2| Targaryen
Aemond sabía en el peligro que se metía al descender de Vhagar bajo la mirada de de su hermana mayor Rhaenyra, los ojos de la reina se llenaron de lágrimas una vez que lo miro y Syrax detrás de ella soltó abrió sus fauces listo para devorarlo.
Daemon apretó su espada entre sus manos mientras Caraxes movía su largo cuello sin apartar la mirada de los recién llegados. Entre toda la situación, Heleana se arrodillo frente a su hermana mayor con respeto y le regalo una sonrisa que fue recibida y dada de vuelta por Rhaenyra entre sus tristezas, pues dentro de todas esa guerra, Heleana era inocente.
—No merezco tu perdón porque ya has de saber lo que he provocado. Un perdón no remediara nada pero me arrodillo ante ti para que hagas conmigo tu voluntad— hablo Aemond arrodillandose— He sido víctima de mi abuelo y mi madre pero he sido consiente del mal que he hecho, estoy a tu servicio y si tu decisión es mi muerte, no voy a oponerme—bajo la cabeza.
Syrax abrió sus fauces detrás de Rhaenyra y estiro su cuello, la reina observo a su hermano, todo el mal y destrucción que había hecho llegó a su mente. Su pequeño ya no estaba, era hora de cobrar la deuda con los verdes y Aemond llegaba ofreciéndose.
Rhaenyra separo sus labios lista para dar la orden cuando un sonido se escucho en el aire, la mirada de todos se poso en el cielo y acto seguido un gran dragón blanco atravesó el cielo soltando su fuerte rugido, el animal se alejo moviendo sus grandes alas. Los ojos lilas de Rhaenyra se posaron en el mar y más de cien barcos se acercaban a la costa.
—Preparen las armas, no sabemos a quienes nos enfretamos— ordeno Daemon y Caraxes soltó un rugido.
Aemond observo hacia atrás, se preguntó si era su madre y abuelo pero el color negro le hizo darse cuenta que no se trataba de ellos. Los barcos aparcaron en la costa y un dragón negro aterrizó cerco de ellos, Rhaenyra dio un paso hacia atrás y los soldados desenfundaron sus armas, Syrax y Caraxes soltaron un rugido amenazador hacia el dragón extraño.
Daemon alzó la vista y entre los rayos del sol observo al extraño jinete quien descendió entre las alas del animal, Rhanerya fruncio el ceño al ver a la joven de cabello platas caminar hacia ellos poseyendo la corona de su madre. Valyria detuvo su andar a unos metros de su hermana mayor, no debía preguntar si era Rhaenyra, lo sabía.
Valyria se arrodillo frente a su hermana y se quito la corona de su madre alzandola hacia Rhanerya.
—Soy Valyria Targaryen, primera con el nombre, protectora de Valyria y de la casa Arryn, princesa de los siete reinos— se presentó con respeto, alzó sus ojos lilas y estos se toparon con los de Rhanerya.
Rhanerya parpadeo y miro a Daemon.
—Ese mi hermano, no creí que seria capaz de dejar hijos regados por el mundo
Valyria soltó una pequeña risa y Daemon la miro.
—No soy un bastardo, príncipe Daemon— le contesto— Todo fue un plan de mi madre, Aemma Arryn— miro a Rhanerya — Cuando naciste la casa Targaryen esperaba ansioso un varón, nuestra madre se embarazo una vez más y nuestro padre la mandó a Valyria a dar a luz. Un cuervo llegó a Dragonstone con la noticia: una niña. El rey ordeno que me mantuvieran oculta, una segunda mujer hundiría la casa Targaryen y fui criada por nuestra abuela, Daella Targaryen.
Rhaenyra dio un paso hacia Valyria, estiro su mano hacia el rostro de la joven y apartó el cabello rubio, sonrió poco a poco al ver en los ojos de Valyria los de su padre.
—Canta la canción Hāros Bartossi— ordeno Daemon mirando a Valyria, Rhaenyra se giro a verlo con desaprobacion— No sabemos si dice la verdad Nyra— dio una paso hacia Valyria— Una verdadera targaryen la sabe.
Valyria le sonrio y se giro hacia los dragones que se alzaban a su alrededor de forma amenazante. Sus ojos lilas se posaron en Caraxes y dio un paso el dragón de cuello largo.
“Drakari pykiros Tīkummo jemiros Yn lantyz bartossa Saelot vāedis Hen ñuhā elēnī: Perzyssy vestretis Se gēlȳn irūdaks Ānogrose Perzyro udrȳssi Ezīmptos laehossi Hārossa letagon Aōt vāedan Hae mērot gierūli:Se hāros bartossi Prūmȳsa sōvīli Gevī dāerī”
La fina voz de Valyria cautivo a la familia y Caraxes bajo su cuello en forma de respeto. Los demás dragones soltaron un silbido de felicidad al escuchar la melodía. Valyria se giro hacia Daemon una vez que terminó la melodía.
El príncipe Daemon hizo un asentimiento de cabeza en forma de respeto.
—Entiendo que en medio de esta guerra no soy una persona confiable, pero les ofrezco mis dragones para la guerra que se avecina— señalo a sus dragones y se acercó a Rhaenyra — Vengo a ponerme a tu servicio, majestad.
Rhaenyra sonrio mirando a la joven quien sin aún conocerla comenzó a tenerle ya afecto, dicen que la sangre llamaba y la sangre le decía que era su hermana. Valyria dio un paso hacia atrás.
—Te tengo un regalo, se que será el más precible porque ya era tuyo, pero desafortunadamente aun no llega en uno de mis barcos— señalo hacia el mar— Lo encontré en el momento perfecto.
Rhaenyra fruncio el ceño ante las palabras de la joven intentando entenderlas. La reina señalo hacia adentro y entraron.
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