🗡️ . • . revelations, death and revenge ✦



SLAVE
capítulo seis





Roma. 196 d. C

La luz de la mañana se filtraba débilmente a través de las cortinas pesadas. Austros había despertado hace unos minutos, sintiendo el peso de una mirada sobre él. Encontró a Geta de pie junto a la ventana, ya vestido con una túnica ligera, sus brazos cruzados mientras observaba algo en la distancia.

━━━━Siempre te levantas tan temprano, ¿no? ━━━━dijo Austros, sentándose en la cama y estirándose.

Geta se volvió hacia él, su expresión serena pero distante.
━━━━Los hombres que duermen demasiado son los que pierden todo lo que han ganado ━━━━respondió con un tono casual, aunque había un ligero destello en su mirada que traicionaba algo más.

Austros rodó los ojos, pasando una mano por su cabello desordenado.
━━━━¿Siempre tienes que sonar como si estuvieras dando un discurso?

Geta esbozó una media sonrisa y se acercó a la cama, sentándose al borde.
━━━━¿Y tú siempre tienes que cuestionarlo todo?

Austros se inclinó hacia atrás, apoyándose en sus codos mientras lo observaba.

━━━━Tal vez. Es difícil no hacerlo cuando uno se despierta en la cama de su dueño.

El emperador dejó escapar una leve risa, seca pero no despectiva.
━━━━Esa es una forma de verlo. Aunque no creo que alguien más haya tenido el privilegio de estar aquí.

━━━━¿"Privilegio"? ━━━━replicó Austros con una sonrisa irónica.

━━━━Llámalo como quieras ━━━━contestó Geta, apoyando un codo en su rodilla y mirándolo directamente━━━━. Pero no cualquiera puede compartir este espacio conmigo. Ademas, ambos sabemos que te encanta.

Austros desvió la mirada, incómodo por el peso de las palabras. Y por la razón que había en ellas.
━━━━Aún así... No entiendo por qué harías eso. Ya tienes todo. ¿Qué importancia ves en mi?

Geta lo observó en silencio durante un momento antes de responder.
━━━━Quizás más de la que tú crees.

Austros se inclinó hacia adelante, apoyando los brazos en sus piernas, intentando cambiar el tema.
━━━━¿Qué planeas hoy?

Geta se mantuvo en su lugar, ajustándose la túnica.
━━━━Entrenarás. Como siempre. Pero hoy quiero que te concentres. Habrá otra exhibición pronto, y quiero que estés listo.━━━━ dijo con suavidad. Austros asintió. Geta entonces, tomó un mechón de su cabello y comenzó a trenzarlo delicadamente.

Luego, se quedó observando su cabello rubio , jugando con con sus manos como si dudara en marcharse. La tenue luz de la mañana daba un tono cálido a su expresión, más suave de lo que Austros estaba acostumbrado. El gladiador observaba las facciones de Geta con detenimiento, era pálido, tanto como las nubes, y, alejado de la figura autoritaria que solía mostrar, sus ojos color miel estaban sin maquillaje, y sus cabellos rojizos ligeramente despeinados.

━━━━¿Qué piensas cuando estás aquí? ━━━━preguntó de repente, rompiendo el silencio.

Austros lo miró, entrecerrando los ojos, desconfiado del cambio de tono.
━━━━¿Aquí, en esta habitación?

━━━━Sí. En esta habitación, conmigo. ━━━━Geta se cruzó de brazos, soltando su cabello, estudiándolo como si buscara algo más allá de las palabras.

Austros se encogió de hombros, intentando aparentar indiferencia.
━━━━ Difruto pasar tiempo contigo, eso es verdad, pero eso no quita el hecho de que estoy atrapado. Que no hay mucha diferencia entre esta cama y una celda.

Geta frunció el ceño, como si las palabras lo hubieran herido más de lo que esperaba. Dio un paso adelante, su tono más bajo, casi íntimo.
━━━━¿Y nunca consideraste que aquí podrías ser algo más?

━━━━¿"Algo más"? ━━━━Austros dejó escapar una risa amarga, sentándose más erguido━━━━. Geta, soy tu gladiador. Tu esclavo. Tu propiedad. No hay nada más que eso.

El emperador se inclinó hacia él, sus ojos buscando los de Austros con una intensidad desconcertante.
━━━━Eso es lo que tú crees.

Por un momento, el aire entre ellos pareció cargarse de algo más profundo, algo que ninguno de los dos estaba dispuesto a nombrar. Geta extendió una mano y rozó, nuevamente, ligeramente el cabello rubio de Austros, algo que podría haber parecido un gesto casual, pero que en el contexto se sintió deliberado.

━━━━¿Sabes? La primera vez que te vi, me fascinó tu cabello━━━━dijo Geta, como si estuviera hablando consigo mismo más que con Austros━━━━. Es tan... distinto.

Austros entrecerró los ojos, confundido por el cambio de tema.
━━━━¿Y qué tiene que ver mi cabello?

━━━━Todo. ━━━━Geta dejó caer la mano, aunque su mirada no vaciló━━━━. Me recuerda que no eres como los demás. Que siempre fuiste diferente.

━━━━Diferente no significa libre ━━━━respondió Austros con frialdad, aunque su tono carecía del filo habitual.

Geta esbozó una leve sonrisa, una que parecía casi resignada.
━━━━No, pero significa que hay más en ti de lo que crees.

Austros lo observó, intentando descifrar las palabras, pero antes de que pudiera responder, Geta se enderezó, levantándose de la cama, adoptando de nuevo su habitual porte imperial.

━━━━Prepárate. Nos veremos más tarde. ━━━━Y con eso, salió de la habitación, dejando a Austros con más preguntas que respuestas.





El rugido de la multitud llenaba el Coliseo, un estruendo ensordecedor que vibraba en los huesos de todos los presentes.
Austros ajustó su empuñadura alrededor del gladio en su mano derecha, echando un vistazo a Marco, que estaba a su lado.
Ambos estaban cubiertos por ligeras armaduras de cuero y bronce, y su respiración era sincronizada, como si sus años de entrenamiento juntos hubieran conectado sus mentes.
Frente a ellos, dos gladiadores gigantes aguardaban, con músculos que parecían esculpidos en piedra y miradas cargadas de sed de sangre. Las lanzas que portaban brillaban a la luz del sol, y su postura dejaba claro que no iban a ser presas fáciles.

Desde el palco imperial, Geta observaba con una mezcla de orgullo y expectativa. A su lado, Caracalla se inclinó ligeramente hacia adelante, con una expresión inescrutable. Sus ojos, sin embargo, no estaban puestos en los oponentes, sino en Austros y Marco, estudiándolos con una intensidad que sugería algo más que simple interés por el combate.

━━━━ ¿Listo para esto? ━━━━preguntó Marco, con una sonrisa que intentaba ocultar su nerviosismo.

━━━━ ¿Alguna vez no lo estoy? ━━━━ respondió Austros con una mirada firme.

El sonido del cuerno resonó en el aire, señalando el inicio de la batalla. Los gladiadores enemigos se abalanzaron al unísono, coordinados como si fueran una sola bestia de dos cabezas. Austros esquivó la primera estocada de la lanza, girando sobre sus talones mientras Marco bloqueaba el ataque del segundo con su escudo.

La lucha era feroz. Austros avanzó hacia su oponente, lanzando una serie de golpes rápidos que forzaron al gladiador a retroceder.
Cada movimiento era calculado, cada paso una estrategia para exponer una debilidad. Finalmente, vio su oportunidad y lanzó una estocada que atravesó la armadura del enemigo, hundiéndose profundamente en su costado.

━━━━¡Uno menos!━━━━gritó Marco, mientras bloqueaba otra embestida.

Pero su oponente era más ágil, y logró cortarle el brazo con un movimiento rápido. Marco soltó un gruñido de dolor, pero se mantuvo firme.
━━━━¡Resiste!━━━━exclamó Austros, lanzándose al rescate de su amigo.

Con un golpe lateral, desarmó al enemigo y lo forzó a arrodillarse.
La multitud rugió aún más fuerte, coreando el nombre de Austros.
━━━━¡Austros! ¡Austros!

Caracalla, en el palco, apretó los labios. La forma en que el público celebraba a Austros le resultaba insoportable, como si cada grito le recordara lo que no podía tener.

Geta, en cambio, parecía disfrutar del espectáculo. Sus ojos brillaban con orgullo al ver a Austros no solo ganar, sino dominar. Cuando finalmente el último gladiador cayó, herido de muerte por un golpe de Marco, Geta se levantó de su asiento, aplaudiendo con entusiasmo.

Austros y Marco permanecieron en el centro de la arena, bañados en sudor y sangre, pero victoriosos.
Marco, con una sonrisa exhausta, susurró:

━━━━Quizás luchamos por ellos, pero la gloria siempre será nuestra.

Austros asintió, aunque sus ojos buscaron por instinto el palco imperial. Allí estaba Geta, observándolo con una intensidad que prometía mucho más que palabras. Pero justo detrás, la mirada de Caracalla ardía como un fuego oscuro, cargada de celos y resentimiento.




En la penumbra de la sala iluminada solo por las tenues velas, Austros entró con cautela, escoltado por los guardias de Acacio. Había sido despertado a largas horas de la noche, y no había tenido opción de negarse. Sabía que era algo secreto, oculto, porque de otra forma habrían solicitado a Geta que se lo prestasen. Frente a él, Lucilla permanecía de pie, envuelta en una toga que apenas lograba ocultar su nerviosismo. A su lado, Acacio lo observaba con una expresión serena pero calculadora.

━━━━¿Qué es esto? ━━━━preguntó Austros, su voz baja y cargada de desconfianza.

━━━━Queremos hablar contigo ━━━━respondió Lucilla, dando un paso adelante.

Austros frunció el ceño, mirando alrededor como si sospechara una trampa.

━━━━Si es por algún combate o por Geta, saben dónde encontrarme. No entiendo qué hago aquí.

Lucilla respiró profundamente, tomando fuerzas antes de hablar.
━━━━Austros, hay algo importante que debo decirte. Algo que llevo demasiado tiempo callando.

El gladiador la miró con impaciencia.
━━━━Entonces dígalo de una vez.

Lucilla vaciló antes de continuar, sus manos temblorosas aferrándose al borde de su toga.
━━━━Creo... no, estoy segura... de que eres mi hijo.

El silencio cayó sobre la sala como un peso insoportable. Austros parpadeó, atónito, antes de estallar en una carcajada amarga.
━━━━¿Su hijo? Esa es la peor broma que he escuchado en toda mi vida.

━━━━No es una broma ━━━━intervino Acacio, su voz grave llenando el espacio━━━━. Escucha lo que Lucilla tiene que decir.

━━━━¿Por qué debería hacerlo? ━━━━replicó Austros con frialdad, sus ojos clavados en Lucilla━━━━. Esto no tiene sentido.

Lucilla avanzó otro paso, sus ojos llenos de una mezcla de dolor y esperanza. ━━━━Por favor, solo escúchame.

Austros cruzó los brazos, claramente irritado, pero asintió.
━━━━Adelante. Explíqueme cómo es que yo, un esclavo, soy supuestamente su hijo.

Lucilla tragó saliva, su voz temblando mientras comenzaba.
━━━━Hace muchos años, tuve dos hijos, Lucio el mayor. Y un bebé hermoso al que llamé Luca. Pero... las circunstancias de la corte eran complicadas. Cuando Cómodo murió, me lo arrebataron de las manos, me dijeron que había muerto.

Austros alzó una ceja, escéptico.
━━━━¿Y qué tiene que ver eso conmigo?

Lucilla lo miró con intensidad.
━━━━Cuando te vi en el coliseo por primera vez, sentí algo que no puedo explicar. Algo que me recordó a tu padre. Y luego vi la marca en tu muslo, en forma de corazón. Es idéntica a la que tenía mi hijo.

Austros parpadeó, claramente afectado por sus palabras, pero rápidamente recuperó su compostura.
━━━━Eso no prueba nada. Podría ser una coincidencia.

━━━━No lo es. ━━━━insistió Lucilla━━━━. Tu edad, tu apariencia... todo coincide.

━━━━¿Mi apariencia? ━━━━Austros se rió con amargura━━━━. Soy un esclavo, señora. Nada más.

━━━━No lo eres ━━━━intervino Acacio, cruzando los brazos━━━━. Has sido criado como uno, pero tu sangre es noble. Lucilla te lo está diciendo porque mereces la verdad.

Austros negó con la cabeza, dando un paso atrás.
━━━━Esto es una locura.

Lucilla alzó una mano, su voz cargada de emoción.
━━━━Sé que esto es difícil de aceptar, pero no puedo quedarme callada. No después de todo lo que he visto.

El joven gladiador apretó los puños, mirando a ambos con una mezcla de furia y confusión.
━━━━¿Y qué esperan de mí? ¿Que lo acepte y finja que no he pasado toda mi vida luchando y sangrando como un esclavo?

━━━━No espero nada. ━━━━respondió Lucilla, sus ojos brillando con lágrimas contenidas━━━━. Solo quiero que sepas quién eres realmente.

Austros bajó la mirada, su respiración pesada, mientras un torbellino de emociones ocurría en su interior, explotando.
━━━━No sé si puedo creerle.

━━━━No tienes que hacerlo ahora ━━━━dijo Acacio con calma━━━━. Pero piensa en ello. Y recuerda que no estás solo.

Austros no fue muy lejos antes de detenerse en el corredor, apoyando una mano contra la pared de mármol frío. Lucilla, incapaz de contenerse, lo siguió con pasos rápidos, mientras Acacio se quedó en la sala, respetando la privacidad del momento.

━━━━Austros ━━━━llamó Lucilla con suavidad.

Él no se giró de inmediato, pero finalmente se obligó a mirarla, su expresión endurecida, pero sus ojos delatando el mar de emociones que lo consumía.

━━━━¿Qué más quiere? ━━━━preguntó con voz ronca.

Lucilla dio un paso más cerca, sus manos temblorosas extendiéndose hacia él, aunque no se atrevió a tocarlo.

━━━━Sé que esto es mucho, y no espero que me creas de inmediato. Pero quiero que sepas que no tienes que enfrentarlo solo.

Austros soltó una risa amarga, sacudiendo la cabeza.
━━━━¿No solo? Toda mi vida he estado solo. Nadie vino a buscarme cuando fui vendido como esclavo, cuando me violaron hasta el cansancio, cuando me arrojaron a la arena para pelear por mi vida. Y ahora usted viene y me dice que soy... su hijo.

━━━━Tienes todo el derecho de estar enojado ━━━━admitió Lucilla, su voz quebrándose ligeramente━━━━. Pero, por favor, entiende que si supe que estabas vivo, fue hace poco. Si hubiera sabido...

━━━━¿Qué? ━━━━la interrumpió Austros, dando un paso hacia ella. ━━━━. ¿Habría venido por mí? ¿Habría evitado que mi vida fuera lo que es ahora?

Lucilla lo miró con firmeza, a pesar de las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos.
━━━━Sí. Haría cualquier cosa para haber evitado tu sufrimiento.

Austros apretó los dientes, su postura rígida, pero algo en sus ojos mostró una grieta en su muro de resentimiento.
━━━━¿Y por qué está tan segura de que soy yo? Porque tengo una marca en el muslo que casualmente también tenía su hijo. ¿Eso basta para llamarme 'hijo'?

Lucilla dio un paso más cerca, su voz cargada de emoción.
━━━━No es solo la marca. Es algo más. Lo siento en mi corazón. Lo veo en la forma en que caminas, en la fuerza que tienes. Es como si cada día que pasé sin ti me hubiera preparado para encontrarte ahora.

Austros desvió la mirada, sus manos temblando ligeramente.
━━━━Siempre pensé que mi madre... si es que alguna vez existió... me había abandonado.

━━━━Nunca te abandoné ━━━━dijo Lucilla, avanzando lo suficiente como para que sus ojos se encontraran. ━━━━. Te amé desde el primer momento en que te sostuve en mis brazos. Y si me lo permites, quiero demostrarte que no volveré a dejarte solo.

Un largo silencio se extendió entre ellos, roto solo por la respiración entrecortada de Lucilla. Finalmente, Austros habló, su voz apenas un susurro.
━━━━No sé si puedo creerlo todavía.

Lucilla asintió, aceptando sus palabras.
━━━━No tienes que hacerlo hoy. Pero espero que, con el tiempo, puedas hacerlo.

En ese momento, Acacio apareció en el umbral, observando la escena con discreta atención.
━━━━Austros, sé que esto es mucho. Pero lo que Lucilla dice es cierto. Nadie aquí espera que lo aceptes de inmediato. Sin embargo, ten en cuenta algo: si lo que ella dice es verdad, entonces mereces más que esta vida que te han obligado a vivir.

Austros lo miró por un momento, luego desvió la mirada hacia Lucilla.
━━━━Si lo que dice es verdad... ¿entonces qué? ¿Soy un príncipe perdido? ¿Voy a dejar de ser esclavo de Geta solo porque usted lo dice?

Lucilla tomó aire, su voz más fuerte ahora.
━━━━No sé lo que sucederá. Pero sé que quiero estar a tu lado para descubrirlo.

Austros no respondió de inmediato, simplemente bajó la mirada, sus pensamientos un caos. Finalmente, murmuró:
━━━━Si esto es verdad, entonces...necesito tiempo para entenderlo.

Lucilla asintió, las lágrimas cayendo por su rostro.
━━━━Tómate el tiempo que necesites. Pero recuerda: siempre estaré aquí para ti.

Sin más palabras, Austros se dio la vuelta y caminó por el corredor, dejando a Lucilla y Acacio atrás, ambos observándolo con miradas llenas de esperanza y pesar. La verdad había sido revelada, pero el camino hacia la aceptación apenas comenzaba.







El sol apenas comenzaba a asomarse sobre las columnas del palacio, bañando todo con una luz tenue que prometía un nuevo día, pero para Austros, el peso de la noche anterior seguía oprimiendo su pecho. La conversación con Lucilla no había dejado de resonar en su mente, llena de preguntas y dudas que no sabía cómo manejar.

Necesitaba hablar con alguien, alguien que pudiera darle perspectiva. Y sabía exactamente a quién buscar: Marco.
Vestido con su sencilla túnica, Austros abandonó los aposentos del palacio y descendió hasta la arena, un lugar que siempre había sido su refugio y su prisión al mismo tiempo. Su respiración era pesada, casi temerosa, mientras recorría los oscuros pasillos hacia las celdas de los gladiadores.

Cuando llegó, llamó en voz baja al entrar.
━━━━Marco, ¿estás ahí?

El eco de su voz fue lo único que le respondió. Extrañado, Austros se acercó al rincón donde Marco solía estar, pero se detuvo en seco al ver la figura caída en el suelo.

━━━━¡Marco!━━━━exclamó, corriendo hacia él. El cuerpo inerte de Marco yacía sobre un charco de sangre, su rostro desfigurado por un golpe mortal. Austros cayó de rodillas junto a él, sacudido por una mezcla de incredulidad y dolor. Su amigo, su compañero, estaba muerto.

Fue entonces cuando su mirada se alzó hacia la pared frente a él. Allí, escritas con una mano apresurada y brutal, estaban las palabras que hicieron que un escalofrío recorriera su espalda:

"Recuerda quién tiene el control."

Austros apretó los puños, su mente conectando las piezas rápidamente. Esto no era un simple asesinato. Esto era un mensaje. Y solo había una persona capaz de enviar un mensaje tan cruel y directo: Caracalla. La rabia y la impotencia se mezclaron en su interior. Todo su cuerpo temblaba mientras intentaba procesar lo que veía. Al mismo tiempo, una voz surgió en su mente, una pregunta desesperada:
¿Qué haré ahora?

━━━━Marco... ━━━━murmuró, inclinándose hacia el cuerpo sin vida━━━━. Lo siento. No debiste pagar por algo que no hiciste.

Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Los pasos de los guardias en el pasillo lo devolvieron a la realidad. Tenía que actuar, pero no podía mostrar debilidad.
Caracalla lo estaba observando, incluso si no podía verlo. Este juego macabro apenas comenzaba, y ahora Austros sabía con certeza que el emperador lo consideraba
una amenaza.

Se puso de pie lentamente, sus ojos fijos en el mensaje.

━━━━Si quieres jugar, Caracalla ━━━━murmuró con voz baja pero decidida━━━━. ,encontraste a alguien que no se rendirá tan fácil.

Con un último vistazo al cuerpo de su amigo, Austros se dio la vuelta y abandonó la celda. Su mente ahora estaba clara en una sola cosa: sobrevivir no era suficiente. Era hora de hacer algo más.






La relación entre Marco y Austros siempre había sido un ancla para ambos, una conexión que trascendía las cadenas que los ataban a su destino como gladiadores. Marco, con su sonrisa tranquila y su humor mordaz, había sido más que un compañero de combate; había sido un hermano en un mundo que constantemente intentaba quebrarlos.

Para Austros, Marco representaba estabilidad en medio del caos. Cuando todo parecía perdido, cuando las noches eran demasiado largas y los gritos de la arena resonaban en su mente, Marco estaba ahí, recordándole que aún podían encontrar momentos de humanidad incluso en un lugar tan oscuro. Compartían historias, secretos y sueños que probablemente nunca se cumplirían, pero que les daban algo por lo que seguir luchando.

La pérdida de Marco era un golpe devastador. Austros no solo había perdido a un amigo; había perdido a alguien que entendía su sufrimiento sin necesidad de palabras. La ausencia de Marco dejaba un vacío insoportable, como si una parte de sí mismo hubiera sido arrancada.

Mientras caminaba de regreso desde la celda, las imágenes de Marco seguían inundando su mente. Recordó las conversaciones junto al fuego después de los entrenamientos, cuando hablaban en voz baja sobre lo que harían si alguna vez fueran libres. Marco soñaba con abrir una pequeña taberna en algún lugar lejos del imperio, un lugar donde la gente pudiera reír y beber sin miedo. Austros nunca había dicho lo que soñaba; no creía que tuviera derecho a soñar. Pero Marco siempre le insistía:

━━━━Algún día, Austros. Cuando todo esto termine, serás libre. Te lo prometo.

Ese "algún día" ahora parecía una cruel ironía. Marco nunca tendría la oportunidad de cumplir sus sueños, y Austros se quedaba con el peso de esa promesa rota.

Al llegar a su cuarto en el palacio, Austros se dejó caer en el borde de la cama, incapaz de apartar los ojos del suelo. La furia hervía bajo la superficie, mezclándose con la tristeza que lo sofocaba. Caracalla no solo le había quitado a Marco; le había quitado una parte de sí mismo, y esa herida era demasiado profunda para ignorarla.

Austros juró, en silencio, que encontraría una forma de honrar a su amigo, de asegurarse de que su muerte no fuera en vano. Porque si algo le había enseñado Marco, era que incluso en los momentos más oscuros, había que encontrar una razón para seguir luchando. Y ahora, Austros tenía una nueva razón.


Austros cabalgaba con determinación bajo la luz grisácea del amanecer, el frío del viento en su rostro incapaz de enfriar la rabia que ardía en su interior. Había perdido demasiado, y cada paso del caballo hacia la villa de Macrino era un recordatorio del peso de su misión. La muerte de Marco no sería en vano.

Al llegar a la villa, los guardias reconocieron a Austros y lo dejaron pasar sin cuestionamientos. Sabían que su presencia allí significaba asuntos importantes. Austros desmontó con rapidez, entregando las riendas de su caballo a un sirviente, y entró directamente en el despacho de Macrino. Este lo esperaba con una copa de vino en la mano, su expresión seria pero expectante.

━━━━Austros ━━━━saludó Macrino, levantándose de su asiento━━━━. No esperaba verte tan pronto.

Austros no perdió tiempo. Cerró la puerta tras de sí y se acercó, sus ojos oscuros llenos de tormento.

━━━━Marco está muerto. Lo mataron. Fue un mensaje. Caracalla dejó claro que fue él.

Macrino suspiró, dejando la copa sobre la mesa, aunque su expresión no mostraba sorpresa, solo un cansancio que llevaba tiempo acumulándose.

━━━━Sabía que algo como esto pasaría tarde o temprano. Los emperadores no conocen límites.

Austros avanzó un paso más, clavando la mirada en Macrino.

━━━━Es hora de actuar. No podemos esperar más. Si seguimos permitiendo que ellos dicten nuestras vidas, seguirán matando y destruyendo todo lo que amamos.Tenemos que quitarles el poder.

Macrino lo estudió en silencio por un momento, como si evaluara su determinación. Luego asintió lentamente, caminando hacia un pequeño cofre de madera que estaba en una esquina del cuarto.
Lo abrió con cuidado y sacó una pequeña caja negra, elegante y discreta.

━━━━Esto es veneno ━━━━dijo con frialdad, girándose hacia Austros━━━━.
No cualquier veneno, sino uno que actúa lento. Será suficiente para derribar a un hombre como Caracalla o incluso Geta, si llega el momento.

Austros tomo la caja con ambas manos, sintiendo el peso simbólico de lo que sostenía. Esto no era solo una herramienta; era una decisión que no tendría vuelta atrás.

━━━━¿Cómo lo hago llegar a ellos? ━━━━preguntó, su voz baja pero firme.

Macrino sonrió ligeramente, una sonrisa amarga.

━━━━Eso es algo que tendrás que descubrir. Tienen banquetes todas las semanas, pero sus alimentos son estrictamente supervisados. Tendrás que ser creativo.

Austros apretó los labios, guardando el veneno en el bolsillo interior de su túnica. Luego levantó la mirada hacia Macrino, con una expresión que mezclaba gratitud y algo más profundo: una chispa de esperanza oscura.

━━━━No fallaré. Marco no murió para que nos quedemos de brazos cruzados.

Macrino se acercó y puso una mano en su hombro.

━━━━Austros, esto es más grande que tú, que yo, que cualquier gladiador o soldado. Si logras esto, cambiarás el curso de la historia. Solo recuerda: no te dejes consumir por el odio. La venganza es un arma peligrosa.

Austros asintió, aunque las palabras de Macrino apenas lograron penetrar el muro de furia que lo rodeaba.

A pesar del peso de la conversación, Macrino estaba tranquilo, casi sereno, como si ya hubiera visualizado lo que estaba por venir. Sus ojos brillaban con determinación mientras miraba a Austros, esperando la decisión final.

━━━━Austros...━━━━siguió Macrino, su voz grave y controlada, ━━━━. he pensado mucho en esto. Lo que hemos estado haciendo hasta ahora es solo el principio. Es momento de tomar el poder.

Austros lo miró, su mirada interrogante, pero también cargada de un deseo de venganza profundo. Después de la muerte de Marco y todo lo que había ocurrido, la idea de más guerra, más intriga, le resultaba casi natural. Había dejado de ser un simple gladiador hacía tiempo, pero ahora las piezas se movían de una forma que él no había anticipado.

━━━━Dime que tienes en mente. Sabes que te apoyaré. ━━━━dijo Austros, sabiendo que Macrino no estaba hablando solo de dar un golpe de estado. Había algo más en sus palabras, un propósito que iba más allá de la venganza.

Macrino sonrió con suavidad, como si finalmente hubiera llegado al punto donde todo encajaba perfectamente.

━━━━El poder nunca ha estado en las manos de los emperadores. ━━━━Macrino dijo, su tono firme━━━━. Caracalla y Geta son solo marionetas, jugando a ser dioses mientras el verdadero control está en manos de aquellos que mueven los hilos. Y yo, Austros, yo seré el que mueva esos hilos. Es hora de que yo me convierta en emperador.

Austros no dijo nada al principio, procesando las palabras de Macrino. La audacia de su propuesta no le sorprendía, pero la magnitud de lo que implicaba comenzaba a calar en él.

━━━━¿Y yo qué? ━━━━preguntó, no sin cierto escepticismo━━━━. ¿Qué papel juego en todo esto?

Macrino lo miró fijamente, sus ojos fijos en los de Austros.

━━━━Tú eres la clave. ━━━━Macrino dijo, su voz baja pero intensa━━━━. Has sido el más cercano a ambos emperadores, especialmente a Caracalla. Sabes lo que quieren, lo que buscan. Si lo manejas correctamente, puedes sembrar la duda entre ellos. Quiero que hagas que Caracalla se crea que lo deseas, que lo necesitas. Hazlo dudar de Geta. Confusión, resentimiento. Esa será nuestra arma. Mientras ellos se destruyen entre sí, yo tomaré el control.

Austros se reclinó en su silla, mirando a Macrino con una mezcla de respeto y desconcierto.

━━━━¿Y tú, qué harás mientras tanto? ━━━━preguntó Austros, queriendo saber cuál era el siguiente paso de Macrino.

Macrino se levantó y caminó hacia la ventana, mirando las tierras que se extendían más allá de la villa, el viento moviendo su túnica. No parecía que se dirigiera a Austros, pero sus palabras llegaban con claridad.

━━━━Me prepararé para la transición. ━━━━dijo con calma ━━━━. Una vez que el poder esté al alcance, no habrá vuelta atrás. Caracalla y Geta se convertirán en sombras del pasado, y yo seré quien los reemplace. Y tú, Austros, serás mi mano derecha. El imperio será nuestro, y tu lealtad me lo asegurará.

Austros se quedó en silencio, procesando todo lo que Macrino había dicho. Era un juego de manipulación, de paciencia y estrategia. Una guerra psicológica que tenía que ser jugada con cuidado. Finalmente, Austros asintió lentamente, la idea comenzando a asentarse en su mente.

━━━━Lo haré. ━━━━dijo con una certeza renovada, aunque sus ojos mostraban que aún quedaban dudas━━━━. Pero no será fácil. Si hago esto... no habrá vuelta atrás, Macrino. No habrá marcha atrás para ninguno de nosotros.

Macrino se giró y lo miró con una sonrisa fría, casi como si ya estuviera viendo el futuro ante él.

━━━━No hay vuelta atrás. ━━━━respondió con seguridad━━━━. Es hora de actuar.

Ambos sabían que el destino del imperio estaba en sus manos, y que lo que siguiera dependería de cómo jugaran sus cartas. El plan estaba en marcha, y solo el tiempo diría si serían capaces de llevarlo a cabo. Con un último apretón de manos, salió del despacho y se montó nuevamente en su caballo.

Mientras cabalgaba de regreso al palacio, el amanecer se tornaba más brillante, pero Austros solo podía pensar en las sombras que se avecinaban. El veneno descansaba contra su pecho, su frío tacto como un recordatorio constante de lo que estaba por venir. Era hora de acabar con los emperadores y todo lo que representaban.









MATTT'S NOTE:

AL FIN. Terminamos la primera parte del fic. Ya en el siguiente capítulo se viene el salto de tiempo hasta que llega Lucio/Hanno. Pasaron MUCHAS cosas en este capítulo, ¿que creen que pasará ahora? Así que díganme, que les pareció hasta aquí? Dudas/ opiniones/ críticas/ comentarios??

También quiero decirles que estamos empatados sus votos de final feliz/ final inesperado. Así que todavía no sé qué rumbo tomar. Quizás haga los dos finales cada uno alternativo. Pero la idea de hacerlos sufrir me tienta (no me culpen) 🫦👐🏻

Sin más que decir, espero que estén disfrutando la lectura y nos leemos en el siguiente cap. Abrazote 🫂.

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