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—Iremos por un café ¿vienes amigo?— meliodas negó con la cabeza y metió las manos en las bolsas de su pantalón ¿era tan difícil que lo dejaran solo? ¿Tenía que gritar para alejarlos? Sabía bien que lo hacían para ayudarlo pero simplemente no podía pensar en nada más, ¿tan difícil era comprender que nunca saldría de eso? —Ven por favor, Elaine y yo podemos recibirte en nuestra casa hasta que te sientas un poco mejor y decidas volver a tu casa o a la de ella —
—No ban. Quiero hablar un poco con el oficial — Diane hizo una mueca
—Meliodas, se que estás mal justo ahora pero nosotros estamos aquí para apoyarte — el blondo apretó los puños —Ven, vamos a tomar algo al menos eso te ayudará...—
—¡Dije que no quiero maldita sea! ¡Largo de aquí, déjenme solo!— grito fuertemente, su voz hizo eco una vez más en el lugar y lo hizo levantarse violentamente de su lugar. Él estaba fuera de si y algo les decía que estaría así durante utodo lo que le restaba de vida
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