubre que tengo wattpad voy a borrar este OS alv).

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