—Ellie quédate a dormir conmigo— la albina abrió sus ojos con sorpresa mientras acariciaba la mano de el más bajo y se detuvo a admirar su rostro. Se mordía el labio, tenía un tic en su pierna y además parecía indeciso. Verlo así hizo que casi empezara a llorar, sin embargo solo besó su frente para calmarlo—Por favor. Tengo un mal presentimiento —

—Te preparare una sorpresa mel, no puedo —

—Esa sorpresa puede esperar linda. Solo hoy, quédate conmigo por favor— acaricio sus mejillas pálidas. Beso la coronilla de su cabeza y cuando estaba por besar su labios ella soltó una risilla acariciando los cabellos de meliodas 

—No mel, mañana en la mañana te entregare tu sorpresa ¿si? Después si quieres, me iré a vivir contigo— los ojos de el más bajo se iluminaron como miles de estrellas mientras su labios temblaban. No estaba seguro, no quería dejarla ir, algo le decía que si llegaba a dejarla irse ya no volverá a verla. Solo suspiro y asintió con la cabeza—Nos vemos mañana amor mío —

—S-Si Ellie—

—Y mel— este le puso atención. Había mucho misterio en esos ojos azules — Pase lo que pase, te amo mas que a nadie —

—Yo igual linda— un último beso con el que parecía no querer dejarla ir y luego finalmente espero hasta que ella entrara. Suspiró resignando y empezó a andar hasta su casa