— Umnh —MinSeok abrió su boquita, siguiendo al pie de la letra las indicaciones de su amigo. Cerró sus ojitos y esperó alguna otra acción del hyung frente a él.

Pronto el más pequeño sintió como en su boquita era allanado por una masa blanda y deliciosa, este el último se dedicó a saborearla como era debido, degustando cada explosión de sabor en sus papilas gustativas.

El guiso, la carne, el puerco, las pasitas, aceitunas y alcaparras llenaron a su boca de espléndidos y atrayentes sabores, trayéndole buenas sensaciones a su cuerpecito, los cuales en cuestión de segundos causaron que gimiera de gusto.

— ¡¿Qué es?! ¡es delicioso! —exclamó. MinSeok saltó de alegría ante la encantadora comida, mirando emocionada a su compañero.

— Es una hallaca, mi tía la trajo de su país; Venezuela —respondió animado el mayor, dándole otro bocado a MinSeok, admirando como sus mejillas se abultaban a causa de la comida, JongDae pensó que MinSeok se veía precioso así— es un plato navideño muy tradicional de por allá.

MinSeok sonrió, causando que sus mofletitos se abultaran mostrando lo adorable que por naturaleza era. Sus ojitos se hicieron pequeñitos al ser cubiertos por esas dulces nubes blanditas que decoraban su rostro, convirtiéndose en dos líneas muy finas y bonitas.

JongDae miró enternecido al niño frente a él, viendo como pequeñas migajas de masita se encontraban manchando alrededor de su pequeña boquita, mejillas rosaditas y una bonita sonrisa decorando su rostro. Decidido a quitar las migajas restantes, JongDae acercó su pulgar hasta el labio inferior del menor, pasándolo por aquel sensible lugar logrando limpiar el exceso de comida. 

Más tarde, miró su dedito quien ahora estaba lleno de migajas y algo de la esencia de MinSeok, sonrió y las llevó a su boca con total parsimonia, disfrutando del cálido sabor.

¡Feliz navidad!