[34] ORDEN DE ARRESTO

—Todavía no puedo creer que ese imbécil te haya hecho eso —dijo JJ mirando a su hermana.

June y Pope habían despertado esa mañana con una llamada de su padre pidiéndole que lo ayudara en la tienda, donde se encontraban en ese momento. Como no tenían nada más que hacer, sus amigos decidieron acompañarlo.

John B seguía sin aparecer, lo que había preocupado a June. JJ había logrado tranquilizarla por un rato, insistiendo en que todo estaba bien, y que probablemente estaba tomándose un tiempo para escapar de los recuerdos dolorosos sobre su padre que había traído el Royal Merchant.

June se encogió de hombros mientras apilaba otro producto en una bolsa para que lo recogieran—. ¿Por qué te sorprende? Es un psicópata.

—Bueno, sí —comentó Kiara desde la caja registradora—. Pero nunca pensé que fuera capaz de hacer algo así.

—Lo mataré la próxima vez que lo vea —murmuró JJ.

Pope lo miró—. Ponte en la fila. La próxima vez que los vea...

—Que no se te suba a la cabeza —lo interrumpió JJ desde el mostrador—. Son tres, nosotros, dos. Es la típica mierda Kook.

—Claro que sí —dijo June.

JJ lo miró divertido—. ¿Cuál fue tu pensamiento al usar la cabeza?

June miró a Pope expectante. Aunque odiaba que se hubiera metido en una pelea, no podía negar que verlo darle un cabezazo a Topper le había parecido atractivo.

—No sé —respondió Pope, anotando en la lista de clientes—. Escuché lo que dijo de June y... actué por instinto, ¿sí? Un animal acorralado.

—Eso es dulce —dijo Kiara.

—¿Verdad? —dijo June sonriéndole. Caminó hacia él y le dio un beso en la mejilla—. Mi héroe.

Heyward apareció por la entrada principal—. Oye, Pope, alguien vino a verte.

June miró hacia donde estaba y notó que detrás de él estaba el oficial Shoupe con los ojos puestos en Pope. Frunció el ceño al verlo y sintió que Pope se tensaba a su lado.

—Buenas, oficial —dijo Pope.

—Tengo una orden de arresto por destrucción de propiedad —anunció Shoupe, acercándose a él.

—¿Qué? —preguntó Heyward.

—Las manos sobre el mostrador donde las vea —instruyó Shoupe.

June se paró frente a Pope—. No, tiene que haber un error. No hizo nada malo.

—Sal del camino —dijo Shoupe, moviéndola a un lado.

—¡No! —exclamó June—. No pueden llevárselo.

—Shoupe, ¿qué hizo? —preguntó Heyward.

Shoupe se paró detrás de Pope y comenzó a esposarlo—. Mira la orden, Heyward.

—¿Lo va a arrestar? —preguntó Kiara.

—¿Vas a arrestar a mi hijo? —preguntó Heyward, acercándose a ellos.

JJ lo miró de manera desafiante—. ¿Qué pruebas hay?

June estaba visiblemente temblando de nervios, y su hermano se acercó a ella, ofreciéndole todo el consuelo que pudo.

Heyward lo miró—. Shoupe, ¿me escuchas?

—Tienes derecho a permanecer en silencio. Todo lo que digas puede ser usado en tu contra —le recitó Shoupe a Pope, ignorando a su padre—. Tienes derecho a un abogado...

—Shoupe, por favor —suplicó June, su voz quebrándose—. No hizo nada.

—¿Cuánto te pagaron? —preguntó JJ exasperado.

Pope se quedó en completo silencio, probablemente demasiado sorprendido por lo que estaba sucediendo como para decir algo mientras Shoupe lo arrastraba fuera de la tienda. Todos los siguieron, tratando de convencer a Shoupe de que lo dejara ir.

—¡No puedes hacer esto, Shoupe! —gritó JJ, empujándolo a un lado.

—¡Retrocede! —exclamó Shoupe.

JJ intentó seguirlo, pero June lo detuvo, esforzándose por calmarlo mientras Shoupe guiaba a Pope hacia el coche de policía. Cuando levantó la vista, su mirada se cruzó con la suya, y él articuló silenciosamente un "te amo" antes de girarse hacia la puerta del coche.

JJ miró a su hermana y susurró—: June, lo siento.

—¿Qué? —preguntó June, confundida.

Antes de que pudiera reaccionar, vio a JJ pararse frente a ella y gritar—: ¡No fue él!

—JJ —dijo June, pero él la detuvo.

—Fui yo —continuó JJ—. Intentó disuadirme, pero estaba enojado porque no solo lo habían golpeado él, sino también a mi hermana —caminó hacia ellos—. Estaba tan harto de esos imbéciles de Figure Eight que me enfurecí —miró a Pope—. No dejaré que te culpen por algo que hice yo. Tienes mucho que perder.

Pope se paró frente a él—. JJ, ¿qué estás haciendo?

—Digo la verdad —respondió JJ, sonriéndole—. Por una vez en mi maldita vida, diré la verdad.

June no pudo contener un sollozo silencioso que se le escapó. Estaba dividida entre su hermano y su novio, y no quería que ninguno de los dos se metiera en problemas, especialmente cuando lo único que habían hecho era defenderse de Rafe y Topper.

JJ miró a Shoupe—. También tomé el barco de su viejo.

—¿Qué diablos? —dijo Heyward.

—JJ, vamos —dijo Pope.

—¡Cállate, Pope! —gritó JJ—. Cállate —se giró hacia Shoupe—. Es un buen chico. Sabes de dónde vengo.

—Sí —dijo Shoupe, su mirada oscilando entre JJ y June antes de volver a fijarse en él.

JJ asintió—. Fue culpa mía.

Shoupe miró a Pope—. ¿Es verdad?

—Toda, lo juro por Dios —respondió JJ.

—Sé lo que piensas, carajo, le pregunto a Pope —dijo Shoupe.

Pope miró a JJ, quien asintió levemente. Tragó saliva antes de decir—: Sí, eso es todo.

JJ se dio la vuelta y miró a su hermana—. Todo estará bien, Junnie. No llores.

June se lanzó a sus brazos, susurrando—: JJ, te sacaré, te lo prometo.

—Bien, bien, sepárense —dijo Shoupe, apartándolos y esposando a JJ.

Kiara se paró al lado de June y la miró, pero ella estaba demasiado concentrada en ver cómo se llevaban a su hermano como para darse cuenta. Cuando vieron que el coche de policía se alejaba, Pope sacó su gorra y la arrojó al suelo, furioso.

—¡MIERDA!

—Pope —dijo Heyward, levantando su gorra.

Pope lo ignoró y caminó hacia June—. Lo siento. Lo siento tanto.

Ella lo abrazó con fuerza, sollozando en su hombro—. Está bien, no es tu culpa.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Kiara.

—Tengo que irme —respondió June, separándose de Pope—. Necesito llegar a la estación de policía antes de que llamen a mi papá.

—Iré contigo —dijo Pope.

—No irás a ningún lado hasta que me expliques qué diablos está sucediendo —espetó Heyward, parándose junto a ellos.

—Papá...

June lo interrumpió—. Está bien, Pope. Necesito hacer esto sola. Te veré más tarde, ¿sí?

Pope asintió, aunque la duda no desapareció por completo de sus ojos, y la observó alejarse con una extraña sensación asentándose en su pecho.

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