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Capítulo 41
Recolectando información: en el mundo onírico
Shen sabía que el talento que Luo Binghe tenía para manejar los sueños era increíble. Lo sabía muy bien porque en su primera vida había sido atormentado también en sueños. Para su suerte, Luo Binghe solo podía modificar sus sueños, pero no entrar en sus recuerdos. Era una ventaja mantener su pasado lejos de su discípulo o no sabía que hubiera sido capaz de hacer de haberlo sabido todo. Ese niño era retorcido y loco, era mejor no pensar lo que le hubiera hecho.
Tras hablar en privado con Binghe al respecto y pedirles a sus hermanos marciales que esperaran para hacer algo, Shen y Luo se encaminaron a una sala privada donde pudieran estar a salvo y solos para viajar al paisaje onírico del Viejo Maestro de Palacio.
Binghe acomodó unos almohadones para Shen Jiu, sentándose a su lado y sosteniéndolo de los hombros.
—Cuando shizun se duerma, caerá. Este discípulo estará aquí para evitar que se haga daño.
Shen Jiu rodó los ojos, creyendo que era demasiado cuidado innecesario. Se acomodó y pronto sintió que caía dormido. Su cuerpo se inclinó, pero Luo Binghe lo atrapó antes de que perdiera la consciencia.
Repentinamente despertó en un lugar que no conocía. Oscuro y frío. Estaba de pie en todo ese solitario lugar hasta que sintió una presencia detrás de él. Luo Binghe puso una mano en su espalda para guiarlo por el oscuro lugar. Caminaba con seguridad, como si hubiera estado en ese mismo sitio un sinfín de veces. Shen simplemente lo siguió hasta que la oscuridad poco a poco comenzó a iluminarse.
—¿A dónde vamos?
—A los primeros recuerdos del Maestro de Palacio Huan Hua—dijo Luo Binghe.
Shen asintió y continuó caminando hasta que la luz lo cegó por unos segundos, antes de mostrar un escenario claro. Shen vio a un pequeño niño vestido con telas costosas y doradas, jugando con... ¿un caballo de oro? ¿Quién le daba un caballo de oro a un niño para jugar?
—Esta es su infancia, ¿verdad?
Binghe asintió. Tenía sentido la razón por la que el Viejo Maestro de Palacio era un idiota. Había sido criado para serlo, prácticamente. Luo Binghe pasó esos momentos con rapidez porque en verdad no iban a perder el tiempo viendo como un niño hacía un berrinche de terror solo porque no le querían dar una daga para jugar. ¿Cómo mierda lo habían criado?
Toda su infancia, el Maestro de Palacio tuvo lo que deseó. Juguetes, ropa, comida, atención. Todo lo que quisiera, todo le era brindado. Tal y como él hacía con la mimada cabeza hueca de su hija.
Pero una vida así no aseguraba un gran talento. Era algo que notaron cuando avanzaron en sus recuerdos. A pesar de tener todo materialmente, el Viejo Maestro de Palacio no tenía el talento que su padre tuvo. No tenía un núcleo demasiado fuerte ni habilidades sobresalientes. Era sin dudas un idiota que solo tenía poder porque lo había heredado. Si dependía de él mismo, ya hubiera terminado muerto o asesinado por imbécil.
A sus dieciséis hubo un torneo único entre sectas, algo que habían organizado entre todos creyendo que eso uniría a las sectas aún más. Un intento de Torneo Anual de los Doce Picos, pero con otras sectas incluidas.
Shen sintió un ligero dolor en el pecho cuando vio a su shizun ahí, acercándose con gracia y elegancia a donde estaban los demás maestros sentados. Lucía las túnicas verdes de QingJing y sonreía con tranquilidad, tal y como todavía podía recordarlo.
—Saludos, compañeros—saludó su shizun, dedicándoles a todos unas suaves sonrisas.
—Maestro Wang Mingan—saludó el padre del Maestro de Palacio, su mirada tan altiva como la de su hijo y su presencia igual de molesta—, parece estar feliz.
—Cómo no estarlo, Maestro de Palacio, es un evento especial y pude sacar a mis discípulos a tomar algo de aire.
—Eso no es verdad—dijo un maestro de una secta budista—. Solo está feliz porque presumirá a su discípulo principal.
Shen Jiu se mostró interesado. Nunca antes había escuchado que su shizun tuviera un discípulo principal antes que él. Bueno, sí, rumores, pero su shizun jamás lo mencionó, así que no lo creía del todo.
—Lo presume como si fuera su hijo—dijo otro, Wang Mingan solo sonrió, el orgullo brillando en sus ojos.
—Entonces, serán dos hijos los que se estarán presumiendo—dijo el, en ese entonces, Maestro de Palacio.
Su shizun asintió sin prestarle mucha atención. Shen Jiu sabía que no quería estar ahí, pero por respeto y protocolo, tenía que estar sentado con todos los maestros.
Los primeros combates pasaron sin gloria hasta el séptimo, donde Shen vio al Maestro de Palacio de aquel tiempo sonreír orgulloso cuando nombraron a su hijo para la siguiente pelea.
—¡Pico QingJing, Sheng Qing!
—Tu discípulo principal peleara con mi hijo, maestro Wang, ¿cómo se siente?
—Se siente bien.
Hubo una sonrisa de confianza, una sutil burla. Su shizun estaba seguro de que su discípulo principal ganaría. Shen miró hacia la arena de combate, esperando ver a ese dichoso discípulo.
Podía jurar que hasta Luo Binghe, de pie a su lado, se paralizó al ver a Sheng Qing. El joven era increíblemente parecido a Shen Jiu. Tenía el mismo color de cabello, solo que agarrado en una coleta alta. La forma de los ojos, la nariz, los pómulos, todo era igual, solo cambiaba su boca. Si no fuera por su boca sería como ver a su gemelo perdido.
Sheng Qing tenía una mirada traviesa y una sonrisa que iba a juego. Parecía burlarse de todos, confiado y divertido.
—Joven Maestro—dijo educadamente, haciendo una reverencia—, es un honor pelear contra un miembro de Huan Hua.
El Maestro de Palacio rodó los ojos, sonriendo con demasiada superioridad.
—Espero que también sea un honor cuando limpie el suelo con tu rostro.
Sheng Qing rio suave, desenvainando su espada.
—Descuide, lo será.
El discípulo principal de QingJing era hábil. Más hábil que muchos otros discípulos incluso. Sus movimientos eran fluidos, ligeros, rápidos. Se movía con la elegancia de QingJing y sus ataques eran letales. Evitaba los ataques de su oponente como si no fueran nada, como si estuviera jugando con un niño. Pero hubo algo que lo dejó impactado. Sheng Qing solía usar pequeños trucos para distraer a su oponente, y eso consistía en poner energía espiritual en unas pequeñas piedras del suelo para lanzarlas y usarlas de distracción. Un truco que solía usar Shen Jiu, incluso en su infancia.
Al final, el Joven Maestro de Palacio perdió miserablemente, endureciendo la mirada de su padre e inflando el pecho de su shizun. Sheng Qing intentó ayudarlo a levantarse, pero cuando fue rechazado se encogió de hombros y regresó con sus compañeros, una joven niña de rostro redondo fue la que más vitoreó. El Joven Maestro era un muy mal perdedor, nunca antes había sido humillado y en esa ocasión había sido humillado miserablemente.
Pero no fue la única vez que Sheng Qing lo humilló. La segunda ocasión fue en la Conferencia de la Alianza Inmortal. Como principal heredero de Huan Hua, el Joven Maestro debía participar y traer la gloria para su secta. En el camino se encontró con demonios que, aunque sabía cómo defenderse de ellos, resultaron ser más de lo que había imaginado para él. Su poder deficiente lo volvían un inútil y no podía hacer mucho para luchar.
—Joven Maestro—dijo Sheng Qing matando al demonio, en compañía de la niña de rostro redondo que parecía seguirlo siempre—, matar a una Serpiente de Cabeza Triple con fuego es una mala idea. Debería saberlo ya.
—Shixiong—dijo la chica tomando su manga—, hay que irnos. Detecto un demonio cerca, tenemos que seguir juntando las perlas.
—Entendido, shimei—Sheng Qing sonrió—. Joven Maestro, tenga cuidado o solo conseguirá morir contra un demonio mediocre. Y no sería una buena historia sobre usted que le gustaría que quedara en la memoria de las personas.
Sheng Qing rio y se fue, alejando su mirada y sonrisa traviesas de la furia contenida del Joven Maestro. Humillado dos veces por la misma persona, eso era algo que ese hombre jamás iba a permitir. Incluso si le habían salvado la vida en una de esas ocasiones. Un hombre tan miserable, tan envidioso. ¿Qué ganaba odiando y envidiando?
[Creo que el usuario podría responderle a eso.]
Ignorando al sistema, Shen Jiu siguió viendo. El Joven Maestro se obsesionó con Sheng Qing, quien se convertía con cada día que pasaba en un cultivador excepcional y brillante, el orgullo de su shizun. Shen Jiu lo vio y se preguntó si podría llegar a ser así o si su shizun pensó que podría llegar a ser así. Quizás cuando lo veía no veía a Shen Jiu, sino a Sheng Qing. Pero, siendo tan brillante y con un futuro por delante, ¿por qué Sheng Qing nunca fue mencionado en QingJing ni supo de él?
El Joven Maestro comenzó a pagarle a muchas personas para que le dieran información de Sheng Qing, lo que sea necesario para destruir a quien lo había humillado frente a su padre dos veces. Su padre nunca le dijo nada, solo lo miró como si su fracaso hubiera sido lo peor del mundo, y luego no lo volvió siquiera a mencionar. Pero solo bastaron esas dos ocasiones en que lo miró así para vengarse. Un hombre incapaz de aceptar la derrota de ningún tipo.
A medida que planeaba eso, Shen Jiu lo vio continuar con sus clases para algún día ser capaz de tomar el lugar de su padre y hacerse cargo del palacio Huan Hua. Y junto con eso, lo vio sufrir de algo que generalmente los cultivadores no sufrían: envejecimiento. Su núcleo era tan miserable que no podía consolidarlo y dejar de envejecer. Shen Jiu había tenido un núcleo defectuoso, pero al menos su envejecimiento se había detenido. No pasaba lo mismo con él.
Tiempo después llegó uno de sus informantes con algo que al joven maestro le encantó. Tal parecía ser que Sheng Qing abandonaba la secta para visitar a una mujer perteneciente a una pequeña secta de cultivo exclusiva de mujeres. Una secta de cultivo que no permitía el cultivo dual con nadie. Y parecía ser que Sheng Qing estaba cultivando dualmente con una de ellas.
Fue así como terminó reuniéndose con los Lotos Blancos de Primavera, en una zona completamente alejada de todos.
—Eso no es posible—dijo la líder de secta, su rostro lucía indignado de saber que una de las suyas estaba rompiendo una regla fundamental.
—Lo es y puedo demostrárselos.
Esa noche las llevó hacia la evidencia, donde estaban Sheng Qing y una mujer bajita y menuda aferrada a él, ambos disfrutando de ver la luna y las estrellas juntos. Ambos amantes secretos compartieron unos pocos besos, no se veían como si estuvieran guiados por la lujuria. Incluso Shen Jiu podía decir que los ojos de Sheng Qing brillaban tan enamorados que podía ser un poco incómodo.
Pero incluso si era amor y no lujuria, ellas no podían perdonarlo.
Shen Jiu fue testigo de la manera en la que el joven maestro confabuló con ellas para tenderle una trampa a Sheng Qing, usando a Tang Huaying, su amada, para atraerlo. Una trampa en la que cayó, pero en la que peleó contra todos para poder liberarse y llegar a Tang Huaying.
Pero incluso el más talentoso discípulo caía si era atacado por siete personas con cultivos similares. La líder de secta clavó su espada en el vientre de Sheng Qing, clavándolo en el suelo. El joven maestro se acercó, su espada brillando sobre Sheng Qing.
—¿P-por qué? ¡Nunca te hice nada!—gritó, sus ojos llenos de odio mientras lo miraba.
—La humillación no es algo que este perdone fácilmente.
Sheng Qing rio con odio y le escupió su sangre en las botas.
—No te atrevas a tocarla.
—No te preocupes—dijo la líder de la secta—. Nadie la tocará, estará bajo nuestro cuidado.
Sheng Qing se aferró a la espada que lo clavaba en el suelo y se elevó para mirarla.
—Ella te matará en cuanto l-lo sepa. Y yo e-estaré esperando en el infierno para t-torturar tu alma.
—Suerte con eso—rio ella antes de que el Joven Maestro le cortara la cabeza a Sheng Qing.
El recuerdo pasó de eso a las últimas preparaciones del Joven Maestro para tomar el liderazgo de Huan Hua. Nada demasiado especial y, por lo que vieron de esos días, nadie parecía saber que él fue quien asesinó a Sheng Qing, el discípulo principal de QingJing. No sabía cómo ocultó el crimen, siendo que Sheng Qing no pertenecía a una secta pequeña o cualquiera. Era discípulo de CangQiong, ¿cómo nadie se preocupó por él? Había algo que ellos no estaban pudiendo ver, algo que se les estaba negando.
Luo Binghe intentó encontrar esos recuerdos, pero sorprendentemente no pudo hallarlos. Como si estuvieran siendo bloqueados. Incluso los recuerdos que siguieron después parecían estar cortados, sin ningún tipo de continuidad.
Vieron al Maestro de Palacio tomando su lugar en Huan Hua, una ceremonia llena de "felicidad" y "buenos deseos". Entre todos ellos, estaban los maestros de CangQiong. Shen Jiu notó que su shizun no se veía con la misma alegría con la que lo había visto en ese torneo en donde Sheng Qing había participado. Aun así, felicitó al nuevo Maestro de Palacio, al verdugo de su adorado discípulo, con una suave sonrisa.
Shen Jiu quiso golpear al Maestro de Palacio cuando sonrió, con tanta alegría y tanta fanfarronería.
El recuerdo se borró y fue directo a uno con Su Xiyan, quien para ese momento ya era su discípula principal. La veía entrenar a la distancia, tan hábil y fuerte, tan inteligente y astuta. Shen Jiu quiso vomitar cuando vio la mirada del viejo puesta en su discípula. Tan asqueroso y obsesivo. Tan despreciable.
Unos cortos recuerdos siguieron después, ninguno continuaba el anterior. En ellos se veía claramente la manera en que Su Xiyan sutilmente rechazaba su compañía. Ella no quería estar a su lado, menos a solas. Y Shen Jiu podía comprenderla perfectamente. Había pasado por la mala compañía de los hombres y sabía lo que era despreciar la presencia de alguno de ellos o de todos. Sabía lo que era esa incomodidad e inseguridad.
A pesar de todo, Su Xiyan supo llevar bien la situación. Sabía cómo evitar a su maestro y cómo evitar quedar sola. El Maestro de Palacio no podía hacer nada más por su posición, así que, estando limitado, solo podía mirar a su discípula de lejos y fantasear con ella.
Los recuerdos de las anécdotas de madame Lin resonaron en su mente. Incluso después de tantos años, el Viejo Maestro de Palacio seguía fantaseando con su discípula. Era tan repugnante.
Otro recuerdo pasó, uno en la Prisión de Agua. Shen apretó los puños, recordando que él ya no estaba ahí y, además, ese era solo un recuerdo.
Su Xiyan estaba en la Prisión de Agua, con cuerdas de unión inmortal atando sus muñecas y un vientre hinchado que mostraba su embarazo. Su embarazo de Luo Binghe.
—Mi querida Su Xiyan—dijo él, su voz suave pero su mirada fría.
Estaba enojado con ella. Por llevar en su vientre al hijo de otro hombre. Estaba seguro de que no le importaba que fuera demonio o humano, Su Xiyan estaba embarazada, había tenido sexo, con alguien que no era él.
Ella alzó su mirada, desafiante y enojada. En verdad sus ojos no se parecían en nada a los de Luo Binghe, pero sus miradas eran muy parecidas.
—No le diré nada, shizun solo pierde el tiempo preguntándole a esta discípula—dijo ella, terca y decidida.
—Querida, este maestro sabe que no hay manera en que le confíes la ubicación de ese despreciable demonio que, claramente, te ha lavado el cerebro y te ha puesto en mi contra. Pero no te preocupes, a este ya no le importa eso. En su lugar, te brindaré tu libertad—de sus mangas sacó un frasco, un líquido brillante en su interior—. A cambio de que bebas esto.
Su Xiyan frunció el ceño.
—¿Qué es eso?
—Un veneno especial que liberará a mi querida Su Xiyan de la descendencia de ese engendro—el Maestro de Palacio se acercó, arrodillándose frente a ella para ofrecerle el veneno—. Si aceptas, este maestro te librará de tus ataduras y te dejará marcharte libremente.
Su Xiyan miró el frasco antes de que la escena se cortara. Shen Jiu podía imaginar lo que ella había elegido, pero teniendo en cuenta que el bebé al que supuestamente el veneno tenía que matar, estaba con vida, eso quería decir que posiblemente Su Xiyan había decidido ingerir el veneno en su cuerpo y no pasárselo a su hijo. Dio su vida, lo último de su energía que le quedaba, para salvar al hijo que había engendrado con el amor de su vida.
Luo Binghe, en realidad, tuvo dos madres que lo amaron más que a ellas mismas.
De repente el recuerdo se volvió caótico. Un campo de batalla, con cultivadores de todo tipo, todos luchando contra dos demonios. Shen presenció la lucha contra Tianlang-jun y Zhuzhi-lang, en donde estuvo Yue Qingyuan.
Fue la primera vez que Shen Jiu lo vio desenvainar a XuanSu y usarla. Una parte de él no podía creer el inmenso poder que esa espada tenía, pero por el otro, solo quería jalarle las orejas a Yue Qingyuan y decirle que si volvía a desenvainar a XuanSu iba a emplear la técnica secreta de Lu Song y meterle la empuñadura por el trasero. Un miedo creciente se alojaba en su pecho cada vez que veía cómo Yue Qingyuan usaba a XuanSu.
Un temblor, que lo hizo apoyarse en Binghe, sacudió el recuerdo. Esto no había pasado antes.
—Nos está echando de aquí—dedujo Binghe—. Vamos.
Jalándolo de la muñeca, lo hizo regresar al espacio oscuro en donde empezaron. No duraron mucho ahí antes de despertar. Shen Jiu notó que estaba apoyado contra Binghe, quien pronto despertó y se sentó con él.
[+250 puntos B
Personaje desbloqueado: Su Xiyan.
Personaje desbloqueado: Tianlang-jun.
Personaje desbloqueado: Zhuzhi-lang.
Personaje desbloqueado: Sheng Qing.
Historia del Maestro de Palacio desbloqueada.
¡Siga así querido usuario, lo está haciendo muy bien!]
—¿Cómo pudo darse cuenta de que estábamos ahí?—preguntó aunque era casi más una pregunta para sí mismo y no para Binghe.
Alguien tan experto en sueños como Binghe no debería ser echado tan fácilmente. Ni tampoco ser bloqueado.
Posiblemente se debía al hecho de que su discípulo todavía no dominaba bien esa técnica. Entonces echarlo o bloquear recuerdos debía ser posible todavía. Lo raro era que el Maestro de Palacio pudiera hacerlo. Con su mediocridad Shen Jiu pensó que leerlo sería sencillo.
—Alguien lo está ayudando.
Alguien capaz de bloquear a Luo Binghe era sin dudas alguien admirable. Pero ¿quién tendría ese poder?
Bien, al parecer no solo tendría que averiguar sobre los trapos sucios del Maestro de Palacio, sino también encontrar a quien estaba trabajando con él. Pero antes tenía que pensar en lo que podrían usar para delatarlo. La pelea contra Tianlang-jun quedaba descartada, nadie les iba a creer, menos cuando se supiera que Binghe era su hijo. Todos creerían que Binghe solo estaba defendiendo a sus ancestros o alguna estupidez de ese tipo, tomando a Su Xiyan como una pobre víctima que había sido engañada para llevar en su vientre la descendencia de un demonio celestial.
Shen Jiu lo pensó y llegó a otra conclusión: averiguar sobre Sheng Qing. Fue un discípulo de QingJing, de la secta CangQiong, y el Maestro de Palacio lo asesinó complotando con otra secta. Mataron a un discípulo de una de las sectas más importantes y grandes del mundo del cultivo.
Pensándolo detenidamente, Shen Jiu llegó a una conclusión.
—Binghe, tenemos que buscar al Loto Blanco de Primavera.
Su discípulo lo miró y tras pensarlo por un momento, asintió.
Ellas habían ayudado al Maestro de Palacio. Sacarles información sería más sencillo que sacarle información al Maestro de Palacio.
Lo único que quedaba era encontrarlas.
¿Quién creen que esté ayudando al Viejo Maestro de Palacio? Los dejó especular aquí uwu
Con respecto a la historia de Sheng Qing y Tang Huaying...bueno, eso se volverá a ver más adelante también uwu
Para la semana que viene queda el capitulo que más disfruté escribir uwu Les diré llegado el momento uwu
Lunes 23/10 capítulo 42: Buscando al Loto Blanco de Primavera
Nos vemos!!! Que tengan buen fin de semana! :D
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