12.
Hacía cinco años atrás, Brian May iba saliendo de una fiesta universitaria donde realmente la había pasado mal, puesto que sus compañeros se habían burlado de su peso.
No era en sí gordo, solamente tenía un poco más de barriga que el resto, producto a qué había estado intentando arduamente bajar los noventa y siete kilos que pesaba. Sin embargo, seguían viéndolo como el tipo gordo de la universidad y aquello era realmente desagradable.
Como siempre, con sus camisetas y chaquetas holgadas y sus pantalones hasta la cintura, caminaba con la vista gacha, intentando ocultar aquella barriga que pese a que era ya pequeña, lo atormentaba desde que tenía quince años y sus camisetas comenzaron a apretarle.
Pesaba en aquel entonces ochenta y dos kilos. Seis menos que lo que media y quince menos que lo que pesaba antes. Aunque claro, le era bastante difícil mantenerse así y aceptarse. Quería llegar a los ochenta kilos. Con eso se conformaba. Ocho kilos menos de lo que medía. Quizás llegara a los setenta y ocho. No sabía.
En un momento dado, decidió sentarse fuera de un edificio a ver las estrellas, como tanto le gustaba. Su melena rizada se movía levemente por la brisa nocturna que le enfriaba el rostro, mas aquello no le importó. Aquel era su momento. El momento en el que estaría solo y podría despreocuparse de lo que los demás dirían de su postura y su barriga.
Grasas Brian iba desapareciendo, Brian mayonesa y Bri el neumático también, sin embargo aquellos molestos sobrenombres lo atormentaban frecuentemente y sabía que muchos siquiera conocían su nombre real, puesto que varios solamente lo llamaban "grasa".
Mientras miraba concentrado las diversas constelaciones, en el balcón del departamento que arrendaba en aquel entonces, un grito, seguido de un ajetreo y el sonido de varias palomas lo sobresaltó. Miró hacia atrás y vio como un chico rubio un poco menor que él, quizás de su edad, intentaba alimentar a las aves y evitar que estas lo picotearan al mismo tiempo. Por lo visto, el ajetreo había sido producto a que casi se le cae la jaula, puesto que sostenía esta con su mano disponible.
— ¿Puedo ayudarte? —preguntó Brian. El chico se sobresaltó y se le cayó todo el alimento dentro de la jaula. Acomodó rápidamente esta y se limpió las manos para verlo.
— Estoy bien, gracias... —respondió incómodo—. No sabía que había alguien aquí... Disculpa, no te vi antes...
— Oh, no te preocupes —le sonrió.
Soy invisible para media universidad y para los que no, soy solo un asmereír, así que no tienes que preocuparte, estoy absolutamente acostumbrado.
— Lo que pasa es que mi abuelo normalmente las cuida... —habló—. Pero él está algo enfermo y vine a reemplazarlo.
— Oh... ya veo —dijo—. ¿Es algo grave?
— No, solo un resfriado, al menos, pero a su edad es mejor que se cuide...
— Claro.
— Bueno... quizás deba irme —habló él caminando hacia la puerta—. Las palomas ya comieron, así que... eso. Un gusto haberte conocido...
— Brian —siguió la frase para presentarse.
— Un gusto haberte conocido, Brian —sonrió y se dirigió a la puerta de la pequeña azotea. Sin embargo, esta no abría—. Demonios...
— ¿Sucede algo?
— Dejé la llave adentro —dijo—. ¡Maldita sea! ¿Cómo pude ser tan estúpido? ¡Agh!
Brian rió un poco y fue a intentar ayudarle a abrir la puerta. Sin embargo, como el chico dijo, aquello era totalmente inútil, puesto que estaba cerrada con llave.
— ¿Tú no subiste con llave? —preguntó el rubio con un hilo de esperanza.
— No, porque no cerré la puerta —dijo Brian y el contrario se golpeó internamente.
— Demonios...
— Bueno, creo que nos quedaremos un rato aquí —dijo el de rizos y volvió a sentarse a mirar las estrellas—. ¿Me acompañas?
El chico se encogió de hombros y se sentó a su lado. La noche era fría, pero hermosa. La luna estaba totalmente tapada por la oscuridad y no era visible en el firmamento, sin embargo, eso solo le otorgaba mayor protagonismo a las ancestrales estrellas, que brillaban y mostraban su fulgurante esplendor sin parar.
— ¿Y eres de por aquí? —preguntó el rubio a Brian.
— No, llegué hace poco desde Hampton para ir a la universidad aquí —respondió—. ¿Tú?
— Bueno, nací en North Folk, pero después me mudé aquí —respondió él mirando el cielo. Brian observó su perfil mientras hablaba—. De todas formas, aquí es genial. Hay muchas tiendas de música y cosas así. Aún estoy buscando el disco nuevo de los Beatles, pero ya lo encontraré.
— ¿Te gustan los Beatles? —preguntó Brian y el contrario asintió—. Hey, ¡me encantan los Beatles! Son geniales.
— ¡Sí! Realmente lo son —sonrió—. Al principio no me volvieron loco, pero cuando salió Revolver...
— Uno de los mejores discos, sin duda —dijo.
— ¿Y qué otras cosas te gustan? —preguntó el rubio.
— Bueno, toco guitarra, pero también me gusta la fotografía y la astrofísica. Estoy en segundo año de astronomía y voy a licenciarme en astrofísica.
— ¡Vaya! Entonces de seguro eres brillante... —dijo—. Yo ni siquiera salgo de la escuela aún. Voy en último año.
— Pero ya terminará el año, ¿no? ¿Qué vas a estudiar?
— No tengo idea —rió—. Estoy entre cinco carreras.
— De seguro vas a elegir bien —aseguró.
Siguieron hablando toda la noche, sin preocuparse del frío o que estaban encerrados. Cuando el conserje subió, abrió la puerta y los vio hablando tranquilamente, pregunto qué hacían allí.
— Nos quedamos encerrados —dijo el rubio sonriendo ampliamente, lo que desconcertó al hombre—. Bueno, debería irme, mi mamá debe estar preocupada...
— Claro, yo también —ambos se pusieron de pie—. Hey, nunca me dijiste tu nombre.
— Oh cierto —sonrió—. Soy Roger.
— Un gusto, Roger.
Brian volvió al día siguiente a la azotea, y Roger estaba allí. Así fue durante una semana, donde se quedaban conversando largas horas, pese a muchos obstáculos. Terminaron dándose sus números y juntándose seguido, se hicieron mejores amigos durante tres años. Y tras, eso, Brian dio el primer paso.
— ¿Por qué me trajiste aquí? —rió Roger viendo alrededor.
— No sé, quise venir —respondió—. Es muy lindo aquí, ¿no crees?
— Sí, realmente lo es —sonrió—. Las palomas siguen aquí.
— Sí —volvió a reír—. ¿Nos sentamos?
— Claro.
Roger se sentó a su lado y dirigieron la vista hacia el cielo.
— Está igual que la noche que nos conocimos —comentó el rubio—. Sin luna.
— Es cierto —dijo.
— ¿Y cómo va la universidad? —preguntó Brian.
— Bastante bien... a ti te entregan el título este año, ¿no?
— Sí —respondió y dejó de mirar el cielo para mirar el perfil de su acompañante.
— Cómo pasa el tiempo... —comentó Roger.
— No tan rápido si las cosas están mal —dijo Brian y Roger rió.
— Ahí es como si el tiempo lo llevara una tortuga en la coraza —dijo—. ¿Sigues mal por Chrissie?
— No, ya no —respondió—. Quizás lo nuestro nunca fue verdadero.
— ¿Por qué dices eso? —preguntó.
— Porque ya dejé de amarla para amar a alguien más —respondió con la vista en el cielo.
— ¿En serio? ¿Y quién es la afortunada? —preguntó Roger curioso.
— Bueno, es un afortunado —río un poco.
— ¿En serio?
— Sí.
— Bueno, no tienes que preocuparte —dijo—. Cuenta. ¿Cómo es él?
— Es muy dulce —comenzó—. Muy... muy hermoso... sus rasgos... wow. Es realmente hermoso.
— ¿Entonces te enamoras por lo físico?
— No, claro que no —rió—. Es muy simpático, aunque a veces se enoja mucho y es algo mandón, pero aún así estoy enamorado de él. Es sencillo, preocupado, tierno, amable... es todo lo que siempre busqué y no me había dado cuenta hasta después de mi ruptura con Chrissie.
— ¿Lo conozco? —preguntó intrigado.
— Sí —respondió sonriendo—. Lo conoces muy bien. Pero aunque no quieras admitirlo, quizás yo lo conozco mejor.
— ¿Cómo se llama? —preguntó nuevamente.
— Roger —respondió y lo miró—. Se llama Roger.
El nombrado sonrió y miró al suelo con un tono rojizo en las mejillas. Brian lo observó en cada una de esas, dándole cierta ternura, sin embargo, estaba nervioso, si Roger no correspondía, posiblemente dejarían de ser amigos. Y simplemente no quería perderlo.
— ¿Y tú? ¿Amas a alguien? —preguntó.
— Sí —respondió.
— ¿Y cómo es ella?
— Tampoco es una chica —rió, aquello renovó las esperanzas del mayor—. Pero... es muy dulce. Tierno. Detallista. Es... es realmente brillante, siempre me cuida y se preocupa por mí... y diablos, sí que es lindo. Muchísimo.
— ¿Lo conozco? —preguntó mientras se atrevía a acercar levemente su rostro.
— Sí —respondió—. Y muy bien. Aunque yo lo conozco mejor que tú.
— ¿Y cómo se llama? —preguntó en un susurro cerca de sus labios.
— Se llama Brian —respondió en el mismo tono y abrazó su cuello para luego besarlo en los labios. El contrario correspondió mientras lo abrazaba por la cintura y se sumieron en un largo y dulce beso que quisieron que fuera eterno, puesto que llevaban cierto tiempo esperándolo.
Tras separarse lentamente por la falta de aire, se miraron a los ojos sin ser capaces de soltarse, unieron sus labios nuevamente y luego unieron sus frentes con dos sonrisas que iluminaban felices sus rostros.
— Hey, Rog —habló Brian con sus frentes aún juntas.
— Dime —respondió él.
— ¿Serías mi novio? —preguntó.
— Claro que sí —contestó y volvió a besarlo. Se besaron muchas veces aquella noche, sin importarles, qué nuevamente se habían quedado allí abajo, encerrados.
Y en la mañana, cuando el conserje fue a abrirles, vio a Roger abrazado a Brian mientras dormía con la chaqueta del mayor cubriéndolo, y a este último acariciando su cabello con una gran sonrisa.
Tres años después de aquello, Roger volvía. Esta vez solo. Con un anillo de compromiso en su dedo índice y con una sonrisa triste en el rostro.
— Aquí nos conocimos y empezamos a ser novios, mi amor —murmuró mirando al cielo que sin luna era adornado por miles de fulgurantes estrellas.
Aunque no obtuvo una respuesta, puesto que aquel día, Brian estaba lejos de él para poder sanarse tanto física como mentalmente.
Y Roger no podía evitar pensar que era su culpa.
Por no haberse dado cuenta antes.
.*_•*_•,*
YA VOLVÍ, YA VOLVÍ AAAA
Perdón por la tardanza, alv no actualizaba de hacía meses, nmms.
Así que aquí traje un capítulo más largo, basado en Brian, y haciendo flashbacks y racontos depresivos para cortarse las venas uwu
Así que vayan al emporio de flashbacks de la tía Em para encontrar su causa de depresión¿ y después pasan al doctor Simi a comprar antidepresivos.
Pero no se hagan adictos, ah ;D
Y bueno, eso, nuevamente disculpen la tardanza, pero ya salí de vacaciones y voy a tener más tiempo para actualizar.
POR TRES MESES OSI OSI
Así que eso, hasta la próximaaa
- Em
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