Ronda cuatro

Las puertas principales del laberinto se abren para recibir invitados especiales. Estos están de visita especial para la ronda de hoy. Los adefesios los reciben asustándose al no haber sido informados de la clase de visitas que vendrían. Mientras los gigantes indefensos lidian con los invitados, los participantes de la la última ronda se preparan en su respectiva habitación. Las luces del tercer piso se encienden y el reto está por comenzar.

Los seis participantes comparten una pequeña habitación al fondo del segundo piso. Con los ojos vendados, los personajes intentan reconocer sus alrededores consiguiendo únicamente golpear por accidente a sus otros compañeros. Todos parecen demasiado asustados como para hablar con el otro o siquiera quejarse de dolor. ¿Que los habrá asustado tanto? ¿Será el suave roce de pequeños insectos caminando por su piel? Tal vez sea la descarga eléctrica que sienten cada vez que abren la boca.

Uno a uno, los adefesios van sacando de la habitación a los participantes. En completo silencio, los monstruos toman del brazo a los personajes y los guían a la salida. Una chica de aproximadamente 18 años comienza a toser del susto recibiendo repetidas descargas eléctricas que al mismo tiempo puede sentir el adefesio. Con un grito ahogado, el adefesio aleja a la chica y esta cae al suelo sobre su brazo izquierdo. Del mismo modo, otro de los adefesios lucha por mantener la calma sujetando a uno de los personajes en sus brazos para sacarlo del lugar. El resto de los participantes salen sin problemas de por medio.

Los personajes son llevados al tercer piso, donde los espera una sorpresa feroz. Dentro del lugar justo al centro del piso hay una habitación común y corriente. Más corriente que nada porque es una de las que no pudieron ser renovadas. Una vez dentro de la habitación, las vendas que cubrían los ojos de los personajes se desintegran dejando una capa de humo en su mirada por unos segundos. Algunos tosen un poco y otros no parecen siquiera notar que la venda se ha ido.

Mientras los participantes recuperan la vista, son guiados hacia unas sillas metálicas acomodadas de manera circular al centro de la habitación. Tal como si de una terapia grupal se tratara, los personajes comienzan a mirar a sus compañeros. Una chica rubia de ojos color miel mira con atención hacia cada silla, deteniéndose en una aparentemente vacía. Otros personajes notan el semblante curioso de la chica y voltean hacia la misma dirección. Un hombre de cabello rizado un tanto ridículo está sentado justo al lado de dicha silla, se inclina levemente tratando de ver más de cerca la silla y el salto repentino del personaje en ese lugar lo hace caer de la silla. Un gato rayado color naranja se asoma de su escondite debajo de la silla y se acomoda moviendo su cola con suavidad. 

Después de que el hombre rizado se levantara del suelo y hablará de cómo casi muere del susto, los participantes esperan indicaciones o alguna pista que les diga que es lo que hacen reunidos ahí. Como si los hubieran escuchado, obvio lo hicieron, una imagen flotante aparece al centro del círculo. La luz púrpura que provee el holograma comienza a parpadear como si estuviera fallando. Segundos después la imagen parece normalizarse y unas palabras giran permitiendo que todos puedan leerlas: ¿Serias mi amigo/a?

Al momento que la pregunta es leída por todos los presentes, el holograma desaparece y las luces se apagan. Las sillas comienzan a deslizarse hacia atrás haciendo el círculo más grande y separando a los participantes. Aún en tinieblas, los brazos de los participantes son atados a los lados de las sillas. Todos, excepto Ankh el gato, están restringidos en su lugar forcejeando sin éxito. Las luces se encienden alumbrando individuamente a cada participante y dejan ver la lejania de aproximadamente tres metros entre cada sila. Una chica palida de ojos negros comienza a moverse bruscamente en su lugar en un intento de quitar el amarre de sus manos pero termina callendo con todo y silla. Frente a ella, una chica de apariencia joven observa a la pálida con atención y decide repetir sus acciones terminando en el suelo. Ankh que solo mira a los demás moverse como gusanos, baja de su silla con elegancia y se acerca a la pálida en el suelo. Con su cola rozando la nariz de Sarah, el gato se restriega en el cuerpo de la chica y se tira panza arriba en forma juguetona. 

Mientras Sarah y Ankh juegan, Dream observa a todos con detenimiento. La rubia no intenta zafarse de la silla, solo espera. Como si esa fuera la respuesta, la rubia comienza a sentir algo fresco y carnoso recorrer su cuello. A pesar de estar asustada, intenta regular su respiración al ver a la serpiente sacando su lengua mientras la mira de cerca. El reptil solo la afronta por unos segundos y continúa su recorrido por su cuerpo.

De lado opuesto directo frente a la rubia, el hombre rizado se dedica a gritar mientras mueve su cuerpo desesperado. La serpiente se altera por los gritos y su cuerpo se enreda en el de Fausto apretándolo. Fausto comienza a hiperventilar al mirar su cuerpo rodeado casi por completo por el reptil y lo último que ve son los colmillos de la pitón frente a su cara.

Una chica de apariencia vanidosa mira la escena frente a ella aterrada. Lleva una expresión de seguridad falsa en el rostro pero le tiemblan las piernas. Sin poder producir sonido alguno, abre la boca esperando que algo salga pero lo único que escucha es aquella voz ya conocida en su cabeza. La voz le dice que debe salir de ahí sin importar a quien deje atrás. Jessica se pregunta "¿Cómo podré sacarme de está?" mientras siente la fría piel de la serpiente en su espalda. Abre los ojos y estos comienzan a ponerse borrosos con lágrimas. Su respiración se acelera al mismo tiempo que la serpiente logra rodear sus hombros. Jessica siente los dedos de las manos entumirse y los pies ya hace más de cinco segundos que dejó de sentirlos. Al tener la lengua del reptil tocando su nariz, Jessica contiene la respiración.

La escena no es nada prometedora. Dos personajes desmayados, dos caídos, uno jugando con uno de los caídos, y uno de romance con la serpiente.

Las luces se encienden alarmando a los tres personajes aún conscientes, Ankh ni se inmuta. Mientras la serpiente comienza a asfixiar a la joven estudiante en el suelo, Sarah intenta no tragar los pelos que suelta Ankh. Para suerte de Sarah, la serpiente no ha llegado a ella y tal vez nunca lo haga si el gato continúa jugando con ella. No es muy claro si es algo bueno o malo.

Dream continúa tratando de mantener su respiración calmada y sus manos relajadas. La serpiente termina su recorrido por todo su cuerpo y se retira sin voltear a verla una última vez. La rubia la mira un poco ofendida pero suspira profundamente. Mirando al techo, comienza a sentir pequeños y ligeros pasos en su pie izquierdo. Siente como la criatura avanza relajada por su pierna y comienza a llegar a su rodilla. Dream sostiene la respiración y dirige su vista a sus muslos esperando con ansias al nuevo visitante.

La tarántula sube con dificultad por la rodilla de la rubia. Sus pequeñas patas se resbalan dos o tres veces antes de poder subir por completo a su muslo. Dream se remueve incómoda inconscientemente pero se relaja a los pocos segundos. Tomando respiraciones hondas seguidas, la rubia logra llegar a una zona de relajación mientras sigue con la mirada el recorrido de la tarántula. Lentamente, la tarántula trepa por su blusa y se posiciona en sus hombros por unos segundos. Al continuar su camino, la tarántula camina por los hombros y espalda de la rubia.

Después de la tarántula, unos cincuenta gusanos caen sobre ella y después de esos un par de cocodrilos medianos rondan la silla. Ante cada una de la criaturas, la rubia logra mantenerse en calma y sin queja alguna. Mientras la mitad de los demás participantes están inconscientes, Dream cierra los ojos al darse cuenta que ninguna criatura ha llegado con ella y suspira profundamente.

Las muñecas de la rubia son liberadas al igual que sus tobillos. La silla comienza a ser jalada con una cadena oxidada hacia arriba. Dream se sujeta del asiento y fija su vista en sus compañeros que poco a poco se ven pequeños. Cuando la silla se detiene, el techo se abre y este parece jalarla como si fuera magnética. La rubia termina de entrar por el orificio en el techo y, al cerrarse este, cae al suelo de la nueva habitación.

La rubia se pone de pie y sacude sus pantalones, fija su vista en el suelo y detiene sus movimientos de inmediato. El piso es transparente y le deja ver qué la situación no ha mejorado para sus cinco compañeros debajo de ella. La habitación de abajo se comienza a llenar de agua y esta asciende cada segundo que pasa. Dream, sin poder quitar la vista del cuarto de abajo, siente que su respiración se corta y comienza a hiperventilar. Mientras el agua llega hasta el techo de la habitación que a su vez es el piso de la otra, Dream observa a los cinco personajes flotando sin poder hacer nada para salvarlos.







Finalista ronda cuatro: A Través de un Sueño de _RedQueen_20

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