Capítulo 2: El amuleto y el dragón
En el mundo de los humanos, había transcurrido 3 años desde la desaparición del chico debilucho e introvertido conocido como Andrew, sin saber la buena suerte que le había acontecido, pensando que había sufrido un destino fatal. Uno de esos días, un chico extrañamente de la misma edad y los mismos ojos llegó con un uniforme de un orfanato.
El chico se acercó a la sala del recibidor, donde un hombre imponente con bigote estaba supervisando a los chicos que tenían como tarea limpiar todo el lugar. El hombre le recibió con una cara algo amargada.
"¿Qué buscas, soldado?" preguntó, "No eres de esta escuela, sino la del norte"
"Disculpe, me llamo Mathew... Estoy buscando al cadete Andrew" le informó el chico, algo nervioso.
Hubo un momento de duda por el entrenador, como si hubiera vito algo similar entre el chico que acababa de llegar y al que este buscaba. De cualquier manera, el entrenador le ordenó que le siguiera hasta una pared donde estaban gravados los nombres de varios, incluyendo una foto. En una, estaba Andrew (cuando era humano).
"El cadete Andrew lleva desaparecido tres años" explicó, "Una tormenta en el acantilado se lo llevó una tarde junto a otros 3 cadetes más. Sus cuerpos nunca fueron encontrados... ¿qué relación existe entre tú y él?"
"Yo soy..." empezó a decir el chico, pero al saber la verdad, sintió que ya no importaba, "No importa, ya sé que él murió..."
"Nunca dije que estuviera muerto, solo que..."
Pero el chico se había ido sin esperar que continuara la conversación, pues con la información dada, era claro decir que era imposible salir vivo de una tormenta. Ahora, ¿cuál era la relación de aquel chico con el desaparecido Andrew? La respuesta estaba en lo parecido de ambos nombres y muchos que leen esto ya suponen bien.
Entonces, teniendo todo destrozado en su interior, Mathew se acercó a aquel acantilado que le habían dicho, con toda intensión de acabar con su vida. Mirando abajo, sintió algo de vértigo, pero... era tal su desesperación al sentirse tan solo: maldijo su suerte, maldijo no haber conocido la verdad hace tiempo...
Su mano se deslizó a su bolsillo, donde guardaba un amuleto muy curioso: parecía un amuleto del yin yang de la cultura japonesa, pero en lugar de la luz y la oscuridad dentro de cada opuesto, estaban las figuras del sol y la luna. Era aquel último tesoro que los unía. Mathew lo agarró fuertemente con su mano derecho y amenazó con lanzarlo; sin embargo, cuando estuvo a punto de hacerlo, una tormenta surgió de la nada.
La tormenta apenas era una simple brisa cuando empezaba a debatir si valía la pena vivir o no. Pero se convirtió en una poderosa tormenta cuando estuvo a punto de arrojarlo. Asustado, Mathew intentó regresar, pero el viento se trasformó rápidamente en un gran remolino. Este succionó en un instante al chico, llevándolo a su interior.
Mathew fue arrojado a un ciclón de viento interminable. Aquel lugar le impedía respirar y ese movimiento le hacía querer vomitar. Cerrando los ojos, esperó que todo terminara y la muerte se lo llevara.
(Minutos más tarde...)
El chico abrió los ojos, esperando estar en el cielo. La cosa era que aquello no parecía ni cielo ni infierno... estaba sobre un pasto crema que recordaba al trigo. No entendía lo que pasó: ¿aquel viento le había enviado a otro continente o a una isla? Sin embargo, al querer levantarse, se dio cuenta de que lo que lo ayudaba no era su brazo, sino una garra.
Mathew retrocedió asustado, sin darse cuenta y tropezó con sus pies... que también ahora eran patas. Su piel se había convertido en duras escamas de colores grises y azules oscuros. Asimismo, tenía un par de alas con membranas, las cuales mostraban pequeños puntillos brillantes como diminutas estrellas blancas. También tenía una cola, la cual terminaba en una forma de media luna. Por último, los cuernos tenían forma curva hacia los lados, estos eran negros como una noche oscura.
"Por fin... un dragón Moonlight..." le dijo una voz.
Justo cuando se dio la vuelta, una garra se mostró frente a él y, en menos de que lo que se imaginaba, sintió dos cosas: primero, que su energía corporal le era succionada, como si le quitaran la vida. Sin embargo, la segunda cosa notó fue que algo frío le llenaba en su lugar. Al ver su cuerpo, vio que cada centímetro de su cuerpo estaba siendo cubierto de una gruesa capa de oscuridad.
Su mente se le nubló, no podía recordar que había hecho horas antes, ni qué era antes de ser un dragón. Solo sabía que estaba allí, frente a otro dragón. Este último tenía garras de metal, fuego verde desde la espalda hasta la cola, y las membranas en sus alas también eran de fuego verde.
"Me llamo Spectral" le dijo, "Y requeriré tu ayuda, dragón Moonlight"
"¿Qué es lo que necesitas?" preguntó Mathew.
"Existe un libro en el planeta Skylands, que puede darme una pista sobre el paradero de Morboz. Y está protegida por guerreros poderosos, junto a un dragón que tiene la capacidad de purificación. Y necesito que llames la atención con este último: lo necesito tanto a él como a ti..."
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