Capítulo 32
Mientras Rika y Makima parecían que se iban a matar, decidí que era hora de interferir para que esto no siguiera subiendo de intensidad. Lo último que necesitaba era que el odio entre Rika y Makima se hiciera más fuerte. Bueno, no era odio, sino más bien una rivalidad para ver quién se quedaba conmigo.
No sabía si sentirme halagado, pero mejor dejé de pensar en eso y me puse entre las dos.
Vamos a calmarnos un momento, vamos a arreglarlo con una cerveza —dije con una sonrisa amigable. Me giré hacia Rika y la miré con tranquilidad mientras acercaba mi mano a su mejilla —. Cálmate, Rika, no hay necesidad de luchar, por favor, cálmate, ¿sí? —dije suavemente mientras acariciaba con ternura su mejilla.
Este gesto sencillo pero cariñoso hizo que Rika se calmara, que el enojo de que Makima besara a su Tomura disminuyera un poco. Con un último suspiro, Rika volvió a su forma humana y, sin pensarlo, abrazó a Tomura, mirando con una sonrisa burlona a Makima mientras apoyaba su barbilla en el hombro de Tomura.
Solté un suspiro. Sabía que lograr que Makima y Rika se llevaran un poco mejor sería más difícil de lo que había pensado. Makima, por otro lado, apretó los puños con fuerza. Se sentía apartada, sentía que le estaban quitando lo que tanto había anhelado.
Que su sueño, que estaba en sus manos, poco a poco se le escapaba, y eso realmente la preocupaba, ya que no sabía qué otros cientos de años tendría que esperar para encontrar a alguien igual a Tomura.
Notando la creciente preocupación de Makima, la atraje suavemente y la uní al abrazo. No podía dejar que todo mi progreso con ella se fuera a la mierda, ya que, si no, todo lo que había hecho hasta ahora para hacerla cambiar habría sido en vano.
Tranquila, Makima, no creas que me estoy olvidando de ti -dije mientras empezaba a acariciar suavemente el cabello de ambas mujeres.
Al sentir mis dedos recorrer suavemente su cabello, ambas mujeres se relajaron un poco. Dejaron de lado su rivalidad para disfrutar del abrazo y las caricias que les estaba dando en ese momento.
Tanto Makima como Rika me abrazaron, queriendo tenerme lo más cerca posible, queriendo más de mi afecto y cariño. Solo sonreí algo nervioso; lidiar con una mujer posesiva como Rika y una controladora como Makima sería más difícil de lo que había pensado.
Pero ya me las arreglaría, y si no, tocaba invocar a Mahoraga para que se adaptara al problema y me diera la solución.
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Luego de ese suceso, estaba tranquilamente sentado en el sofá de mi casa viendo una película. Rika no estaba conmigo, ya que Makima pidió que se quedara para hablar con ella. Solo me dijo que quería llegar a un acuerdo con Rika.
Confié en que no se intentarían matar otra vez, así que acepté que Rika se quedara un rato a hablar con Makima. De repente, mi estómago sonó.
Hora de un burrito -dije mientras me ponía de pie y me iba directo a la cocina.
Cuando llegué, saqué un burrito del refrigerador y, cuando estaba a punto de meterlo al microondas, retrocedí rápidamente, ya que, cerca del microondas, había una cucaracha.
Ah, solo es una cucarachita -dije aliviado al ver que era inofensiva.
Pero mi alivio desapareció cuando la maldita hija de puta extendió sus alas, dejando claro que era una cucaracha voladora.
¡Es de las que vuelan! -grité. Sin pensarlo dos veces, tiré el plato con el burrito y extendí mis manos hacia adelante, una detrás de la otra -. ¡Con este artefacto sagrado, yo invoco a Mahoraga!
Con eso dicho, detrás de mí se formó un gran charco de oscuridad del que salió Mahoraga, listo para el combate.
Mahoraga, ¡destruye a esa abominación! -grité señalando a la cucaracha voladora.
Mahoraga, al ver que era uno de los seres más aterradores del mundo, no lo pensó dos veces y sacó su espada del exterminio, listo para acabar con este oponente tan formidable.
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Rika entró a la casa solo para ver cómo la mitad estaba destruida y observar a la criatura que vio el primer día que conoció a Tomura. Hablando de él, estaba riendo como un maníaco mientras humo salía de sus manos.
Realmente, a Rika le dio igual, siempre y cuando Tomura estuviera bien, lo demás no le importaba mucho.
Fue una dura batalla, pero al final perdiste -dije con una leve sonrisa, viendo a la cucaracha en el suelo, panza arriba -. Diste lo mejor de ti, y por eso te admiro. Adiós, cucaracha voladora. -Con una última explosión, la volví cenizas—. Esta ha sido mi batalla más dura; fue un oponente formidable -dije mientras hacía desaparecer a Mahoraga.
No preguntaré qué pasó -dijo Rika mientras me abrazaba por la espalda.
Por tu bien, no te conviene saber lo que pasó aquí -dije mientras agitaba mi mano para quitar el humo que salía de ella por la explosión que lancé.
En fin, ¿sabes, Tomura? -dijo Rika en un tono bajo y seductor.
(La voy a poner.) —pensé mientras me daba la vuelta para ver a Rika. -Está bien, supongo que podemos hacer eso.
Rika sonrió levemente para luego darme un suave beso en los labios. Como respuesta, la tomé de la cintura y profundicé el beso. Rika rodeó mi cuello con sus brazos mientras me guiaba hacia la habitación.
Al llegar, Rika se separó y se sentó en la cama. Con una sonrisa de anticipación, se quitó la camisa, dejando descubierta su suave piel y su pecho, solo cubierto por un sujetador negro.
(¿Pero qué tienen con la ropa interior negra?) -pensé mientras primero me quitaba mi camisa y luego deslizaba asía los lados mi capa revelando lo bien que estaba.
Rika se mordió el labio inferior, ansiosa por lo que se venía. Sus mejillas se sonrojaron y, cuando Tomura la empujó suavemente para que se acostara en la cama, no se resistió en lo absoluto; se dejó caer sobre el colchón.
Tomura quedó sobre ella y, tras unos segundos, le dio un profundo beso. Rika enredó sus dedos en el cabello de Tomura, queriendo profundizar más el beso. Lentamente, Tomura deslizó su lengua dentro de la boca de Rika, quien separó ligeramente sus labios para dejarlo entrar.
El sonrojo de Rika aumentó al sentir la lengua de Tomura dentro de su boca, saboreándola. Ella no se resistió; por el contrario, respondió al beso con igual pasión. Luego de un buen rato, Tomura se separó, notando cómo la respiración de Rika era más pesada.
¿Lista? -pregunté, a lo cual Rika asintió. El deseo en sus ojos era evidente. La necesidad, el anhelo de hacer esto conmigo, era innegable.
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El día había llegado. Luego de la agitada noche de ayer con Rika, estaba sentado tranquilamente con ella en mi regazo. Después de lo que pasó, era mucho más pegajosa, amorosa y posesiva. No es que me molestara; solo un pendejo se quejaría de algo así.
(A ver, si recuerdo bien, el primer pendejo que viene por Denji son los tres chiflados que se creen inmortales, luego las muñecas, después Quanxi y, por último, el propio demonio muñeca) -pensé mientras metía mi mano por debajo de la camisa de Rika y empezaba a masajear uno de sus pechos.
Como respuesta, Rika soltó un pequeño y bajo gemido, recostando su cabeza en mi hombro y disfrutando de mi atención y la manera en que la tocaba.
(La neta no quiero lidiar con el demonio de la oscuridad. Para evitar que los demás se vayan al infierno, tendré que deshacerme del demonio muñeca. Los demás estarán bien; podrán lidiar con Quanxi y las muñecas) -pensé, hasta que sentí los labios de Rika presionarse contra los míos en un suave beso.
(Creo que por error hice que se pusiera de calenturienta) -pensé mientras ella profundizaba el beso.
Después de varios segundos, se separó. Yo saqué mi mano de debajo de su camisa.
Hora de trabajar... (Parece que viene por mí) -pensé, viendo cómo una mujer con varias muñecas detrás de ella se acercaba en nuestra dirección.
Era una mujer de cabello largo y morado oscuro, con varios lunares debajo de un ojo. Llevaba una falda oscura y un suéter claro. Lo más llamativo eran las muñecas de tamaño humano que la seguían.
Te preguntaría quién eres, pero la neta me vale verga quién seas -dije mientras me ponía de pie junto a Rika, quien miraba a la mujer con los ojos entrecerrados.
Qué descortés de tu parte. Pero aun así, me presentaré. Puedes llamarme Santa Claus, y vine por ti. Ven conmigo amablemente -dijo el demonio muñeca con un tono amable.
No, gracias. Ya tengo suficiente con Makima y Rika -dije mientras me cruzaba de brazos.
La debilidad de Makima... No sabes lo que los países están dispuestos a hacer por por fin tener algo para usar en su contra. Mi objetivo principal era el corazón del demonio motosierra, pero... tenerte a ti será mucho más valioso -Santa Claus sonrió levemente. Su actitud era tranquila y amigable, pero estaba claro que sus intenciones no lo eran -. Así que ven conmigo por las buenas o será por las malas
(Je, si solo supiera que tengo un Mahoraga guardado en la mochila) -pensé con una leve sonrisa, listo para acabar con el demonio muñeca.
Fin del capítulo
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Verga, de me había olvidado que también tenía esta historia, me concentre tanto en la de jujutsu kaisen que se me había olvidado actualizar esta, en fin, aquí otro capítulo, no se preocupen, no me tardaré otro mes en actualizar esta historia :v
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