[12] BARCO HUNDIDO
El silencio había reinado entre Pope y June durante el resto del viaje. Lo único que rompía la quietud eran las voces de JJ y John B, pero June apenas los escuchaba, su atención estaba atrapada en las palabras de Pope de antes.
¿De verdad piensa que yo lo veo solo como un amigo? se preguntó, mordiéndose ligeramente el labio inferior. Había algo en la forma en que él lo había dicho, como si le doliera. Como si esa idea pesara más de lo que estaba dispuesto a admitir.
Una parte de ella quiso decirle que no era así, que él era mucho más que un amigo para ella. Pero las palabras se atoraron en su garganta, dejando que el silencio entre ambos siguiera llenándose de cosas no dichas.
June no sabía cuánto más podría soportar ese nudo en su pecho. Quería decirle a Pope lo que sentía, cómo su presencia la hacía sentir segura, cómo sus miradas siempre parecían ver más allá de su fachada dura. Pero el miedo a arruinar lo que tenían la frenaba, dejándola atrapada en un remolino de pensamientos y emociones que no podía ordenar.
Sus pensamientos se cortaron abruptamente cuando escuchó a John B.
—¡Buenos días para ti!
June levantó la mirada para ver a Kiara descendiendo por el muelle de su casa con una hielera en la mano y sus sandalias en la otra.
—Buenos días, chicos —Kiara sonrió—. Y June.
—Hola, Kie —dijo June.
John B miró la hielera—. ¿Qué tienes, cajas de juego?
—Solo unos yogures y palitos de zanahoria —respondió Kiara.
—¿Qué tal mi caja de jugos? —preguntó JJ, extendiendo su mano para ayudar a Kiara a subir al bote.
Ella sonrió—. Sí.
—Listos para el impacto.
Kiara dejó sus cosas sobre uno de los asientos, y tanto June como Pope se dieron vuelta para no darle la espalda. JJ abrió la hielera, sacó dos cervezas y se la ofreció a June y Pope, quienes negaron con la cabeza. Él simplemente se encogió de hombros y se la pasó a Kiara, quien ya se había sentado.
Pope se levantó de donde estaba, intercambiando lugares con John B para que éste tuviera un descanso de la navegación del bote. John B le agradeció y se puso junto JJ, agarrando una cerveza para él mismo.
—Les enseñaré un truco —dijo JJ, caminando hacia la parte delantera del bote.
June suspiró—. Oh, no.
—Oye, Pope —JJ se dio la vuelta—, ¿irías más rápido, por favor?
—Dios, ya empezamos. Me voy —murmuró John B, sentándose detrás de Pope.
—JJ, no sirve —dijo June—. Lo intentaste como 6000 veces.
—¡Lo tengo! ¡Va a funcionar!
June negó con la cabeza mientras veía como su hermano levantaba su cerveza y abría la boca, tratando de que el viento la soplara en ella.
Kiara se levantó—. Dios mío, ¡me tiras cerveza en el pelo!
—JJ, esto es asqueroso —exclamó June, moviéndose de lugar.
—Muy bien —dijo Pope, poniendo su mano frente a su cara para detener las gotas que le salpicaba—, terminaste.
John B asintió—. Bien, JJ, detente.
JJ miró hacia atrás, sonriéndole burlonamente a sus amigos antes de darse la vuelta y levantar la cerveza nuevamente. Estaba a punto de volcarla cuando el bote se detuvo de repente con una sacudida violenta. JJ dio una voltereta sobre la barandilla y cayó al agua, mientras que los demás se estrellaron contra la cubierta.
—¡JJ! —gritó June desde el suelo.
—Estoy bien —respondió su hermano desde el agua.
—¡Por Dios, Pope! —exclamó Kiara.
John B gimió antes de levantarse—. ¿Estás bien, JJ?
—Creo que mis talones me tocaron la nuca.
—Kie, June, ¿están bien? —preguntó John B.
—Sí —respondieron al mismo tiempo
June se acercó a Pope—. ¿Qué fue eso?
Él se encogió de hombros, mirando hacia la popa—. Un banco de arena. El canal cambió.
—No me digas —murmuró JJ mientras nadaba hacia el bote.
—Probablemente arruine este lugar —dijo John B.
JJ rió—. Oigan, salvé la cerveza.
Kiara negó con la cabeza—. Felicitaciones, JJ.
June y Pope se acercaron a la parte delantera para ayudar a JJ a subirse. Pope se arrodilló, extendiendo su mano para que JJ la tomara, y cuando June se inclinó para hacer lo mismo, vio una sombra en el agua que se asemejaba mucho a un barco.
Entrecerró los ojos—. Chicos... creo que hay un barco ahí abajo.
—No puede ser —comentó John B.
JJ, que se detuvo justo antes de darle la mano a Pope, dijo—: ¿Qué?
—No, chicos, en serio —señaló hacia dónde veía la sombra—. Hay un barco abajo, de verdad.
Pope se levantó para ver a lo que June se refería—. ¡Hay un barco!
Kiara y John B se acercaron a ellos, observando el barco hundido en lo profundo del mar. JJ todavía seguía en el agua, mirando hacia abajo como si fuera a poder divisar el barco desde esa posición.
—Mierda, tiene razón. Vamos —dijo Kiara, sacándose la ropa y quedando tan solo en su biquini.
John B copió sus acciones, sacándose la remera mientras veía cómo June dejaba su ropa en uno de los asientos y saltaba al agua.
—¿Creen que hay un cuerpo abajo? —escuchó a Pope preguntar.
Kiara y John B saltaron, aterrizando cerca de los hermanos Maybank, que ya estaban en camino hacia donde el barco se encontraba.
—¡Chicos, esperen! —gritó Pope antes de tirarse.
—¡Ven aquí, Pope! —dijo JJ.
Esperaron a que Pope se tirara antes de respirar profundamente y sumergirse en las profundidades. John B llegó primero al bote, con June detrás de él, nadando a lo largo del mismo. June no pudo evitar preguntárse cómo había terminado el barco allí.
Cuando empezó a sentir que sus pulmones ardían y su respiración disminuía, se impulsó hacia la superficie, nadando lo más rápido que pudo. Sus amigos la siguieron, y una vez que salieron, intentaron recuperar el aliento.
—¿Vieron eso, no? —preguntó JJ.
—Sí.
JJ rió—. ¡Es un Grady-White! Un barco nuevo así sale como 500.000, fácil.
—Cielos —dijo June mientras nadaban hacia el HMS Pogue—. Eso es mucho dinero.
Se subieron al bote mientras JJ continuaba diciendo—: Sí, es un equipo de primera.
El rostro de John B se iluminó—. Mierda, es el barco que vi al surfear en el oleaje.
—Quizá golpeó el muelle o algo así —sugirió June.
—¿Surfeaste? —preguntó Kiara, incrédula.
June la miró—. No quieres saberlo.
—Ese es mi chico —rió JJ, chocando los cinco con John B, orgulloso de su temeridad—. Al estilo Pogue.
—¿Qué diablos? —preguntó Kiara.
Pope puso los ojos en blanco antes de decir—: Espera, ¿sabemos de quién es ese barco?
—No —respondió John B—, pero estamos por averiguarlo.
—Amigo, es muy profundo —dijo JJ.
John B sacó el ancla a la cubierta—. Para los débiles y flojos, JJ.
—Bueno, no te reanimaré —comentó JJ—. Te lo aclaro.
—Está bien —dijo John B, agarrando el ancla.
June lo miró—. John B.
—¿Qué?
—No es una buena idea.
John B sonrió, guiñándole un ojo antes de darse la vuelta. Pope lo miró y dijo—: Zambúllete, tonto.
—Me zambullo —repitió John B.
—Claro que sí —dijo JJ, empujándolo.
Kiara negó con la cabeza—. Cielos, JJ. ¿Hacía falta?
JJ simplemente sonrió, observando como su amigo desaparecía bajo la superficie. June se quedó junto a sus amigos, mirando el agua en busca de alguna señal de John B. Cuando estuvo debajo durante más de 30 segundos, comenzó a preocuparse.
—¿Vamos a buscarlo? —preguntó.
Justo antes de que pudieran responderle, John B salió a la superficie y tosió, intentando recuperar el aliento.
—Dios mío —dijo Kiara—, eso tomó una eternidad.
June negó con la cabeza—. Cielos.
—¿No hay cadáveres? —preguntó Pope.
—¿Potencial de saqueo? —añadió JJ.
—No —respondió John B, levantando su mano—. Encontré esta llave de motel.
—Una llave —repitió Pope.
—Sí, Pope. Una llave.
—Genial —dijo JJ con sarcasmo, levantando el ancla—. Recuperamos una llave de motel.
Kiara se sentó en la parte delantera junto a June mientras Pope arrancaba el motor y conducía de regreso a tierra.
—Deberíamos informar del naufragio a la Guardia Costera —dijo—. Quizás obtengamos una comisión.
—Sí, sin trabajo en verano —JJ suspiró—. Gracias, Agatha, perra.
June se encogió de hombros—. Tal vez tengamos suerte y la comisión sea bastante.
—Soñar es gratis, mi querida hermana.
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