03. ┊"= . CAPÍTULO TRES
° ੦ 🕸️┆SÉ COMO TE SIENTES. ೃ
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╰ 03. ┊"= . CAPÍTULO TRES 💥🕷️
NUEVA YORK, ¿DÍAS ACTUALES?
PIPER LEVANTÓ SU DELGADA barbilla hacia el cielo nocturno cubierto de grandes esferas de plasma: estrellas, que vistas desde las concurridas calles de Nueva York parecían igual de diminutas que las hormigas, aunque no menos resplandecientes.
Ese Nueva York era parecido a su realidad, aunque tenía notablemente más tecnología y modernización en general.
Sus ojos marrones vagaron del cielo a los edificios, iluminándose mientras admiraba la grandeza y la altura de los edificios. Los vellos de sus brazos y nuca se erizaron con la repentina excitación que se apoderó de su espíritu. Necesitaba volar colgando de los rascacielos, su sentido arácnido junto con su esencia indomable clamaban por algo de acción.
—Tú también lo estás sintiendo, ¿no?—el Peter de ojos cafés puso una mano en su hombro, sonriendo pícaramente mientras también levantaba la cabeza hacia el cielo.
—Si. Todo es tan diferente y a la vez tan...
—Igual.—terminó por ella, asintiendo. Clavó sus ojos color chocolate en el rostro de Piper, observando y prestando atención por primera vez a los detalles de su rostro.
—¿Tengo algo en la cara?—preguntó la rubia después de unos momentos, claramente preocupada mientras se tocaba las mejillas enrojecidas con las yemas de los dedos.—No te avergüences, puedes decirme. ¿Tengo algo en mi diente?
Peter estiró los labios en una sonrisa genuina, soltando una carcajada mientras negaba con la cabeza.
—No, en absoluto. Es solo que... Me recuerdas a alguien y no me refiero a mí, pero podría ser yo, ya que más o menos somos la misma persona.—se encogió de hombros.
—Disculpen amigos, pero creo que la conversación se puede dejar para después.—el Peter de ojos azules se aclaró la garganta y una pequeña sonrisa se formó en sus delgados labios.
—¡Ah, seguro! Tenemos que encontrar a su Peter.—Piper sacudió su cabello largo detrás de sus hombros y señaló a MJ y Ned, quienes estaban llamando un taxi para llegar a la secundaria de Midtown, donde, según ellos, estaba su Peter.—¿Están seguros de que no quieren viajar con nosotros?
—De ninguna manera, no volveré a pasar eso.—MJ negó con la cabeza mientras los recuerdos la invadían.—Ned y yo lograremos llegar de forma segura. Los veremos en la escuela.
Todos asintieron con la cabeza, despidiéndose vagamente. Las tres arañas continuaron su camino hasta el callejón más cercano, donde reinaba la oscuridad y no había ser vivo que pudiera ser un espectador no deseado.
—¿Hacemos carreras?—Piper sonrió con ojos de cachorrito, suplicando a los otros dos.
—Soy muy mayor para eso, pequeña.—el Peter de ojos azules se justificó de inmediato.
—Secundo eso.—asintió el otro Peter, pasando una mano por su cabello desordenado.
—No sabía que los Hombres Araña eran tan débiles...—murmuró la rubia, fingiendo decepción mientras hacia una mueca y miraba sus uñas esmaltadas de color azul.
—Eso es un golpe bajo, Piper.—señaló el Peter de ojos cafés, señalando su expresión triste y tierna de la chica.
Era como si los tres se conocieran desde hace décadas, como si fueran viejas almas reencontrándose después de mucho tiempo separadas. Era un afecto extraño y a la vez placentero.
—Está bien, está bien... pero no llores después cuando pierdas.—bromeó el mayor, caminado hacia la pared y luego clavando los dedos en los ladrillos para comenzar a trepar.
Los otros dos se quedaron quietos, solo mirando. Momentos después, el hombre se detuvo y bajó la mirada hacia ellos, sus ojos brillaban con diversión en la oscuridad del callejón.—¿No vienen?
Piper rio, corriendo y comenzando su ascenso rápido y preciso, el otro Peter le pisaba los talones. Luego, los tres subieron el edificio y corrieron por la terraza de grava, levantando los puños en el aire y disparando sus respectivos haz de telarañas a los diferentes edificios.
El aire gélido de la noche se precipitó en sus pulmones cuando su cuerpo se impulsó hacia adelante, volando libremente a través de la ciudad. Ella nació para esto, lo sabía.
Rodó los cuando vio las sombras de sus compañeros reflejados en la luz de la luna. Piper rio para sí misma, pensando en cómo los eventos de su vida habían cambiado por completo en menos de un día.
Su cuerpo se retorció en un salto mortal y se balanceó hacia arriba con la ayuda de sus telarañas, lo que le permitió a la chica observar la vista de la ciudad debajo de ella por un tiempo más. MJ les había dicho que la tía May había muerto en los brazos de Peter y Piper ni siquiera podía imaginar pasar por lo mismo. Perder al tío Ben ya había sido un golpe muy grande del que aún se estaba recuperando. May era todo lo que Piper tenía para llamar familia.
Aterrizando en la terraza de la secundaria Midtown, fue la primera en llegar. Solo segundos después, dos cuerpos más grandes que el suyo aterrizaron a ambos lados de la chica.
—Sí, Peter, tenías razón. Eres demasiado viejo para esto.—se burló la rubia, levantando ambos brazos y rodeando a los dos Peter con ellos.—Abuelos.
—¿Realmente tenemos que escuchar esta insolencia?—preguntó el Peter de ojos cafés, separándose de la rubia mientras subía hacia la torre.
—¿Éramos así cuando éramos más jóvenes?—cuestionó el otro, pasando sus manos por su abrigo oscuro para arreglar las arrugas en el.
Piper borró la sonrisa de su rostro mientras sus ojos se desviaban hacia el otro lado del edificio. Aunque todavía no podía verlo, sentía el dolor de Peter en su propia piel.
El ruido de las escaleras de metal crujiendo se apoderó del silencio y Michelle y Ned entraron a la terraza, caminando y abrazando a su Peter al instante. Después de unos minutos de respetar el espacio de los tres amigos, las arañas finalmente salieron a la luz, sus cuerpos volvieron a brillar a la luz de la luna.
—¡Hey, hey, hey!—tartamudeó el chico confundido, mirando hacia arriba. Piper pudo ver que su uniforme estaba manchado de sangre y habían varios moratones en su joven rostro.
—Lo siento.—se compadeció el Peter mayor, sofocando el temperamento del adolescente.—Por lo de tía May.
—Si, lo siento.—el Peter de ojos cafés habló también.—Entiendo lo que sientes...
—No me digas que entiendes lo que siento.—el más joven habló con rencor, su voz temblaba de odio.—Ella se ha ido y es por mi culpa. Ella murió por nada. Haré lo que debí haber hecho.
—Peter...—Piper comenzó, pero fue rápidamente interrumpida.
—Por favor, no. Tú lugar no está aquí. Ninguno de ustedes debería estar aquí y los enviaré a casa.—dijo y su expresión se volvió melancólica.—Los otros son de sus mundos, ¿verdad? Depende de ustedes lo que pasará con ellos... si mueren, si los matan... depende de ustedes. No es mi problema, no me importa. Me cansé. Perdón por traerlos aquí, pero es hora de que se vayan a casa. Buena suerte.
Luego, el chico se inclinó hacia MJ, alcanzando la caja cuadrada en sus manos. Sin embargo, el Peter mayor le quitó el objeto.
—Mi tío Ben murió, fue mi culpa.—el Peter de ojos azules dijo, ganándose un asentimiento por parte de Piper. Ella también había perdido a su tío y también había sido su culpa.
—Perdí... perdí a Gwen. Ella era mi MJ.—murmuró el Peter de ojos cafés, parecía querer llorar.—No pude salvarla y nunca podré perdonarme por ello. Pero seguí con mi vida, traté de seguir siendo el buen vecino Hombre Araña, porque sé que eso es lo que ella querría, pero en algún momento, dejé de contenerme. Me enojé, me amargué y no quiero que termines como yo.
La rubia se llevó las manos al pecho mientras sus facciones se volvían vacilantes. Su mejor amiga Gwen estaba muerta en otro mundo.
—La noche en que murió Ben, perseguí al hombre que pensé que era el asesino y quise matarlo. Y obtuve lo que quería. Solo que no mejoró nada y me tomó mucho tiempo aprender a superar esa oscuridad.—el mayor volvió a hablar; su voz seguía siendo como un suave susurro.
—Quiero matarlo, quiero acabar con él...—el adolescente seguía arrojando todo el odio que rugía en su corazón.—Todavía puedo escuchar su voz en mi cabeza. Incluso después de lesionarse, dijo que hicimos lo correcto. Dijo que un gran poder...
—Conlleva una gran responsabilidad.—Piper terminó por él, mostrando una pequeña y triste sonrisa.
—¿Cómo sabes eso?—cuestionó el más joven, su expresión parecía cada vez más confundida.
—Eso dijo el tío Ben el día que murió.—la rubia continuó hablando, bajando de la plataforma donde estaba junto con los otros dos Peter para aterrizar de un salto frente a los tres adolescentes.—Escucha, Peter... alguien me dijo una vez que por más difíciles que sean las cosas y nos sintamos perdidos, debemos prometer que siempre tendremos esperanza. Tu tía May también es nuestra tía May, y puedes estar seguro de que no murió por nada.
+5 COMENTARIOS PARA PRÓXIMO CAPÍTULO :)
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perdón si los diálogos no son iguales a los de la
película, es que hace mucho que no la veo)):
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