Capítulo 16

Y así, después de tanto tiempo caminando lograron encontrar la salida del laberinto.

— ¡Por fin, libertad! — gritó Eren una vez estuvieron afuera.

— No te emociones mucho. — le dijo Armin mientras revisaba su libro.

— ¿Por qué? — le preguntó el castaño de vuelta.

— La siguiente y última isla es el “bosque oscuro.”

— Eso no suena tan mal. — opinó Amaris.

— No lo entiendes, Amaris; ¿sabes quién vive en el bosque oscuro?

— ¿No?

— Según ésto, quien sea que gobierne todo el reino durante la noche mientras la está dormida; la persona que es lo suficientemente poderosa como para dominar a todos los vampiros que rondan en la oscuridad. Esa persona vive en el bosque oscuro durante el día. Pero bueno, llegaremos allá durante la noche cuando no está.

— ¿Por qué hiciste todo ese drama entonces....? — preguntó Danna.

— Aunque lleguemos de noche nos llevará semana y media atrevesar toda la isla; habrá que avanzar con cuidado si no queremos encontrarnos con esa persona.

— Bien, ¿qué estamos esperando? — dijo Eren. — ¡En marcha!

— Tú no me mandas. — dijo Danna. — Voy a ir, pero sólo porque quiero.

De nuevo, subieron todos a sus respectivos dragones y volaron en dirección a la última isla. Amaris terminó por quedarse dormida durante el vuelo, como ya se le había hecho costumbre; y entonces Danna se acercó a Armin para ver qué estaban haciendo.

— ¿Qué crees que haces niño? — susurró, porque tampoco quería despertar a su hermana pequeña.

— ¿Volando sobre un dragón? Amaris se quedó dormida. — susurró él de igual forma. — Y también, ¿no vas a llamarme por mi nombre jamás?

— No. Te veo muy tranquilo ante esa situación.

— Ya me acostumbré; ella hace esto en cada vuelo.

— Pues no te acostumbres; estás actuando muy sospechoso.

— ¿Sospechoso? Si no estoy haciendo nada.

— No me refiero a ahora, me refiero a antes.... y a todo el tiempo.

— No entiendo a qué quieres llegar.

— Me refiero a que últimamente ustedes son muy cercanos; — Armin se sonrojó; comenzó a pensar que ella se refería a que él estaba enamorado de Amaris. —¿acaso ella-

— N-No me gusta ni nada por el estilo.

— Yo iba a decir que si te dijo algo más acerca de nuestra familia. — la cara del rubio se volvió un tomate. — Te delataste solo.

— P-Pensé que hablabas de eso, por eso me sonrojé. No hay ninguna otra razón de por medio.

— Ay, ajá. ¿Piensas que me voy a creer eso? Ahora que lo dijiste tiene mucho más sentido pensar que ella te gusta. Ninguna persona se interesa tanto por la vida personal de alguien más a menos que haya interés amoroso de por medio.

— No es cierto; me interesé sobre Amaris porque ella siempre me ha ayudado desde que nos conocimos. Yo también quería estar para ella y por eso me molesté al darme cuenta de que no la conocía tanto como pensaba; de alguna manera yo también quería formar parte de su vida.

— ¿Y dices que no te gusta?

— No, sólo quiero pasar la mayor cantidad de tiempo posible con ella, conocerla y ser parte de su mundo porque es importante para mí.

— Pero, según tú, no te gusta.

— No insistas, ya te dije que no.

— Te estoy vigilando. — Danna amenazó a Armin con la mirada, alejándose lentamente.

El rubio volteó su mirada hacia atrás encontrándose con Amaris, quien aún estaba profundamente dormida. Si lo pensaba, no había ninguna razón para que él estuviera enamorado de su amiga; ella era eso y nada más. Seguramente Danna era quien estaba inventando cosas y lo estaba confundiendo a propósito para molestarlo como siempre lo hace; sí, seguro que era eso. Incluso cuando Danna odia la idea de que su hermana pequeña sea cercana a un chico de su edad, era más probable que ella sólo estuviera jugando a que él sí estuviera enamorado.

Llegaron a la isla al atardecer; y como ya se había hecho rutina, se reunieron para fijar la ruta más corta para cruzar toda la isla.

— Necesitamos algo para iluminar el camino. — dijo Danna.

— ¿Tal vez antorchas? — sugirió Eren.

— ¿De dónde las vamos a sacar, tarado? — reclamó de nuevo Danna. — No podemos hacer antorchas de la nada.

— Creo que podemos usar.... — buscó en su bolso. — ésto. — sacó un par de prendas de su ropa. — Éstas son las que se dañaron a lo largo del viaje; podemos usar esto, un palo y.... — sacó algo más de su bolso. — alcohol etílico. Es inflamable y podemos encenderlo con facilidad usando un fósforo.

— Es muy útil que tengas tanto conocimiento acerca de la supervivencia en la naturaleza. — dijo Amaris.

— Bueno.... no es para tanto. — se avergonzó.

— Sí, sí; luego se halagan. — interrumpió Danna. — ¿Por dónde nos vamos?

— Tenemos dos opciones; — abrió el libro que siempre trae con él. — podemos rodear el bosque y evitar los peligros que hayan dentro, pero corremos el riesgo de estar muy cerca de la orilla de la isla y caernos sin contar el hecho de que nos llevará mucho más tiempo del esperado. O podemos cruzar a través del bosque en línea recta; es el camino más corto y nos llevará semana y media, pero existe la posibilidad de que nos encontremos con “la persona” o quién sabe que otro montón de cosas peligrosas.

— Tendremos que arriesgarnos; no podemos darnos el lujo de tardar tanto tiempo cruzando la isla. — dijo Mikasa.

— Concuerdo; además tendremos más posibilidades de defendernos en un espacio abierto que en el borde de la isla. — agregó Danna.

— Entonces está decidido. — dijo Armin. — Saldremos justo ahora; si vamos a atravesar el bosque tenemos que aprovechar todo el tiempo que sabemos que “la persona” no está aquí.

— Deja de decirle “la persona.” — exigió Danna.

— Es que no sé cómo se llama.

— No tienes derecho a quejarte; — le dijo Amaris. — tú te sabes el nombre de Armin y siempre le estás diciendo “niño.”

— Es porque es un niño.

— Eso es sólo en comparación a ti. — agregó Mikasa.

— ¿Me estás llamando vieja?

— Nadie te está llamando vieja. — dijo Eren.

— ¿Podemos dejar de discutir e irnos ya? — Armin estaba molesto, cosa que nunca pasa y provocó que todos hicieran silencio. — Gracias.

✨ Spoiler: Sí se encuentran con la persona.

Cuídense y tomen mucha agua.

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