Nota: Los fanarts que aparecen en el fic son de @qeiem, en tumblr ♡
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Baz no sabía qué le estaba sucediendo. No entendía por qué su corazón se aceleraba cada vez que veía a Simon, o por qué se sorprendía pensando en lo atractivo que era su compañero de cuarto. Al principio del año, Baz había ignorado todo eso: ya tenía bastantes problemas con la aparición de su sed de sangre. Pero ahora que tenía eso controlado, no podía hacer a un lado la evidente atracción que tenía por Simon.

Baz cree que se dio cuenta de ello cuando Watford organizó un baile en otoño, por Halloween. Lo supo por la manera en que su corazón se agrietó después de ver a Simon bailar junto a Agatha, como si fueran el rey y la reina del lugar. Ambos parecían ser el uno para el otro, como una pareja predestinada. A Baz se le hacía imposible pensar que algún día encontraría un amor así.

Y es que Baz quería tener ese amor junto a Simon, pero no podía decirle la verdad sobre sus sentimientos. No después de haberlo tratado mal por más de cuatro años. Y ni siquiera estaba seguro de estar enamorado de él. Se sentía tonto por sacar conclusiones tan rápido, pero quizá había estado perdido por Simon desde el día que lo conoció. Simplemente no se había dado cuenta.

Baz había tratado de apartar la vista, pero no podía quitar la mirada de Simon y Agatha bailando entre risas, y sintió que la mano con la que sostenía su bebida comenzaba a temblar. No pudo moverse hasta que Dev y Niall aparecieron, preguntándole si estaba bien. Baz fingió que sí lo estaba, y seguiría haciéndolo por mucho tiempo.

Y todo porque no podía evitar querer a Simon Snow.

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Cuando el sexto año llegó, Baz estaba seguro de estar enamorado de Simon. Eso lo comía por dentro, ya que no se atrevía a hablar con nadie sobre ello.

Y su alma pesimista no le dejaba creer que algún día podría ganarse el corazón de Simon. Ni siquiera se imaginaba siendo amigo de él. Su orgullo y su miedo al rechazo no le permitían intentar cambiar las cosas entre ellos.

Por eso, Baz empezó a amar a Simon en secreto. Su momento favorito del día era la hora de dormir, y no porque podía descansar.

Le gustaba quedarse horas en la oscuridad, porque él podía ver, pero Simon no. Ahí aprovechaba para mirar a su compañero de cuarto por horas, sin que este se diera cuenta. Se la pasaba contando los lunares en su cara y cuello, formando constelaciones con ellos. Lo hacía hasta que se daba cuenta de que se sentía patético.

Estando solo en el silencio, Baz comenzaba a cuestionarse si eso era lo correcto. Quizá sería más fácil sacar a Simon de su corazón, porque era imposible que ellos dos dejaran de ser enemigos. Baz hundía la cabeza en la almohada, obligándose a dormir. Obligándose a dejar de pensar en Simon.

Pero no podía evitar seguir enamorado de él.

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Y muchos años después, esas noches solitarias y esos momentos de desesperanza, eran recordados por Baz como si fueran anécdotas. Le hacía gracia haber creído alguna vez que jamás encontraría el amor.

Le divertía haber pensado aquello, en especial cuando tomaba la mano de Simon en la calle, o cuando dormían juntos, abrazados el uno al otro.

Porque Baz sentía que su vida le pertenecía ahora a Simon. Lo había hecho desde un principio, pero ahora el sentimiento era mutuo. Eso había quedado claro desde el momento en el que se habían besado en el bosque, y ambos lo seguían demostrando con pequeños detalles. Regalos como una caja de bollos de cereza, o un disco de música clásica. Pequeños te amos en la mañana. Suaves caricias en la noche.

Así que cuando Simon y él bailaban una canción lenta en la madrugada, usando sólo un pedacito de la sala del departamento como pista, Baz se sentía completo.

Era imposible evitar enamorarse de Simon Snow, y eso había sido lo mejor que le había pasado en la vida.

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Porque Baz merece un final feliz :D

Espero poder subir otro os pronto. Hasta luego~