—¡J-jongdae! ¡¿P-por qué... por qué hiciste eso?! —cuestionó amedrentado el más pequeño.

MinSeok se sintió aturdido en cuanto sintió el cálido toque de los labios de JongDae sobre su abultada mejilla, causando que ésta tomara un color extravagante en cuestión de segundos.

—¡Lo lamento! ¡no debí hacer eso! ¿te sientes incómodo, Seokki?

El menor negó, bajó su cabecita en una muestra de sumisión, sonriendo tontamente por lo bajo pues su pancita había comenzado a cosquillear energéticamente en cuanto pudo asimilar lo que había ocurrido.

—N-no... -Murmuró jugando con los cordones de sus zapatos, ansiando que su corazón se calmara aunque sea un poquito. —M-me gustó...

JongDae abrió sus dos ojitos en excedencia totalmente atónito, cerró su boca lentamente en cuanto se percató que esta se había abierto también de la impresión.-¿T-te gustó?

—Mnh hu —asintió cohibido. —¿P-podría... darme otro?

Y a JongDae puede que accidentalmente se le hubiera escapado un suspiro enamorado en cuanto escuchó aquellas palabras que hicieron menear su animado corazoncito.