4| Aemond
El hombre de cabello rubio y con un parche en el ojo se detuvo frente a la gran habitación en donde su hermana Heleana jugaba con los pequeños, se detuvo a algunos metros lejos de los tres y sonrió un poco.
Aun recordaba como había sucedido todo. Heleana se acaba de casar con su hermano mayor Aegon pero su hermano estaba tan borracho que no pudo cumplir la noche de bodas, ni la siguiente ni ninguna otra, la pequeña parte bondadosa de Aegon salió a la luz y le prometió a su hermana que no la tocaría si el no quería. Pero necesitaban herederos, aunque eso no significaba que debían de ser de Aegon.
Tras una confesión, Aemond le declaró a su hermano mayor el amor hacia su hermana Heleana y los tres hicieron un trato: Aemond se quedaría con Heleana y traerían herederos mientras que Aegon aceptaría ser el nuevo rey, cargo que el odiaba y que le daría a Rhanerya con todo gusto si su madre y abuelo murieran. Los hijos de Aemond serían de Aegon.
-¡Aemond!-exclamó Jaehaerys y alzó sus pequeño brazos con una sonrisa.
Aemond sonrió y cargo al pequeño balanceándolo haciéndolo reír.
-No deberías estar aqui- hablo Heleana mirandolo.
Aemond se giro a verla.
-Rhaenyra podría verlo mal, ahora estamos de su lado y ella ordena- explicó la princesa.
Aemond sonrió mientras negaba con la cabeza.
-Es igual de extraño que ella y el tío Daemon- le contesto mientras alzaba al bebe, Heleana le sonrio al escuchar la risa de su hijo.
Heleana asintió con la cabeza dándole la razón.
-¿Que pasara con mamá?- pregunto la joven mirando a su hermano.
Aemond la observo.
-Tomó su decisión hace muchos años Hel, no te aseguro que este sea el bando ganador pero nuestra madre está llena de odio hacia Rhanerya y todo el reino apoya a la legítima. Aegon deberá apartarse si no quiere arder.
Heleana le regreso la sonrisa, el joven se acercó a la princesa depositando un beso cálido en ella y luego beso su frente. Aemond siempre habia pensado no tenía miedo a nada, pero en aquella guerra su mayor miedo era perder a Heleana y a sus hijos por la lucha del poder de su casa, una lucha iniciada por su abuelo y su madre, una lucha que si el tuviera el poder de evitar lo haría, si tan solo la reina Aemma no hubiera fallecido, nada de eso estuviera pasando.
***
Las disculpas no era algo que su madre le hubiera enseñado a Aemond pero si quería formar una relación fuerte en el bando negro tendría que tragarse su orgullo y ganarse la confianza de su hermana. El joven príncipe detuvo su andar frente a la habitación de su hermana y tío, miro al soldado.
-He venido a hablar con la reina- anunció.
Y dentro de todo, debía respetar el título que por derecho le correspondía a su hermana.
El soldado asintió con la cabeza y segundos después el guardia lo dejó pasar, lo guió por la gran habitación y observo a sus hermanas, su tío y su sobrino. Rhaenyra se levantó de la silla y Valyria alzó una ceja al verlo.
Deamon la había puesto al tanto de los problemas entre los dos bandos. Lucerys aún lo miraba con temor.
-Buenas noches Aemond- le sonrió Rhanerya y estiro su mano hacia la silla desocupada- Por favor, toma asiento.
Aemond agradecio con una asentimiento de cabeza. Valyria lo miro con la cabeza en alto, una parte de ella le decía que no debía confiar en su medio hermano por todo lo aue había provocado, por otra parte, Rhaenyra le había pedido que no tuviera rencores, el solo había actuado como Alicent le había ordenado.
-Quiero agradecerte por aceptarnos a Heleana y a mi con ustedes. Primero quiero pedirte una disculpa por lo hice, entiendo que las circunstancias me llenaron de odio hacia Lucerys, entiende que me saco un ojo pero también entiendo que yo lo provoque y una parte es mi culpa, lo merezco- Rhanerya intercambio una mirada con Lucerys y el niño le sonrio- La vida nos coloco en bandos diferentes, pero los problemas me han llevado a donde es lo correcto. Aegon no debe ser el rey, tu eres la legítima reina al trono de hierro y quiero pertenecer al bando de los negros bajo tus reglas y tus condiciones- miró a su hermana mayor, debía ser sincero- Amo a Heleana- confesó y Rhanerya se sorprendió por las palabras de su hermano- Y sus hijos son míos, no puedo permitir que mi madre o mi hermano me arrebaten algo que amo.
Rhanerya se levantó de la silla y camino hasta llegar a su lado, coloco una mano sobre el hombro de su hermano y Aemond la miro.
-Agradezco tus sinceras palabras Aemond -le sonrio- Ambos hicimos cosas incorrectas pero podemos cambiarlo a partir de ahora.
Aemond se levantó de la silla y se arrodillo frente a su hermana. Sabía que de ahora en adelante había tomado un bando y rogó a los dioses que fuera el correcto, o al menos, el que salvara a su amada Heleana y sus hijos.
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