i. the boat...
➢𝔗he boat⌇
CAPÍTULO UNO ❙ 🏄🏻♀️◄
❝there's times my world is
crumbling and the rain is crushing down,
but everywhere you are the sun comes out❞
LOS DÍAS DE TORMENTA NO ERAN PRECISAMENTE los preferidos para Alya. Es decir, amaba la lluvia y el olor que emanaba de la tierra al hacer contacto con esta, también el frío que hacía después de un día completamente lluvioso, pero cuando se trataba de un huracán, detestaba hasta su vida.
Los truenos, los rayos y los fuertes vientos la ponían nerviosa. Habían momentos en los que incluso sentía que un trueno destruiría su casa debido a las vibraciones que sentía en los suelos y en las paredes. Claro que eso no pasaría, pero lo imaginaba a menudo.
Estaba en su habitación acostada en su cama con la mirada puesta en el techo. No pensaba en absolutamente nada. Era como si su mente estuviera en blanco.
Kayla abrió la puerta con delicadeza al pensar que su hermana mayor dormía plácidamente, pero se llevó una pequeña sorpresa al ver que estaba más despierta que nunca.
—¿Kayla? ¿Qué ocurrió?
—¿Puedo dormir aquí? Sebastian ronca mucho.
Alya rió. Sabía que eso no era del todo cierto. Cada que había una tormenta, Kayla siempre iba a su habitación para dormir y sentirse a salvo. Como la menor no quería admitir que las tormentas la asustaban, culpaba a su hermano de roncar mucho, aunque no mentía; Sebastian en verdad lo hacía.
—Claro, ven acá.
Kayla se acomodó en la cama junto a su hermana y la abrazó por la cintura; ahora se sentía a salvo. Alya comenzó a acariciar su cabeza con mucho amor y cariño. Recordaba la felicidad que sentía en el momento en que cargó a su hermanita en brazos por primera vez. Verla crecer y convertirse en toda una señorita era algo que la ponía nostálgica.
—Siempre haces lo mismo —Alya rió.
—¿De qué hablas?
—Cuando hay una tormenta, siempre vienes a mi habitación a dormir y culpas a Sebastian de roncar mucho.
—No es mi culpa que ronque mucho justamente cuando hay tormentas —Kayla rió.
—Por supuesto, debe ser solo una coincidencia —Alya comentó con sarcasmo.
Poco rato después, ambas hermanas se quedaron profundamente dormidas. Las horas pasaban y el huracán continuaba con su paso por la isla. Alya se despertó varias veces durante la madrugada debido a los fuertes truenos, pero pudo descansar algunas horas.
Cuando amaneció, Alya de inmediato fue a ayudar a su padre con el generador eléctrico. Necesitaban tener al menos el refrigerador encendido para que los alimentos no se echaran a perder.
—Creo que debo ir al hospital —le decía Mary a Austin—. Con esto del huracán de seguro tendremos mucho trabajo por hacer.
—Me lo imagino. Salí hace un rato para comprar hielo y los vecinos me dijeron que los Jefferson tuvieron que salir a mitad de la noche para buscar un refugio porque su casa se inundó con tanta lluvia —contaba el hombre—. Oí que comenzarán a organizar todo sobre el servicio comunitario. Luego le diré a los chicos que se ofrezcan para ayudar.
—Es una buena idea, así tendrán algo que hacer durante estas vacaciones.
Se quedaron en silencio un rato hasta que Austin llamó a su hija mayor.
—¡Alya!
La mencionada llegó hasta donde estaba su padre.
—¿Saldrás con los chicos hoy?
—Creo que sí —la chica dudó por unos momentos—. Es decir, siempre salimos de pesca luego de una tormenta, pero si necesitan algo puedo decirles que quedemos otro día.
—No, está bien, cariño —Mary le sonrió—. Solo queremos asegurarnos de que tengan cuidado. Con esto del huracán hay muchos cables eléctricos sueltos, y ni hablar del montón de árboles que deben haberse caído.
—Por supuesto, no hay problema.
—Y otra cosa —añadió Austin—. ¿Te gustaría ayudar en servicio comunitario? Ya sabes, repartiendo comida a los necesitados y esas cosas.
Alya lo pensó por unos momentos. Realmente todos necesitaban de personas solidarias luego del huracán y tras ella ser una de ellas, no diría que no.
—Sí, está bien.
—De acuerdo, luego hablaré con Heyward para que lo ayudes a repartir provisiones.
Alya sonrió y fue directo a su habitación para cambiarse de ropa en caso de que los chicos quisieran ir a nadar. Una vez hecho esto, fue en busca de su abuela para ver cómo estaba.
—Ya tomó su medicamento —le informó Kayla, quien velaba de una Lola profundamente dormida. Alya se alegró de escuchar eso, pues era justamente lo que iba a preguntar.
—Saldré con los chicos un rato a pescar —se acercó a su hermana y dejó un beso sobre su frente—. Pórtate bien, ¿sí?
—¡Oh, por favor! Dile eso a Sebastian.
Alya soltó una risa y se fue no sin antes también dejarle un beso a su abuela en la frente.
Al salir de su casa, se dirigió a la parte trasera, que era donde se encontraba un pequeño muelle. La mayoría de las casas en los Bancos Externos tenían uno en el patio trasero. Claro, siempre y cuando allí mismo se encontrara algún lago.
—¡Hola, dulzura! —John B y JJ hicieron aparición en el pequeño bote perteneciente a Routledge—. ¿Qué tal te trató Agatha?
La chica Steiner rodó los ojos al escuchar a John B hablar de aquella manera. Siempre la saludaba con algún tipo de broma y ese día no era exactamente la excepción.
—Bueno, solo dormí como tres horas —contó Alya mientras que JJ le extendía su mano para ayudarla a subir al bote—. ¿Qué pasó con los servicios sociales?
—John B dice que no tomarán un barco hoy por el huracán —respondió JJ con algo de burla por lo despreocupado que vivía el chico Routledge.
—¿En serio crees eso?
John B solo se encogió de hombros antes de volver a poner su atención en el timón. Irían en busca de los pogues que faltaban; Pope y Kiara.
—¡Buenos días! —saludaron Alya, JJ y John B a las personas que limpiaban sus barcos y muelles.
El rubio seguía hablando sobre el barco del señor Guffy y cómo esperaba que no se hubiera hundido con la tormenta, puesto a que no tenía seguro.
—¡Hola, Amy! —el rubio se interrumpió a sí mismo antes de saludar a la nombrada.
—¿Todo bien? —preguntó John B.
—¡Seguimos vivos!
—¡Esa es la actitud! —exclamó Alya con una sonrisa antes de sacudir su mano derecha como despedida.
JJ intercambió miradas con sus amigos.
—Me miró con ganas —aseguró, haciendo que Steiner pusiera los ojos en blanco.
—Lo vi —dijo Routledge, queriendo molestar a Alya.
—Ay, por favor, te miró solo por un segundo.
—¡Pero con ganas!
—Claro, lo que sea que te haga sentir mejor —John B rió al ver la expresión en el rostro del rubio tras el sarcasmo de su amiga.
Los tres miraron a su alrededor. El huracán había dejado toda la isla hecha un desastre. Definitivamente había mucho trabajo que hacer durante esas vacaciones.
—Mira este lugar —comentó JJ—. Agatha, ¿qué hiciste?
—Es una locura —concordó John B.
—Completamente —siguió Alya, mirando a su alrededor—. Qué desastre.
—Fue muy duro, chicos, fue un gran huracán.
—Sí —contestó John B a las palabras de Maybank.
—Vamos a tener que limpiar todo el verano.
—Ah, tal vez no, hermano.
—Yo creo que sí —los chicos miraron a Alya—. ¿Hola? ¿Olvidaron que está eso del servicio comunitario?
Ante aquellas palabras, JJ soltó un quejido de tan solo pensar en eso. Tan solo quería tener un verano divertido junto a sus amigos. El tener que hacer tareas como esas le arruinaba los planes por completo.
—¿Tú te apuntaste? —le preguntó el rubio a Steiner.
—Sí —Alya no le veía ningún problema al asunto—. Quiero ser más productiva este verano.
—¿Productiva o aburrida? —bromeó JJ, ganándose una mala mirada de Alya—. Solo bromeo.
—Para que sepas, hay veces en las que en servicio comunitario te pagan con dinero real. Es un buen trabajo de verano, y no sé tú, pero yo necesito dinero —JJ la miró con mayor interés al recibir esa valiosa información—. ¿Ahora quieres ser productivo?
John B soltó una carcajada. Alya había conseguido hacer que JJ guardara silencio y eso era un milagro enorme porque no había nada ni nadie que hiciera callar al rubio.
—Miren qué tenemos aquí —Routledge llamó la atención de ambos al divisar a Pope limpiando el muelle de su casa. Hizo un ruido con su boca y simuló con sus manos un megáfono—. ¡Tendremos una reunión de emergencia, la asistencia es obligatoria!
—No puedo —se excusó Pope—. Papá no me deja salir.
—Vamos, amigo —lo animó JJ para luego imitar la acción de John B segundos atrás—. Tu papá es un marica. Cambio.
—¡JJ! —Alya lo reprendió al mismo tiempo en que reprimía una carcajada. El chico definitivamente no conocía el significado de «respeta a tus mayores».
—¡Oye, te escuché, pequeño bastardo! —Heyward hizo aparición, mostrándose molesto por el comentario irrespetuoso del mejor amigo de su hijo.
—¡Necesitamos a su hijo! —suplicó Routledge.
—Sí, es ley —siguió JJ—. Después de un huracán, tenemos el día libre.
—¿Quién inventó eso? —cuestionó Heyward mirando a Pope.
—Fue JJ hace dos segundos —respondió Alya con una sonrisa divertida. Claro que el rubio la miró mal—. Oh, vamos. No creerás que eso fue muy creíble, ¿o sí?
—Déjame hablar a mí, ¿sí? —el rubio se señaló a sí mismo. Steiner levantó las manos como si la estuvieran apuntando con un arma y dejó a Maybank hacer lo suyo; una estupidez—. Creo que El Pentágono. Soy empleado ahí. Tengo una tarjeta.
—¿Crees que soy estúpido?
Obviamente todo se trataba de una de las típicas bromas que hacía JJ para conseguir todo lo que quería.
De pronto, Pope comenzó a insistirle a su papá en que lo dejara irse junto a sus amigos. Por supuesto, el mayor se negó rotundamente. Había mucho trabajo que hacer y no eran momentos para que estuvieran haciendo lo que les diera la gana.
—Vamos, ya súbete al bote —le susurró John B a Pope cuando este lo miró en busca de ayuda.
—¡Corre, amigo, corre! —exclamó JJ.
—¡Arriba la rebeldía, Pope! —lo animó Alya levantando sus brazos como si festejara algo.
El moreno soltó la manguera y con velocidad se subió al bote ignorando los gritos de su padre que le pedían no hacerlo.
—¡Trae tu culo de inmediato!
—Lo haré mañana, papá, lo prometo —dijo Pope a medida que John B hacía avanzar el bote.
—¡Cuando vuelvas, limpiarás camarones! —gritó Heyward—. ¡Limpiarás pescado! ¡Y limpiarás tu pocilga de habitación!
—¡Lo prometo!
—¡No me gustan tus amigos!
Alya no podía parar de reír. Haber estado presente en un momento como ese iría a su lista de cosas increíbles que le ocurrieron en la vida. Siempre disfrutaba las peleas de Pope con su padre. Eran dignas de estar en un programa cómico de televisión.
También estaba consciente de que Heyward tan solo quería lo mejor para su hijo. Después de todo, este aspiraba a conseguir una beca universitaria y pasar tiempo con los pogues lo alejaba un poco de su camino. Por dicha razón se les consideraba una mala influencia, pero aún así Heyward los quería a todos como si fueran sus hijos.
Le costaba demostrarlo pero era muy cierto.
—Me sorprende verte aquí, Alya —comentó Pope mientras se acomodaba en el bote.
—Sabes que no me perdería un día de pesca por nada en el mundo —la chica miró a su alrededor, admirando lo hermoso que estaba el cielo. Luego su mirada se detuvo en JJ y John B—. Sí vamos a pescar, ¿cierto?
—Sí, Alya, vamos a pescar —John B rodó los ojos al mismo tiempo en que sonreía—. No haremos nada ilegal.
—John B, no eres muy bueno diciendo mentiras.
El castaño se encogió de hombros. Estaba consciente de ese dato que su mejor amiga le había dado.
Los cuatro pogues conversaron sobre distintas cosas mientras John B dirigía el bote hacia el muelle de los Carrera. Tardaron algunos minutos hasta que la figura de la chica de cabello rizado apareció en su campo de visión.
—Oh —saludó JJ, fingiendo coquetear con Kiara—. Muy buenos días.
—Buenos días, chicos —saludó la chica. En su mano derecha cargaba una pequeña caja de color rojo.
Por supuesto, los chicos morían de curiosidad por saber qué contenía en su interior.
—Okey, necesito saber qué hay ahí —dijo Alya.
—¿Qué tienes? —preguntó JJ—. ¿Trajiste comida?
—Ya saben —contestó Kiara—. Un poco de yogur, bocadillos de zanahoria...
—¿Y algo que me guste? —JJ continuó con el juego mientras le extendía su mano para ayudarla a subirse al bote.
—Sí.
Todos sabían que en aquella caja no había absolutamente nada de lo que Kiara había mencionado.
—Cuidado con el impacto —dijo John B.
Kiara se acercó a Alya y la saludó con un beso en la mejilla.
—¿Cómo está Lola? —le preguntó en un susurro.
Alya sonrió de lado por la preocupación que su mejor amiga mostraba hacia su familia.
—Está bien —le hizo saber Steiner—. Antes de irme fui a su habitación para asegurarme de que había tomado sus medicamentos y Kayla me dijo que todo estaba en orden. Está durmiendo un poco.
—Es bueno saberlo —Kiara sonrió, satisfecha con la información.
La señora Lola era como su abuela también. Y era de esperarse, pues prácticamente se había criado con Alya así que su relación con la familia Steiner no era igual que la que tenían los demás pogues con ellos.
Alya y Kiara se conocían desde que eran muy pequeñas, pero se distanciaron un poco cuando esta última empezó a juntarse con Sarah Cameron un tiempo atrás. Steiner se había sentido olvidada, pero todo cambió cuando las cosas entre Cameron y Carrera salieron mal. Aquella amistad simplemente dejó de existir.
Nadie sabía la razón, pero ambas chicas simplemente habían dejado de ser mejores amigas para comenzar a odiarse hasta el punto en que no podían estar cerca la una de la otra.
Alya le había preguntado miles de veces a Kiara sobre la situación, pero a ella no le gustaba hablar del tema así que evitaba responder cualquier pregunta al respecto. Cuando todo pasó, Alya hizo todo lo que estaba a su alcance para integrar a Kiara en su grupo de pogues. Desde entonces, se habían vuelto más unidas.
A Kiara le encantaba la vida pogue. Se encontraba feliz junto a sus amigos, y eso se lo agradecería eternamente a Alya. Si pudiera borrar de su memoria su año kook y todo lo que hizo en él, lo haría sin dudarlo dos veces.
Kiara repartió algunas cervezas a sus amigos para así darle inicio a una nueva aventura.
—Salud.
—Salud —le respondió JJ y ambos hicieron chocar sus botellas de cerveza.
Pasaron varios minutos bebiendo, conversando y riendo por cualquier estupidez. Era lo que mayormente hacían cuando estaban juntos.
—Estamos en la cima del mundo —inició JJ—. Les mostraré un truco.
—Qué miedo —susurró Kiara.
—Seguro será otra tontería —Alya rió junto a su amiga.
El rubio se dirigió hacia la proa.
—Hey, Pope, ¿puedes ir más rápido? —el nombrado, quien ahora estaba a cargo del timón, hizo una mueca de cansancio.
—Ay, no —se quejó—. Aquí vamos.
—Lo intentó 6,000 veces —siguió John B, sentándose para presenciar otra estupidez que JJ haría.
Al menos estaba claro que iba a reírse mucho cuando todo le saliera mal.
—Espera, ¿es el truco con la cerveza? —preguntó Alya mirando a John B, quien asintió con la cabeza confirmándolo—. ¡Pero si nunca le sale!
—¡Lo haré! —exclamó JJ en respuesta a lo que Alya había dicho—. ¡Funcionará!
Dicho esto, levantó la botella de cerveza, la inclinó un poco y mientras el bote se movía, intentó que el amargo líquido cayera en su boca.
—¡Oh, vamos! —se quejó Kiara—. ¡Me estás tirando cerveza en el cabello!
—¡Y a mi en la cara! —exclamó Alya, pasando sus manos por su rostro para quitarse las gotas de cerveza que le habían caído—. Qué asco.
—¡Ya basta! —le ordenó Pope a JJ, quien obviamente no hizo caso—. ¡Ya basta!
Pope y John B seguían ordenándole a Maybank que se detuviera, pero el rubio insistía en querer seguir haciendo aquel truco con la cerveza que no le salía nada bien.
De pronto, el bote se movió bruscamente, haciendo que el cuerpo de JJ cayera directo al agua y que los demás se golpearan un poco.
—¡Cielos, Pope! —exclamó Kiara, que al igual que los demás, se había asustado un poco.
—Creo que me quedé sin costillas gracias a tu codo, Kie —dijo Alya, que se acariciaba el área mencionada mientras como si de esa forma hiciera disminuir el dolor. Con todo el movimiento, Kiara la había golpeado sin querer.
—¡Lo siento! —se disculpó la chica, que trataba de reincorporarse luego de lo ocurrido.
—¿Estás bien, JJ? —le preguntó Pope al chico en el agua.
—Creo que mis pies se chocaron con mi nuca.
—Kie, ¿estás bien? —fue John B quien preguntó.
—Estoy bien.
—¿Alya?
—Todo bien por aquí —contestó la nombrada.
—Pope, ¿qué hiciste? —inquirió JJ, que todavía estaba en el agua.
—Banco de arena —notificó Heyward—. El canal se modificó.
—No me digas —expresó Maybank con sarcasmo mientras nadaba hasta el bote.
—La marea cambió todo el lugar —observó John B.
Pope se acercó a la proa y miró hacia el agua con una sonrisa. Su objetivo era ir a ayudar a JJ, pero vio algo que hizo cambiar su expresión facial por completo.
—Hey, al menos salvé la cerveza —comentó JJ.
—Felicitaciones, JJ —le respondió John B siendo sarcástico.
—La cerveza ni siquiera tocó el agua, está esparcida por el bote gracias a tu supuesto truco —Alya rió.
—¡No seas tan amargada!
—Solo te digo los hechos —Steiner colocó ambas manos sobre sus caderas y dirigió su mirada a Pope—. ¿Qué pasa, Pope?
—Chicos... —habló él—. Creo que hay un bote abajo.
John B cerró los ojos como si pidiera paciencia en su interior. Ya eran suficientes estupideces de JJ por el momento como para que Pope quisiera sumar otras.
—Cállate.
—No puede ser —negó Kiara.
—No, chicos, en serio. Ahí abajo hay un bote de verdad —afirmó Pope—. Hay un bote. ¡Hay un bote!
John B, Kiara y Alya se acercaron a la proa para mirar hacia donde Pope les señalaba. La idea de que se trataba de una broma de pésimo gusto inmediatamente se borró de sus mentes al comprobar que sí; allí había un bote hundido.
—¡Mierda! —expresó Kie—. ¡Es cierto! Vamos.
Alya se quitó el pantalón y la camisa que cubría su traje de baño, al igual que Kiara. John B se quitó la camisa y de inmediato se lanzó al agua.
—¿Creen que haya un cadáver? —preguntó Pope de la nada.
—Dios mío, Pope —expresó Alya con algo de extrañeza. Aquella no era una pregunta de su gusto.
Steiner se lanzó al agua, seguida de Kiara. Después Pope comenzó a quitarse la camisa para no quedarse atrás.
—¡Chicos, esperen!
—¡Trae tu culo, Pope! —gritó JJ.
—¡Vamos!
El chico saltó al agua y entonces, los cinco se sumergieron para nadar en dirección al bote hundido. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, lo observaron por unos momentos.
Alya notó que no se trataba de cualquier bote, sino que de un Grady-White. Recordaba haber tenido una conversación con JJ sobre los botes que el padre de este reparaba para los kooks, así que conocía algunas marcas.
Un Grady-White era un bote muy costoso.
Cuando sus pulmones comenzaron a suplicar por aire, los pogues nadaron hacia la superficie.
—Vieron eso, ¿no? —cuestionó JJ con algo de emoción.
—Sí —afirmaron Kiara y Alya al unísono—. Es un bote.
Los cinco rieron. No negarían que les resultaba emocionante el haber encontrado un bote hundido.
—¡Es un Grady-White! —JJ confirmó lo que Alya sospechaba.
—Uno de esos nuevos vale unos 500,000 o más —añadió John B.
Los cinco se subieron a su bote mientras que continuaban con su charla sobre lo que acababan de hallar.
—Es de calidad —comentó JJ, quien ayudó a Alya a subir al bote al notar que se le dificultaba al intentar buscar aire.
—Sí, sí —asintió John B—. Es el bote que vi cuando surfeé durante el huracán. Tal vez chocó contra el muelle.
—¿Durante el huracán? —Kiara se notaba preocupada por lo que su amigo acababa de decir.
—Ese es mi chico —JJ se acercó a John B—. Estilo pogue, amigo.
—¿Qué hiciste?
—Me gustaría saber porqué no fui invitada —Alya fingió estar ofendida—. ¡Adoro surfear!
—De hecho, pasé por tu casa y estabas dormida, así que... —John B sonrió forzadamente.
—Vaya, qué considerado —la chica hizo una mueca, demostrando que aquella había sido una buena razón para no invitarla. Odiaba que la despertaran de un buen sueño.
—Esperen —Pope interrumpió la pequeña conversación de sus amigos—, ¿sabemos de quién es?
—No, pero vamos a descubrirlo —aseguró Routledge, quien sacaba el ancla.
Iban a estar allí por un buen rato.
—Está muy profundo —señaló Maybank.
—Para los débiles, JJ.
—Solo quiero dejar claro que no te haré boca a boca.
—Está bien, sí.
—John B —Kiara lo llamó.
—¿Qué?
Carrera claramente no había dejado pasar el tema del surf en medio del huracán. Se encontraba bastante preocupada sobre cómo su amigo no tenía ningún tipo de precaución en las cosas que hacía.
—¡Hasta abajo, tonto! —exhortó Pope.
—Hasta abajo.
—¡Claro que sí! —gritó JJ antes de empujar a John B al agua.
Ahora les tocaba esperar.
author's note !
¡HOLA, HOLA! Por aquí el primer capítulo de Smoke And Fire en honor a que hoy salió la tercera temporada, tal y como se los prometí. Les pregunto, ¿ya vieron la tercera temporada? ¿Qué opinan de ella? Pueden dejar spoilers en los comentarios siempre y cuando pongan una advertencia antes para quienes aún no han visto la temporada.
A mí me encantó, personalmente. Ya quiero que salga obx4.
Mientras tanto, me mantendré escribiendo para este fic porque ya tengo el plot para el acto tres y el primero ni siquiera está terminado.
Eso sería todo por ahora. ¡Los estaré leyendo!
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