D o s. ✧

El pequeño JongDae regresaba de la cafetería un tanto apresurado.

En sus manos transportaba una bandeja de tonalidad azul, donde traía dos emparedados de jamón y dos cajas de jugo de uva, además de una deliciosa barra de chocolate.

Supuso que al pequeño de gordas mejillas le gustaban los dulces.

JongDae paró en seco. ¡Se había olvidado por completo de eso!

No sabía el nombre del niño con quien hablo hace unos minuto.

¡De quien lo había ayudado!

Se aseguró en llegar más rápido, nervioso de que su nuevo amigo se hubiera marchado.

Pero eso no pasaría.

Suspiró tranquilo al poder visualizar a la pequeña y regordeta bolita aún sentada en la banca.

Balanceando sus pies de manera pausada, esperando su regreso.

A paso apresurado y con las mejillas levemente rosadas se acercó hasta estar frente a él.

MinSeok sonrió una vez más al poder reconocer los pequeños zapatos de figuras de dinosaurios frente a él.

—¿Puedo sentarme? —preguntó JongDae con una sonrisa—, no puedes decirle que no a tu nuevo amigo.

Minseok elevó su rostro para mirarlo con las mejillas rojas y luego asentir de manera tímida.

JongDae no esperó más y se sentó en posición de indio en la banca, dejando la bandeja al lado del menor.

El mayor al notar que el contrario era un poco tímido, se levantó rápidamente para girarlo, dejándolo frente a la bandeja.

MinSeok estaba un tanto confundido, ¿cómo el chico podía tomar confianza tan rápido?

JongDae se sentó de nuevo, sonriéndole al pequeño, admirando de nuevo su rostro tintado de un leve color rosa.

—Traje uno para ti —Habló finalmente JongDae.

MinSeok lo miró sorprendido, asimilando que era una tonta broma.

—¿D-de verdad? —preguntó en un tono tímido.

JongDae asintió frenéticamente con una sonrisa.

Tomó uno de los emparedados, tendiéndoselo amablemente.

MinSeok negó repetidas veces.

—N-no... no puedo comerlo —sus mejillas estallarían en cualquier momento, nadie había sido tan amable con él desde hace mucho tiempo—, es... es tu comida.

No podría aceptarlo por más que se estuviera muriendo de hambre y que haya dejado su almuerzo en casa no se atrevería a aceptarlo.

Y para JongDae el pequeño tenía razón, era su comida, solo le quedaría un emparedado si se lo daba, pero se sentiría feliz si veía al menor comer, imaginaba como sus mejillas se inflarían gracias a la comida.

— Vamos, cómelo —le animó, MinSeok solo podía negar—. Entonces abre la boca y cierra los ojos.

Minseok algo confundido acató la orden, cerrando sus ojitos y abriendo su boca sin saber la razón o el propósito de su amigo.

JongDae aprovechó la oportunidad de inmediato.

Introdujo el emparedado a su boca, causando que el más pequeño se sobresaltara.

Abrió sus ojitos de golpe al percibir las acciones de su nuevo amigo.

—¡Come! —exclamó el pequeño de ojos gatunos. A MinSeok no le quedó de otra que morder—. Buen chico —murmuró esta vez con una sonrisa.

JongDae estaba embobado gracias a la escena frente a él: Su pequeño amigo de nombre desconocido, comiendo plácidamente un emparedado.

Sus mejillas se notaban bastante abultadas a causa de la comida, el ligero rubor en sus mejillas resaltaba mucho más.

—No... no soy un perro —murmuró MinSeok algo cohibido.

—¡No lo eres! —comentó formando un puchero—, ¡Eres mucho más lindo que un perro! —exclamó emocionado, para luego analizar lo que dijo, cubriendo su boca con sus pequeñas manos.

Las regordetas mejillas de MinSeok se encendieron casi como un fuego artificial, al igual que una tierna sonrisa se tallaba en sus labios, avergonzado.

Denle estrellita ❤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top