1| El gran terror

Los cubiertos de plata chocaban con el plato mientras Valyria examinaba con la mirada a su sobrino comer, sonrio mirando al pequeño y le dio un sorbo a su bebida.

—Tengo una curiosidad— rompió el silencio Valyria, los hombres que le seguían abandonaron la sala y cerraron las grandes puerta, Lucerys alzó la vista de su plato y asintió con la cabeza— No posees los ojos lilas ni el cabello rubio, evidentemente no eres un Targaryen físicamente pero quiero saber quien es tu padre.

Lucerys dejo los cubiertos sin apartar la mirada de los imponente ojos lilas de Valyria, su origen no era un misterio, en los pasillos del castillo la servidumbre siempre murmuró el origen de los hijos de la princesa Rhaenyra, Lucerys le había preguntado alguna vez a su madre pero ella solo había contestado que eran Targaryen y era lo que contaba.

—Las mujeres hablan que soy hijo de Harwing Stronge al igual que mi hermano Jacaerys— contesto el niño sin mostras vergüenza alguna, el hombre era honorable y lo respetaba.

—Hermano— exclamó Valyria y Lucerys asintió con la cabeza, la rubia le sonrio— Me alegra saber el orgullo que muestras ante tu padre, jamás te avergüences de tu origen, eres un Targaryen y un Stronge, eres más poderoso que yo y que cualquiera, posees fuerza e inteligencia, tu o tu hermano serían unos grandes gobernantes.

Lucerys le sonrio, empezaba a apreciar a la extraña Targaryen.

—No es lo que todos creen, nos repudian y quieren en el trono a un verdadero Targaryen, como Aegon, el nuevo rey.

Valyria soltó una risa que inundó la sala.

—¿Tu crees que un Usurpador es digno de ser llamado Rey?— le pregunto sin despejar la vista del menor— Podra tener el semblante de un targaryen pero para mi es un asqueroso Higthower. El no es mi rey.

Lucerys volvió a sonreír.

—¿Cuál es el dragón más grande de la casa?— pregunto la rubia.

Lucerys lo pensó.

—El dragón de Aemond, Vhagar.

Valyria asintió con la cabeza y se levantó de la silla.

—Sígueme, quiero enseñarte algo.

***

La antorcha iluminaba los oscuros pasillos de la cueva, Valyria entono una canción mientras caminaban, Lucerys se mantenía muy cerca un tanto temeroso, no le gustaba la oscuridad. Valyria detuvo su andar y dejó la antorcha sobre el piso sin dejar de cantar, una vez que terminó la canción miro al niño.

—Balerion fue uno de los dragones más grandes de nuestra casa. Antes de morir depósito tres huesos y de uno de ellos nació Vaegon— un sonido se escucho y Lucerys miro de un lado a otro y se pego más a Valyria.

Un rugido resonó y luego el animal soltó una gran ráfaga de fuego hacia el techo de la cueva, el dragón se levantó y acerco su cabeza a Valyria, Lucerys abrió sus ojos mucho temor puesto que jamás había visto un dragón tan grande con vida. Valyria estiro su mano acariciando la nariz del animal y le sonrio a Lucerys.

—Vaegon me ha dado dos dragones más, Raemon y Lucemon—nombro a los otros dos dragones quienes al escuchar sus nombres rugieron en la oscuridad, el piso se movió y Lucerys soltó un exclamó.

Dos dragones se acercaban hacia ellos, a diferencia de Vaegon, Raemon era de color blanco y Lucemon de color rojo con púas doradas. Valyria se apartó de Lucerys y el niño la observo alejarse hacia el centro de la cueva de donde extrajo un huevo de dragón de color dorado, regreso hasta el niño y se lo tendio.

—Has perdido a tu dragón por culpa de los verdes, te ofrezco este huevo confiando que tendrás a un muy buen compañero como lo fue tu antiguo dragón.

Lucerys estiro su mano tomando el huevo. Valyria se dio media vuelta.

—¡Marianne!— exclamó.

Una mujer de cabello castaño se aproximo, hizo una pequeña reverencia y le sonrio. Lucerys estiro el cuello mirando a joven que parecía de su edad, la chica le sonrio al príncipe y esta le regreso la sonrisa apenada.

—Enlista mis barcos y que queden antes de mañana temprano. Reúnan todas las armas y pídele a Sir Rickon Stark que reúna a todos nuestros soldados— se giro a Lucerys y le sonrio— Mi hermana necesitara un  gran ejército para la guerra que se avecina— Lucerys le sonrio aún mas, vería a su madre y a su hermano, Valyria se giro hacia la mujer— Y que todos usen su traje negro, regresamos a casa.

***

Helaena Targaryen observaba a su hermosa dragón sobrevolar los cielos, sus ojos lilas se enfocaron es sus dos pequeños y sonrió un poco entre sus tristezas. Aemond Targaryen ingreso al lugar y la mirada de ambos hermanos se cruzo.

—El gran terror se acerca— hablo Heleana mirandolo— La danza de los dragones está a punto de comenzar y estamos en el bando perdedor, los negros se alzarán en los cielos y los hombres se arrodillaran ante ella. Yo caeré en estacas y tu perderás otro ojo, mis hijos morirán tras cobrar una venganza.

Aemond se aproximo a su hermana y cargo a uno de los gemelos.

—¿Que hacemos ahora?

Helaena estiro su mano tomando la mano de Aemond.

—Arrodillarnos frente a la legítima reina y pedir piedad.

Aemond negó con la cabeza.

—Jamas me la dará, me matara ahora que sabe que fue mi culpa la muerte de Lucerys.

Heleana apretó la mano de Aemond.

—Sigue poseyendo la fuerza de su padre, pero ahora es mas poderoso. El antiguo Lucerys ha muerto y en su lugar ha quedado un hombre, tendrás que arrodillarte ante el si tu cabeza aún quieres poseer.

Aemond se giro hacia la ventana entendiendo las palabras confusas de su hermana. Lucerys estaba vivo, pero ¿Como? Su dragón se lo había comido o eso había visto el.

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