—¿Y si es la misma persona?— meliodas dejo de dar vueltas por la sala cuando la voz de ban llego hasta sus oídos—Ya sabes, esa persona— leo de ojos verdes alzó una ceja aún sin comprender a lo que se refería

—¿De qué hablas ban?—

—Aquel que intentó matarte— eso tenía mucho sentido, quería  Elizabeth de eso no había duda; en cada carta que le escribía le expresaba lo "enamorado" que estaba de ella, aunque estaba claro que eso era una obsesión enferma. Si lograba deshacerse de él tendría el camino libre

—Tienes razón, ban. Pero no le vi el rostro, lo tenía cubierto— murmuro. Ese día lo tendría presente siempre, mucho más por que Elizabeth lloro en su pecho casi toda la noche y no lo soltó en ningún momento. Sus caricias, sus abrazos y besos, los días después de aquel accidente siempre los iba a recordar