K u u s i.

—DIOS MÍO, SUOMI, HAY UN OSO EN LA PUERTA –Chilló la castaña luego de prácticamente darle un portazo al enorme animal que le duplicada el tamaño irónicamente—.

Eran apenas las 8 a.m y el mencionado la había enviado a buscar bayas al invernadero detrás de la casa para hacer jugo para el desayuno, la peruana tras vestirse correctamente para salir a la nieve abrió tranquilamente la puerta cuando se encontró cara a cara con el animal salvaje que la miró directamente a los ojos sacándole un susto magistral que transmitió al albino cuando la oyó gritar de esa manera tan horrible y enredada en español.

—¿¡Qué es lo que pasa!? –Dijo en alto el rubio saliendo de su estudio con su rifle en manos apuntando a todos lados en busca de un objetivo, sólo había entendido la primera parte del grito por lo que pensó que había algún problema serio con atacantes o soviéticos—.

—¡Hay un Oso en la puerta! –Repitió esta señalando el lugar, a los segundos se oyeron los rasguños del animal en la puerta sacándole otro grito mientras por su mente pasaba la posibilidad de ser tragada viva por un animal de esa categoría—.

Finlandia dejó el arma a un lado y se frotó la cara suspirando pesadamente.

—No te va a hacer nada. –Gruñó mientras caminaba a la cocina y sacaba un pedazo mediano de carne del refrigerador bajo la vista confundida de la mayor, caminó de vuelta al recibidor y tras abrir una ventana arrojó la carne sobre la nieve y cerca al peludo distanciándolo de la casa— Sólo lánzale comida y se irá.

—¿Pero qué lógica tiene eso..? –Ahora quien se frotaba la cara con frustración era la bicolor—.

—Cosas del norte. Ahora ve y trae las bayas. –Ordenó él mientras encendía la cocina para preparar su bebida, ante eso la más baja se preguntó si no se hastiaba de tomar todos los días lo mismo a cada hora—.

—Pero esa mole sigue afuera, no creo que con un tentempié de carne se llene –El de ojos ámbar sólo la miró seriamente por lo que se resignó encomendándose a todos los "santos" de sus humanos— Bien.

Al abrir lentamente la puerta se asomó para observar al carnívoro a menos de dos metro y medio de la entrada, tragó en seco caminando de espadas para tener la vista fija en el oso. Casi cae un par de veces debido a los montículos de nieve pero logró llegar completa hasta el pequeño invernadero de cristal que el finés cuidaba celosamente de los animales del espeso bosque invernal.

—Pues tan mal jardinero tampoco es.. –Se dijo a si misma colocando la pequeña canastita en el suelo para empezar a sacar uno por uno los frutos rojos, era un verdadero milagro que plantas de ese tipo hayan sobrevivido hasta tal punto en tierras heladas—.

Tras terminar su tarea salió el pequeño invernadero asegurándose de cerrar bien la puerta o el de cruz azul la mataría si algo le pasaba a sus plantas, dicho así por el mismo, regresando a su nerviosismo se asomó al borde de la casa para mirar a los alrededores de la entrada en donde ya no vio al oso por lo que aliviada caminó con menos prisa hasta llegar a la puerta y abrir despacio, lo menos que necesitaba era volver a asustarlo y que él la dejase como colador.

—Ya está, me aseguré de cerrar bien –Anunció al cerrar la puerta recibiendo un silencioso asentimiento como respuesta del menor quien tenía la boca ocupada con un cigarrillo, en sus manos tenía un periódico en su idioma cuya portada era Kiev casi destruida– Ucrania.. –Murmuró la castaña recordando cómo no pudo hacer nada cuando se llevaron a la niña—.

Las sirenas de ataque aéreo eran ensordecedoras, el pitido horrible que sentía en los oídos por culpa del estallido de las bombas cerca a ella, el nefasto panorama de los cuerpos sin vida sobre la tierra quemada removida. Los tanques disparándose entre sí llegando incluso a darle a civiles que quedaban en pedazos por la fuerza de la munición...pero no había tiempo de mirar a detalle, había perdido de vista a la terca rubia ucraniana y debía darse prisa para encontrarla, ya había corrido mucho salvándose por pocos de quemarse o recibir un tiro que si bien no la matarían podrían incapacitarla durante un tiempo y no podía permitirse eso. Cuando por fin la menor entró en su campo de visión ésta se encontraba gritando y batiendo las alas con fuerza intentando salir de la gran y gruesa red en la que habían logrado retenerla dejándola sin opción a huir, la peruana comenzó a correr más rápido para poder ayudarla pero una gran sombra pasó junto por encima de ella a varios metros... Un bombardero alemán FOCKE WULF FW había sobrevolado sobre ella y otros 20 soldados tanto soviéticos como enemigos soltando una bomba que estalló a escasos metros de Perú haciéndola alejarse de golpe varios metros por la onda de la explosión, fue la única sobreviviente del sector y el escuadrón del Panzer IV logró llevarse al ángel ucraniano que había llamado a gritos a sus hermanos.

—Oye. Oye te estoy hablando –El albino movió su mano derecha frente al rostro de la latina por cuarta vez desde que notó que ésta quedó estática y con la vista perdida en algún punto del universo—.

• • •

—Y entonces te quedaste helada respirando tan lento que creí que te habías muerto. –Concluyó su explicación el de ojos ámbar mientras le tendía el cuenco con jugo a la bicolor quien ya había salido de su horrible recuerdo—.

—La foto de Kiev en ruinas, me recordó a cuando se llevaron a Ucrania.. –Dijo esta cuando pasó el líquido dulce de su boca, señalando a la foto de la portada—.

—¿Se llevaron a la mocosa del bastardo soviético? –Él apenas se venía enterando de que Reich había hecho un movimiento tan importante como capturar a una de los títeres comunistas—.

—Era algo rebelde pero tampoco para que la llames mocosa, sólo estaba triste y enojada porque URSS mató a sus padres y eso es entendible, él siempre ha sido violento incluso con los niños. –La latina suspiró con un recuerdo fugaz del enorme hombre dándole una bofetada al pequeño Kazajistán que lo dejó en el suelo con una gran marca violeta en su delicado rostro, no pudo protestar porque probablemente se hubiese ganado una igual—.

—El bastardo siempre a sido un salvaje, dudo que cambiase al tener niños a su cargo. –Cuando vio que la mayor iba a preguntar decidió cambiar de tema— Termina ya eso que debemos seguir con la rutina y no tengo ganas de ver cómo me vomitas encima.

—Que desagradable decir eso mientras estoy comiendo.. –Perú hizo una expresión de asco y procedió a seguir comiendo un poco más a prisa—.










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Lamento las molestias, es la tercera vez que subo el capítulo pero Wattpad me lo sigue devolviendo a Borrador.

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