5.

— Te preparé algo especial —sonrió el rubio dirigiéndose a la cocina tras abrirle a su novio.

Brian sonrió un poco.

— Gracias, bebé, pero no era necesario...

— Claro que sí —respondió Roger—. Cumplimos veintiocho meses.

— Debo decir que estos han sido los mejores dieciocho meses de mi vida —Brian lo abrazó por la espalda antes de que pudiera seguir yendo a la cocina.

— Los míos también —sonrió Roger.

— Y los futuros serán aún mejores, Amor.

— Lo serán —lo besó en los labios y Brian correspondió gustoso.

Estuvieron un rato allí besándose hasta que sonó el timbre del horno de la cocina.

Roger emitió un "ya vuelvo" y fue a servir.

Brian se dirigió al comedor, donde estaba la mesa servida para dos con unas velas y una rosa. Sonrió por lo preparado y tomó asiento.

Pronto Roger llegó con un plato de lasaña en las manos y se lo colocó delante.

— Es vegana, como te gusta —le dijo un poco nervioso de que Brian no comiera.

— Aw... no era necesario, mi vida —sonrió Brian enternecido.

— Claro que sí, por ti lo es —respondió Roger inclinándose a abrazarlo por la espalda mientras Brian seguía sentado.

Brian besó su mejilla, Roger sonrió, luego prosiguió a sentarse a su lado.

Nuevamente Roger lo miraba esperando a que comiera, como ahora empezaba a acostumbrar a hacer.

Su corazón volvió a latir cuando Brian se metió el tenedor a la boca y comenzó a masticar para luego tragar.

Luego prosiguió a comer él.

— Está delicioso, amor —dijo Brian mientras comía la lasaña—. Gracias.

— ¿De verdad? —sonrió Roger.

— Espectacular, nunca había comido una mejor —le respondió.

Roger agradeció y se sintió contento de que Brian comiera. No se levantó ni una vez con el plato hasta terminar. Incluso pidió un poco más.

— Traje pijama... —comentó Brian, Roger sonrió.

— Hace frío, así que será genial dormir abrazado de ti —besó su mejilla y se apegó al rizado.

Brian fue al baño a cambiarse mientras que Roger lo hizo directamente en su habitación, cuando terminó, tocó la puerta del baño, Brian empezaba a tardar.

— ¿Brimi? ¿Todo bien?

— ¡Claro, bebé! Solo... dame un segundo —sintió la voz del mayor al otro lado de la puerta, Roger suspiró con la cabeza apoyada en esta.

Luego Brian salió listo, Roger parecía empezar a aliviarse, aunque le extrañaba que de un día para otro todo fuese tan normal otra vez.

Se metieron en las sábanas y no tardaron en quedarse dormidos abrazados.

Sin embargo, en la madrugada Roger despertó.

Brian no estaba.

Se sentó en la cama y miró a ambos lados buscándolo, sin embargo no lo vio, solo notó la puerta cerrada del baño, de la cual se notaban ciertos rayos de Luz provenientes del interior.

Y arcadas.

Se oían sonidos de arcadas.

Roger se levantó y caminó a la puerta cerrada del baño de la forma más silenciosa posible, luego abrió la puerta.

Allí vio a Brian vomitando en el retrete mientras se golpeaba el estómago.

Roger corrió a evitar que siguiera golpeándose y le sujetó el cabello. Brian casi al instante dejó de vomitar, se limpió la boca con la manga y lo miró nervioso.

— A-Amor... ¿Qué estabas haciendo...?

Brian abrió la boca para responder, pero ninguna palabra salió de esta.

— ¿Hace cuánto?

— Roggie... no es...

— ¿Hace cuánto? —repitió la pregunta sin lograr evitar que las lágrimas cayeran por sus mejillas.

Tres semanas...

— Entonces... todo lo que has comido en este tiempo... ¿L-Lo has vomitado?

Brian asintió mirando hacia otra parte.

Roger estaba casi seguro que había hecho un avance con su novio.

Se había equivocado y rotundamente.

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