-....¿No crees que se ven muy juntos?.. -Murmuró de la nada la bicolor estando sentada justo al lado del escandinavo que acababa de ordenar sus documentos, unos metros más allá estaban los alemanes hablando sobre algo y se podían ver algunos roces extraños entre los adultos-.

-La verdad no me sorprendería, desde que la conocí en la base el idiota parecía perro guardián y luego de planear el ataque de Imperio estaban actuando raro. -Murmuró mirando a la latina simulando hablarle de cualquier otra cosa mientras esta comía una manzana, en ese tiempo que llevaban conviviendo había desaparecido considerablemente el muro de hielo con el que Finlandia trataba a todos-.

-Entschuldigung für die Verzögerung, dies ist mein Anteil an den Spionageprotokollen und Feldaussichten. -Se le oyó al de ojos esmeralda que dejaba una buena pila de documentos sobre la mesa baja, atrás habían quedado la Aufseherin y el niño jugando con unas cartas que empacaron de casa-.
(Siento la tardanza, esta es mi parte de los registros de espionaje y vigías de campo.)

Tras ello comenzó una, más o menos, aburrida y extensa charla de planificación y reorganización de tropas por parte de ambos. La peruana estaba atenta a pesar de tener la boca constantemente llena, se le hacían curiosas las tácticas que empleaba el finlandés....no era secreto para nadie en Europa que dicho guardián era uno de los mejores estrategas de la época pero el fascista tampoco se quedaba atrás gracias a su impecable Blitzkrieg para invadir a sus vecinos en el 39. Sin duda eran dos eruditos de las tácticas bélicas, pero ella no se quedaba atrás.
Cuando dieron las 2 p.m decidieron hacer una pausa para almorzar y estirarse pues llevar tantas horas en la misma posición era algo doloroso, el ambiente durante la comida fue más o menos el mismo que el de anoche con la diferencia de que en ocasiones Deutschland y la azabache hablaban sobre lo que harían al regresar a casa junto a los pelirrojos que se les habían unido. Perú ocasionalmente se perdía en sus pensamientos respecto al niño y algunos de sus recuerdos de la infancia.....esta no había sido precisamente mala pero en muchos aspectos había carecido de amor y tiempos para jugar, la habían educado para ser una figura de poder inquebrantable y letal supremacía fiel a la corona española.

Pero debajo de esos vestidos decorados y las tiaras brillantes no fue más que una niña que deseaba compartir tiempo con sus hermanos más allá de las extensas horas de estudio diarias y en clases de etiqueta social.....no quería ser una princesa, simplemente quería volver a correr bajo la lluvia. Pero al menos de algo le habían servido todas esas cosas fríamente calculadas por su padre Imperio Español, ella había sido la favorita entre todos los hermanos...por más que "Nueva España" fuese más reconocida, era ella quien acompañaba a la realeza en sus reuniones con otros humanos poderosos justo a la derecha del intimidante hombre de ojos turquesa.

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-Entonces...¿Eres la escolta del dientón?.. -Inició la de hebras castañas estando a unos pasos de la alemana, presas del aburrimiento habían decidido salir y disfrutaban de la ligera luz solar que se colaba entre las espesas nubes invernales-.

-En realidad soy la guardiana del pequeño Deutschland....pero aún estoy en entrenamiento para pulir mis habilidades -Respondió la de pálida piel redirigiendo su vista a quien le hablaba como muestra de respeto, en esas horas notó que la americana era una persona pacífica de la que no debía temer al igual que el de ojos ámbar-.

-Creo recordar que Suomi mencionó algo sobre que pertenecías a una rama militar, seguro ha de ser difícil mantenerse a flote entre tanta hormona...sobre todo cuando tienen complejo de superioridad. –Chasqueó los dientes la de ojos cafés a sabiendas de lo groseros y ególatras que eran los alemanes de más fuerzas armadas, pero se les acababa la superioridad cuando los comunistas los hacían gritar y llorar con las más fuertes torturas en busca de información—.

-Al inicio estaba entrenando en un campo con otras Aufseherinnen y recibía órdenes ocasionales de los oficiales hombres, pero cuando el señor Reich me trasladó consigo a la base de la Wehrmacht se volvió más difícil porque soy la única mujer y otro el tiempo me miran como a un saco de carne.... sé que no será la última vez que intenten humillarme en cualquier ocasión pero por eso estoy entrenando con uno de los mejores de la división y el bocón de su hermano.. -Sus ojos celeste grisáceo bajaron a la nieve por una fracción de segundo recordando las peleas que ya había tenido, tenía muy claro que debía ser firme si quería resaltar y ser respetada-.

-Si tuviese una moneda por cada vez que me han menospreciado... podría hacer mi propio tanque de oro. Para los años que ya tengo he tenido que enfrentar a muchos humanos y Ángeles déspotas que creyeron que por ser una mujer más baja que ellos no podría derribarlos como a un jarrón de cerámica, fragmentar sus egos es un placer que sólo se puede lograr con determinación al entrenar, no debes dejar que crean ni por un segundo que son superiores a ti o comenzarán a comerte el cerebro. -La Inca siempre tenía un aire confiable y a inspiración que había desarrollado ella misma durante su crecimiento, dar discursos era algo que heredó del hispano y se sentía bien con animar a otros-.

La joven mujer quedó en silencio por unos momentos antes de asentir firmemente mirándola a los ojos, después de todo tenía razón y unas vivido en épocas más difícil para una mujer.

-Perú, necesito que me acompañes al pueblo para conseguir unas cosas, ve por tu abrigo. -El de cruz azul salía acomodándose una capa negra para evitar que le cayese la nieve encima en caso de alguna nevada imprevista-.

La aludida se limitó a entrar a la cabaña en dirección a la oficina pues habían mudado algunas de sus cosas allí para tomar más rápido lo que necesitasen en el momento. Luego de tomar su abrigo cían y una capa de las colocó y trotó hasta la entrada en donde Suomi esperaba con más alas extendidas dándole algunas explicaciones al tricolor que veía sorprendido las pulcras alas blancas que tenía el nórdico que al notar a la bicolor finalizó la charla para emprender el vuelo en dirección al noroeste para conseguir provisiones pues se agotaron más rápido al ser más.