° ੦ 🕸️┆PRENUNCIO DE LA BATALLA ೃ

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╰ 05. ┊"= . CAPÍTULO CINCO 💥🕷️

NUEVA YORK, ¿DÍAS ACTUALES?

SUS OJOS COLOR ALMENDRA miraban fijamente su reflejo en el espejo sobre el lavado del baño de chicas de la secundaria Midtown, desde su largo cabello rubio hasta la ropa informal que vestía. Había sido un día largo e, inconscientemente, el nerviosismo llamó a su puerta.

—No.—ordenó, levantando una mano y señalando con el dedo índice su rostro reflejado.—Ayudarás a los Peters y luego volverás a tu mundo y... también abrazarás a la tía May y a Gwen. Todo volverá a estar bien. Tú puedes hacerlo, Piper.

—Esa es una buena técnica.—escuchó una voz femenina en la puerta del baño. Al dirigir su mirada al lugar, encontró a Michelle con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa en su rostro.—Ya sabes, hablar contigo mismo en el espejo. He dado muchos discursos y eso siempre me ha servido.

Piper rio, cerrando sus ojos mientras que sus manos se movían expresivamente por su cuenta.

—Lo siento, no sabía que estabas aquí. Ahora me da vergüenza.—la rubia sintió que sus mejillas se sonrojaban.

—Los Peters me han pedido que te llame, están saliendo.—advirtió la morena, sus dedos tamborileaban sobre la madera de la puerta.—Sabes, Piper, necesitábamos más presencia femenina por aquí. No creo que nos volvamos a ver, así que... fue un placer haberte conocido, de verdad. Ah, y perdón por lo del pan, solo quería asegurarme...

—¿De que yo no fuera una amenaza? Bueno, MJ, eso fue divertido.—Piper sonrió, arreglando sus mechones rubios por última vez antes de caminar hacia la salida.—Eres inteligente, solo estabas siendo cautelosa. Todo lo que te pido es que cuides de Peter cuando desaparezcamos, está roto y destrozado por dentro, los necesita a ambos, a ti y Ned.

—Puedes estar segura de eso.—Michelle asintió con la cabeza antes de quedar desconcertada al sentir los brazos de la rubia alrededor de su cuerpo en un abrazo placentero y afectuoso.

—También fue un placer conocerte, MJ, mi amiga interdimensional.—Piper la soltó después de unos momentos.—Ahora, creo que me debo ir, a los Parker no les suele gustar llegar tarde, aunque siempre llegan tarde...

Luego, las dos chicas caminaron por los pasillos oscuros y vacíos de la escuela hasta la terraza, donde esperaban los demás. Los ojos de Piper se abrieron como platos mientras subía las escaleras y luego, cuando estuvo de pie, sus manos se posaron en su cintura; su cabeza se elevó con incredulidad.

—¿Así que decidieron ponerse los trajes y a ninguno se les ocurrió avisarme?

—Pero ambos estuvimos con los trajes todo el tiempo, ¿no te diste cuenta?—el Peter de ojos marrones pasó su brazo alrededor de los hombros del menor, sus facciones también demostraban incredulidad.

—¿Eh, no? Además, pensé que nos pondríamos los trajes en una épica escena como... Vaya, los Parkers se van y los héroes entran.—murmuró la rubia.

—¿Y qué estabas haciendo en el baño todo este tiempo? Creíamos que estabas poniéndote el uniforme.—el Peter de ojos azules se quitó la máscara que cubría su rostro y señaló el cuerpo de Piper.

—Yo estaba...

—Chiscos, lo tengo. Acabo de enviar al Daily Bugle el mensaje que me pidieron.—interrumpió Ned, levantando el teléfono en sus manos.—Eso es todo, entonces. Ahora solo hay que esperar en la estatua.

Con cansancio, Piper se agachó y desató el cordón de sus zapatillas, quitándoselas, luego desabrochó sus pantalones y los bajó, luego quitó su abrigo y su polera, arrojándolas al suelo. El spandex rojo y azul estaban completamente a la vista ahora.

—Debimos haberlo hecho juntos, como una ceremonia heroica, como la puesta en marcha en equipo. De hecho, somos un grupo de amigos del barrio. Podríamos formar una pandilla o algo así, sería divertido...—habló la rubia mientras se arreglaba el cabello debajo del traje para que cuando se pusiera la máscara no le molestaran los mechones.

—Está bien, Piper.—cedió el ojiazul, pensando que era mejor aceptar las ideas de la chica que negarlas.—Pero, ¿Qué te pareces si nos llamamos "Asociación de Compañeros Altruistas?" Es mucho mejor y más benévolo que una pandilla.

—No sé, no... ese nombre es demasiado largo y cursi. Voto por pandilla.—Piper volvió a hablar, dirigiendo su mirada al par de ojos marrones.—¿Ustedes?

—Yo también creo, digo, no sé, "Asociación de compañeros Altruistas"... creo que es un mal nombre, señor Parker, pero...—el menor se rascó la nuca, enredándose con su propio discurso.

—Está bien, gente, pandilla, lo que sea. ¡Tienen que irse!—Michelle interrumpió, abriendo los brazos con énfasis.

—Sí, sí... fue un placer conocerte, MJ. ¡Y a ti también, Ned!—la rubia caminó hacia el asiático y lo rodeó con sus brazos, terminando el abrazo con un simple beso en su mejilla extremadamente enrojecida.

—Yo... yo... yo...—el moreno se congeló, repitiendo las palabras mientras sus ojos permanecían enfocados solo en Piper.

—También fue un placer conocerte, Piper. Fue un placer conocerlos a los tres.—Michelle caminó al lado de Ned, empujándolo por el hombro para sacarlo de su aturdimiento.

La araña entonces levantó su cabeza hacia el cielo negro y cargado de relámpagos. Una sensación inexplicable entró en su cabeza de inmediato. Era como si el relámpago envuelto en la oscuridad soplara una melodía fúnebre en sus oídos cada vez que tronaba. Un presagio, tal vez.

Dos manos se posaron en sus hombros y, mirando hacia atrás, la rubia vio al Peter de ojos cafés con su cabello castaño balanceándose con la brisa nocturna.

—¿Pasa algo?—preguntó, su rostro tornándose levemente preocupado.

—No, yo solo...—después de pensar por unos momentos en dejar ir la sensación, Piper solo negó con la cabeza y sonrió.—Nada. Está bien, pateemos los traseros de estos villanos.

—Así se habla.—él asintió con una amplia sonrisa.—Entonces, ¿una carrera hacia la estatua?

—¡Sí, sí, sí!—Piper alzó los brazos emocionada, decidiendo olvidar el presagio.

Después de todo, solo era una sensación.

La estatua de la Libertad estaba en construcción, lo que significaba que una torre de corredores de madera rodeaba la estructura rocosa. Y sería allí mismo, en esos pasillos, donde se desarrollaría la lucha.

—Bueno chicos, puede empezar en cualquier momento.—el Peter perteneciente a este universo aterrizó debajo de una de las varillas de la corona de la estatua, recibiendo un asentimiento de confirmación de los otros Parker.

—¿Ese es el escudo del Capitán América?—la rubia señaló el gran objeto en construcción.—Es eso, ¿no?

—¿Qué? ¿Existe el Capitán en tu universo?—preguntó sorprendido el menor.

—¡Por supuesto! Quiero decir, existía. Murió en la guerra hace ochenta años.

—Si.. si.. Wow... ¿Entonces los demás también existen?—volvió a preguntar el adolescente, posando sus ojos en el rostro de la chica.

—Será mejor que dejemos esta conversación para más adelante, además, saber demasiado sobre otros mundos puede ser peligroso.—advirtió el ojiazul, sujetando uno de los contenedores con la cura telarañas encima de una de las vigas que sostenían la obra.—Muy bien, ya casi estamos listos.

—Max era el tipo más agradable que existía, hasta que cayó en ese tanque de anguilas eléctricas...—dijo el otro Peter, que antes estaba en silencio, mientras miraba el horizonte nocturno con sus ojos marrones.

—Suele pasar.—respondió el mayor, contrayendo la espalda bajo uno de los muchos postes metálicos que envolvían el edificio.—Ahí va..

—¿Estás bien?—cuestionó Piper, observándolo con cierto aire cómico.

—Mi espalda. Está un poco rígida de tanto columpiarse, supongo.—respondió, tratando de hacer que sus huesos crujieran.

—Sí, no, yo también tengo dolor de espalda media. ¿Quieres que te la truene?—preguntó el otro, acercándose para ayudar a su amigo.

—Si, eso sería genial

La rubia sonrió ante la escena de los Peters haciendo crujir sus articulaciones y también decidió estirarse, por si acaso.

—Dios, esto es genial. Siempre quise tener hermanos... ¿Así que puedes hacer tu propio fluido de telaraña en tu cuerpo?—preguntó el Peter de ojos cafés agachándose.

—Prefiero no hablar de eso. ¿Estás bromeando?

—No, no, no... No está bromeando, es solo que... Nosotros no podemos hacerlo, así que naturalmente tenemos curiosidad por saber cómo funciona tu situación con la telaraña.—explicó el menor, todavía sentado en la corona de la estatua.

—No. Me gustaría poder decírselos, pero es como si no lo hiciera... Como si no lo hiciera realmente... Es como la respiración, simplemente ocurre.

—Y la telaraña, ¿solo sale de tus muñecas... o sale de otro lugar también?—preguntó Piper con curiosidad mientras se mordía el labio como una niña traviesa.

—Niña, ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que solo de mis muñecas.

—Entonces, ¿Cuáles fueron los villanos más extraños a los que se han enfrentado?—Piper inmediatamente cambió de tema luego de recibir una mirada de reproche.

—He luchado contra un alienígena hecho de una sustancia viscosa negra una vez.—el mayor volvió a hablar, recordando viejos tiempos.

—Oh, no puede ser. Yo también luché contra un alienígena, en la tierra y en el espacio, pero era morado.—respondió el Peter más joven, animándose con la conversación.

—Yo soy patético en comparación a ustedes. Luché contra un tipo ruso en un... como una máquina rinoceronte.

—¿Qué, estás hablando en serio? ¿Crees que eres aburrido?—preguntó Piper, sentándose al lado del deprimido Peter.—No aceptamos esto de "patético". Vamos, di que eres asombroso. ¡Dilo!

—¿Soy asombroso?—preguntó, posando sus ojos en la rubia.

—Por supuesto que lo eres. Además, nunca he luchado contra alienígenas ni nada grande tampoco.—la chica colocó una mano en la parte superior del cabello castaño del hombre, alisándolo con calma.—Todos somos asombrosos. Repítelo conmigo.

—Ya aprendí la lección, no necesito repetirlo.—él se negó, aunque mantuvo el cuello inmóvil mientras esperaba que Piper terminara de acariciar su cabello.

—Repítelo, por favor.

—No, gracias.

—Solo una vez más...

—Muy bien chicos, concéntrense ya. ¿Pueden sentir eso?—interrumpió el memos.

Nuevamente el sentimiento cargado de amenazas se apoderó de su cuerpo. A medida que sus vellos se erizaban, la intensidad del sentimiento desagradable aumentó.

Debajo de la espesa capa de nubes oscuras y lúgubres, el trueno retumbó más fuerte y claro, anunciando lo inevitable e irrevocable.

Los villanos estaban allí y junto a ellos, el mensaje de una batalla.

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