13 de Enero, 1942.

Algunas semanas después la peruana empezó a mejorar lentamente, pero su ciclo de sueño no se normalizó y aún mantenía sus problemas de temperatura por lo que el menor se mantenía todo el tiempo a su lado elevando su temperatura corporal para que ella mantuviese la suya al nivel suficiente para no temblar. Extrañaba tenerla tan animada yendo de un lado a otro pero ese tiempo les había servido para conocer más sobre sus vidas antes y planificar tácticas para el ejército con planos rodeando toda la cama.

-Hoy llegó un telegrama de Japón, capturaron el territorio de Malasia hace dos días e irán a por Singapur a fin del mes. -Suspiró el rubio sentándose en el sofá, estaban muriendo muchas personas y sabía de las fijaciones de la asiática por la tortura y la experimentación impasible en ambas razas-.

-Algún día le arrancaré los ojos a esa mujer fea.. -Gruñó ella recordando lo grosera que había sido y el cómo pateó a China durante los juegos de Berlín, a nadie pareció importarle mucho el hecho de que ella hubiese invadido Manchuria el 31 matando a cientos de humanos y niños sin importarle nada, ahora había conseguido capturar a gran parte de Asia lo cual era terrible-.

-La verdad es que el Eje es un grupo de inadaptados, uno peor que el otro pero son nuestra única opción para vivir lejos de la bestia comunista.. -El albino resopló y estiró sus brazos para rodear los hombros de su prometida con aburrimiento- ¿Me enseñas a tejer?..

Ella soltó una risa y asintió ante la rara petición del más alto, al menos así se distraerían un rato y vería que tanta paciencia tenía. A ella le tomó algunos años dejar de maldecir y aventar el ovillo cuando se equivocaba en los puntos.

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19 de Marzo, 1942.

-Cada día estás más grande, haz crecido mucho bebé precioso -Canturreó Perú abrazando al reno que ya llegaba casi a la mitad de su pecho y comenzaban a emerger sus astas, con el tiempo comenzaría a ser difícil que anduviera por la cabaña sin tirar algo o a atorarse en las puertas-.

-A este paso tendremos que dormir en la sala ya que lo acostumbraste a dormir con nosotros -Soltó con gracia de el ojos ámbar siendo consciente del tamaño que alcanzaban las astas de los renos macho en su adultez, pero aún tenían tiempo para hacerle su propio espacio a Lumi para ese momento-.

-Suomi tengo hambre -Se quejó ella girando a verlo y yendo en su dirección para abrazarlo apoyándose en su pecho mirándolo directo a los ojos-.

-Hmm.. no hay nada preparado aún, pero si esperas un rato más, pensare en qué hacer de almuerzo.. -Respondió rodeándola con sus brazos y pasando una mano por su largo cabello suelto, este había crecido bastante desde la primer vez y parecía una melena de león-.

-Mejor cocinemos juntos -La latina sonrió ampliamente y se separó jalándolo de las manos caminando en reversa hasta llegar a la cocina en donde lo soltó para ir en busca de ingredientes para preparar lo que se le ocurriera-.

-¿Y qué tienes en mente? -Preguntó el menor parado a un lado observándola rebuscar en las alacenas y moviendo las cosas de un lado a otro, se quejó internamente porque tendría que volver a ordenar después-.

-Lomo Saltado al estilo finés -Perú sonrió ampliamente de manera un poco aterradora con la bolsa de carne congelada entre sus manos, ya había separado las papas, vegetales y especias disponibles que usaría para su nueva fusión gastronómica-.

-¿Ah?.. -Murmuró él con confusión, pero luego acabó pelando papas por orden de la castaña que picaba la carne como una desquiciada haciéndolo temer de que se sacara un ojo o se cortara un dedo por error-.

Rato después se terminaron de freír las papas junto a la carne condimentada en jugo, la bicolor los sirvió cuidadosamente en sus platos y tras ello se detuvo a observar victoriosa su obra maestra, segundos después ya tenía la boca llena porque moría de hambre. El de gorro de lana quedó asombrado ante el nuevo sabor que apreciaba, con cada bocado se tomaba un momento para saborearlo todo muy conforme con el talento de la americana.. era una genio de la cocina. Más tarde estaban acostados en la cama mirando al techo con el estomago muy lleno sintiendo como el sueño los llamaba hasta que el sonido de algo rascando la puerta llamo su atención.

-Ve tú, me estoy muriendo -Bostezó la peruana refundiéndose entre las sábanas y ya estaba haciendo frío como para que saliera a abrirle a puerta al cuadrúpedo-.

-Me siento muy pesado, ve tú -Dijo él hundiendo su rostro contra otra almohada sin ninguna intención de levantarse-.

-Es tu turno, ayer me levanté yo -Insistió la de ojos café estirando su mano izquierda para darle una ligera palmada alentándolo a salir de la cómoda cama-.

-Argh... bieen.. -Gruñó por lo bajo sobando su pierna para luego levantarse y caminar hasta la entrada encontrándose con el reno frente a la puerta, la cual le abrió observando como salía a ocuparse de sus asuntos fisiológicos- Buen chico, Lum'.

No tenían idea de cómo Lumi aprendió a avisarles para salir, pero estaban aliviados de no tener que limpiar nada desagradable de sus alfombras. Cuando el rangífero regresó le dio unas suaves palmadas en el lomo y cerró la puerta suspirando viendo cómo el vaho se apreciaba fácilmente tras salir de su boca... la temperatura estaba descendiendo por lo que tomó algunos maderos de leña y los echó a la chimenea de la habitación para que el fuego se avivara, eso seria suficiente para que el calor se mantuviese estable hasta la mañana en que se levantara a poner más. Al acostarse nuevamente en la cama la peruana lo abrazó apoyándose en su pecho, el se removió para que estuviese mas cómoda y le dio un ligero beso antes de disponerse a dormir.

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-Mierdaa. -Soltó la mayor tras estornudar por cuarta vez, su cabeza dolía un poco lo cual la ponía de mal humor porque su vista fallaba llevándola a ver borroso en algunas ocasiones y eso no le gustaba para nada-.

-¿Porqué eres tan terca?, vuelve a la cama -Dijo el europeo virando los ojos y quitándose el suéter para colocárselo en la espalda. Estaban limpiando el ático pero la bicolor temblaba más de lo común porque allí no llegaba la calefacción y el ambiente era helado, aún así esta se negaba a bajar-.

-Este maldito frío no me va a ganar. -Gruñó ella apretando los dientes para no volver a estornudar mientras movía un par de cajas, necesitaban espacio extra para subir algunas cosas del estudio debido a que no quedaba mucho espacio y no iban a usarlas por buen tiempo- Bajare por la escoba, ni se te ocurra dejarme abajo o vas a dormir en el sofá.

-Está bien.. -Suspiró virando los ojos ante el carácter tan fuerte que llegaba a tener la más baja en ocasiones, incluso pensaba que podría ahuyentar osos con un grito de enojo y se le hacía divertido- Pero mira nada más.. 

Dijo en tono bajo pasando una mano por sobre la tapa empolvada del álbum familiar que había olvidado tener, en su infancia las fotografías no eran muy precisas por lo cual la mayoría de las paginas tenía pequeñas pinturas que retrataban a los escandinavos en sus etapas mas jóvenes. Luego de su descubrimiento decidió bajar para mostrárselo a la castaña quien seguro haría un par de chistes sobre el peinado que tenía en esas épocas.