Un pequeño niño de seis años con facciones similares a las de un tierno gatito paseaba felizmente por su nueva escuela.

Sonreía y cantaba variables melodías que anteriormente había escuchado en alguna propaganda de Disney.

Estaba muy emocionado.

Analizaba con suma precaución cada rincón, cada detalle, cada niño y niña que veía.

Pues JongDae era un niño muy amigable y en esa nueva escuela quería tener muchos muchos amigos.

Por desgracia, el pequeño tenía mucha hambre y como era su primera vez en esa escuela no sabía donde se encontraba la cafetería.

A lo lejos observó una pequeña bolita regordeta sentada en una gran banca, tanto que sus cortas piernas no llegaban al suelo.

Un gordo abrigo cubría su pequeño cuerpo, haciéndole ver adorable ante los ojos de cualquiera.

El castaño se dirigió hasta donde se hallaba el pequeño, con una radiante sonrisa listo para saludarlo.

—¡Hola! —le habló emocionado—. Mi nombre es JongDae.

El pequeño MinSeok frunció el ceño confundido; desconcertado, no era de hablar mucho con los otros niño, así que dio por hecho que no era con él.

No respondió nada e ignoró sus palabras.

JongDae formó un puchero en sus finos belfos, tal vez no lo había escuchado.

Su dedito se dirigió hacia su hombro, pinchándolo con él y logrando llamar su atención.

—Hola —habló de nuevo, sonriéndole al ver que levantaba su mirada.

JongDae sintió como si una manada de animalitos recorriera todo su estómago, nunca imaginó que tuviera el honor de ver a un niño tan lindo y adorable.

Sus ojos brillaron y su corazoncito comenzó a latir mucho más rápido, por unos segundos se había quedado embobado al ver sus preciosos ojos.

MinSeok sintió el ardor en sus mejillas al notar como el extraño niño lo miraba con una linda sonrisa y ojos brillosos, esperando algún saludo de vuelta.

—Umnh... H-hola —respondió tímido. Sus manitas se ocultaron en su abrigo nervioso—, ¿Me habla... a mí?

El mayor asintió frenéticamente.

—¡M-mi nombre es JongDae! —comentó feliz, tratando de ocultar sus nervios—, ¿Sabes donde está la cafetería? ¡estoy perdido! —exclamó formando un puchero bastante dramático a su parecer, pero adorable para el pequeño.

MinSeok bajó la mirada apenado, de nuevo se había ilusionado tontamente, el lindo niño solo le había hablado para pedir indicaciones.

El de mejillas gordas señaló con sus cortos brazos hacia la izquierda, la dirección de la cafetería.

—¡Muchas gracias! —saltó emocionado, reafirmando sus manitos a las correas de su mochila de dinosaurio—. ¡Ya vuelvo, iré por un emparedado! Por favor no te vayas.

El que se mantenía de pie salió corriendo rápidamente hacia la cafetería, no quería que su nuevo amigo se fuera, quería conocerlo mucho más.

MinSeok sonrió tímidamente, con un ligero rubor en sus mejillas, asintiendo a sus palabras antes de que el mayor se fuera.

Sip, Chen es mayor que Xiumin.
Besitos para ustedes. ;u;❤

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