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Capítulo 5

La venganza contra BaiZhan

Si de algo podía estar seguro Shen Jiu, era que en esos tres meses que pasaron las cosas habían mejorado aún más de lo que ya habían mejorado. Algo que no hubiera imaginado antes, después de todo consideraba que su pico ya estaba lo suficientemente bien. Claro que eso comparándolo con el del pasado.

Ming Fan se había vuelto realmente un discípulo ejemplar. Era un shixiong muy querido y muchos recurrían a él por ayuda, en especial para caligrafía o pintura. El niño abusivo y engreído que recordaba se había vuelto amable y protector. Tal vez lo único que había necesitado Ming Fan todo ese tiempo había sido que Shen le pusiera un alto a sus estupideces y no las alentara. Tal vez así no habría torturado a Luo Binghe y este no lo hubiera asesinado de manera tan cruel. Aunque eso no sería posible ahora.

Por alguna razón, Ming Fan terminó siendo bastante cercano a Luo. Quizás porque era el discípulo más pequeño del pico y hacía pocos meses que había ingresado. O porque Luo era naturalmente bonito y adorable, un pequeño loto blanco que inspiraba querer protegerlo. Como sea, era normal ver a Ming Fan con Luo, ya sea ayudándolo con algo de sus clases o compartiendo algunos paseos. Ning Yingying solía unirse a ellos a veces, pero no para estar pegada a Luo. Parecía estar ahí para ambos, hablando con ellos o cuidándolos.

No parecía ser la niñita con la cabeza en las nubes que había criado la primera vez. Esa misma niña que se casó con un idiota que jamás la apreciaría de verdad y solo la convertiría en una mujer más de su harén.

Para fortuna de Shen, Ning Yingying parecía más interesada en ser una buena shijie y shimei para todos sus hermanos marciales que solo para Luo. Eso había sido un cambio notorio y que agradecía enormemente.

Además de ese cambio de actitud, todos en el pico en general habían mejorado notablemente sus habilidades. No solo en las cuatro artes, sino también en la habilidad con la espada y el cultivo. Las composiciones musicales habían mejorado mucho, tanto que comenzaba a ser agradable escucharlos tocar. Algunos discípulos estaban trabajando en melodías propias y se acercaban a él para consejos o mostrarles lo poco que tenían, para que así pudiera guiarlos. Otros escribían pequeñas poesías que, aunque no eran muy buenas o destacables, eran decentes para su nivel y edad. También estaban los que pintaban, muchos de los cuales se habían animado a empezar a pintar el paisaje de QingJing pero agregando pequeños detalles sacados de su imaginación. Una de las pinturas que Shen recordaba era de un discípulo de quince años. Había hecho el bosque de bambú de QingJing tal cual lo conocía, pero había agregado en medio de los bambúes muchos conejos blancos que, en su pico, no estaban. También recordaba la pintura que había hecho Ming Fan que retrataba exactamente el puente arcoíris que unía QingJing con BaiZhan, pero le había agregado un largo dragón blanco que serpenteaba ascendentemente por alrededor del puente hasta el cielo. Había ciertos detalles que cambiar en lo que había hecho Ming Fan, pero para su edad era realmente un logro más que destacable.

El manejo de la espada era algo que a algunos le costaba más que otros, pero en términos generales habían mejorado mucho. También, gracias a la falta de abusivos, todos habían logrado avanzar en su cultivo sin problemas. La tranquilidad que podían tener en el pico los había ayudado más de lo que Shen había esperado. Pero Luo Binghe, en este aspecto, era el más destacable. El niño claramente nació para estar en el pico BaiZhan, no QingJing. Era prácticamente un talento innato como Liu Qingge, solo que mitad demonio celestial. Aprendía rápidamente cualquier movimiento con la espada, aunque a veces fingía para que Shen se acercara a ayudarlo. En esos momentos era normal que le diera un golpe con su abanico por mocoso tonto. Cuando solía hacerlo, el sistema le regalaba puntos de afecto. Shen no buscaba entender al niño.

Como fuera, todo en el pico solo iba de bien a mejor. Lo cual a veces lo sorprendía, pero el sistema le recordaba que era gracias a su trabajo que eso estaba pasando. Trabajo que no solo centraba en el pico, sino también en sí mismo.

Luego de visitar el pico QiongDing, Shen decidió comenzar a trabajar más duramente para superar sus demonios internos. Los primeros días habían sido difíciles. Superar sus demonios internos era complicado. Tenía que aprender a entenderlos, perdonarlos y simplemente dejarlos ir. Pero soltar algo que había sido parte de su vida durante mucho tiempo era como para un niño aprender a dormir sin la ayuda de su peluche favorito. Era familiar y era algo que le había pertenecido durante mucho tiempo, no podía dejarlo ir así como así.

Pero a medida que meditaba y avanzaba sobre ellos, se volvía fácil comenzar a entenderlos. Perdonarlos le estaba costando, pero poco a poco los aceptaba de manera tal que las pesadillas comenzaban a disminuir. Aunque eso no quería decir que había logrado avanzar en su cultivo y Shen no entendía por qué. La respuesta del sistema había sido sencilla:

[Tal vez hay algo que el usuario no esté entendiendo.]

Qué era ese algo, Shen Jiu todavía no lo sabía.

Al mismo tiempo, un mes después de empezar con su trabajo personal de superación, Ning Yingying decidió ir la tarde de los miércoles y viernes a pasar tiempo con él en su casita de bambú, llevando té y algunos bocadillos. Ocurría después de las clases y cuando Shen decidía encerrarse a meditar. El segundo día que ella se presentó con té y bocadillos, Shen Jiu le preguntó por qué lo hacía. Tímidamente ella le respondió que era porque estaba notando distante a su shizun y eso le preocupaba. Ah, tal vez eso se debía a que Shen Jiu se encerraba a meditar y pulir sus planes futuros. Pero ella no tenía por qué saberlo.

Al final permitió que ella lo visitara esas tardes para conversar y compartir té. Ning Yingying hacía preguntas y Shen se encargaba de asesorarla y ayudarla con el guqin, instrumento con el que la niña mostraba gran talento. Durante ese tiempo había logrado crear su propia composición, aunque corta y simple, seguía siendo su primer trabajo propio. En silencio, Shen se sintió orgulloso de ella.

Sin embargo, las visitas no pudieron seguir siendo solo de Ning Yingying. Hacía quince días, Ming Fan y Luo Binghe se sumaron. Su discípulo principal se había enterado luego de que Ning Yingying se lo contara, mientras que Luo Binghe se sumó por cuenta propia luego de descubrirlos. Ahora era normal que los tres fueran las tardes de los miércoles y los viernes a tomar té, comer bocadillos y recibir consejos de su viejo maestro.

A pesar de que el primer y segundo día Shen no estaba de acuerdo con pasar tiempo con Luo Binghe en el mismo espacio, terminó considerándolo un buen desafío para superar sus traumas traídos de su primera vida. Descubrió que, lentamente, de esa manera, podía acostumbrarse a la presencia de la pequeña bestia. Apodo que obviamente no podía usar con el niño, no fuera a ser que lo odiara solo por un apodo y cuando tuviera a XinMo quisiera matarlo por eso.

Ese viernes esperó en su casita de bambú, mientras redactaba un informe sobre una misión que otro discípulo realizó. Esperó, sabiendo que pronto escucharía los tres toques de Ning Yingying en la puerta, esperando a que le abrieran junto con Ming Fan y con Luo Binghe quien seguramente llevaba la bandeja con el té y los bocadillos para compartir.

Cuando el sol comenzaba a atenuarse en el cielo, Shen se dio cuenta que sus tres discípulos no se presentaron en ningún momento y eso lo extrañó. Los niños generalmente iban a verlo a la misma hora, como si fueran tres pequeños relojes.

No fue esta la ocasión.

¿Les habría pasado algo? No, de ser así otro discípulo se hubiera acercado a su casita de bambú para decirle.

¿Tal vez se quedaron practicando o decidieron pasar tiempo juntos? Bueno, no estaba mal. Eran jóvenes y debían pasar tiempo con niños de su edad, no con un maestro que tenía veinte años más que ellos.

Quizás incluso estaban cultivando. Shen valoraba que se preocuparan por su cultivo, siendo jóvenes tenían que preocuparse por eso.

Decidió no preocuparse más por eso y siguió con el informe hasta que cayó la noche. Cuando eso pasó decidió ir por algo para cenar. No había comido casi nada durante el día y ahora tenía hambre. Su apetito había mejorado en ese tiempo, aunque no comía tanto o normalmente como debería, había comenzado a comer un poco más de lo que solía hacer hace unos meses.

Fue solo por una sopa y un poco de té y cuando volvió a llegar a su casita de bambú, notó algo. En el camino, ni siquiera cuando pasó al comedor, vio a sus tres visitantes. Los tres niños no parecían estar en ningún lado. Incluso le pareció notar que varios de sus discípulos no estaban presentes durante la cena. Eso era extraño.

Tras terminar su sopa, Shen decidió salir para buscar a sus discípulos. Algo dentro de él le decía que algo pasaba. Esa ausencia no era normal, podía creer que alguno de ellos no pudiera ir, pero ¿los tres? Eso no era posible.

Caminó hacia los aposentos de los discípulos para preguntarles a los demás dónde estaban. Si ninguno de ellos los había visto entonces tendría que comenzar a preocuparse.

—Shizun—saludó uno de los discípulos que recién salía de la habitación compartida de los niños.

—Wu Ling—dijo mirándolo—, ¿has visto a Ning Yingying, Ming Fan o Luo Binghe?

Wu Ling se mantuvo tranquilo, pero había algo en el movimiento de sus dedos que a Shen no le gustaba.

—Ming shixiong, Luo shidi y Ning shimei están durmiendo ya luego de estar cultivando por horas.

Shen lo examinó minuciosamente. Wu Ling se veía calmado, respetuoso al estar frente a su shizun. Pero había algo en su postura, en la tensión en sus hombros, que a Shen le hizo sospechar que le estaba mintiendo. Además de vez en vez parecía mover los ojos hacia los costados, como si estuviera nervioso.

—Ya veo. Descansa tú también, hoy has trabajado duro.

Los hombros de Wu Ling dejaron de estar tensos e incluso sonrió ligeramente.

—Sí, shizun.

Shen Jiu regresó a su casita de bambú, extrañado por los sucesos de ese día. ¿Qué le estaban escondiendo sus discípulos como para que tengan que mentirle?

[Tal vez el usuario está pensándolo mucho. Sus discípulos seguro estuvieron practicando y ahora están durmiendo en sus aposentos.]

"Lo dices como si los conocieras. Algo está pasando, lo presiento."

Siguió su rutina. Se dio un baño antes de cambiarse para irse a dormir y descansar. Pero ante la duda de lo que estarían haciendo sus discípulos, no pudo dormir. Dio vueltas en la cama mientras un rayo de luz lunar ingresaba por su ventana, siendo la única fuente de luz que alumbraba su habitación.

—Cuidado, Ning shimei.

Shen miró hacia la ventana, la dirección de dónde había escuchado la voz susurrante de Ming Fan. No sabía si esos niños lo recordaban o no, pero el cultivo de su maestro le permitía agudizar sus sentidos. Podía escucharlos perfectamente aunque susurraran.

—Lo siento, no lo vi—respondió Ning Yingying.

—¿Creen que shizun se haya dado cuenta de que no estábamos?—preguntó Luo Binghe.

Shen consideró por un momento presentarse ante ellos y responderles con un Sí, sí me di cuenta. Pero siguió fingiendo no estar enterado de nada, esperando escuchar qué más decían, si decían algo relacionado a lo que habían estado haciendo.

—No creo—dijo dudoso Ming Fan—, nuestros shixiong nos están cubriendo.

—Además Sheng shidi se quedó también para asegurarse de que nadie se salga del plan—dijo Ling Yi.

—Shh, estamos cerca de la casa de shizun—susurró Ning Yingying—. No hagamos ruido o nos escuchará.

Si supieran que ya los estaba escuchando.

Escuchó sus pasos en la hierba moviéndose rápidamente, como si corrieran hacia los aposentos de los discípulos.

Ya no los volvió a escuchar hablar.

¿A dónde habían ido sus discípulos?

.

.

.

.

.

Shen Jiu había dormido pocas horas en la noche, pero lo suficiente como para no querer matar a alguien durante sus clases.

Estaba terminando de alistarse cuando la puerta de su casita de bambú fue derrumbada repentinamente. Recuperándose del sobresalto, Shen salió de su cuarto para ver qué estaba pasando.

Nada lo hubiera preparado para lo que vería.

—¡Shen Qingqiu! ¡Maldito bastardo deshonesto! ¿Qué les enseñas a tus discípulos?

A Shen le hubiera gustado responderle, pero la imagen frente a él era...demasiado.

Liu Qingge estaba ahí, con cuatro discípulos a sus espaldas. Los cuatro jóvenes cultivadores se veían desaliñados, con el cabello hecho un desastre, mechones duros que apuntaban hacia el cielo y mechones que parecían nidos de aves. Incluso sus prístinas ropas estaban rotas, cortadas en varias partes y con agujeros que parecían haber querido ser "remendados" con moños de colores o malas puntadas de hilo grueso. Cualquiera que los viera creerían que eran un grupo de desquiciados que se hacían pasar por cultivadores.

A diferencia de ellos, Liu Qingge no tenía su ropa arruinada o su cabello desastroso. Pero lo llamativo de él era el hecho de que su rostro...estaba maquillado.

Ni en todos los años en los que perteneció a la secta hubiera esperado ver al Dios de la Guerra de BaiZhan de esa manera. Con el rostro espolvoreado de un blanco puro, los párpados resaltando en un azul profundo, los labios rojos y brillosos, dos círculos rosados en sus pómulos y un lunar falso cerca de la comisura izquierda de su boca.

Shen Jiu no sabía si reír o golpear a Liu por lo horroroso que se veía. Quizás las dos opciones.

—¿Disculpa? ¿Se puede saber de qué estás hablando?—abriendo su abanico, cubrió la mitad de su rostro, ocultando la pequeña sonrisa que se formó en sus labios al ver la apariencia del maestro de pico de BaiZhan.

—¿De qué estoy hablando? ¡De que si tienes algún problema conmigo, enfréntame de frente y no como un cobarde! ¡No envíes a tus discípulos a hacer el trabajo sucio!

Ah, con que por ese motivo había menos discípulos en su pico ayer.

—Que tengas una visión errada de mi persona no quiere decir que tengas derecho a acusarme de esa manera sin prueba alguna—dijo seriamente Shen—. Yo no envié a ningún discípulo a agraviarte de esta manera.

—¿En serio crees que necesito pruebas para saber que fuiste tú? Eres el único maestro de pico que me odia hasta el punto de ser capaz de querer matarme a traición.

Shen Jiu apretó el abanico en su mano. ¿Matar al bruto de BaiZhan? Aunque dijera que lo haría algún día, jamás pensó seriamente en hacerlo. No era un bastardo tan grande como todo el mundo creía, él no era como su antiguo maestro Wu Yanzi quien sí mataba a traición.

Odiaba que lo catalogaran de esa manera. Pero ¿no se lo había buscado él mismo?

—Yo no envié a nadie, ¿o acaso tienes pruebas de eso? Pruebas reales no suposiciones vacías.

Liu iba a responderle cuando se escucharon gritos de fondo. Shen notó que dos de los discípulos que estaban detrás de Liu Qingge ya no estaban. Maldita sea estos monos brutos.

Empujando al maestro del pico BaiZhan, salió de su casita de bambú y vio a esos dos desaliñados discípulos peleando con sus discípulos que se habían acercado a ver qué ocurría. Incluso notó a Luo Binghe en el suelo, con una bandeja desechada a un costado y el congee que seguramente hizo, derramado por todo el pasto. Ning Yingying estaba a su lado, cuidándolo, mientras Ming Fan, Mu Sheng y Ling Yi discutían con los brutos de BaiZhan.

Shen tuvo que interponerse entre ellos, usando su abanico para alejar a esos dos discípulos problemáticos que estaban molestando a los suyos.

—¿Qué creen que están haciendo?—preguntó viendo a los dos desaliñados chicos que se levantaban del suelo luego de haber sido arrojados al mismo por una ráfaga de energía espiritual.

—Están en su derecho luego de lo que ellos le hicieron—dijo Liu poniéndose frente a sus discípulos.

—Repito: ¿qué pruebas tienes de que ellos fueron los que les hicieron eso? ¿Acaso crees que solo mis discípulos pudieron haber hecho algo? Que recuerde, tus discípulos molestan a cualquier discípulo con el que se topen en el camino. No serían los únicos con algún rencor hacia ellos, ¿no lo crees? Bruto descerebrado—lo último lo escupió con molestia.

Aunque era consciente de que seguramente fueron sus alumnos los que hicieron eso, no consideraba que lo que hicieron estuvo mal. Los imbéciles de BaiZhan tenían derecho de molestar a quien sea sin ser castigados, pero ¿nadie podía hacerles nada? ¡A la mierda todo ese pico!

—¡Tú!—lo señaló enojado Liu Qingge—¿Quién además de ti podría enseñarle trucos sucios a sus discípulos? ¡Un hombre descarado, deshonesto y perverso como tú sería capaz de crear discípulos de este nivel!

Shen apretó los dientes y frunció notoriamente el ceño. Aceptaba ser insultado, ya era parte de su vida recibir insulto tras insulto, pero que insultara a sus discípulos era inaceptable. ¿Quién se creía ese idiota para insultar a sus discípulos de esa manera, diciéndole que era un mal maestro cuando él apenas y estaba presente en su pico? ¡Si alguien ahí era un maestro deficiente, ese claramente era Liu Qingge!

Cuando estaba por gritarle hasta de lo que se iba a morir ese mono bruto, Yue Qingyuan apareció, alertado por un discípulo del pico BaiZhan. Bajó de su espada envainada y se interpuso entre ambos maestros de pico. Pero al mirar la cara de Liu Qingge tardó en reaccionar y hablar.

—Qingqiu shidi...Liu shidi, ¿qué está pasando aquí?—preguntó mirándolos a ambos, aunque parecía más interesado en el rostro maquillado del Dios de la Guerra.

Antes de que Shen pudiera decir algo, Liu Qingge se le adelantó.

—¡Envió a sus discípulos a atacar mi pico!

—Eso no es cierto, no hay pruebas que digan que mis discípulos lo hicieron.

—Qinqiu shidi—ah no, ahí estaba de nuevo ese tono y esa mirada en Yue Qingyuan—, sabes que alentar esto en tus discípulos no está bien.

¡Como esperaba! ¡Yue ni siquiera le creyó! ¡Y ahora lo miraba como si fuera un padre que no se sentía bien al regañar a su hijo pero que de igual manera tenía que hacerlo! Odiaba eso. Odiaba que su Qi-ge no le creyera.

—¡Yo no hice nada!—insistió, pero Yue lo seguía mirando de la misma manera y Shen Jiu sentía que estaba perdiendo la paciencia.

¿Por qué nunca nadie le creía? Podía entenderlo de los demás y le daba lo mismo lo que pensaran de él, pero ¿su Qi-ge? ¿Por qué no le creía? ¿Qué imagen tenía de él? ¿Acaso no lo conocía lo suficiente?

Sintió la ira abrirse paso dentro de él, su energía descontrolada pasando por sus meridianos que se abrían y cerraban de manera errática. La energía descontrolada, ese sentimiento lo conocía bien. Había vivido luchando contra las desviaciones de qi, era completamente capaz de reconocer cuando estaba a punto de tener una. Su núcleo imperfecto temblaba por la energía errática que iba y venía, en un paseo salvaje por sus meridianos.

[¡Usuario por favor, cálmese! ¡Una desviación de qi ahora no es buena! ¡Sus discípulos...!]

"¡Cállate!" bramó furioso.

El sentimiento era asfixiante y aunque por fuera no hacía más que fruncir el ceño y apretar el abanico con fuerza, por dentro sentía que se estaba volviendo loco.

Iba a marcharse, después de todo seguir discutiendo no era una buena opción. Pero entonces Ming Fan se puso frente a él, seguido de Yang Chen y Mu Sheng.

—¡Shizun no hizo nada! ¡Todo esto es solo nuestra culpa!—reconoció su discípulo principal quien se mantenía frente a él como si pudiera protegerlo.

Pero Ming Fan tenía doce años y apenas le llegaba al pecho. No podía hacer nada para cubrirlo, pero se veía tan serio y decidido que Shen no pudo decir nada al respecto.

—¡Así es, nosotros fuimos los que planeamos hacerles esto a los discípulos de BaiZhan!—dijo Mu Sheng cruzado de brazos.

Yang Chen no dijo nada, siendo el más tímido solo se limitó a cruzarse de brazos y fruncir el ceño.

Yue se sorprendió por la repentina intervención, pero se recuperó más rápido que cuando vio el rostro mal maquillado de Liu Qingge.

—Por favor, ¿podrían explicarse correctamente?

—Todos en el pico QingJing estamos hartos de que los discípulos de BaiZhan siempre nos ataquen sin motivo alguno y nos golpeen—comenzó a explicar Ming Fan, tan firme como las montañas—. Así que planeamos vengarnos de ellos. Esto que les hicimos no es nada a comparación de lo que ellos siempre nos hacen cada vez que se encuentran con nosotros.

—Eso es cierto—dijo Ning Yingying, acercándose con Luo Binghe detrás de ella—. Siempre nos golpean y nos agreden cada vez que paseamos por los límites, pero nunca son reprendidos. Liu shishu dice que nuestro shizun es un mal shizun ¡pero usted ni siquiera es capaz de controlar ni de enseñar a sus propios discípulos! Shizun al menos sí se preocupa por enseñarnos y educarnos correctamente ¡pero usted no hace más que criar a un montón de monos brutos sin cerebro!

La energía descontrolada dentro de Shen comenzó a calmarse cuando sus discípulos intervinieron. Pero al escuchar a Ning Yingying, la niña siempre educada y amable, decir lo que dijo, se quedó estupefacto. En toda su vida jamás había escuchado a su discípula hablar de esa manera y menos verla tan enojada.

[Creo, querido usuario, que Ning Yingying ha estado escuchando atentamente sus consejos y los está poniendo en práctica.]

Ah, sí. Si recordaba bien, Shen le había dicho que tenía que dejar de ser una niña obediente y reservada todo el tiempo, si tenía una opinión que dar o un ideal que defender, simplemente tenía que hacerlo y no quedarse callada. Una mujer fuerte hacía eso, no simplemente bajaba la cabeza y obedecía.

Y al igual que él, Liu Qingge y Yue Qingyuan se quedaron sorprendidos por las palabras que una niña de once años le había dedicado al Dios de la Guerra. Los discípulos de BaiZhan, en su lugar, le gritaron a Ning Yingying que se callara si no sabía de lo que hablaba, pero ahí estuvieron Ling Yi y Wu Ling para defender a su shimei.

—Entiendo sus posiciones—dijo Yue conciliador, sonriendo amablemente como siempre hacía—, pero debieron limitarse solo a los discípulos, no incluir a su shishu.

—Eso es mi culpa—dijo Luo Binghe dando un paso al frente—, yo fui quien le hizo eso a Liu shishu.

—¡Bastardo!—gritó un discípulo de BaiZhan y sacó una piedra de su bolsillo deshilachado para arrojársela a Luo Binghe.

Pero antes de que llegara al niño, Shen Jiu estiró su mano y atrapó la piedra.

—Un ataque más de esto a mis discípulos, frente a este maestro, y tomaré la responsabilidad que su shizun es incapaz de tomar y los azotaré cincuenta veces a cada uno—dijo severamente Shen, apretando la piedra hasta hacerla polvo.

[+50 puntos de frescura

+100 puntos de afecto de Luo Binghe

+100 puntos de afecto de Ning Yingying

+100 puntos de afecto de Ming Fan

+100 puntos de afecto de Yang Chen

+100 puntos de afecto de Mu Sheng]

—Tú no tienes el derecho de castigar a mis discípulos—dijo Liu Qingge apretando los dientes.

—Están en mi pico, golpeando a mis discípulos. Estoy en todo mi derecho de castigarlos—Shen cerró sonoramente su abanico y miró directamente a Liu Qingge—. A menos que Liu shidi haga bien su trabajo de maestro de pico por una vez en su vida.

—Tú—gruñó Liu Qingge dispuesto a sacar su espada y luchar.

Aunque sería una imagen más cómica que épica considerando lo que tenía en la cara.

—¡Basta!—exclamó Yue Qingyuan, deteniendo la pelea—Liu shidi, por favor, regresa a tu pico y organiza las pérdidas. Tendrás que enviar una lista de lo que necesita a AnDing para reponer.

Liu Qingge claramente quería seguir discutiendo, pero como el líder de secta lo ordenó simplemente acató la orden. Se subió a su espada y se marchó de nuevo a su pico, dejando a sus cuatro discípulos abandonados en QingJing.

Los cuatro se miraron sin saber qué hacer. Yue les indicó que se quedaran ahí un momento.

—Qingqiu shidi—dijo dirigiéndose a Shen, se le notaba cansado—, lo que tus discípulos hicieron no ha estado bien. Espero que entiendas que deben ser castigados.

—Este shidi entiende—dijo volviendo a abrir su abanico.

Yue le sonrió y se encargó de devolver a los cuatro discípulos de BaiZhan a su pico. Shen se quedó afuera de su casita de bambú, rodeado de sus discípulos quienes se giraron a mirarlo. Ming Fan parecía avergonzado, bajando la mirada. Luo Binghe se escondía detrás de Ning Yingying y Yang Chen detrás de Mu Sheng. Un profundo silencio se formó en ese momento, todos apenados y cabizbajos.

—¿Cuál fue el plan exactamente?—preguntó Shen mirando a Ming Fan.

Este comenzó a jugar con sus dedos antes de hablar.

—Este discípulo se disculpa con shizun.

—¿Por qué?

—El plan que este discípulo y sus compañeros crearon no fue lo suficientemente perfecto como para evitarles problemas a shizun.

—Planearon tomar venganza de BaiZhan—comenzó a enumerar Shen con lo que conocía que hicieron—. Se infiltraron en su pico sin que nadie los detectara. No dejaron evidencia ni pistas que los incriminaran. Incluso lograron meterse con su maestro sin que este se diera cuenta—todos bajaron aún más la cabeza—. En lo único que fallaron fue en no darse cuenta de que sea lo que sea que le pase a Liu shidi y sus discípulos, siempre voy a ser acusado por eso. Y por eso van a ser castigados.

Todos ahuecaron sus puños, sus miradas sombrías.

—Estos discípulos entienden—dijeron con la mirada baja.

Shen asintió y dictó su castigo.

—Una vuelta alrededor del pico—cuando estaban por irse, Shen los detuvo—. Luego de las clases, ahora vayan a desayunar.

Su puerta bien podría repararla algún discípulo mayor después. No iba a retrasar sus clases solo por el idiota de Liu y por el tonto de Yue.

Además, ¿cómo podría castigarlos por algo que lo llenaba de orgullo?

Su pico QingJing sin dudas estaba mejorando. 


PEQUEÑA DRAMATIZACION

Liu Qingge: *Se va emputado volando en su espada*
Los 4 discípulos que fueron con él: ¿Shizun? ٩(͡๏̯͡๏)۶

Discípulos de QingJing regresando de BaiZhan: Esperemos que shizun no se haya dado cuenta de que no estabamos.

Shen: *Saliendo de las sombras* Sí, sí lo noté.
Discípulos de QingJing: *Muertos de un patatús por el susto*

FIN DE LA DRAMATIZACIÓN

Quería traerles este capítulo porque...no sé, me gustó hacerlo uwu En especial por la escena de Liu Qingge todo mal maquillado, yendo para pelear con Shen Jiu. Solo imaginarlo, volando en su espada por el cielo con el mal maquillaje en su cara es cómico. Y pobre de sus cuatro discípulos. Lo defendieron y todo frente a los otros pero al final Liu se fue y Yue tuvo que encargarse de devolverlos a su pico XD

El próximo capítulo lo subiré el miércoles 13 de septiembre :D

Nos vemos!!! Besos!

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