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Do Kyungsoo es un chico muy agradable, decente, educado... Vamos, un total amor de muchacho, pero eso no es lo que piensan los que no lo conocen. Lo consideran un arrogante, antisocial y mal hablado cretino. Todo por culpa de su maldita enfermedad.

( 🐯 x🐧)

—¡Hey tú, feo! ¡Dame uno de esos! —Dijo al hermoso chico del puesto mientras lo miraba temeroso de sus propios pensamientos.《Me encantan sus ojos, es lindo.》

—Cliente, no le diga esas cosas, solo espere su turno callado. —Respondió molesto el dueño del local al escuchar aquella frase hacia su trabajador de tiempo parcial, que de por sí era muy guapo.

—¡Vamos que no tengo todo el día para esperar por una asquerosa hamburguesa! —Gruñó. 《Ya volví a lo mismo, me quiero ir de aquí.

El dueño del puesto no soportó más y lo corrió muy enfadado; el pobre Kyungsoo se había quedado nuevamente sin comer.
¡Joder! Tenía hambre y ni una simple hamburguesa podía comprar sin ponerse nervioso, si el chico del puesto no fuera tan lindo... quizás lo hubiese conseguido.

—Moriré solo, sin nadie que me extrañe o con alguien más feo que Voldemort o Gollum. —Bufó un poco triste y enfadado.

Suspiró rendido, se sentó en la banca más cercana escuchando su estómago rugir a la vez que posó su cabeza sobre las rodillas. Una mezcla de sentimientos dolorosos se forjaban dentro suyo debido a su enfermedad, aunada al hambre.

Un maravilloso olor hizo que elevara la mirada y vio una hamburguesa flotante, elevó una ceja con curiosidad hasta que notó un rostro sonriente frente a él.

—Toma, te compré una. —La cabeza del pequeño se ladeó. 《¿Quién es él?

—¿Por qué lo hiciste? ¿Acaso te lo pedí? —Preguntó totalmente asombrado de que alguien le hablara siquiera.

—No, pero igual, tómala que pareces tener hambre. —Seguía allí parado mientras le sonreía.

—Está bien, pero te lo pagaré. —Aceptó debido al hambre—. No quiero estar en deuda contigo, ni con nadie.

—Me sirve, con tal de que comas.

Hoy conocí a alguien muy raro; no me evitó al escuchar las tonterías que siempre digo en público. ¿Quién será? No lo he visto nunca pero tuvo la amabilidad de saciar mi hambre. Ojalá y un día pueda devolverle el favor.

Kyungsoo escribía en su diario cada noche. Anotaba generalmente lo que le hubiese querido decir en vez de lo que realmente decía. Hacía esto en un intento de mejorar, pues el médico le ofreció esa opción a modo de consejo, pero los años pasaban y nada, incluso los insultos se volvían peores debido a su constante inseguridad a la hora de comunicarse.

En el aula se sentaba al fondo, alejado de todos, recibía las conferencias y desaparecía lo más rápido que podía cada día. Era como un fantasma para los demás.

Algunos creían que posiblemente ni sabía el nombre de sus compañeros de aula; lo que realmente no es para nada cierto.

Él era quién quizás conocía a la perfección a cada compañero y compañera; sus gustos, preferencias, a quién le gustaba quién, y quienes se odiaban.

Era muy detallista y observador; solo que no les hablaba. No les quería herir, y si se quedaba habían grandes posibilidades de que alguno le intentara hablar (como había ocurrido anteriormente con finales nada agradables para su cara, o su orgullo).

Solo, en la escalera (como en cada horario de descanso) se sentó y con una sonrisa ligera abrió la mochila sacando de ella el sándwich que su mamá le había preparado. Ese día fue distinto, algo impensable ocurrió, justo cuando le dió el primer bocado al manjar en sus manos una voz lo desconcentró.

—Hey, ¡chico hamburguesa! —Ante este inesperado comentario elevó la mirada y notó como se acercaba poco a poco con una bella sonrisa el chico del día anterior. 《¿El muchacho de ayer? ¡Joder! Ya estoy nervioso.

—¡Sí, eres tú! —Volvió a decir el chico señalándolo con un dedo.

—¿Qué quieres? ¡Déjame solo! —《Por favor vete.

—¿Y si no quiero? —Replicó el chico sentándose a su lado. —Dijiste que pagarías por mi amabilidad, ¿Recuerdas?

Al carajo, tendré que irme yo. No quiero ser tan cruel con él, no lo merece.

Se levantó con intención de irse pero el otro no le dio la posibilidad, agarró su mochila y lo haló hacia atrás, haciendo que cayera sentado en el escalón más bajo.

—No te vayas. Come tranquilo. Yo me iré. Nos vemos por ahí y me pagarás, yo sé que sí. —Se levantó, lo miró calmado, le regaló una alegre sonrisa y se fue, simplemente así, sin más.

Kyungsoo no entendía del todo qué había ocurrido, pero se sintió feliz de haber podido evitar que las cosas se salieran de control.《Es raro, pero me agrada.

( 🐯 x🐧)

Al terminar la sesión de la tarde Kyungsoo se dirigió a su casa usando la misma ruta de cada día. Tomó un callejón por el cual ni los gatos hambrientos se atrevían a cruzar, o sea, perfecto para él.

Por un momento le pareció sentir que lo seguían, se volteó pero no vio a nadie, pero cuando volvió a mirar al frente se dió el susto de su vida encontrando a un chico muy alto frente a él.

—Hey. No te asustes, chico hamburguesa. —Era nuevamente el muchacho aquel con su característica sonrisa.

—¡Casi me matas del susto! —Llevó una mano a su pecho sintiendo a su corazón acelerado por la adrenalina— ¡Estúpido!

En vez de molestarse por la supuesta ofensa, el otro solo soltó una carcajada mientras apretaba su estómago.

«¿Qué era tan gracioso?»

—¿Qué haces aquí? —Preguntó Kyungsoo curioso mientras trataba de calmarse.

—Te seguí —Respondió tranquilamente y haciendo que Kyungsoo se asombrara por lo directa de su respuesta.

—¿Por qué? ¿Me quieres robar? —Habló rápidamente agarrando con algo de fuerza su propia mochila.

—Si, pero no quiero tu dinero. —El alto parecía ser alguien que había hecho eso varias veces antes, o simplemente era la persona más calmada del universo. Kyungsoo no estaba del todo seguro.

—¿Entonces?

—Quiero robar algo de tu tiempo.

—¿Eh? —《Honestamente, creo que él debe tener problemas o faltarle un tornillo.

—Me llamo Chanyeol y quiero divertirme contigo.

《Ahora sí sé que está loco.

—¿A qué tipo de diversión te refieres, idiota? —Estaba aún nervioso por los comentarios tan raros que ofrecía aquel chico. ¿Planeaba utilizarlo, abusar de él o, algo peor? Sus miedos ya estaban llegando a un límite peligroso, pero ante las siguientes palabras del contrario quedó sin aliento, no sabía cómo reaccionar ante esas palabras.

—Hasta que te vea reír, luego ya no tendré que obligarte a venir conmigo, vendrás solo.

—¿Qué pretendes? ¿Te estás burlando de mí? —No había realmente otra explicación más que esa. Esa fue la lógica del pelinegro.

—No, solo quiero ver tu hermosa sonrisa.

Ante este comentario por primera vez Soo no intentó responder. Se sintió raro, pero quizás un poco feliz, nadie lo había intentado nunca. Simplemente no le hacían caso o lo evitaban, pero jamás se le habían acercado de esa manera.

—Quiero que confíes en mí. —Dijo de momento y Kyungsoo abrió rápidamente sus ojos al escuchar aquello.

El otro se le acercó un poco más lentamente tratando de que no se asustara. Llevó una mano al frente pidiendo un apretón para afianzar la oferta.

—Quiero ser tu único amigo. No te quiero compartir.

Holis, mis Soogars

Antes que nada, comentarles que la obra está en edición.

También decirles que si no les gusta el romanticismo nivel diabético, giros inesperados, lemon y yaoi un poco explícitos, no la lean. Quedan avisados.

A los que sí la decidan leer, sean bienvenidos al mundo donde Chanyeol y Kyungsoo no tienen nada en común.

Espero que disfruten la historia lo suficiente como para ganarme lindos comentarios(💬) y estrellitas(🌟).

-Nani-

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