—Es verdad. Seguro son la misma persona— si es que eran la misma persona quería decir que los llevaba espiando hace mucho. Su oído y rencor solo  aumentaban con cada paso quedaba hacia aquel asesino, tanto que no se dio cuenta de lo fuerte que apretaba la carta entre sus manos —¡Hey tranquilo! Esas cartas son una pista, no lo arruines — rápidamente su hermano menor se la quito de las manos y la dejo con las demás —Debes recordar algo más, no se, algo que nos acerque más a él en lo que descubrimos de quién es la letra— recordar...recordar...

—Sus estupidos ojos morados— al parecer su sombra recordaba algo 

—Sus ojos morados— susurro haciéndole caso a su demonio,el albino hizo una seña de triunfo mientras una resplandeciente sonrisa se ponía en sus labios. Estaban cerca de encontrar a el responsable, incluso más cerca que la policía pero a diferencia de los otros dos hombres la sonrisa de meliodas era tétrica y torcida, él estaba más cerca de estrangular a ese maldito