SLOWLY CLOSER TO YOU

Jungkook miraba por la ventana del jet privado mientras dejaba de vislumbrar su país oculto por el manto de nubes, con eso sentía que podía respirar sin tanta presión.

Él era el alfa más influyente del país, controlaba toda Asia al ser el líder de la Kkangpae, también por ser el CEO de la multinacional Wang; no había movimiento que no necesitase su aprobación ya que él era el dueño de la vida financiera, económica y política de Corea.

Se encontraba en Estados Unidos para cerrar acuerdos de vital importancia con la única compañía de su mejor amigo y mano derecha Jung Hoseok; llegar a su puesto era algo que requería mucho esfuerzo y muchos sacrificios, tuvo que ganarse la confianza de todos los clanes de la Kkangpae e incluso vender su alma al diablo, Jeon Jinan y a su familia, los Wang; pero un mal necesario para llegar a tener el control absoluto de Corea aunque debía garantizar un primogénito varón para el clan, lo que significaba estar atado a esa berrinchuda mujer que tan mal le caía.

Aunque él prefería soportarlo de la mejor manera, teniendo varios amantes a su disposición en sus diversos viajes de negocios y pasar breves noches compartiendo el lecho con su esposa con el único propósito de conseguir el ansiado primogénito y no volver a tener que aguantarla más.

Esta era la situación que lo llevaba a alargar sus viajes de negocios y pasar sus noches disfrutando de la compañía de diversos compañeros esporádicos en cualquier night club.

Por otro lado, Kim Taehyung de ascendencia coreana vivía una vida normal y carente de grandes lujos junto a su abuela y madre en la ciudad que nunca duerme, o como él prefería llamarla la ciudad del caos; no sabía porqué sus padres dejaron Daegu para vivir en Nueva York, pero él tenía la idea de volver a su país de residencia para no presenciar tanta discriminación como la que estaba viviendo desde tan temprana edad, aunque eso le ayudó a madurar y saber que si quería cumplir su sueño debía empezar a trabajar.

Esta es la razón por la que se encontraba en la cama de su mejor amigo Park Jimin revisando junto a este diversos outfits para su nuevo trabajo; no era la gran cosa pero le daría lo suficiente, según su amigo, para que se indepenzara y comenzara a ahorrar para sus estudios.

Este sabía que la situación en su casa era complicada debido a la nueva pareja de la madre de Tae pero él aguantaba porque su abuela estaba ahí y no sería capaz de irse sin ella. Cuando su pareja Min Yoongi le avisó de la vacante como bailarín en uno de sus night club, no se lo pensó dos veces y se lo ofreció a su amigo. Él sabía que no era el mejor trabajo del mundo, aún asi  ayudaba para el propósito del rubio de sonrisa cuadrada; él mismo tuvo una mala situación antes de comenzar a trabajar en el club y conocer a su prometido y dueño del local; le sonrió la suerte al conocerlo y pasar a ser su bailarín privado y pareja oficial.

Una vez listo y ataviado con lo necesario para su primer show, Jimin lo dejó solo para que se calme y dejé los nervios antes de salir al escenario.

Tae salió ya con su máscara colocada al escenario, moviéndose al ritmo de la música, deslizando su esbelta figura por el tubo que había en medio de la sala, recibiendo halagos y dinero que tiraban a la tarima mientras trataba de no olvidar la coreografía. Cuando para finalizar su show conectó la vista con ese hombre pelinegro de mirada brillante y enigmática, quien desde su salida lo siguió sin perder ni el más mínimo detalle de su baile.

Jungkook al verlo quedó prendido de ese chico que ocultaba su rostro tras esa máscara y el cual le robó su atención desde el minuto uno. Llamó a su socio Min Yoongi con quien acababa de cerrar uno de los negocios más importantes que tuvo en el país americano, le pidió un baile privado de aquel chico, aunque dubitativo ya que conocía la fama de su socio, Yoongi vio la oportunidad de un ingreso extra para el chico, nada podría ir mal si la situación quedaba dentro de la habitación.

Yoongi se lo comentó a Jimin quien se negó rotundamente, pero le informó a su amigo para que diera su opinión, sin embargo al conocer la oferta, Tae  sin pensárselo dos veces decidió hacerlo, por lo que confirmó la cita y la habitación con Yoongi.

Tae volvió a arreglarse y fue a la habitación asignada; mientras tanto Jungkook ya lo esperaba deseando volver a ver sus movimientos y si aceptaba poder pasar un buen rato recorriendo el delicioso cuerpo del enigmático chico que se escondía tras esa mascara.

Mientras el show comenzaba, Jungkook observaba con detenimiento cada parte del cuerpo del chico rubio desde la comodidad de ese sillón de cuero mientras tomaba su vaso de whisky; todo quedó atrás cuando volvió a ver esos sensuales movimientos que lo impulsaron a acercarse a ese lindo chico, moría por marcar esa piel acanelada que brillaba bajo la tenue luz de la habitación.

Ese movimiento involuntario y de manera repentina hizo que el joven bailarín diera un respingo al sentir como era agarrado de la cintura y ser besado por su cuello de manera lujuriosa y pasional dejando mordidas que le hicieron sentir su cuerpo temblar por la rudeza del hombre que tenía detrás, el cual ya se encontraba recorriendo su cuerpo y desvistiéndolo sin el menor reparo o espera de su confirmación.

Una vez despojado de su ropa, Jungkook empezó a explorar su umbral de placer estimulando sus zonas erógenas mordiendo sus pezones y deslizándose hacia su entrada al obtener los gemidos de placer y dolor que esperaba. Una vez bajó hasta los glúteos del rubio, el cual era ya, para ese momento, un mar de jadeos y gemidos desordenados y a viva voz, comenzó a dejar caer su mano en ese trasero que lo hipnotizó desde su salida al escenario hasta que terminó; mientras sus tres dedos y su lengua lo preparaban para su posterior penetración.

Todo se nublaba para Tae, fue llevado al sillón y puesto en cuatro mientras Jungkook se despojaba de su ropa con desesperación por poseerlo. Se introdujo de una sola estocada haciendo que el rubio sollozaba por la brutalidad de la intromisión.

Fueron diversas rondas en las que Jungkook hizo llegar al clímax a Taehyung hasta que se desmayó por el cansancio y las masivas oleadas de placer. Aunque el alfa no se detuvo hasta que se sintió satisfecho de poseer aquel cuerpo que lo invitaba a pecar hasta desfallecer, tal cual lo hizo.

Al día siguiente por la noche Tae recobró el sentido algo confundido y sin recordar mucho de lo que pasó en ese cuarto pero notó enseguida su cuerpo doler como si le hubiera pasado un camión por encima, sentía un peso extra y ahí lo vio otra vez a ese hombre de apariencia dura con el rostro sudoroso penetrándolo nuevamente, recordando de una forma abrupta lo ocurrido entre ambos la noche pasada.

Jungkook se dio cuenta al ver cómo tensaba su cuerpo y apretaba su miembro de manera asfixiante por lo que lo acercó a su cuerpo y lo besó pasionalmente.

— Ya era hora bonito, me iba a empezar a preocupar — dijo terminando de correrse en su interior llevando también al clímax al chico tembloroso que tenía debajo suyo.

— ¿Q- Qui- Quién eres? — dijo el rubio que trataba de recomponerse del reciente orgasmo.

— Vaya, creo que debo recordártelo— rio el hombre pelinegro con cierta ironía— creía que ayer te quedaste con mi nombre de tanto gritarlo cuando llegabas al orgasmo y comenzábamos otra ronda.

Tae sentía arder su cara ante lo dicho y trataba de cubrirse con las sábanas las cuales estaban adornadas de diversas manchas rojas y semen seco que le recordaban todo lo que había acontecido la pasada noche.
Trato de buena manera levantarse pero sus piernas no le respondían, además de que el hombre fornido que estaba a su lado se  lo impedía.

—¿Dónde crees que vas bonito?— decía mientras lo atraía más a su cuerpo— aún no hemos acabado, no nos hemos divertido lo suficiente.
Temiendo lo que a continuación podría suceder, Tae empezó a llorar ante lo de Jungkook se sintió mal por la forma lastimera en la que suplicaba por su vida.

— ¡Ja ja ja ja! Deja de ser ridículo solo serán unas rondas más no voy a matarte, esa boca y ese trasero se deben disfrutar— estalló en risas Jungkook, haciendo que el rubio sintiera una ira y enfado recorrer su cuerpo por las burlas del hombre que estaba acostado a su lado.

El omega se levantó de una, decidido a dejar de inmediato la habitación detestaba sentirse así, ya lo había sufrido con su padrastro, quien intentaba muchas veces quedarse a solas con él para violarlo, pero había logrado detenerlo de diversas maneras; otras de las razones por las que había decidido irse de casa.

Nuevamente es detenido por Jungkook el cual se da cuenta que esas actitudes lo hacen ver como una mierda, por lo que decide cambiar de estrategia y acercarse al chico rubio y hablarle de manera más calmada. No era tonto se dio cuenta que era su primera vez pero él tenía un gran apetito y más con el cuerpo que se cargaba el omega, también por la abstinencia en la que se vio obligado por la visita de sus suegros, así que tras verlo bailar en ese tubo no pudo más y fue de una a pedir un baile privado para pasar la noche con el chico que lo encandiló.

Tae trataba de mostrarse fuerte y no llorar hasta salir de la habitación mantener el poco orgullo que le quedaba intacto y sobre todo no sentir más decepción por el mismo; liberándose de los brazos contrarios llegó a su ropa y como pudo se vistió y salió de ahí.

Llevaba ya andadas dos cuadras sin un rumbo fijo, si llegaba de esa guisa a su casa sabrían que había estado con un alfa, apestaba a sexo y al aroma del alfa; además que debía justificar el no haber llegado a casa en casi dos días. Eran las tres de la mañana, muy tarde para molestar  Jimin que estaría trabajando con su pareja y la única opción posible era dar vueltas hasta que su madre y padrastro salieran a trabajar, pero faltaban al menos tres horas más contando con que su padrastro no hubiese vuelto a beber y pegado a su madre.

Se encontró con unos hombres que salían de un local, estos ante el olor que desprendía Tae no perdieron el tiempo en seguirlo, cuando estuvo cerca de una calle poco iluminada decidieron cortarle el paso; quien desaprovecharía la oportunidad de pasar un buen rato con ese lindo chico que por la ropa y el olor parecía gustarle ser el juguete sexual de todo aquel que se lo propusiera.

Cuando Tae vio el peligro ya era tarde para retroceder o salir corriendo, solo le quedaba rogar porque esto fuera rápido y que no le doliera más; ya casi resignado a su inminente futuro negro, su mente pedía por un milagro cuando escuchó el rugido ensordecedor del motor de un coche que apareció de la nada y se frenó, en una maniobra casi kamikaze, delante del omega.

El conductor bajó del coche posicionándose entre esos hombres y Tae, lo siguiente que se escuchó fueron disparos, por lo que el omega rubio decidió tirarse al suelo y cubrirse su cabeza con los brazos para no ser dañado por alguna bala perdida; lo siguiente que pudo ver fue el interior del deportivo, lo que lo dejó más confundido hasta que vio  entrar en el coche al pelinegro con el que pasó la noche, quien traía cara de pocos amigos.

Una vez puesto en marcha Jungkook trataba de tranquilizarse aunque ese silencio incómodo no ayudaba mucho.

— Gracias— dijo casi en un susurro Tae tratando de recobrarse tras lo ocurrido. No sabía que era mejor, si estar en el coche del hombre que lo había follado de manera descontrolada y que quería seguir haciéndolo o con esos hombres que lo hubieran violado y seguramente matado tras eso. Pensando en esto último tenía una gran incógnita tras lo ocurrido, quería saber si los había matado o simplemente los había asustado quizás, pero su rostro frustrado y serio, esas manos que agarran fuertemente el volante, las mismas manos que horas antes lo apretaban tan ricamente mientras lo embestía con rudeza.
Tae comenzó a sentir su cuerpo arder, la adrenalina del momento combinados con la sensual figura del alfa conduciendo lo estaban llevando a un viaje astral de sensaciones que lo hacían jadear sin darse cuenta.

Jungkook detuvo el coche en el primer callejón que encontró, el aroma del omega junto con los gemidos ya lo traían extasiado.
Subió encima de sus piernas al omeguita quien movía sus caderas desesperadamente en busca de más contacto. Se las arregló para quitar sus pantalones y los del omeguita que rogaba por más roce entre sus cuerpos.

El Maserati negro fue testigo de los besos, gemidos y lujuria de ambos. Tae iba dormido en el asiento del copiloto tapado con la camisa del alfa como única prenda que cubría su desnudez. Una vez llegaron a la casa de Jungkook este lo cargó en brazos hasta su cama donde, tras limpiarle los restos de semen  y ponerle algo de ropa limpia, lo deja descansar en su cama mientras él baja a poner al día todo el trabajo que ha dejado por pasar el día anterior desfogando su abstinencia sexual con el omega.

Tras diversas llamadas, entre ellas la de su esposa pidiendo diversos regalos para ella; la de Hobi reprochándole su ausencia del trabajo y el abandono en el club y la llamada clara de preocupación de su socio por la desaparición del omega amigo de su pareja; Jungkook había empleado toda su tarde en solventar todos aquellos problemas, contándoles a Hobi y a Yoongi que el omega y el se encontraban en su casa y mandando los papeles a firmar de su cooperación para ya dar luz verde a los diversos negocios que los ocupaban; también pidiendo a Hobi que se encargara de comprar todo aquello que pudiera contentar a la arpía de su esposa.

Tras terminar los pendientes pidió la comida tanto para él como para su invitado y subió a despertar al omega que continuaba en el quinto sueño disfrutando de la comodidad de esa amplia y cómoda cama hasta que notó como su paz era alterada por unas fuertes manos que lo movían con cuidado.

Este abrió los ojos un tanto confundido y perdido pero al encontrarse con esas orbes oscuras y brillantes que se asemejaban a las de un conejo, se quedó perdido en ellos por un corto lapsus hasta que se fijó en que el portador de estos le hablaba; recobrando el oremus y algo dudoso respondió con un leve asentimiento al ver la bandeja delante suyo con algo que no conocía pero que olía muy apetitoso.

Jungkook veía como el chico salivaba por la comida pero se encontraba en un estado de timidez como para hablar, le acercó la bandeja para que comenzara a comer; lo veía comer con ansias y desesperación se notaba que la actividad de los últimos días y la falta de alimento lo habían dejado famélico.

—¿Quieres más?— preguntó algo preocupado ya que no se había preocupado por la alimentación del chico rubio durante el tiempo que habían pasado juntos y realmente habían realizado mucha actividad física, pero hubiera sido estúpido sino aprovechaba la oportunidad tan grande que tuvo— ten, pero come despacio y vas a atragantarte.

Tae comenzó a comer con moderación el otro plato de comida, aunque se sentía algo cohibido debido a que tenía la atenta mirada de ese hombre que lo ponía nervioso a la par que caliente.

— Sabes mi nombre, estas en mi casa y con mi ropa; pero es un completo desconocido para mí— terminó de decir el alfa rompiendo el silencio incómodo entre ambos, haciendo que el omega dejara de comer.

— Mi nombre es Kim Taehyung y tengo 21 años, si no me he presentado se debe a que debido a los acontecimientos que hemos vivido en menos de 72 horas tampoco nos ha dado tiempo a tomar un café y conocernos mejor—dijo en un tono sarcástico que no fue muy del agrado del mayor; el cual lo miraba algo serio por su tono imprudente y despreocupado— creo que debería irme ya van a ser cuatro días sin estar en mi casa y aunque creas que solo soy un juguete con el que pasar el rato tengo que volver a mi vida.
Tae comienza a incorporarse cuando es detenido nuevamente por el pelinegro quien agarra de la cintura acercándolo más a él.

— ¿Dónde vas?— dice con un tono más ronco del normal, el cual hace que la piel del omega se erice— deberías controlar ese genio, cualquiera podría enfadarse al ver que no te comportas como deberías— dijo el alfa posicionándose encima del omega de mirada desafiante.

—¿No me digas? ¿Y qué pasa si no lo hago?— dijo el rubio con un tono retador— ¿acaso me vas a castigar? ¿o me vas a demostrar como debo comportarme? ¿Tienes miedo de no poder controlarme a tu antojo?— no sabía en qué momento había empezado, pero desafiar al alfa hasta hacerlo descontrolar y luego que lo tome rudamente se había convertido en un juego muy adictivo para Tae

—No juegues con fuego niño, al final te quemaras y te joderé tan mal para que aprendas la lección— dijo el alfa al darse cuenta de las intenciones del chico que tenía debajo suyo.

—¿Y quién dijo que le tenga miedo al fuego?— en ese momento dio la vuelta a la situación haciendo caer sobre la cama al alfa, invirtiendo la posición en la que estaban y una vez encima de este comenzó a mover sus caderas las cuales solo estaban cubiertas por un boxer negro— Ups, creo que he despertado a tu amiguito, antes de irme debería hacerme responsable para demostrar que me porto bien; ¿No crees?— dijo en un tono travieso y burlón por lo que Jungkook apretó el agarre de las caderas ajenas para friccionar más ambos miembros erectos, obteniendo jadeos deseosos del omega.

—Muéstrame bonito si eres tan bueno con esa boquita que habla de más— dijo el pelinegro a lo que Taehyung no esperó más, bajo un poco su cuerpo quedan su cara enfrente del pantalón, abrió la cremallera  y bajó un poco los calzoncillos; ahí pudo apreciar el miembro brillante por el líquido preseminal, tan largo y con ese grosor que hacían que al joven omega se hiciera la boca agua.

Comenzó dando pequeñas lamidas desde la punta hasta la base del miembro como si fuera una piruleta, dejaba pequeños besos y algún que otro leve mordisco en la punta para escuchar los gruñidos del alfa. Aunque su sabor era algo salado, notar esas venas con su lengua le dieron ganas de probar más, por lo que aún sin quitar la vista del alfa empezó a introducirlo lentamente en su boca; era un gran tamaño por lo que difícilmente lo podría en engullir de una, pero quería intentarlo quería sentir todo aquel pene dentro rasgando su garganta, con cada chupada iba obligándose a meterlo cada vez más y más hasta que, con ayuda del mayor, el cual había empezado a sujetar firmemente su cabeza y embestir su boca; lo había introducido entero, sus lágrimas debido al esfuerzo empezaron a caer por sus mejillas rojas por la intromisión, notaba como el miembro cada vez más se iba alargando y ensanchando por lo que en cada embestida, le costaba más trabajo respirar.

El alfa sentía que perdía la cordura con tremenda vista de ese omeguita de pelo rubio lo miraba desafiante mientras engullía todo su miembro y al mismo tiempo movía sus caderas al ritmo de las embestidas contoneándose descaradamente, juraría que si no fuera por su autocontrol ya se habría corrido únicamente con verlo.

Aguantó estoicamente sin correrse, luego de varias rondas de incansable sexo, que sirvieron a su vez de "recordatorio" para que no  tratará de irse, comenzaron a vivir como una pareja conociendo más acerca de Tae, el cual contó como era su vida mientras su padre seguía vivo, como cambió cuando murió y como su abuela trabajó para pagar sus estudios hasta que cayó enferma, como su madre se casó con un hombre que era un bárbaro, como este había intentado múltiples veces abusar de él y como conseguía salvarse, relatos que hacían enfurecer a Jungkook quien le prometía que jamás lo volverían a intentar tocar a menos que él quisiera; después de estos días conocía a Tae mejor que cualquier persona, al chico le gustaba hablar y al alfa le fascinaba escucharlo, él era más callado.

Ya llevaban en esta monotonía dos semanas al completo en las que Jungkook se encargó de pagar el hospital de la abuela de Tae y darle una pequeña paliza al marido de la madre de este, esto no lo supo el omega claro, pues él solo sabía que el alfa era un empresario que estaba de paso, pero debido a un omega muy lindo y coqueto, estaba dispuesto a pasar más tiempo en el país.

Todo era como estar en un sueño para el alfa, pero como en todos los sueños siempre hay que levantarse y esto fue lo que le pasó a Jungkook; aquella tarde recibió la llamada que lo hizo volver a la realidad.

Su mujer lo llamó, esos días se había sentido con malestar y tras pasar el celo del alfa juntos se dió el gran milagro de que estaba esperando un bebé, el primer primogénito del matrimonio por lo que ella le exigía que volviera de inmediato. Esa noticia fue un jarro de agua fría para él, pero debía volver, como seguiría ignorándola y más ahora que estaba esperando a su hijo. Pidió que empacaran su equipaje para partir en la madrugada, no sería un viaje corto pero cuanto antes volviera mejor para todos y menor sería el berrinche de la omega caprichosa, además el embarazo le daba la excusa para no tocarla en un largo período, esto también le facilitaba las cosas porque tras estar con el omega que se encontraba descansando en el sofá de su sala de estar con tan solo una camisa negra suya después de haber pasado la mañana de rodillas, chupando su miembro mientras él trabajaba, para ayudarlo a relajarse y luego de una excelente mamada habían terminado haciéndolo en el sofá dejando de lado el trabajo del alfa para amarse mutuamente.

Lo cargó al coche una vez que el equipaje fue subido y su amigo Hobi fue avisado del regreso repentino.

Tae abría los ojos en la cama aunque no reconocía donde estaba, seguro era otra de las habitaciones de la gran casa, pero el techo y las ventanas lo hicieron ponerse en pie y ver por la ventana extraña que no tenía picaporte para abrirla; lo que vio hizo que se sintiera mareado, comenzó a tratar de salir ya que sentía estar en una broma pesada de mal gusto.

Chocó con el alfa el cual trató de calmarlo antes de explicarle que fue lo que pasó.

Mientras el omega trataba de calmar esa crisis de ansiedad que se le presentaba ante la situación irreal que estaba viviendo, el alfa le dio una pastilla para dormir la cual aceptó de buena gana pues no salia de su trance, pasó todo el viaje dormido por lo que no supo donde llegaba; tampoco supo el incidente que se ocasionó mientras él dormía; para la mala suerte de Jungkook, cuando el bajaba del avión privado con el omega en brazos, su esposa lo esperaba para darle una bienvenida; le cayó como agua fría el ver a su esposo con un omega en brazos de manera tan cariñosa, por lo que se acercó y  trató de tirarlo al suelo, algo que evitó el alfa dejándolo dentro del auto y dándole las indicaciones al conductor para que lo lleve lejos de lo que se convertiría en uno de los grandes terrenos de batalla con la omega; de esto no supo nada Taehyung  cuando despertó, le dolía todo el cuerpo pero no recordaba nada.

Creyó haber tenido un mal sueño en el que estaba en un avión, el malestar que sentía sería de las rondas incansables de sexo que tenía con aquel alfa que, además de estar bien dotado, parecía una bestia incansable cuando empezaban.

Bajó como normalmente hacía a comer algo, su estómago rugía por algo que llevarse a la boca, la casa la sentía algo solitaria y silenciosa además de notar algunos cambios, pues tanto el suelo, las paredes y la distribución de la casa les resultaban algo cambiados pero creía que se debía al malestar que se había presentado al levantarse.

Aunque busco por toda en la casa, la cual le resultaba algo vacía y extrañamente desconocida, no encontró al alfa; cansado de buscarlo, decidió distraerse mientras que miraba una película en la televisión, para su mala suerte solo encontraba canales en coreano, sabía que el alfa pelinegro era coreano pero antes podía encontrar algún que otro canal en inglés, por lo que ya cansado dejó una película mientras que se dormía en el sofá tapado con una manta para no seguir sintiéndose frío, que para la fecha era extraño.

Despertó cuando empezó a escuchar unos gritos seguía algo mareado y desubicado todavía, pero salió a la puerta de la entrada, en esta que estaba una mujer gritando diciendo palabras que duras penas he podido entender; su abuela le había enseñado algo de coreano pero era algo extraño para él, además debido a las mofas de sus compañeros decidió no aprenderlo.

La mujer, en cuanto lo distinguió fue directo hacia él hecha una furia y lo empezó a golpear, varios guardaespaldas trataron de alejarla y, en un mal movimiento, ella cayó al suelo; aunque su caída no había sido para tanto, esta fue vista por el alfa que acababa de llegar y que corrió inmediatamente preocupado por su esposa. Ella sin perder el tiempo acusó al omega de tratar de asesinar a su hijo, Jungkook se acercó enfadado al joven omega y le propinó una bofetada; acto seguido llevo en brazos a la mujer hasta su coche y se fueron.

Tae está desconcertado, no entendía que había pasado, él no había querido tirar a la mujer; pero ese comportamiento de jungkook y sobre todo el hecho de que lo había golpeado. Él nunca se había atrevido a tanto, es más no se conocían lo suficiente para que pensara que lo hizo apropósito, no lo había escuchado y ni tan siquiera le pidió una explicación; lo único que había hecho era preocuparse por esa mujer, no sabía quién era, no sabía que estaba pasando por lo que tras esperar el regreso del alfa por dos horas en el porche, decidió entrar a casa sintiéndose apenado, notaba como su lobo interno estaba llorando y como su parte humana también; quería hacerlo pero tenían que mantenerse, no podía llorar por alguien que había conocido en tan poco tiempo. Decidió vestirse e irse, podía llegar a su casa; a lo mejor su madre no lo había echado tanto en falta, es verdad que desde hace casi tres semanas que no para en su casa, pero igualmente su madre tampoco lo hacía, el trabajo y su marido la mantenían absorbida y seguramente no se habrá dado cuenta de su presencia. Cuando intentó salir los guardias lo retuvieron, hicieron que retrocedieran y que volviera a entrar; cerraron la puerta, no dejaban que saliera y solo le molestaba muchísimo ya que no entendía porqué, si había encontrado a otra mega y encima de eso lo había golpeado, para que lo quería, para qué seguir reteniéndolo en su casa.

No paraba de pensar que esa no era la misma casa donde había estado las semanas anteriores, habían cosas diferentes, además la gente iba muy abrigada, algo no cuadraba, quería saber que era lo que ocurría, se dirigió otra vez arriba y empezó a buscar en el armario; lo se movió al completo hasta que dio con lo que aquella cajita donde había guardado su teléfono, lo encendió y decidió llamar a su amigo Jimin, debía saber algo su pareja, debía de conocer bien al hombre para el que estuvo bailando en el privado.

Decidido a llamar tomó su teléfono, pero escuchaba algo que no dejó anonadado, la voz antes de llamar que salió  lo dejó perplejo; esta voz decía llamada internacional a Estados Unidos, esas fueron las palabras que hicieron que su mundo girada prácticamente de 360°, deseaba que todo hubiera sido una pesadilla, el no había podido viajar y mucho menos encontrarse en un país extraño al suyo. Bajó corriendo y empezó a cambiar por todos los canales, no encontró ninguno nacional de Estados Unidos. Todos los canales eran coreanos y muchos de ellos ni los conocían, pero nunca los había visto en su país. Debía salir de ahí de alguna forma; ya habían pasado diez horas desde que el alfa lo había golpeado y se había ido, desde que él había comprendido que se encontraba fuera de su país y en resumidas cuentas, que estaba secuestrado.

Cuando se abrieron las puertas de un solo golpe, entró hecho una furia, sus ojos estaban rojos; lo agarró por el cuello y lo estampó contra la pared.

— Estaba embarazada maldito imbécil, has matado a mi hijo— esas fueron las palabras que salieron y que duras penas pudo entender el omega rubio, sentía que el agarre era tan fuerte que le faltaba la respiración, trataba de quitar esas manos que lo habían hecho de disfrutar anteriormente y ahora trataban de quitarle la vida. Lo lanzó al suelo Tae  trató de luchar con sus pocas fuerzas y poder huir de esa bestia de alfa, pero todo fue inútil, el alfa lo agarró del tobillo y tiró de él cómo si se tratara de un muñeco, hasta que lo cargó como si fuera un costal para luego lanzarlo bruscamente contra la cama; ahí el omega empezó a entrar en pánico, aquel alfa cariñoso que conoció en Estados Unidos ya no estaba y el alfa que lo miraba daba miedo solo de pensar en lo que le podría hacer, nunca la había visto así.

Era cierto que no la conocía, como es posible que el hombre que prometía cuidarlo en su momento lo estuviera ahora maltratando.
Trataba de alejarse del alfa, pero cuanto más luchaba más soltarse del agarre más fuerte y pesado se volvía, hasta que comenzaron a caer bofetadas y puñetazos por todo su cuerpo, sentía como salía la sangre a cada golpe del alfa, sentía su cuerpo debilitarse más y más; y como, al mismo tiempo, perdía cada una de sus prendas.

— Solo eres bueno abriendo las piernas, te metiste en mi vida y te encargaste de dañarla, has matado a mi hijo, eres una maldita zorra— todas esas palabras mal hirientes unidas a los golpes no cesaban, sintió que sus súplicas no eran escuchadas.

¿Como que le había entregado todas sus primeras veces al alfa?, ese mismo que se encontraba encima suyo marcando su cuerpo y ultrajándolo haciendo que nuevamente sienta asco por sí mismo.

Taehyung sentía en cada estocada que la vida se le iba, aquello que compartieron Estados Unidos no era lo mismo que estaban compartiendo en Corea; todo él se sentía sucio, tenía ganas de morir.
Por su parte Jungkook lo vistió, sin limpiarlo,  solo lo vistió rápido y lo subió un coche. El pequeño omega  se sentía un títere no respondía nada, ni decía nada; estaba en un trance mental del que sentía que no podía salir, entonces el auto se detuvo; era un lugar abandonado, un lugar muy diferente a lo que podía conocer.

El alfa lo sacó a la fuerza del coche con una pequeña maleta de la que no sabía lo que portaba y le dio un sobre lleno de dinero.

— No quiero volver a verte en mi vida, eres una maldita zorra que únicamente ha venido a arruinarme,pero no voy a permitir que trates de dañar mi matrimonio— fueron las últimas palabras de Jungkook antes de subir otra vez al coche y alejarse.

Esa noche la luna desapareció para Taehyung, sintió su corazón romperse mil pedazos. Se encontraron un país extranjero, a duras penas conocía el idioma y sobre todo, no tenía donde ir, solo dinero y nada más.

Esa misma noche se prometió nunca más volverá a dar su corazón, esa noche murió el omega dulce e ingenuo y nació un ser más fuerte que únicamente se valdría por sí mismo para poder sobrevivir, ya no pensaría en nadie más y, mucho menos, volvería a confiar en algún alfa que se le acerque; todos era igual de repugnantes y mentirosos para él como aquel alfa pelinegro que no había abandonado.

Dos años, 24 meses, 730 días, 17520 horas, 1051200 minutos, 63072000 segundos; es tan volátil el tiempo para todos menos para Jungkook, su tiempo se detuvo desde el día que tiró a Tae, cada segundo era una bala que se le clavaba en el pecho; pero tuvo que hacerlo, aún en contra de sus verdaderos sentimientos.

Se podría decir que su razón fue la  más ávara que en la vida había tenido, la pérdida de todo; cuando llegaron al hospital el médico avisó del repentino aborto, el alfa se culpaba por lo ocurrido pero lo que no sabia era que en los planes de Jinan todo estaba tomando forma; en ese momento ella le pidió el divorcio, amenazándolo con destruir todo lo que había construido sacarlo de la mafia e incluso atentar contra el pequeño omega si no se deshacía de él y nunca más lo volví a ver, era una jugada maestra la que llevó acabo, dándole a elegir entre segur con ella o destruir todo por lo que habia trabajado duramente y la vida del omega.

Ella quería que Tae pagara por la muerte de su hijo por lo que mandaría a golpear aunque Jungkook hubiera aceptado dejarlo, por lo que él mismo se ofreció a hacerlo para asegurarse de que no lo maten, durante todo el calvario que le hizo pasar al omega rubio en aquella habitación, Jinan los vigilaba regodeándose por su victoria.

Desde ese día la vida de Jungkook fue un auténtico martirio, trató de encontrarlo muchas veces sin éxito pero no desistía, en sus escapadas dentro del país solía buscar pistas de él. Por la pareja de su socio, Jimin, supo que no volvió a Estados Unidos; algo que lo aliviaba ya que no estaba con su madre, él se encargaba de los gastos de la abuela de Tae, a la cual trajo a Corea con la esperanza de conseguir que él pudiera verla.

No había pasado un día en el que no pensara en el omega rubio de ojos color miel y apariencia dulce, se sentía una mierda pero todo lo que hizo fue por una razón necesaria, él hubiera dado su vida con tal de que su esposa no le hiciera daño a su amado omega. Ya había pasado bastante tiempo y no encontraba ni un solo rastro de su paradero, había buscado por hospitales, hoteles e incluso por algún que otro prostíbulo, ya que siendo un omega y encontrándose en aquellas condiciones por esa zona, era muy posiblemente que cualquier proxeneta lo hubiera obligado a prostituirse en el peor de los casos,pero aun así a día de hoy era como si se lo hubiera tragado la tierra ya que no había un solo rastro de su omega.

No volvió a tener hijos, es más, jamás lo intentó; lo único que mantenía era la fachada de llevar un matrimonio normal, mientras que en las noches se la pasaba bebiendo por el recuerdo de aquel omega que se llevó su corazón, nunca quiso volver a tener alguna compañía esporádica ni encuentros casuales como antiguamente, además, en sus celos se encerraba en una cabaña solitaria donde consumía supresores mientras bebía.

Su lobo interno se encontraba en depresión, por lo que no quería que estuviera con nadie o tocara otro cuerpo que no fuera el de su lindo omega rubio.

Por su lado, la vida de Tae no había sido nada de color de rosas; pero últimamente le estaba sonriendo la suerte, cuando ese alfa se fue a toda prisa; él a duras penas pudo llegar a un hotel cercano y alquilar una habitación para un par de días, quería volver su país, no era su  entorno, no tenía a nadie.

Como pudo se comunicó con su mejor amigo Jimin, le contó entre sollozos que era lo que había pasado y también le rogó encarecidamente que jamás le contara a Jungkook acerca de él o su paradero, no quería volver a saber de ese alfa que tanto lo habia dañado.

Con ayuda de Jimin y Yoongi consiguió trabajo en uno de los locales que ellos tenían ahí, no era un night club está vez, era una pequeña cafetería propiedad de Jin, el primo de Yoongi, y su marido Namjoon; ellos lo acogieron como si fuera hijo, lo ayudaron a curar sus heridas tanto las físicas como las mentales y sobre todo fueron un gran apoyo en el momento en el que descubrió su embarazo.

Los meses pasaban y el matrimonio Kim se había convertido en el gran apoyo tanto emocional como económico del joven omega, él continúo con sus estudios al mismo tiempo que cuidaba a su hijo el pequeño Yeonjun, ese pequeño niño era la viva imagen de su padre alfa, pero esa nunca lo sabría pues Tae había prometido que jamás volvería a saber o a ver aquel hombre que había dañado su vida y le había arrebatado hasta de ganas de vivir.

Debido a que había entrado de manera ilegal al país,no podía estudiar o  darle una educación a su hijo, por ese motivo el matrimonio Kim lo había adoptado como hijo, de esa manera él había pasado a ser su hijo y el pequeño su nieto.

La vida le había comenzado a sonreír un poco, en el día mientras su hijo se encontraba en la guardería él estudiaba y en las tardes dejaba a su hijo con Jin, él cual lo cuidaba como si fuera su nieto, y mientras tanto él ayudaba en la cafetería; luego, en la noche recogía a su hijo y volvían a su hogar, él realizaba sus trabajos y proyectos para la universidad mientras su hijo dormía plácidamente. Su vida era algo sacrificada pero estaba a gusto porque sabía que todo esfuerzo tendría su recompensa, podria disfrutar de su pequeño más adelante cuando ya estuviera establecido con un trabajo y una casa popia.

En poco tiempo, todo se iba encaminando hacia su objetivo debido a lo aplicado que era Taehyung consiguió adelantar algunas asignaturas de otros años por lo que con gran esfuerzo su graduación llegaría muy pronto; decidido a esto había empezado a buscar diversos lugares donde poder realizar sus pasantías, tenía buen manejo con los idiomas además de contar con las recomendaciones de sus profesores.

Ya estaba realizando sus prácticas en una empresa que se encargaba de la realización de eventos, él era el responsable de encontrar los establecimientos y del diseño de las decoraciones según las exigencias del cliente, la temática de la fiesta y el espacio, por lo que alguna que otra vez tenía que asistir a diversas celebraciones en la noche, está de cara al público y esperar a que estas terminen para que todo quede como el inicio de su contratación, era un trabajo bastante agotador y exigente que le consumía mucho tiempo, pero sabía que si todo resultaba bien, en un par de años podría dedicarle más tiempo a su hijo.

Estaba en una celebración, era por el cincuenta aniversario de una empresa tecnológica Wang; no prestaba mucha atención, está observando que cada uno de los detalles estuviera bien cuando sintió ese aroma, uno que podría identificar entre todos, uno que lo hizo poner alerta y erizar su piel, aquel aroma por el que hace dos años hubiera dado todo; el problema era que ahora solo le traía malos recuerdos. Tae sabía que ese alfa estaba ahí, por lo que trato de ocultarse y monitorizar todo el trabajo desde la sala de vigilancia, ahí sería su nuevo escondite, una vez que acabara el evento solo tendría que salir y supervisar el trabajo de los demás, nadie lo notaría ya que a él le gustaba pasar desapercibido.

Cuando terminó la celebración y, ya todos los invitados habían salido, volvió a la sala y supervisó todo el trabajo de recogida; regresó a su casa, estaba exhausto y no tenía ganas de nada más que ver a su hijo y descansar.

No pudo dormir del todo, estaba preocupado por haber estado muy cerca de Jungkook;pero por suerte no se encontraron, estaba satisfecho por eso. Al día siguiente iba a tener tiempo libre por lo que pasaría todo el día con su pequeño, irían al parque de atracciones a disfrutar de los momentos que tenían juntos.
Esa semana en particular la sentía extraña, aunque había seguido todo con normalidad tenía la sensación de ser vigilado, no sabía el porqué pero mirara donde mirara no había nadie, aunque sentía que observaban cada paso suyo; había cambiado de ruta para volver a su casa, para ir al trabajo e incluso para la universidad; pero seguía sintiendo que alguien lo observaba.

No muy lejos de la realidad, porque aunque el pequeño omega había creído que consiguió solventar el problema de que el alfa lo encontraba había sido todo lo contrario, el alfa había detectado su aroma por toda la sala de la fiesta, había sido de los últimos invitados en irse o más bien el único invitado que se quedó, esperó hasta que lo vio aparecer; esa esbelta figura la cual se veía algo madura, pero igualmente deslumbrante y cautivadora. Lo había seguido hasta su casa y lo vio entrar; había esperado toda la noche vigilando para no perder su rastro; al día siguiente lo vio salir con un niño, lo cual le destrozó el corazón porque había pensado que ya había encontrado otro alfa y tenía una vida resuelta con otra persona que no era él.

Su sorpresa fue mayor al observar más de cerca al niño, era su vivo retrato; en ese momento todo se paralizó, era su hijo como había sido tan estúpido de creer que lo había olvidado; él era el padre de ese pequeño; sin embargo sintió su corazón doler debido a que no pudo disfrutar de verlo nacer, sus primeros años de vida o sus primeros pasos. ¿Como era posible eso?, bueno todo tenía un porqué y claro que era posible, todo por su maldita estupidez y por caer ante los chantajes de la que aún era su esposa.

Durante una semana completa lo había seguido sigilosamente tratando de no ser descubierto, había estudiado todo hasta el más mínimo detalle; sabía que las personas con quien trabaja, su pasado sus historiales médicos, policiales, etc..., conocía al detalle lo que había ocurrido con su vida durante los dos años en los que estuvieron separados,  la adopción por parte de los Kim, razón por la cual él no lo pudo encontrar dentro de los registros extranjeros, cuántos años tenía su hijo, donde estudiaba; en definitiva, conocía cada segundo de vida de Taehyung y de su hijo.

El detonante para que él se presente en la noche mientras dormían en la casa del omega y se los lleve fue un alfa del trabajo de Taehyung, el cual había comenzado a pretenderlo dejándole todos los días una nota el parabrisas de su coche, la cual el mismo alfa se encargaba de romper con el paso del día las notas se convirtieron en flores y bombones, las cuales se las entregaba directamente al mismo Omega para que no hubiera ninguna desaparición de estos y ese día le había pedido una cita; pero debido a que el hijo de este se encontraba enfermo la había tenido que declinarla, posponiéndola aún cuando Tae no tenía mucha interés en salir con nadie; pero había aceptado de buena gana la invitación, creía que debía de rehacer su vida y darse oportunidad, como le había aconsejado Jin, para no estar solo.

Eso acabó con la poca paciencia de Jungkook, por eso se llevó a una de sus propiedades al omega y a su hijo; tenía una vigilancia suficiente para que nadie pudieran escapar o entrar de allí, se encargaría de hacer entrar en razón al omega para que se quedara a su lado, para que siguiera en le sitio que le correspondía y del cual nunca debió echarlo por la loca de su todavía esposa, nadie podría encontrarlo, así de esa forma jamás podrían hacerles daño; lo único que quería el alfa pelinegro era poder disfrutar de su hijo y su omega.

Cuando Tae despertó se asustó, no reconocía el lugar dónde estaba, se encontraba algo perdido, no sabía donde se encontraba su hijo, daba vueltas por la cama, intentando levantarse pero se sentía mareado; aún así torpemente llegó a la puerta y salió intentando buscar ayuda.

Estaba en una casa que no reconocía, no era su casa; buscó por todas las habitaciones del segundo piso pero no encontraba a su hijo.

Rápidamente bajó y ahí pudo verlo,  su hijo estaba jugando con un hombre, no entendía nada se acercó corriendo y agarró su hijo para alejarlo de ese hombre; en ese momento lo vio, era aquel alfa, el mismo de hace dos años, este lo miro y sonrió.

— Buenos días lindo, ¿cómo has amanecido?— las palabras del alfa hicieron que retrocediera tratando de ocultar a su pequeño, no contestó a nada de lo que decía Jungkook,lo único que hizo fue tratar de encontrar en modo de salir corriendo de ahí.

— Tae debemos hablar, por favor— las palabras que salían de la boca del alfa lo hacían en un tono algo desesperado, él notaba por el aroma de la omega que este tenía miedo y estaba enojado— nunca me dijiste que tuvimos un hijo, debemos hablar por favor, llevo dos años buscándote y no sabía nada de tí— decía el alfa en un tono bajo casi susurrando.

Tae sentia miedo e impotencia por las las palabras del alfa, pero a la vez una ira y rencor porque las consideraba hipócritas, estos sentimientos iban hacer que estalle, pero no lo haría mientras estuviera su hijo presente.

El omega subió arriba sin decir nada y dejó a su hijo en una de las habitaciones, cerró la puerta para que no entre el alfa, quién lo seguía de cerca, una vez dentro trató de relajarse para que su hijo no notará su alteración, fuera de la habitación esperaba el alfa a que el omega decidiera salir.

Ya había transcurrido algo de tiempo cuando el omega salió, se dirigió hacia el alfa y le propinó una bofetada dejando salir toda su rabia.

— Te atreves a entrar en mi vida de nuevo, te atreves a tocar a mi hijo; ¿quién te crees para secuestrarnos y traernos aquí encontra de nuestra voluntad?— un furioso omega defendiendo a su hijo; era lo único que podía distinguirse en esta pelea, pues de allí estaba Taehyung tratando de que el alfa no se le acercara, no quería volver a sufrir por él. Cuando ya empezaba a sentir que lo había olvidado, todo se cayó nuevamente en su vida, no podía olvidar el pasado, todo se fue al traste porque nuevamente aparecía ese alfa a desordenar su vida— es mi hijo no te confundas, no es nada  tuyo  Jungkook— iba a darle otra bofetada pero el alfa la detuvo su brazo y lo pegó contra la pared de manera violenta, Jungkook podía ver los ojos azules del omega encolerizado.

— No puedes negarlo, se parece a mí, es mi hijo lo sé y hay  evidencias, fui al hospital donde nació y su edad; también tengo derecho soy su padre y me lo has ocultado durante tanto tiempo— dijo al fin el alfa, al cual las palabras frías y distantes del omega lo enfadaron, no entendía cómo trataba de negar lo evidente si él y su hijo eran como dos gotas de agua.

—Es mi hijo, no es el tuyo no te confundas, ¿quién te crees para volver a mi vida así de repente? ¿quien te ha dado permiso ha quedado volvernos a dañar, a que vuelvas a dañar todo lo que tengo?, no dejaré que te acerques a él, aléjate de nosotros— dijo el omega el cual ya no podía aguantar más un lágrimas y las dejó salir junto a la amargura que sentía por los recuerdos pasados, su estado hizo que el alfa se  diera cuenta de todo lo que había ocasionado en el omega y todo lo que había dejado hace dos años; no podía volver de esa forma, no podía regresar como si nada y hacerles el mismo daño que hace dos años.

— Déjame curar tus heridas, déjame sanar tú dolor y reparar mi falta; por favor si no quieres que esté cerca tuya la entenderé, pero al menos deja que sepa algo de mi hijo, deja que pueda estar con él— dijo casi suplicante el alfa, quien veía la rabia en el omega; pero no estaba dispuesto a perder más tiempo de su hijo.

—Solo quiero ser feliz— era lo único que repetía el omega ya sin fuerzas antes de desmayarse, las emociones fuertes y los cambios de ánimo era algo que no podia tener desde que tuvo a su pequeño ya que estos cambios bruscos lo debilitaban dejándolo en el hospital por varios días.

Sin reacción alguna, el omega estaba en cama, el médico le dijo a Jungkook que se debía a que tuvo un hijo sin ser marcado, su corazón era débil y pasar así tanto tiempo sin alguna marca por parte de algún alfa hacía que su salud empeorara, por eso debía estar calmado y no sufrir alteraciones emocionales.

Jungkook no se alejó de él ni un segundo de él, pasó la semana entera con su hijo y el Omega rubio que parecía no recobrar el sentido.
Comenzó a pedir todos los papeles pertinentes para poder reconocer Yeonjun como su hijo primogénito, averiguó como poder romper su acuerdo matrimonial y todas las consecuencias; tras los acontecimientos pasados empezó a asesorarse para poder alejarse de esa mujer sin tener grandes pérdidas; la familia Wang fue su aliada en su ascenso en la Kkangpae pero no quería que esto fuera para siempre.

Llamó a Hobi para terminar de ver algunos informes de los que necesitaba para llevar a cabo el plan, le haría creer a Jinan que iban a realizar la adopción de Yeonjun para así tener la custodia y cumplir con el primogénito que todos los contratos de la familia Wang le pedían, era lo que le faltaba para conseguir su tan ansiada libertad.

Un mes en cama ya llevaba Tae, lo que le hacía sufrir a Jungkook y a Yeonjun los cuales pasaban todo el tiempo a su lado.

Pero la realidad era que el alfa sentía impotencia, quería que se despertara pronto aunque para que eso ocurriera debía tomar una decisión, esperar que Jinan aceptara adoptar a su cachorro era algo agotador siempre preguntando por el omega que lo habia engendrado; aunque en un principio ocultó que se trataba de Tae un día se le escapó a su pequeño, por lo que le contó la realidad y para su asombro se comportó muy serena aceptando a su hijo y deseando que se recuperara el omega pronto de lo que tuviera. Omitió donde se encontraba y sus verdaderas intenciones.

La omega se comportaba porque ya tenía en mente eliminar a ese omega que ponía sus planes en peligro. Fue fácil quitarlo del medio anteriormente ya que tenía más control en Jungkook, fue fácil pagar al médico para que le hiciera creer que había abortado a su hijo; pero ahora que ella y Felix, su amante, estaban esperando a un niño con el que podrían perfectamente quedarse con todo, no estaba dispuesta a compartirlo con nadie y menos con ese bastardo que le recordaba tanto al alfa.

Descubrir donde se encontraban no fue tarea fácil, pero al final lo consiguió, veía como su esposo pasaba el día y la noche al completo cuidando a ese omega estúpido que no podía moverse, veía lo que gastaba en fisioterapeutas, cuidadores e incluso enfermeras y doctores para que estén al pendiente de su evolución.

Ella solo lo veía tendido en esa cama y cuando lo sacaban a pasear en la silla de ruedas para que tome el sol y el aire puro, esas patrañas la ponían enferma, cuando ella estuvo fingiendo su aborto su querido marido se la pasaba todos los dias fuera bebiendo por ese maldito omega, nunca se preocupó por su salud.

No tenían intimidad ya dentro del matrimonio pero se las había arreglado para hacerle creer en dos ocasiones en estado de embriaguez habían pasado la noche juntos; esa era la estrategia perfecta para cargarle a su hijo.

Como un día normal ella seguía vigilando poco movimiento dentro de la casa aunque si vio llegar al médico un par de veces, le fastidiaba saber que su marido estaba enredándose con un vegetal que próximamente estaría muerto, cuando fue el incidente del avión se dio cuenta que él no la amaba pero como fue su capricho tenerlo por encima de todo y su padre cedió ante el pedido, obligando a Jungkook a casarse.

Sus infidelidades las sabía, incluso se las dejaba pasar pues no era nada del otro mundo además que ella también las tenía pero verlo como estaba con ese omega la hizo irritar tanto que no quería seguir más con ese alfa; todo hubiera acabado en ese momento pero recordaba la mentira que usó para manipular a su esposo y de ahí que no le dejara el camino libre con omega rubio del que se había enamorado; usó todo lo que tenía a su alcance para alejarlos incluso hacer crecer el odio entre ellos.

Decidió que era el momento, entró sigilosamente en la casa y se dirigió a la habitación de Taehyung, solo sería necesario un pinchazo y estaría fuera de su vida, lo vio acostado en la cama como si fuera Blancanieves y a su diestra el vástago  de su marido. Sería la oportunidad perfecta y desharía de ambos para siempre.
Cuando colocó la aguja en el brazo y ya podía saborear el éxito de su plan; sintió una mano que agarró su brazo y de la impresión soltó la jeringuilla dejándola  caer al suelo, se estaba incorporando el omega rubio no comprendía cómo se había levantado pero debía acabar con él lo antes posible por eso se lanzó desesperadamente a conseguir la jeringuilla nuevamente para volver a clavársela, no dejaría que un estúpido rompiera sus planes, ya quedaba nada para que su vida mejorara lejos de el idiota alfa con el que estaba casada.

Aunque nadie lo sabía, Tae llevaba despierto ya dos semanas, pero nadie supo debido a que consiguió el apoyo tanto de las enfermeras como el doctor, estos le ayudaron a ocultar su recuperación para poder huir lejos del alfa; ¿a que se debió esta recuperación? Todo gracias a Jungkook, quién lo marcó en su celo pasado; estaba ebrio por lo que llevó a cabo una de las alternativas dadas por el médico, clavó sus colmillos en el omega marcándolo, este despertó por el dolor de la mordida y con un Jungkook ebrio, tuvo relaciones volviendo a entregarse al alfa en cuerpo y alma; al día, por el esfuerzo de una noche llena de lujuria y pasión durmió hasta bastante tarde, cuando abrió los ojos el alfa se encontraba hablando por teléfono y esa conversación que escuchó entre Jungkook y Hobi en la que decía que ya estaban listos los papeles de adopción de su hijo, lo hicieron enfadar mucho más de lo que estaba con el alfa, ese idiota entregaría a una loca cómo era la esposa de ese alfa a su hijo; eso no lo permitiría por lo que estaba trazando un plan para que huir a lo que se sumó el nuevo embarazo que le dieron más razones para huir de ahí, todo estaba bien ideado solo tenía que esperar dos días más para ser libre, pero llegó la imprevisto esa mujer intentar matarlo, tanto él como a su cachorro, aunque no sabía que intenciones tenía en un principio, comprendió que  los iba a matar al ver la jeringuilla en su brazo, por lo que tuvo que levantarse rápidamente y tomar su hijo para correr escaleras abajo y empezar a gritar para que los guardias salieran y pudieran arrestarla a la omega.

Aprovechó el revuelo para  escapar con su hijo aunque lastimosamente cuando estaba por conseguirlo, tropezó con alguien, se trataba de Jungkook, el alfa  había llegado tras la llamada de los guardias.
Al verlo parado enfrente de él corrió abrazarlo, cómo extrañaba tanto tenerlo en sus brazos verlo con vida y sobre todo estar para su hijo, él daría todo para que estuvieran juntos como una familia.
Tae se asustó al verlo delante suyo, trató de salir corriendo en dirección contraria pero ya era tarde, unos brazos lo estaban agarrando

— No sabes cuánto falta me hacías, te he extrañado tanto, cada día que estabas en esa cama era un día de agonía para mí— decía en un un tono lastimero el alfa; aunque el omega sí lo sabía, porque lo había escuchado mientras fingía no despertar, el alfa solamente lo cuidaba, le rogaba y  pedia que volviera a la vida; pero tenía muy claro que no quería que sus hijos sufrieran ese mundo del alfa y mucho menos que se los arrebatara.

— Aléjate de mí, no sé quién eres, suéltame, deja que me vaya, quiero irme con mi hijo— trata de fingir algo de amnesia, pero sabía que no iba a servir de nada, pues ¿como podía recordar a su hijo y no recordarlo a él?, era algo tonto pero tenía que probar, no se daría por vencido sin pelear ya que había mucho en juego para el omega.

— No, Tae amor mío, por favor escúchame, deja que me explique, deja que te explique todo lo que ha ocurrido, por favor— decía el alfa tratando de contener al omega que pataleaba entre sus brazos por liberarse.

— ¿Que me vas a explicar Jungkook?, no has hecho firme esa loca los papeles para que adopte a mi hijo mientras yo no podía despertar por tú culpa, tan siquiera pensaste que iba a aceptar que mi hijo se quede contigo después de descubrir todo lo que ocultas después de que me volvieras a mi vida y nos secuestraras, no entiendes esto, estás mal, suéltame, no quiero saber de ti, aléjate de mí— el omega seguía luchando por tratar de liberarse del alfa.

— Por favor te lo juro, escúchame, no quiero que te alejes, todo tiene una explicación; debes entenderme, tenía que hacerlo para poder estar contigo y con nuestro hijo, por favor— decía desesperadamente el alfa, que ya se encontraba que ya se encontraba de rodillas suplicando, esto hizo que el omega parara sus intentos de soltarse, que se sintiera mal por no haberle dicho que había despertado; sentía que se derretía por aquella parte tierna del alfa, podrían ser las hormonas, que en su estado le estaba afectando; pero moría por seguir en esos días en los que fingía no despertar, seguir viéndolo llegar por las noches, sentir sus brazos alrededor de su cintura, aspirar su aroma para poder dormir tranquilo y sentir como acariciaba su cabello y lo besaba; incluso como hacía planes de una vida futura de ellos dos y su cachorro.

— Levántate del suelo por favor, levántate; todos tus hombres te están mirando, por favor— rogó Tae.

— Me da igual, el único que importa eres tú y hasta que no reciba tu perdón, no me levantaré; si hace falta estaré aquí esperándolo día y noche a la intemperie. Lo único que necesito es que me perdones— decía el alfa aferrándose a las piernas del chico rubio.

— De acuerdo, te perdono. Pero por favor, levántate— decía Tae intentando levantar alfa, el cual parecía un peso muerto en el suelo.

— Gracias amor mío— dijo jungkook levantando a Tae en el aire y besándolo de imprevisto; ese pequeño beso que significaba mucho para ambos.

Jungkook cargó en brazos a su hijo y caminó de la mano con el Omega, para adentrarse en la casa, en ese momento un hombre se para delante suyo apuntando con un arma, era el amante de Jinan, el cual estaba esperando su amada en el coche para partir; pero tras oír las sirenas adentrarse en la finca decidió entrar viendo cómo se llevaban arrestada a su amada; enfurecido por esto decidió eliminarlos a ambos él mismo por arruinar sus planes codiciosos.
Jungkook fue el primero en verlo con la pistola en las manos apuntándolos, por lo que le entregó en brazos Yeonjun a Tae y los resguardó ambos usando su cuerpo de escudo, recibiendo ambas balas en el pecho; los hombres consiguieron detenerlo y quitarle el arma antes de que volviera a intentar disparar al omega.

Jungkook estaba desplomado en el suelo y Taehyung lo tenía entre sus brazos, el omega lloraba desconsoladamente, completamente desesperado pidiendo ayuda y que llegara la ambulancia pronto.

— No me puedes dejar, no ahora que he decidido perdonarte; por favor Jungkook, yo te necesito Yeonjun te necesita, nuestro pequeño que aún no nace te necesita; por favor vuelve con nosotros— decía Tae hecho un mar de lágrimas sujetando el rostro de su amado alfa.

Ante las palabras del omega, Jungkook abrió los ojos casi saliéndose de estos de la órbitas, siempre por precaución llevaba un chalecos antibalas; ya que sabía que su vida siempre estaba en juego, le sobraban enemigos y era mejor ser precavido.
Se incorporó de una sola por la noticia viendo como su omega seguía  llorando desconsoladamente sin percatarse de nada, abrazó por la alegría del momento a un desconcertando omega, que ya lo daba por muerto;  el omega cuando se dio cuenta de que no había sido ni tan siquiera lastimado, le propinó a varios golpes en el pecho por haberlo asustado.

Se abrazaron y se besaron apasionadamente esta sería una de muchas de las aventuras que les contarían a sus hijos y a sus futuros nietos, de cómo el destino se encargó de unirlos y aunque no todo fueron risas así que hubo un final feliz para ambos.

//Para mí antagonista, gracias por no creer en los finales felices; me das muchas alegrías y me ayudas en mis malos momentos.//

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