🐍🐰 : 03

Cuatro meses después.

Si algún familiar de su alfa o su propia familia le hubiera dicho al conejito que tendría una pequeña vida creciendo en su vientre, se hubiera carcajeado a más no poder por tal falacia, después de todo, aquella afirmación era como los cuentos de hadas; no existen.

Escuchar aquellas palabras de un embarazo por parte de su alfa hacían que Jungkook estuviera demasiado confundido

Taehyung le había asegurado a su esposo que estaba en espera de una camada una semana después del celo de ambos y eso tenía a Jungkook demasiado confundido.

Después de que la cobra quedara satisfecha luego de tres días de estar entrelazado al cuerpo de su esposo, con muchos nudos de por medio, Jungkook le aseguraba que eso no era verdad, porque eran especies distintas, no eran compatibles para un embarazo.

Jungkook comenzó a experimentar los malestares del embarazo a los dos meses. Su actividad y ritmo de vida disminuyó, pasando más horas en cama, casi como si estuviera invernando, haciendo su pequeño nido con algunas ropitas que utilizaba su alfa.

Algo que cambió en el risueño omega era que por momentos se volvía algo arisco, consumía más agua de lo normal y prefería estar en cama.

Sus pechos sufrieron el mayor cambio en su cuerpo al comenzar a hincharse para producir leche para sus crías, también había momentos en los que trasmutaba a su lado animal para dormir en una mejor posición, era su primera vez estando embarazado y le resultaba muy incómodo.

Lo que amaba de esas fechas, es su alimentación. Taehyung había visitado la casa de los padres de su esposo para poder consentirlo con los platillos favoritos de los conejos.

El alfa se volvió diestro en la preparación de pure de alfalfa con perejil, rollitos de lechuga o de col con tomates y algunas hierbas aromáticas junto a una buena porción de ensalada de zanahoria con manzana, ramas de apio vinagre y algo de una salsa blanca cremosa, un mix de frutas picadas; destacando en ellas el corte de conejo en la manzana.

Conforme los días transcurrían, el alfa de cobra cuidaba a su peludito esposo, Jungkook iba sintiendo la necesidad de arrancarse parte de su pelaje para hacer más caliente su nidito –algo normal en los de su especie–.

Al ser un animal carnívoro, Taehyung no estaba a gusto con ver esa escena de la persona a la que tanto ama, la escena era muy difícil de procesar, tomando la desición de prohibirle que transmutara a su lado animal.

Pero el conejito se había puesto muy ansioso al no poder realizar lo que su instinto le pedía, conforme la fecha de parto se acercaba, el conejito no podía evitar lastimarse sus brazos por querer sacarse un poco de su pelaje, ya tenía cuatro meses de gestación pero el alfa no toleraba aquella acción.

—¿Otra vez con lo mismo? —preguntó el híbrido de cobra.

—Es instinto, mis padres y amigos dijeron que ellos hacían lo mismo cuando estaban en espera de sus crías. —respondió Jungkook, frotando sus brazos una y otra vez.

—Ven conmigo. —pidió el alfa de cobra extendiendo su mano.

Jungkook miró a su esposo, su vista bajó hasta la mano de él, entrecerró sus ojos y al no percibir algún ápice de maldad, decidió acercarse.

—Quiero a un lindo y esponjocito esposo, no a uno todo peladito o con huecos de calvicie. —Taehyung negó repetidas veces ante aquella posibilidad. —Sólo distrae tu mente.

—¿Con qué? Mi cuerpo pide hacer lo que no quieres que haga. —Jungkook cruzó sus brazos por encima de su pecho al sentarse en el regazo de su esposo.

—¿Qué te parece pequeñas rondas de sexo? Tu mente estará despejada por el placer que tus instintos quedarán de lado, ¿acaso has visto a tus amigos sacarse el pelaje cuando están en su monta? —Taehyung preguntó con suspicacia y brillo en sus ojos.

—¡Taehyungie! —respondió el conejo, dándole un ligero golpe en el pecho de su esposo.

—¿No crees que esto es único y maravilloso? —preguntó Taehyung, rodeando con sus brazos el cuerpo ligeramente llenito de su esposo.

—No me gusta sentirme pesado, extraño ser más activo, caminar de un lado a otro, limpiar, preparar tu comida favorita. —el híbrido de conejo soltó un pesado resoplido.

—Ya va a pasar, según tus padres en sólo unos meses podrías tener a la cría. —sonrió el híbrido de cobra.

—¿Qué crees que será? —preguntó Jungkook, acariciando su vientre  abultado.

—¿Te refieres si será niño o niña?, ¿sí es omega o alfa?, ¿o si será una cobra o un conejo?

Taehyung dejó que su mentón reposara en el cuello de su esposo, deleitándose con el aroma que su esposo desprendía, podía sentir ese aroma de felicidad en su omega.

—Todo, no tengo problema con respecto a si es niño o niña, la especie o casta, el bebé que nazca lo amaré de manera incondicional porque es nuestro hijo. Dijiste algo muy interesante, esto es algo único y si la Luna nos concedió esta oportunidad, debe ser por algo. —finalizó Jungkook, sintiendo como la cola de su esposo se enrrollaba a una de sus piernas.

—Concuerdo, pero me gustaría tener a muchas esponjocidades como tú, sería un padre muy feliz.

—No los vas a usar como tú cobertor, Kim Taehyung. —sentenció Jungkook, friccionando ligeramente el falo de su esposo con sus glúteos.

—Uhmmmm, me gusta como te ves desde aquí. —sonrió Taehyung, acariciando la mejilla de su esposo. Me gusta ver lo expresivo que es tu rostro cuando estás debajo mío, gimiendo mi nombre. —confesó.

—¿Puedes decirme algo que no tenga que ver con el sexo? —preguntó el conejo, apoyándose ligeramente en el pecho de su esposo.

—Soy un híbrido de cobra, qué puedo hacer cuando estoy con mi esposo, Kim Jungkook, mis ganas de posesión incrementan significativamente.

Las grandes manos de Taehyung fueron a las caderas del conejo quien dio un pequeño respingue en su lugar ante la posesión de las manos de su esposo.

—Tae.

—No va a pasar nada malo.

—No quiero tener más crías, aún no sé cuantos tendremos. —advirtió Jungkook al saber las intenciones de su esposo.

—No creo que nos salgan más de cuatro, ese sería nuestro máximo. —Taehyung sonrió al simular el primer embiste.

Jungkook gimió al sentir aquella dureza que hace unos meses lo hizo gozar como nunca, sentir a su esposo frotarse descaradamente contra sus glúteos... era algo que no podía reprochárselo.

—Hyungie. —Jungkook se aferró al pecho de su alfa, mordiendo sus labios por no querer que de sus labios escaparan gemidos.

—¿Lo ves? Tu mente está tranquila y despejada. —simuló otra y otra embestida.

—Hyungie, enserio...

Jungkook quedó con la palabra en la boca cuando sintió la boca de su esposo silenciarlo con un profundo y húmedo beso, los dedos del alfa se enteraban en la cabellera chocolatosa del conejito, quien sin dudarlo comenzó a corresponder, frotándose contra la entrepierna de su alfa.

Taehyung sonrió al sentir la necesidad de su conejo en el beso por lo que sus manos no dudaron en quitarle el sueter afelpado que tenía su esposo, deleitándose con el cuerpo de su esposo.

El híbrido se cobra no dudó en atacar con su boca los pechos de su esposo. El conejito había descubierto que le gustaba la sensación que le provoca a su esposo cuando jugaba con sus pechos hasta el punto de obtener un poco de la leche de sus futuros hijos.

—¿Qué dices? —preguntó mientras succionaba un poco de leche de uno de los pechos del omega.

—Vas a dejarlos sin su alimento cuando nazcan. —el híbrido de conejo mordió su labio inferior.

Jungkook quería creer que Taehyung no sabía que era sensible con aquella zona erógena de sus pezones, amaba la manera en como su esposo jugaba con ellos, los lamía, masajeaba, dejaba sutiles mordidas finalizando con las succiones por todo su pecho y en aquella pequeña protuberancia. Si le pedía que se detuviera porque no le gustaba, sería una broma que ni el mismo se lo creería.

—No eres un conejo, si fueras como ellos hubieras tenido a nuestro hijo al mes. —explicó el híbrido de cobra. —Según tu madre, tu período de gestación es de seis meses, así que tienes dos meses para reponer lo que tome. —Taehyung giñó un ojo.

—No me parece justo.

—Nada es justo en la vida, BunnyBu.

Con aquellas palabras, Jungkook no pudo oponer resistencia porque amaba la sensación de como su esposo lo hacía sentir, podía tocar la Luna con el placer brindado para después ser mimado por su esposo.

Los besos por su piel desnuda tenían fascinado al conejito, quien se entregó a la mercer de su esposo. Taehyung retiró la prenda inferior de su esposo con suma tranquilidad, le gustaba los pantalones afelpados que usaba su esposo porque tenían elástico en la parte de la cintura, así no ejercía demasiada presión en aquella bonita barrriguita producto de los meses del embarazo.

A pesar de usar ropa afelpada, Jungkook no dejaba de verse atrevido y sexy para la cobra.

Taehyung se tomó todo el tiempo posible, comenzando a repartir besos por todo el cuerpo de su esposo, iniciando desde la cabeza hasta la punta de sus pies, donde dejaba cálidas lamidas. Taehyung disfrutaba de ver como el cuerpo del conejito respondía a él, nunca tendría suficiente.

Se posicionó entre las piernas del conejo para repartir besos por los muslos internos de Jungkook, soltando un tenue soplido al tener de cerca aquella entrada que no dejaba de lubricar para él y su falo.

—¿Podrás resistir? —preguntó Taehyung, insertando su dedo índice en la entrada del menor junto a su lengua que acariciaba el contorno de aquel húmedo anillo rosado que lo apresaba, dejando besos, ligeras lamidas por los testículos y falo de su esposo.

—Tae~. —gimoteó suplicante el híbrido de conejo.

No hizo falta nada más porque Taehyung se adentró con facilidad en el interior de su esposo, regocijándose por el increíble recibimiento de Jungkook.

Así inició lo que ahora ambos habían podido concebir. A Taehyung le gustaba ser cuidadoso, sabe que es fácil para él perder la compostura, sea que estuviera en celo o no, no podía resistirse al cuerpo de su lindo esposo, la ventaja de no estar en celo es que podía hacerlo más de una vez sin pasar tres días unido a su esposo.

Mordidas y ligeros embiste eran como estar en una nube esponjosa para el conejito, quien amaba la forma en la que su alfa le expresaba amor con su cuerpo y que decir de los mimos que después vendrían, le gustaba ver como los anillos relucían cuando se tocaban, sobre todo, cuando la mano de su esposo envolvía su pene.

Cuando no estás al pendiente del tiempo, pareciera que los días se vuelven más cortos, que las veinticuatro horas duran sólo ocho o doce horas

Taehyung dijo que la gestación de su esposo es diferente a como es la de su propia especie por tener una pareja diferente. Jungkook trajo al mundo a  su primera camada cuando cumplió los seis meses.

Durante el quinto mes y principios del sexto mes, los padres primerizos habían aprendido a tejer pequeñas prendas para sus “gazapos” con ayuda de las arañas gamelas Chaeyeong y Jisoo.

Los padres de Jungkook querían asistirlo en el parto, pero ambos esposos inexpertos decidieron hacerlo por su cuenta. Fue sorprendente cuando Jungkook expulsó su primer huevo.

Taehyung no dejó de agitar su cascabel ante la alegría, pero eso quedó de lado cuando salió el segundo, tercero, sexto, noveno, doceavo, quinceavo y veinteavo huevo. Nadie tenía idea de cómo nacería los gazapos, convirtiéndose en la mayor preocupación de ambos.

Jungkook sentía que ya no daba para más por lo que rápidamente le pidió a su esposo un poco de agua. Después de cinco minutos, los huevos permanecieron quietos, nadie sabía que hacer.

—¿Cuántas crías pueden tener entre ustedes? —preguntó Jungkook después de recuperarse del parto.

—De veinte a cuarenta, pero es raro que pudieras albergar veinte huevos. —respondió Taehyung. —¿Y cuántos pueden tener ustedes?

—Entre cuatro a doce. —respondió el híbrido de conejo.

—¡¿Y POR QUÉ TENEMOS VEINTE?! —exclamó Taehyung.

—Shhhh, sus oídos deben ser muy sensibles.

—Creo que deberíamos avisarle al doctor, tal vez sabe de esto.

Jungkook asintió en respuesta, mientras su esposo se iba a llamar a un doctor nuevo que había llegado al lugar por una campaña ocular para la comunidad.

Jungkook no dejaba de mirar la cantidad de huevos que había expulsado, ahora entendía porque le resultaba más cómodo estar en su forma animal.

Después de unos treinta minutos, el doctor híbrido de pelícano llegó a la casa de la familia, Jungkook no se habían movido porque estaba dispuesto a vigilar los huevos.

—Jungkook, él es el doctor Baekhyun.

—Doctor, ningún huevo se ha movido.
—informó el mencionado.

—¿Sabes cuál tiene a tu cría? Debes de saber que es imposible que los veinte tengan vida.

Aquella confesión le molestó a la pareja, aunque sabían que en tenía razón.

—Solo he tratado con dos parejas igual a ustedes en el extranjero, la diferencia es que los huevos que puso el omega fueron sólo seis a ocho, de los cuales sólo nació uno. Esto es algo nuevo, nunca vi que una cobra pudiera fecundar tanto a un omega  diferente a su especie y nunca vi a un omega ser tan compatible con su pareja que no sea como él.

—Entonces... —Taehyung rodeó con sus brazos el cuerpo de su esposo, podía hacerse una idea de lo que iba a decirle.

—Tal vez tengas seis o hasta diez gazapos o cinco cobras, aunque lo dudo, lo más probable es que las crías hayan salido mezcladas. —explicó el doctor.

—¿Qué quiere decir? —Jungkook frunció su ceño.

—Al tener dos ADN diferentes, al momento en que hubo la concepción es probable que el gazapo que esté en ese cascarón tenga cola de cobra o puede que sea una cobra con rabo de conejo o una cobra con orejas de conejo. Los embarazos entre especies diferentes no se deberían dar porque los más afectados son los hijos.

Tanto Jungkook como Taehyung permanecieron en silencio ante aquella confesión.

—Procederé a dar una revisada a cada huevo y tendré que romperlos para asegurarme. —explicó Baekhyun.

—Eso sería algo duro para nosotros, en especial para mí esposo. —Taehyung intentó persuadirlo.

—Debieron estar preparados para esto.

Cuando el doctor examinó el primer cazcaron, llegó a una conclusión. Dio un ligero golpe rompiendo el huevo que tenía un líquido viscoso. Taehyung reaccionó a tiempo y ocultó el rostro de su esposo en su pecho para que no presenciar a aquella espantosa escena.

Así pasaron los dieciocho huevos en los que los padres primerizos sintieron demasiado dolor cuando vieron casi todos los huevos destruidos, perdiendo las esperanzas por completo.

El doctor se sorprendió cuando al abrir con cuidado los dos últimos huevos encontró algo imposible; en uno había un hermoso gazapo rojizo y en el otro una cobra que lo miraba con sus bellos ojos dorados intensos.

—Felicidades, han tenido dos pequeñas, le aconsejaría que al gazapo lo abrigaran, su cuerpo todavía no puede regularizar el clima.

—¿Disculpe? —Jungkook salió de su refugio en el pecho de su esposo.

—Tuvieron dos sanas y fuertes hijas, un hermosa y completa coneja y una hermosa cobra. —el doctor recogió los cascarones rotos. —Es algo increíble, nunca ha pasado eso. Solo unas recomendaciones. —Baekhyun fijó su vista en el alfa. —Ahora que tu esposo ha tenido a su primera camada, tenga cuidado con los celos de su pareja, puede que haya despertado sus deseos por tener sexo constante, los conejos se montan ni bien paren, tengan cuidado si no quieren sobre población en su casa.

Jungkook no dudó en correr donde las pequeñas, fundiéndose en un cálido abrazo con ellas, rápidamente las vistió con las ropitas que hicieron.

—¿Hay alguna manera de prevenir futura sobre población? —preguntó Taehyung.

—Preservativos, en todos los hospitales lo dan de manera gratuita, pero si no fuera el caso, aquí tengo... —el doctor metió su mano a su bolsillo sacando dos cajitas. —Son bien resistentes puedes cortarlo o morderlo y no se rompen, es ideal para todos los que son activos en la relación, inclusive en las felaciones no se rompen cuando se enganchan con los caninos.

—Gracias doctor. —Taehyung recibió gustoso las cajitas.

Despidió al doctor y las ocultó en una pequeña mesita que tenía al costado de su cama. Sonrió cuando vio a su esposo de costado dándole de lactar a una de sus hijas.

—¿Sabes como llamarlas? —preguntó Taehyung, posicionándose en cucharita con su esposo.

—La que está lactando pensé en llamarla Hayan. —sonrió Jungkook.

—Me gusta, y ella será No-Ran. —Taehyung acarició la cabecita de su hija quien dormía plácidamente.

—Me gustan sus nombres. —sonrió Jungkook, dejando a su pequeña cerca a su hermana, quien al sentirla, la abrazó rápidamente. —Taehyung.

—¿Uhm?

—¿No quieres ir a la cocina?

—¿Qué?

Taehyung se dejó arrastrar cuando su esposo lo jaló de la mano, no se quejó cuando Jungkook hizo que su espalda impactara contra la cocina mucho menos protestó cuando sintió a su omega besarlo.

—Hyungie~. —gimió Jungkook sobre los labios de su esposo, enredando sus brazos por el cuello del menor.

—¿Qué pasó? —preguntó Taehyung, recargando su frente en la del contrario.

—Quiero hacer el amor contigo... No, quiero que me folles ahora mismo.

Taehyung se dio cuenta de que su esposo estaba completamente desnudo, estaba restregando su falo sobre donde imaginaba que estaba el falo de su esposo.

Taehyung liberó su pene, no tenía problemas con hacerlo, pero quería saber que haría, en otras ocasiones, Jungkook hubiera salido corriendo al verlo.

—Sé ve más grande y gruesa.

Jungkook tomó entre sus manos ambos falos, gimiendo a gusto cuando los frotaba al mismo tiempo. Taehyung posó sus manos por la cintura de su omega, teniendo de cerco los pechos de su esposo.

—Parece que tendré que tomar el papel de mi hija, porque hasta donde he visto ella parece no estar interesada por tu leche y yo no pienso desperdiciar una gota.

Jungkook apresó la cabeza de su esposo cuando sintió su pezón ser reclamado mientras una de las manos del alfa se deslizaba por la separación de sus glúteos hasta tantear su entrada, pero no ingresó de una sola estocada cuando la encontró, acarició a gusto, empapando sus dedos con el lubricante de su esposo, insertándola en ese momento ante la facilidad que le proporcionaba la lubricación de su esposo.

Jungkook amaba que Taehyung succionara de sus pechos, le gustaba que los amasara y lo que más amaba era tener entre sus piernas el falo del mayor que se frotaba mientras hacía todo eso.

El híbrido de conejo sentía que su cuerpo ya no estaba conforme, su entrada no había dejado de expulsar lubricante a manera de reclamo por no tener a su esposo y alfa dentro de él.

—Quiero hacer algo, Taehyung-ssi.

—¿Qué es, Jungkook-ssi?

—Estás siendo descarado, Hyung.

Jungkook alejó a su esposo de sus pechos, deslizándose hasta el falo de su esposo.

—No irás a hacer...

Taehyung jadeó sorprendido cuando sintió como su esposo engulló todo su falo, llevando su mano al cabello del menor. Jungkook sonrió retirándolo poco a poco de su boca, dando movimientos en espiral con su lengua hasta detenerse en el glande del mayor, dando grandes laminadas como lo había practicado.

Jungkook no había cambiado de la noche a la mañana, el había cambiado desde el segundo mes, pero le daba vergüenza decirle a su alfa que quería que tuvieran sexo más a menudo, su esposo estaba trabajando haciendo vigilancia en los campos de maiz, así que sentía que no podía pedirle algo así.

Así que un día fue a visitar a Jimin, en busca de consejos, él le dio la tarea de que practique con las frutas antes de comerlas y que poco a poco incrementara de tamaño para que después no sufriera como él sufrió cuando le hizo su primera felación a su esposo Yoongi.

—¿Te gusta...?

El beso que Taehyung plantó en los labios del menor fue la respuesta que Jungkook necesitaba.

—Espero que te atengas a las consecuencias por provocarme.

La intrusión en el interior del conejo ya no era molestia, porque había sido dilatado correctamente.

—Sería mejor hacerlo cerca del cuarto, así podríamos saber si les pasa algo.

Taehyung cargó a su esposo hasta llegar cuarto, se asomaron ligeramente a la puerta, asegurándose de que sus hijas se encontraban durmiendo y en ese momento, el híbrido de cobra se adentró en el interior de su omega, enrollando la parte de su cola a uno de los muslos de su esposo.

La noche recién comenzaba, la familia Kim tenía a dos preciosas hijas, la Diosa Luna había hecho una excepción con los amantes, dándoles aquella oportunidad.

No era necesario que el amor sea de personas de la misma especie, ambos híbridos lo habían demostrado.

Cuando Jungkook miraba a su esposo podía ver la luna que de pequeño solía mirar por largas horas y Taehyung podía ver en su esposo el inmenso amor que le tenía, nunca le tuvo miedo, nunca lo rechazó, desde el momento en el que se conocieron, Jungkook le demostró su amor incondicional.

Nadie lo sabía, pero él día en que ellos dos se conocieron, fue él día en que la Diosa Luna perdió a su amante, quien casualmente era una serpiente.

Taehyung y Jungkook eran la reencarnación de ese amor que nunca se pudo concluir en este mundo.

Pero eso era un tema aparte, lo que ahora verdaderamente importaba, era el amor que aquella pareja se profesaría a diario. Ese día, una pequeña marca en forma de serpiente quedó grabada en la Luna.






Shira-Min26.

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