28: Could've Guessed, Should've Known
Sana se quedó mirando el reloj, viendo pasar los segundos y deseando que el tiempo pasara más deprisa. Quería irse a casa y acurrucarse en el sofá junto a JiHyo, no sentarse en una reunión con Jimin y el resto de su equipo directivo de JYP.
—Bien, así que sólo queda nuestra última orden del día—. Dijo Jimin.
—Joder, por fin—. Sana murmuró, feliz de que la reunión al menos terminara pronto.
—Es hora de anunciar que tú y JiHyo han roto—. Le dijo.
— ¡¿Qué?!— Gritó Sana. — ¡No puedes hacer eso! Además, la película acaba de salir y acabamos de ser vistos públicamente como una pareja feliz la semana pasada.
—La película lleva más de un mes en cartelera, ya ha superado el objetivo de taquilla y ha recibido críticas maravillosas, todos los eventos de prensa también están hechos. Muchas cosas pueden cambiar entre una pareja en una semana, sobre todo en Hollywood. Ya es hora, Sana.
—Jimin tiene razón. También es importante tener en cuenta que, aunque sus fans han reaccionado bien a la película, muchos han expresado una clara desaprobación de su relación. Se supone que eres el símbolo sexual con el que pueden soñar, pero eso no funciona del todo si estás encerrada en una relación—. Dijo Monica, la responsable de las cuentas oficiales de Sana en las redes sociales.
Sana se encogió al mencionar su condición de "símbolo sexual". Ella nunca había querido ser un símbolo sexual, y no tenía ningún interés en mantener su imagen como tal. Sólo quería ser actriz, la mejor actriz posible. Y claro, había perdido de vista eso por un tiempo, se había perdido en su propia rebelión, pero eso no significaba que no siguiera siendo su principal prioridad.
—Ahí lo tienen. Esta relación tiene que terminar, te necesitamos soltera y obtenible. Y por el amor de Dios por favor asegúrate de cortar todos los lazos con esa barbie de campo, no creas que no sé qué se ha estado quedando en tu casa—. Dijo Jimin.
— ¿Así que ahora me espías? Sabes, la última vez que lo comprobé era el propietario de una casa quien decidía quién se quedaba allí y cuánto duraba su visita. Sinceramente, no veo por qué JiHyo se queda a dormir es asunto tuyo—. Sana escupió.
—No te comportes como una niña, Sana. Sabes perfectamente que cualquier cosa que afecte a tu imagen es asunto mío. Y que tengas una relación, especialmente una que no sea sólo para las cámaras, afecta a tu imagen. Sí, lo sé. Sé que estás saliendo, y no lo permitiré, Sana.
—No puedes controlar con quién estoy cerca, o con quién salgo para el caso—. Sana argumentó. Estaba tan cansada de todo, tan cansada de cómo JYP constantemente trataba de micro gestionar su vida. —Jesús, te quejabas cuando salía todas las noches y ahora te quejas porque no salgo. ¡Escoge un puto carril! —
—Eso es. ¡Todo el mundo fuera! ¡Ahora! — Jimin gritó, haciendo que todos se apresuraran a salir. Sana se levantó también, pero pronto fue detenida por la fría mano de Jimin sobre su hombro, empujándola hacia abajo en su silla. —Oh Sana... Sana, Sana, Sana, ¿has olvidado quién manda aquí? Me perteneces, ¿recuerdas? –
Sana se estremeció ante el tono que empleaba, ese tono de voz familiar que siempre había tenido el poder de quitarle toda la confianza en sí misma y convertirla en la frágil e ingenua niña de trece años que era cuando conoció a Jimin. Era frío y calculador, dispuesto a aplastar cualquier esperanza de libertad que tuviera. Sana sabía muy bien que con JYP no se juega, pero había esperado, incluso rezado, para que le permitieran esta sencilla alegría.
—Jimin, por favor...— Suplicó, su voz casi irreconocible. —Me comportaré, cumpliré con cualquier horario agotador que me des, sólo por favor déjame tener esto. Déjame quedarme con ella.
—De acuerdo—. Jimin respondió.
— ¿En serio? — preguntó Sana, con sus brillantes ojos azules llenos de esperanza.
—Si quieres quedarte con ella entonces adelante, pero si esa es tu elección entonces puedes despedirte de tu carrera como actriz—. Respondió con una sonrisa.
—Jimin...
—No Sana, estoy vendiendo una fantasía, una mujer para que hombres y mujeres por igual sueñen con llevársela a casa y follársela como a una muñeca de trapo. No puedo vender un ama de casa cariñosa y lame coños. Eres la fantasía sexual de miles de hombres en todo el mundo, Sana. Esa es tu marca, eso es lo que trae mucho dinero. No creerás de verdad que eres una buena actriz, ¿verdad? —. se burló Jimin, con las manos frotándole lentamente los brazos y los muslos, haciéndole arder la piel y marearle el estómago.
—Soy bastante b—buena... Me dan p—premios—. Tartamudeó, sintiendo que las lágrimas amenazaban con escaparse. Odiaba sentirse así, odiaba no poder enfrentarse a él y liberarse de la situación.
—Cariño, no, no eres nada buena. Eres una patética excusa de actriz. Todos esos premios vienen de tu popularidad. La gente te da cosas para llamar tu atención, no porque te lo hayas ganado. Todos quieren follarte, y si no pueden... bueno, entonces no vales nada, Sana. Sólo serás una inútil, lavada y glorificada puta—. Dijo, separándole las piernas cuando la última frase salió de sus labios.
Sana no pudo contener las lágrimas, se derrumbó por completo a pesar de que sus manos pronto abandonaron su forma, las lágrimas corrían por sus mejillas mientras cerraba las piernas de nuevo.
Se sentía asquerosa.
Sucia.
Inútil.
¿En qué estaba pensando?
No se merecía amor.
No se merecía a JiHyo.
En el mejor de los casos, era una prostituta glorificada. Una puta en busca de atención que sólo había escalado en la industria por favores sexuales o porque evocaba deseo en los demás. Ella no era nada, y JiHyo se lo merecía todo.
—Entonces, ¿te quedarás con JYP o seguirás con tu relación? —. preguntó Jimin, habiendo recuperado su tono de voz normal y profesional.
—Yo... me quedaré... Me quedaré con JYP—. Contestó Sana, con la voz temblorosa.
—Eso es lo que pensaba. Así me gusta.
Odiamos a Jimin en este fanfic.
Estoy de vuelta con las actulizaciones de todos los días de este bello fic; recuerden votar y comentar, eso me motiva a seguir actualizando. <333
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